Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El próximo 19 de junio Colombia elegirá al nuevo presidente 2022 - 2026. La segunda vuelta presidencial estará entre el líder de izquierda Gustavo Petro -quien se lanza a la contienda electoral por tercera vez- y que se enfrentará al político de derecha Rodolfo Hernández. Aunque los temas del Acuerdo de Paz y el conflicto armado en los territorios no fueron la prioridad en sus agendas, discursos ni debates, lo cierto es que ambos candidatos se han comprometido a implementar lo pactado en La Habana en 2016 sin ‘peros’, a pesar de que son pocos los puntos en los que los aspirantes a la Casa de Nariño coinciden. Por ejemplo, sobre si negociar o no con el Eln, el candidato de izquierda ha dicho que esa será una de sus prioridades en caso de llegar a gobernar, mientras que Hernández, quien además es víctima directa de esta guerrilla, propone un otrosí para que se adhieran al Acuerdo de Paz firmado con las Farc, pero asegura que no establecerá nuevas mesas de negociación.
Colombia+20 analizó los resultados electorales en Chocó, Cauca, Arauca, Putumayo, la subregión del Catatumbo y algunas zonas de Antioquia, seis de las regiones del país que más están sufriendo el conflicto armado interno por cuenta de la reorganización de grupos ilegales como las disidencias de las Farc, el Eln y las Agc, que entraron a ocupar territorios que históricamente fueron de la otrora guerrilla de las Farc. De hecho, en algunas zonas rurales de estos departamentos el pasado 13 de marzo la población eligió a sus representantes a la Cámara a través de las curules de paz, que eran una deuda histórica con las víctimas del conflicto armado.
Catatumbo
Esta subregión de Norte de Santander, conformada por 11 municipios, es una de las zonas más cocaleras del país, con 40.116 hectáreas sembradas, lo que la convierte también en una región de alto control de grupos armados ilegales. En municipios como El Tarra, Tibú, San Calixto, Convención, Teorama, El Carmen y Hacarí el grupo predominante es la guerrilla del Eln. Algunas otras zonas tienen presencia del Frente 33 de las disidencias de las Farc y en menor proporción del Epl, sobre todo en los municipios de San Calixto y La Playa.
Aunque en el departamento de Norte de Santander ganó el ingeniero Rodolfo Hernández con el 54,1 % de los votos, en Catatumbo la contienda estuvo más repartida: en los municipios de Ábrego, Convención, Ocaña, Tibú, Sardinata y La Playa y El Carmen el ganador fue Rodolfo Hernández, con un promedio del 63 % de los votos. Mientras que en El Tarra, San Calixto, Teorama y Hacarí el ganador fue Gustavo Petro, con más del 72 % de los votos.
El Catatumbo es una de las zonas priorizadas por el Acuerdo de Paz a través de los PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial). El candidato Rodolfo Hernández no menciona en su plan de gobierno este programa y tampoco hay alguna propuesta específica sobre la implementación de estas zonas afectadas por la guerras. El candidato Gustavo Petro, por su parte, dice en su propuesta de gobierno que implementarán un “servicio social para la paz, involucrando masivamente a la juventud en la construcción de la paz y el impulso de los PDETS”.
(Lea también: Votó por primera vez, de las armas a las urnas)
Chocó
En 29 de los 30 municipios de Chocó el ganador fue Gustavo Petro, con el 72,2 % de los votos en todo el departamento. En 2016, en Chocó ganó el Sí en el plebiscito por la paz, con el 79,7 % de favorabilidad en esta región que más ha vivido las atrocidades de la guerra desde todas las orillas, desde ataques guerrilleros como la masacre de Bojayá en 2002 perpetrada por las exFarc, hasta masacres paramilitares como la de Riosucio en 1996 bajo el mando del bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
El único municipio en el que no ganó el candidato de izquierda es en Carmen de Atrato, en el que apenas logró el 26,79% (908 votos), mientras que Rodolfo Hernández alcanzó los 1.251 sufragios. El departamento del Chocó, que es mayoritariamente de población étnico (indígena y afro), es uno de los que registra mayor número de necesidades básicas insatisfechas -NBI-, alcanzando aproximadamente el 79,19% de su población, y por ello resulta atractivo para el accionar de los grupos armados ilegales ya que gracias a sus vías fluviales y su cercanía fronteriza con Panamá es un punto estratégico para las economías ilegales.
