ELN y Fuerza Pública completan 40 días sin ataques, según Cerac
Si bien el Gobierno no dispuso un cese al fuego bilateral tras el anuncio de esa guerrilla de suspender hostilidades durante el mes de abril, este se ha producido de facto pues ese centro de análisis de conflictos no ha reportado desde el 12 de marzo acciones ofensivas de esa insurgencia ni tampoco operaciones militares del Estado en su contra.
Colombia2020 / @EEColombia2020
Ya van 39 días sin acciones ofensivas atribuidas al Eln en todo el país, según el monitoreo que el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) ha hecho del cese al fuego unilateral declarado por esa guerrilla desde el pasado primero de abril. Incluso desde antes de ese anuncio, hecho el 29 de marzo, la guerrilla ya había suspendido acciones armadas ofensivas.
Pero, además, pese a que el Gobierno no dispuso un cese bilateral de hostilidades, este se ha producido de facto pues según el Cerac ya son 40 días sin que haya registrado tampoco una operación militar de la Fuerza Pública contra el Eln. “Así, destacamos la completa reducción de la violencia asociada directamente al conflicto entre el Eln y la fuerza pública durante los últimos 39 días”, se lee en el reporte de ese centro.
(Lea: Cese del fuego del ELN impactaría en nueve departamentos del país)
Que el Eln y el Estado no se hayan atacado en un lapso de tiempo tan largo (40 días) no ocurría desde hace 12 años, cuando esa guerrilla estuvo muy reducida, sostiene Jorge Restrepo, investigador del Cerac y quien está al frente de este monitoreo. Lo que ha ocurrido es que el Eln declara el cese unilateral, pero las acciones de la fuerza pública en su contra no se detienen.
En este caso, la última operación militar se registró el pasado 12 de marzo en San Pablo, sur de Bolívar (enclave histórico de esa guerrilla), cuando en un combate entre el Ejército y el Eln murió un guerrillero y un soldado resultó herido.
Ese desescalamiento del conflicto entre la insurgencia y el Estado ha significado un alivio humanitario para las zonas con mayor presencia de esta guerrilla. “Se ha presentado una reducción sustancial del riesgo humanitario y del riesgo de seguridad”, sostiene el reporte.
Sin embargo, ese alivio humanitario es frágil y limitado, pues si bien el Eln no ha sostenido enfrentamientos con la fuerza pública, sí lo ha hecho con otros grupos armados ilegales como disidencias de las Farc y grupos de corte paramilitar. El más reciente fue esta semana en el municipio de Santa Barbara de Iscuandé (Nariño), donde esa guerrilla tuvo combates con la columna Jaime Martínez, disidente de las antiguas Farc. Ese hecho causó el desplazamiento forzado de más de 100 personas de la zona rural al casco urbano del municipio. Y antes de ese, el 5 de abril, fue contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (o Clan del Golfo) en Bojayá, Chocó, en hechos que ocasionaron el desplazamiento de 393 indígenas de los pueblos Embera dobida, katío, chamí y guna dule del resguardo Pichicora.
(Entrevista: “Hay suficiente cohesión dentro del ELN para negociar la paz”: Pablo Beltrán)
Esos hechos no son considerados por el Cerac como violatorios del cese unilateral declarado por el Eln porque no se ha encontrado evidencia que muestre que esa guerrilla inició las acciones violentas, ni tampoco es contrario a lo que había anunciado la insurgencia, que dijo que sería un “cese activo” en caso de recibir ataques armados.
El Cerac también registró durante esta última semana tres hechos violentos que ocurrieron en zonas donde el Eln tiene una marcada presencia, pero que no han sido atribuidos a esa guerrilla. El primero fue una incursión de un grupo armado sin identificar a una zona del corregimiento La Guayacana, de Tumaco, donde atacaron a una familia en un hecho que dejó dos personas muertas y otras cuatro heridas, entre ellas una menor de 14 años. Sobre el hecho, dijo el brigadier general Adolfo Hernández, comandante de la Fuerza de Tarea Hércules, en la zona tienen presencia un grupo denominado ‘los Contadores’ y el grupo disidente de las Farc Oliver Sinisterra.
