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Para varios funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro e investigadores que le siguen la pista a sus negociaciones de paz, no fue sorpresa el anuncio de una división interna en la Segunda Marquetalia, la disidencia de las FARC fundada y comandada por Luciano Marín (‘Iván Márquez’).
Desde junio de este año, cuando iniciaron formalmente los diálogos, el Ejecutivo tenía claro que, lejos de ser un grupo armado con mando unificado y un programa político definido, la Segunda Marquetalia era una coalición de estructuras disímiles (varias en dificultad por disputas territoriales con otros grupos) que se pusieron bajo el mismo paraguas para tejer alianzas estratégicas y entrar a la apuesta de paz total del presidente Gustavo Petro.
Esa coalición llegó a su fin, oficialmente, ayer tras un comunicado firmado por dos de sus más poderosas estructuras: los Comandos de Frontera (con presencia en Putumayo y Caquetá) y la Coordinadora Guerrilla del Pacífico (Nariño y Cauca).
“La decisión unánime y autónoma es continuar el tránsito por el camino hacia la paz (...) Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y en adelante, no utilizaremos esta sigla”, dice el texto, que reafirma lo que ya había planteado Walter Mendoza, quien fungía como jefe de la delegación de paz. En la práctica, esa separación implica que Márquez salga del proceso de paz.
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Ante la ruptura interna de la Segunda Marquetalia, el Gobierno Petro ya anunció su disposición para continuar dialogando. “El Gobierno como lo ha dicho el presidente se mantiene en su decisión y en la voluntad de avanzar en los diálogos de paz”, dijo ayer Armando Novoa, el jefe de la delegación de Gobierno, como respuesta al comunicado.
“De tal manera que de parte nuestra nos mantenemos en la posición de que es necesario un acuerdo de paz que es necesario lograr un desescalamiento integral de las violencias en ese territorio en los territorios y que es indispensable abrir espacio para las transformaciones económicas estamos en ese empeño, y la carta o comunicación que se ha dado a conocer hoy reafirma la voluntad de la contraparte voluntad con la cual, el gobierno coincide plenamente”, agregó el jefe negociador en ese tablero de la paz total.
Así se cocinó la ruptura de la Segunda Marquetalia
La falta de unidad (de mando y programática) en la Segunda Marquetalia se hizo evidente desde las reuniones previas al inicio del primer ciclo de diálogos en junio, donde se supo que varios de los comandantes de los frentes apenas se conocían personalmente.
Desde el inicio, se definió que Márquez no estaría negociando en la mesa. La ficha más fuerte de esta disidencia en los diálogos fue Mendoza (cuyo nombre real es José Vicente Lesmes). Sin embargo, la ausencia de Márquez empezó a generar tensiones con la delegación del Gobierno. “En la mesa se pactaban acuerdos, pero Mendoza no tenía la capacidad de cumplirlos porque tenía que hacer consultas con Márquez, hasta que en un punto se perdió la comunicación y las cosas dejaron de fluir”, dijo una fuente.
Dos semanas antes de la ruptura definitiva, el Gobierno le exigió a Mendoza y la dirección de la Coordinadora Guerrillera del Pacífico que se dieran garantías de cumplimiento de los acuerdos.
¿Qué implica continuar sin Iván Márquez?
Sin embargo, la salida de Iván Márquez del tablero de negociación no es un tema menor. De hecho, esto obligaría al Gobierno a abrir una nueva mesa de diálogos con los grupos escindidos, pues las garantías judiciales del proceso están dadas exclusivamente para la Segunda Marquetalia.
Además, aún no es claro el camino que tomarán las estructuras de la Serranía del Perijá y la Orinoquía (estas últimas, bajo el mando del Zarco Aldinever, quien habría estado en un pulso de poder con Walter Mendoza).
El tema es tan complejo que desde hace algunas semanas, dado el ambiente de incertidumbre, los delegados de los países garantes y las instituciones acompañantes han dado pasos cautos en sus labores. Según conoció Colombia+20, los delegados de Cuba, Noruega y Venezuela prefirieron no participar en una reunión clave entre las partes el pasado domingo en Putumayo. Solo la Iglesia Católica y la Misión de Verificación de la ONU hicieron presencia.
