¿Cuál es el papel de Venezuela en los diálogos entre el Eln y el gobierno Petro?

La reconstrucción de las relaciones entre Colombia y Venezuela pone de nuevo el tema sobre la mesa. Para algunos analistas, seguir siendo país garante, para otros, parte de la mesa de negociación.

Silvia Corredor Rodríguez
25 de agosto de 2022 - 11:10 p. m.
Comunidad de corregimientos de Arauca en frontera con Venezuela donde algunos lugares tienen imágenes alusivas a las FARC y ELN
Comunidad de corregimientos de Arauca en frontera con Venezuela donde algunos lugares tienen imágenes alusivas a las FARC y ELN
Foto: El Espectador - José Vargas
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La relación fronteriza con Venezuela va mucho más allá de las dinámicas migratorias y económicas que históricamente se han movido en esta región de Colombia. Las afectaciones, relaciones y dinámicas del conflicto armado han terminado por convertir a Venezuela en una retaguardia de grupos armados ilegales como las Farc y el Eln, y por ende, en un aliado en las conversaciones con ambas insurgencias.

El rol central de Venezuela en este diálogo actual con el Eln tiene dos elementos claves. El primero de ellos es que esta guerrilla tiene una dinámica binacional desde que hace presencia en territorio venezolano desde la década de los 80 que con los años ha aumentado. “Esa condición de ser una guerrilla que tiene presencia tanto en Colombia como en Venezuela hace que la presencia de Venezuela como un facilitador de este proceso y como un amigo del esfuerzo de la negociación sea muy importante”, le comentó a Colombia +20 Luis Eduardo Celis, asesor de la Fundación Pares.

El segundo elemento es el respaldo a las negociaciones que se realizaron entre el gobierno de Colombia y las Farc en La Habana. Las cercanías ideológicas de estas guerrillas colombianas con el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro ha permitido un relacionamiento estrecho y entender a este país como un actor clave en las negociaciones de paz. Además, cuando el gobierno Santos inició los acercamientos con el Eln, Venezuela facilitó los traslados de la delegación negociadora hasta Quito (Ecuador) y fungió como acompañante del proceso.

Venezuela debe estar en el proceso sin interferir, garantizando que la mesa funcione, con voluntad política pero sin intervenir en ella. Me parece que podría seguir cumpliendo ese rol, pero vale la pena que el nuevo gobierno precise esos espacios” explica Socorro Ramírez, integrante de la delegación de paz del gobierno de Juan Manuel Santos para los diálogos con el Eln. Ella, además, integra Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela, una red binacional que viene desarrollando esfuerzos en la frontera.

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La dinámica binacional del Eln suma un elemento clave y es que hay población venezolana que hace parte de esta guerrilla y para analistas como Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, este país no solo debe ser garante sino parte.

“El Eln ha ganado legitimidad en territorio venezolano y esto transforma lo que es la negociación porque antes Venezuela se veía como un país facilitador, mediador pero ahora hay que verlo en la negociación como un país parte. Porque de nada sirve desmovilizar al Eln colombiano, si no se logra desmovilizar al Eln venezolano y la Paz Total que propone el presidente Petro pasa por ahí, por una negociación tripartita donde va a estar el Estado colombiano por un lado, el Estado venezolano por el otro y el Eln que se mueven los dos países de manera diferente”, señaló Rodríguez.

Sin embargo, para Socorro Ramírez el accionar del Eln en Venezuela es un tema que debe solucionar ese gobierno en otra instancia y no dentro de la mesa de negociación colombiana pero resaltó que lo que se realice acá puede apoyar el proceso en Venezuela. “Seguramente la negociación en Colombia que termine la resistencia armada del Eln le significa a Venezuela una oportunidad de poder hacerle frente y resolver la presencia de ese grupo allá”.

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El proyecto de Paz Total que el presidente Gustavo Petro ha planteado desde campaña, incluye un diálogo con grupos armados ilegales como el Clan del Golfo o Agc y el Eln que ha intentado establecer negociaciones con cinco gobiernos anteriores. Sin embargo, algunos analistas sugieren que a este proyecto de paz se debe sumar los diálogos con un vecino como Venezuela con el que se rompieron relaciones durante el gobierno de Iván Duque.

