Disidencia de Mordisco amenaza con más ataques contra militares, pero pide restablecer el cese
En un largo comunicado, la disidencia de las FARC, conocida como Estado Mayor Central, denuncia sin pruebas que hay una estrategia que busca fraccionar a ese grupo armado.
Este domingo, la mayor disidencia de las antiguas FARC, conocida como Estado Mayor Central, dio a conocer lo que calificó como su “posición oficial” frente a la suspensión regional del cese al fuego, decretada por el presidente Gustavo Petro el pasado 17 de marzo.
En un largo comunicado en el que afirman, sin pruebas, que han sido atacados por las Fuerzas Militares en medio de ese alto al fuego, el grupo armado amenaza con cometer otros ataques contra sedes militares como los ocurridos el jueves y viernes pasados en Valle del Cauca y Nariño ante el levantamiento del alto al fuego en Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
“Ante la arremetida contra nuestros Bloques Occidental Jacobo Arenas, Bloque Central Isaías Pardo y demás unidades en territorio nacional, les pedimos a los ciudadanos en territorio nacional que no estén cerca de patrullas militares, batallones, estaciones de Policía o cualquier otra unidad armada del gobierno, no dormir en estos sitios, no subirse a transportes militares (...) No estar a menos de 500 metros de estas instalaciones o convoyes militares, no transitar por campamentos guerrilleros abandonados, lo que menos queremos es que en esta guerra fratricida que nos han impuesto caigan civiles”, dice el comunicado.
Justamente la creación del Bloque Central Isaías Pardo se dio a conocer a inicios de esta semana. De acuerdo con el grupo armado, la nueva estructura era también en respuesta a la suspensión del cese al fuego.
El anuncio de este domingo sorprende porque el mismo viernes, las delegaciones de Gobierno y de esa disidencia en los diálogos de paz que se adelantan dijeron en un comunicado que se discutió el tema de la suspensión regional, pero que la decisión era seguir con esa negociación. “Hemos analizado las dificultades del cese al fuego, lo relacionado con el decreto de suspensión parcial y los retos para el estricto cumplimiento de los acuerdos y protocolos sobre el cese al fuego y respeto a la población (...) De conformidad con las evaluaciones realizadas, se acordó continuar con los diálogos y reiterar los compromisos construidos desde la instalación”, dice el comunicado.
Pese a la amenaza de realizar más atentados, ese grupo armado le pide en el comunicado al presidente Pero que es necesario “restablecer el cese de fuego bilateral, temporal y de carácter nacional”. La orden de Petro se dio el pasado 17 de marzo tras un ataque perpetrado por uno de los frentes de esa disidencia que opera en el Cauca contra una comunidad indígena en Toribío. En el hecho murió una de las mayoras y lideresas de Derechos Humanos de esa región.
Según ese grupo armado -que alberga a unos 3.200 hombres, la mayoría de los cuales no se acogió al Acuerdo de Paz de 2016- se están buscando “estrategias para fraccionarnos por parte de funcionarios que están para construir la paz”.
Esta frase puede referirse a que en la reunión extraordinaria donde se decidió que se continuaría con la negociación se empezaron a vislumbrar algunas divisiones internas en ese grupo armado. Tal como lo contó en esta nota Colombia+20, a la cita que se dio el jueves y viernes en el Caguán llegó Alexander Mendoza, conocido como Calarcá Córdoba, hombre cercano a Mordisco; Andrey Avendaño, exjefe de la delegación del Estado Mayor Central y hombre fuerte del Catatumbo, y representantes de la estructura Carolina Ramírez que opera en Putumayo y que está adscrita al EMC. Sin embargo, otros no estuvieron.
Concretamente, faltaron los representantes de los bloques y frentes de Cauca -que también tienen incidencia en Nariño- y los Arauca (Willy Romero). González Posso afirmó que al menos el representante de Cauca, Sebastián Martínez, no ha concurrido a las últimas reuniones ni tampoco ha manifestado que quiera adherirse a los compromisos pactados. Martínez es miembro del frente Jaime Martínez, uno de los jefes del Cauca y delegado de la disidencia en la mesa de diálogo.
Fuentes de esa disidencia le dijeron a este diario que le habían informado al Gobierno que esa reunión “no estaba autorizada por la dirección general de las FARC-EP”. Aunque el comunicado del viernes no hablaba de esas diferencias internas, es diciente que algunos de esos delegados no asistieran a la reunión y que tampoco firmaran ni Martínez, ni de Willy Romero ni de Fernanda Briceño -de Cauca y Arauca-, lo que podría ser una primera señal de que no hay una unidad de mando y de que sí hay una fuerte pugna entre bloques de esa disidencia.