Históricamente este departamento fue controlado por Bloque Noroccidental de las Farc, pero tras la reincorporación en 2017, luego de la firma del Acuerdo de Paz, muchos de estos territorios pasaron a ser de control absoluto del Eln que, por ejemplo, en ese año, pasó de tener presencia en seis municipios a controlar 19. Al mismo tiempo, la expansión de las Agc (o Clan del Golfo) en el sur del Chocó se ha intensificado en municipios como Bojayá y en zonas del Medio y Bajo San Juan. En lo que va del 2022, según Indepaz, en este departamento se han cometido cuatro masacres con un total de 11 víctimas mortales.
Arauca
En este departamento, también fronterizo con Venezuela, el gran ganador fue Rodolfo Hernández, que alcanzó 56.079 votos (58,06 %). El ingeniero superó de lejos a Gustavo Petro en este departamento en el que alcanzó apenas 23.043 votos (23,85 %). El contexto de conflicto armado en el departamento está atravesado por la presencia y control casi absoluto de la guerrilla del Eln, específicamente del Frente Domingo Laín, quienes se disputan el territorio con el Frente 10 y el Frente 28 de las disidencias de las Farc, que desde hace por lo menos seis meses declararon como “objetivo militar” a los liderazgos sociales.
Luis Eduardo Celis, asesor de la Fundación Pares, dice que el triunfo del ingeniero Hernández en este departamento (y en la región del Catatumbo) “es un voto castigo contra la tradición política pero, además, es una voz de protesta contra el Eln como una guerrilla que se ha consolidado fuertemente en ambas regiones”. El analista explica que, aunque ambas regiones del país tienen herencia política de izquierda y comparten frontera con Venezuela, la población está desesperanzada y el discurso de “antiestablecimiento” que impulsó Hernández fue el que terminó convenciendo en estos departamentos.
Otra opinión tiene Juan Carlos Torregrosa, abogado y líder social del departamento de Arauca quien asegura que los resultados tienen una explicación histórica y coyuntural en Arauca: “Esta ha sido una región fuertemente estigmatizada desde hace ya varias décadas, pero además lo es ahora mismo, que hemos vivido amenazas, señalamientos, homicidios y desplazamientos a nuestros líderes sociales, que son tildados de ser de izquierda solo por defender los derechos humanos. Y la campaña de Gustavo Petro ha sido estigmatizada también, entonces creo que muchas personas prefirieron alejarse de eso y estar en un supuesto centro, que es como se ha vendido Hernández”. El líder explica también que los resultados en Arauca se explican también en el hecho de que el liderazgo social del departamento, que ha sido amenazado especialmente en los últimos cinco meses, ha estado alejado de las discusiones políticas.
Cauca
En los 41 municipios del Cauca, la tierra de Francia Márquez Mina, candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico, ganó este partido, liderado por Gustavo Petro. Este departamento, que históricamente ha vivido el conflicto armado en especial por la presencia de la exguerrilla de las Farc -y ahora de tres grupos de disidencias-, apenas le dio el 10,2 % de sus votos al ingeniero Hernández, mientras Gustavo Petro alcanzó el 69,8 %.
Una de las problemáticas más latentes del departamento es el acelerado crecimiento de cultivos de uso ilícito. En todo el departamento hay, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 17.356 hectáreas de coca, casi todas concentradas en el norte del Cauca. Actualmente, los grupos armados que hacen presencia en el norte del departamento son las disidencias de las Farc divididas en la columna Jaime Martínez y la Dagoberto Ramos, que se disputan el control de los municipios.