“Hay que pensar que la paz en Colombia da la posibilidad de una solución política en Venezuela y una nueva correlación hemisférica para las relaciones latinoamericanas con este país. La normalización de las relaciones entre ambos países (Colombia y Venezuela) lleva a jugar en tres bandas: lograr una paz efectiva con el Eln en el caso de Colombia; una solución política al conflicto venezolano; y una normalización de las relaciones entre los países hermanos”, explicó Andrés Antillano, profesor de la Universidad Central de Venezuela.

La Venezuela que actualmente propició acercamientos con el gobierno de Gustavo Petro ha cambiado desde que se rompieron relaciones con Colombia. Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario explicó que es una Venezuela frágil, que no cuenta con la capacidad diplomática ni económica y que además, tiene relaciones complejas con los demás gobiernos de izquierda de la región.

“Venezuela ya no tiene el mismo aparato diplomático, ya no es el país rico que era en el pasado que le permitía un margen de maniobra. Incluso, apoyar económicamente partes del proceso de negociación como los viajes a La Habana de actores armados no es viable, Venezuela ya no tiene la misma trascendencia regional”, explicó Rodríguez.

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Desde los diálogos con Santos se había establecido que las negociaciones tendrían como sede cada uno de los países garantes, Socorro Ramírez le comentó a Colombia +20 que todo parece indicar que la mesa quedará establecida en La Habana y que por Venezuela no se volverá a pasar.

“Por Caracas ya pasó la mesa hace rato y no es un protocolo regresar allá, Incluso Chile resulta bastante lejos y dispendioso en el proceso entonces todo indica que se quedará la mesa en La Habana pero el gobierno colombiano tendría que clarificar muy bien el papel de cada uno de esos espacios de acompañamiento internacional para evitar equívocos o que se vuelvan fuente de conflicto antes que de cooperación”.

¿Qué pasa con la influencia territorial y militar del Eln en Venezuela?

La presencia del Eln en territorio venezolano ha ido aumentando hasta que se llegó a afirmar que esta guerrilla tenía incidencia en 12 de los 24 estados de Venezuela, según el portal especializado Insight Crime. Estas particularidades ha llevado a que el Eln juegue un papel de regulador en zonas como el ‘Arco Minero del Orinoco’ para garantizar la obtención de recursos del gobierno venezolano, pero hacia el lado colombiano un rol más combativo.

“El Eln ha jugado, de un lado, a ser más próxima al gobierno y a favorecer sus intereses, y por el otro lado (en Colombia), ha estado enfrentando al gobierno”, expresó Socorro Ramírez, miembro de Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela una red binacional que viene desarrollando esfuerzos en la frontera.

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Sin embargo, para algunos analistas las relaciones e injerencia de la guerrilla del Eln en territorio venezolano parte de la conveniencia y tiene cierto grado de autonomía. “No hay un matrimonio entre el Eln y el gobierno venezolano, sin embargo, eso no va a significar que pueden haber alianzas locales importantes y tolerancias por razones puramente de conveniencia”, le explicó a Colombia +20 Andrés Antillano, profesor de la Universidad Central de Venezuela.

Uno de los elementos adicionales para tener en cuenta en la negociación con el Eln son las dinámicas territoriales de este grupo armado en esta zona fronteriza que comprende problemáticas migratorias, económicas y sociales. Ronal Rodríguez del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario advirtió que en la zona entre Táchira (Venezuela) y Santander cerca de 15 organizaciones criminales hacen presencia allí, complejizando la situación de conflicto.

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“En el marco de una frontera de 2.219 km que tiene diferentes estancias geográficas que van desde el desierto hasta la selva, en la cual convergen aproximadamente 12 millones de personas entre los siete departamentos colombianos y los cuatro estados venezolanos pues estamos hablando de una población y de un área territorial que puede llegar a ser más grande que Alemania esto tiene una unas dinámicas muy complejas en este momento”, resaltó Rodríguez.

Uno de los mayores temores es repetir los errores del Acuerdo de Paz con las Farc, que tras la salida de esa guerrilla, la violencia se recrudezca en estos territorios. “Ante la salida del Eln lo que podemos ver es que se pueda dar un recrudecimiento de la violencia por aquellos actores que buscan alimentarse de esas rentas criminales. Esto respondería a la paradoja del papel del Eln como garante de seguridad de esta zona fronteriza y no podemos caer en ese espiral de violencia por la no presencia efectiva del Estado colombiano y el Estado Venezolano en la frontera”, agregó Rodríguez.

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