Este domingo, la mayor disidencia de las antiguas FARC, conocida como Estado Mayor Central, dio a conocer lo que calificó como su “posición oficial” frente a la suspensión regional del cese al fuego, decretada por el presidente Gustavo Petro el pasado 17 de marzo.
En un largo comunicado en el que afirman, sin pruebas, que han sido atacados por las Fuerzas Militares en medio de ese alto al fuego, el grupo armado amenaza con cometer otros ataques contra sedes militares como los ocurridos el jueves y viernes pasados en Valle del Cauca y Nariño ante el levantamiento del alto al fuego en Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
“Ante la arremetida contra nuestros Bloques Occidental Jacobo Arenas, Bloque Central Isaías Pardo y demás unidades en territorio nacional, les pedimos a los ciudadanos en territorio nacional que no estén cerca de patrullas militares, batallones, estaciones de Policía o cualquier otra unidad armada del gobierno, no dormir en estos sitios, no subirse a transportes militares (...) No estar a menos de 500 metros de estas instalaciones o convoyes militares, no transitar por campamentos guerrilleros abandonados, lo que menos queremos es que en esta guerra fratricida que nos han impuesto caigan civiles”, dice el comunicado.
Justamente la creación del Bloque Central Isaías Pardo se dio a conocer a inicios de esta semana. De acuerdo con el grupo armado, la nueva estructura era también en respuesta a la suspensión del cese al fuego.
El anuncio de este domingo sorprende porque el mismo viernes, las delegaciones de Gobierno y de esa disidencia en los diálogos de paz que se adelantan dijeron en un comunicado que se discutió el tema de la suspensión regional, pero que la decisión era seguir con esa negociación. “Hemos analizado las dificultades del cese al fuego, lo relacionado con el decreto de suspensión parcial y los retos para el estricto cumplimiento de los acuerdos y protocolos sobre el cese al fuego y respeto a la población (...) De conformidad con las evaluaciones realizadas, se acordó continuar con los diálogos y reiterar los compromisos construidos desde la instalación”, dice el comunicado.
Pese a la amenaza de realizar más atentados, ese grupo armado le pide en el comunicado al presidente Pero que es necesario “restablecer el cese de fuego bilateral, temporal y de carácter nacional”. La orden de Petro se dio el pasado 17 de marzo tras un ataque perpetrado por uno de los frentes de esa disidencia que opera en el Cauca contra una comunidad indígena en Toribío. En el hecho murió una de las mayoras y lideresas de Derechos Humanos de esa región.
Según ese grupo armado -que alberga a unos 3.200 hombres, la mayoría de los cuales no se acogió al Acuerdo de Paz de 2016- se están buscando “estrategias para fraccionarnos por parte de funcionarios que están para construir la paz”.
Esta frase puede referirse a que en la reunión extraordinaria donde se decidió que se continuaría con la negociación se empezaron a vislumbrar algunas divisiones internas en ese grupo armado. Tal como lo contó en esta nota Colombia+20, a la cita que se dio el jueves y viernes en el Caguán llegó Alexander Mendoza, conocido como Calarcá Córdoba, hombre cercano a Mordisco; Andrey Avendaño, exjefe de la delegación del Estado Mayor Central y hombre fuerte del Catatumbo, y representantes de la estructura Carolina Ramírez que opera en Putumayo y que está adscrita al EMC. Sin embargo, otros no estuvieron.
Concretamente, faltaron los representantes de los bloques y frentes de Cauca -que también tienen incidencia en Nariño- y los Arauca (Willy Romero). González Posso afirmó que al menos el representante de Cauca, Sebastián Martínez, no ha concurrido a las últimas reuniones ni tampoco ha manifestado que quiera adherirse a los compromisos pactados. Martínez es miembro del frente Jaime Martínez, uno de los jefes del Cauca y delegado de la disidencia en la mesa de diálogo.
Fuentes de esa disidencia le dijeron a este diario que le habían informado al Gobierno que esa reunión “no estaba autorizada por la dirección general de las FARC-EP”. Aunque el comunicado del viernes no hablaba de esas diferencias internas, es diciente que algunos de esos delegados no asistieran a la reunión y que tampoco firmaran ni Martínez, ni de Willy Romero ni de Fernanda Briceño -de Cauca y Arauca-, lo que podría ser una primera señal de que no hay una unidad de mando y de que sí hay una fuerte pugna entre bloques de esa disidencia.