La presencia de grupos posparamilitarismo en el norte del Cauca es casi nula. Sin embargo, hacia el sur del departamento, en los municipios aledaños con Nariño y en la región de El Patía sí hay presencia y control de las Agc, aunque en esta zona no se sintió con la misma fuerza el paro armado de ese grupo armado en la primera semana de mayo. Celis, asesor de la Fundación Pares, dice que el resultado en este departamento se explica en el hecho de que es una región con cultura política. “En el Cauca hay muchos procesos étnicos como el CRIC, consejos comunitarios afros y otros antecedentes sociales que hacen que sea un departamento muy político”.
(Le puede interesar: ¿Glifosato? ¿Diálogos con el Eln? Las propuestas de paz de los presidenciables)
Bajo Cauca antioqueño y Urabá
Estas dos subregiones de Antioquia, de histórica presencia paramilitar, eligieron en su mayoría al candidato del Pacto Histórico. Los seis municipios del Bajo Cauca antioqueño que son Cáceres, Tarazá, Zaragoza, Nechí, El Bagre y Caucasia eligieron a Gustavo Petro por unanimidad con un porcentaje superior al 45 % de los votos. Esta región, específicamente, es controlada por las Agc después del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia. El Bajo Cauca antioqueño es, de hecho, el territorio de Dairo Antonio Úsuga, conocido en la guerra como “Otoniel”, el máximo jefe del Clan del Golfo que fue extraditado recientemente hacia Estados Unidos por narcotráfico.
En municipios como Caucasia, por ejemplo, otro de los actores armados de accionar paramilitar que más tienen influencia son Los Caparros, el grupo que en 1996 estuvo al mando de “Macaco” y que son disidentes de las Auc. Este grupo posparamilitar se disputa territorio del Bajo Cauca con el Clan del Golfo por las rutas del narcotráfico desde esa región. En este municipio el candidato Gustavo Petro alcanzó 12.823 votos, que representó el 38,6 % del total, mientras que Rodolfo Hernández quedó en segundo lugar con 10.412 votos (32,1 %).
Carlos Andrés Zapata, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos y Paz del Instituto Popular de Capacitación (IPC) dice que en el caso de estas dos subregiones de Antioquia es particular por el hecho de que ninguna de las dos “hace parte del proyecto cultural tradicional de la élite de Antioquia”, sino que incluso se les llama población “costeña de sabana” y son territorios que no están integrados a las dinámicas de desarrollo del departamento. “En el Bajo Cauca y en Urabá el voto no se comporta como la hegemonía antioqueña sino como las zonas de frontera y expansión.
Por su parte, en el Urabá antioqueño, una región con alto valor geopolítico por su cercanía con la costa del mar Caribe y del Pacífico, pero además por su carácter fronterizo con Panamá a través de la selva del Bajo Atrato - Darién, los votos fueron en su mayoría por el candidato de la izquierda. Petro ganó en Apartadó, Necoclí, Mutatá, Turbo, San Juan de Urabá, Arboletes, Carepa, Vigía del Fuerte y Murindó. Esta subregión de Antioquia fue una de las más afectadas en medio del paro armado del Clan del Golfo, entre otras cosas, por la fuerte presencia que tiene el grupo y la influencia del máximo jefe ya extraditado “Otoniel”.
Apenas en dos municipios del Urabá hubo candidatos de derecha victoriosos. En San Pedro de Urabá el ganador fue Federico Gutiérrez con 2.873 votos (34,97 %); seguido del ingeniero Rodolfo Hernández que alcanzó 2.531 votos (30,80 %) y en tercer lugar Gustavo Petro, con 2.040 votos (24,8 %). En esta subregión, Hernández ganó únicamente en el municipio de Dabeiba 2.452 votos (37,8 %). Según el analista de Pares, esta victoria casi absoluta del candidato de la izquierda en el Bajo Cauca y en el Urabá también es de tradición histórica: “En esta zona, donde el conflicto del paramilitarismo ha sido tan desbordado, la población es muy política y muy de izquierda, entre otras cosas como muestra de rechazo a estos grupos armados. Pero además por la tradición bananera de la región, que siempre fue muy sindical y afín a las ideas de la izquierda”.