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“La presencia de Iván Márquez era determinante para los países garantes y eso tiene influencia grave porque muchos de estos países toman a Márquez como una figura política que se rearma. La consecuencia para la comunidad internacional puede ser grave porque tenían un interlocutor que ya conocían”, apuntó Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Fue ese el encuentro en el que salió a la luz una carta firmada por Iván Márquez en la que desautorizaba a Mendoza, el germen de la actual división del grupo disidente. Aunque se puso en duda la autenticidad de la misiva dados los rumores sobre la supuesta muerte de Márquez, dos fuentes cercanas a la mesa de diálogos le aseguraron a Colombia+20 que el documento es legítimo y llegó a través de los emisorios a los que el jefe disidente siempre acude para comunicarse.
“Iván Márquez tiene una forma muy particular de escribir y desarrollar ciertas cuestiones. Al menos acá, nadie dudó de la autenticidad del documento”, dijo una de las fuentes.
A eso se suma que una las mayores trabas a la negociación: la suspensión de la orden de captura y extradición contra Márquez.
Una fuente del Ejecutivo aseguró que un beneficio de ese tipo solo se puede gestionar en un punto avanzado del proceso de paz. Del otro lado, una persona cercana a Márquez aseguró que, para dirección de la Segunda Marquetalia, no comprendía cómo se negaba la petición cuando se le han levantando órdenes de captura, por ejemplo, a miembros del Clan del Golfo.
Este tema llevó a un congelamiento de la mesa casi dos meses, que provocó el retraso en la segunda ronda de diálogos (programada para octubre y aplazada por las tensiones).
¿Quién es Walter Mendoza, quien lideraría la nueva negociación de paz?
Tras la ruptura interna en la Segunda Marquetalia, la ficha principal de una eventual negociación es Walter Mendoza. Se trata de un viejo combatiente de las FARC, conocido por su capacidad de estrategia: fungía como jefe militar del Bloque Occidental y habría estado detrás de la creación de las columnas móviles, que fueron cruciales en el balance de la guerra en favor de la extinta guerrilla.
Tras su salida de las FARC, Mendoza quedó encargado de hacer pedagogía sobre el proceso de paz y también estuvo al frente de un proyecto productivo para exportar café. Sin embargo, para finales de 2018 ya tenía en su contra por lo menos ocho órdenes de captura por delitos cometidos, principalmente, en Valle del Cauca.
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Desde entonces su paradero fue desconocido y solo se volvió a saber de él cuando apareció en el video del 29 de agosto de 2019 cuando Iván Márquez, ‘Jesús Santrich’, ‘El Paisa’ y ‘Romaña’ anunciaron la creación de la Segunda Marquetalia.
La cercanía entre Márquez y Mendoza se habría tejido durante la consolidación del nuevo grupo armado. De hecho, se considera que son los sobrevivientes de mayor rango tras las bajas que ha tenido la Segunda Marquetalia en estos seis años, incluyendo a Romaña, Santrich y El Paisa.
¿Pugna entre Mendoza y el Zarco Aldinever?
Otro de los interrogantes que surge tras la ruptura de la Segunda Marquetalia es la supuesta pugna entre Walter Mendoza y el Zarco Aldinever (otro de los máximos cabecillas). Fuentes cercanas a ese tablero de negociación han dicho que, aún antes de conocerse los rumores sobre la muerte de Márquez, ya se cocinaba una tensión interna por el poder del grupo.
Hacia los departamentos de Vichada y Guaviare está la facción de Aldinever, que reúne a ocho subestructuras dedicadas a la explotación de minería ilegal en la frontera con Venezuela
Mendoza, en cambio, tiene una alta influencia en la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, una estructura con cerca de 700 hombres alzados en armas y con fuerte presencia en el Pacífico Nariñense, especialmente en Tumaco, donde se concentra la mayoría de combatientes de ese grupo armado.
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En este punto del país, las ocho subestructuras que hacen parte de la Coordinadora tendrían injerencia en el tráfico de cocaína por la frontera con Ecuador y se disputan el territorio con las disidencias del Estado Mayor Central. Bajo la nueva alianza para escindirse de la Segunda Marquetalia, estas estructuras irían de la mano con los Comandos de Frontera, que tienen una fuerte influencia en Putumayo y serían una de las organizaciones armadas con más recursos económicos en el país, producto del narcotráfico.
Por ahora, hay incertidumbre sobre el futuro de este tablero de negociación y sobre si cambiará el proceso y la agenda de negociación de cara a quienes se quedan en la mesa. Sin embargo, expertos han manifestado la necesidad de crear una metodología clara que le permita al Gobierno identificar con quién es que va a negociar.
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