Según el experto, los grupos armados en estas zonas cada vez tienen menos injerencia en las votaciones, aunque menciona que en las últimas 12 elecciones presidenciales no se ha identificado una relación directa entre incremento de la violencia y elecciones presidenciales. Más bien, asegura, este tipo de presiones políticas suelen darse en los territorios cuando las elecciones son locales y hay intereses regionales de por medio. “En el pasado las Auc ponían administraciones locales afínes a su proyecto para incidir, por ejemplo, en la contratación local, como es la historia de la parapolítica, pero el electorado ya no está determinado por estos grupos. Las Agc en estas regiones no presionaron al electorado sino que lo dejaron libre. Un caso similar al de las disidencias de las Farc, que ahora tienen un proyecto más económico que político”, explica.
(Vea: Elecciones 2022: ¿Cómo atravesó el conflicto armado a las fórmulas presidenciales?)
Putumayo
En los 13 municipios de este departamento el ganador fue el Pacto Histórico, que se quedó con el 70,9 % de los votos. Putumayo, que también es una región fronteriza (con Ecuador y Perú por vía fluvial), y en la que también hay alta presencia de cultivos ilícitos, el control territorial del medio y bajo Putumayo se lo disputan dos grupos de disidencias de las Farc: el frente Carolina Ramírez y los Comandos de la Frontera, cuyas rentas ilícitas, en su mayoría, provienen del narcotráfico. Los municipios donde Gustavo Petro alcanzó el mayor porcentaje de votos fueron Valle del Guamuez (La Hormiga) y San Miguel (La Dorada), con 11.379 votos y 4.808, respectivamente. En ambos municipios, los votos para el candidato de izquierda representaron el 85 %.
Yuri Quintero, de la Red de Derechos Humanos del Putumayo, explica que aunque este departamento fue el segundo en mayor votación por el candidato de izquierda, “hubo población que no pudo votar porque se acomodaron jornadas de erradicación por parte de la Fuerza Pública justo en la jornada electoral, entonces fueron muchos campesinos y campesinas que tuvieron que elegir entre la defensa de su cultivo de coca y reclamando que el Gobierno no les ha cumplido, antes que a ir a votar”. También dijo que el resultado electoral es producto de varios procesos sociales que han acompañado a las víctimas del conflicto armado. “Nosotros hemos sido estigmatizados por el Estado y hemos vivido la violencia y la guerra, entonces los putumayenses esperan un cambio que ven representado en Gustavo Petro y Francia Márquez”.
Según el analista de Pares, aunque el panorama de la implementación del Acuerdo de Paz es incierto con Rodolfo Hernández, lo cierto es que su propuesta de añadir un ‘otrosí' al Acuerdo firmado con las Farc para incluir a la guerrilla del Eln es inviable. “Es imposible de implementar porque es inconstitucional. Si Rodolfo Hernández llega a ser presidente y no cambia esa idea, tendremos otros cuatro años más de guerra con el Eln”.
Algunas de las propuestas de Hernández para hacer realidad lo que quedó pactado en La Habana será implementar el catastro multipropósito y “modernizar y formalizar el campo”. Para ello, dice que impulsará los mercados campesinos para eliminar las barreras de comercialización que hay en zonas rurales, aunque no especifica cómo logrará la conectividad territorial para este fin. Por su parte, Gustavo Petro dedicó un eje completo en su propuesta de gobierno a la construcción de la paz y ha dicho que el pilar de la Reforma Rural Integral será lo que él ha denominado como la “democratización de la tierra”, que incluye impulsar el proceso del catastro multipropósito, fortalecer el Fondo de Tierras y crear la jurisdicción agraria, entre otras propuestas.