Otro de los hechos fue el asesinato de Andrés Cansimanse Burbano en zona rural de El Tambo (Cauca), esposo de una dirigente campesina del Coordinador Nacional Agrario (CNA). Y el tercero fueron las amenazas a dos dirigentes comunitarios en Argelia y El Tambo, Cauca, a quienes la Fuerza Pública tuvo que trasladar. “A juicio de CERAC, estos hechos deben ser objeto de verificación por parte de autoridades judiciales para determinar el grupo armado responsable y descartar la eventual responsabilidad de esta guerrilla”.
(Lea también: “No hay voluntad del Gobierno para someter a los gaitanistas”: obispo de Apartadó)
El monitoreo también resaltó la reiteración de Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del Eln (COCE), al Gobierno de pactar un cese bilateral al fuego a partir del primero de mayo y a que nombre delegados para los acercamientos con esa insurgencia. Precisamente, en diálogo con Colombia2020, ese jefe guerrillero se refirió Juan Carlos Cuellar, militante del Eln que está preso en este momento, pero que mientras estuvo en libertad hizo labores de gestor de paz y acercamientos con el Gobierno. “No es que el ELN diga que Cuellar debe ser el gestor, pero lo que decimos es que el Gobierno debe cumplir y liberarlo para que continúe con sus labores. Un día antes de capturarlo de nuevo, él estuvo hablando con Uribe para reanudar estas negociaciones”, dijo Beltrán.
Ello luego de que se presentara el cruce entre esa guerrilla y el comisionado de Paz, Miguel Ceballos, alrededor de la labor de Francisco Galán y Felipe Torres, nombrados promotores de paz por el Gobierno pero no avalados por esa insurgencia. Según Beltrán, ambos renunciaron al Eln hace años y no entiende cómo dos personas que no quieren saber nada de esa guerrilla ahora sirvan como facilitadores.
Vea aquí la entrevista completa con Pablo Beltrán:
Ya van 39 días sin acciones ofensivas atribuidas al Eln en todo el país, según el monitoreo que el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) ha hecho del cese al fuego unilateral declarado por esa guerrilla desde el pasado primero de abril. Incluso desde antes de ese anuncio, hecho el 29 de marzo, la guerrilla ya había suspendido acciones armadas ofensivas.
Pero, además, pese a que el Gobierno no dispuso un cese bilateral de hostilidades, este se ha producido de facto pues según el Cerac ya son 40 días sin que haya registrado tampoco una operación militar de la Fuerza Pública contra el Eln. “Así, destacamos la completa reducción de la violencia asociada directamente al conflicto entre el Eln y la fuerza pública durante los últimos 39 días”, se lee en el reporte de ese centro.
(Lea: Cese del fuego del ELN impactaría en nueve departamentos del país)
Que el Eln y el Estado no se hayan atacado en un lapso de tiempo tan largo (40 días) no ocurría desde hace 12 años, cuando esa guerrilla estuvo muy reducida, sostiene Jorge Restrepo, investigador del Cerac y quien está al frente de este monitoreo. Lo que ha ocurrido es que el Eln declara el cese unilateral, pero las acciones de la fuerza pública en su contra no se detienen.
En este caso, la última operación militar se registró el pasado 12 de marzo en San Pablo, sur de Bolívar (enclave histórico de esa guerrilla), cuando en un combate entre el Ejército y el Eln murió un guerrillero y un soldado resultó herido.
Ese desescalamiento del conflicto entre la insurgencia y el Estado ha significado un alivio humanitario para las zonas con mayor presencia de esta guerrilla. “Se ha presentado una reducción sustancial del riesgo humanitario y del riesgo de seguridad”, sostiene el reporte.
Sin embargo, ese alivio humanitario es frágil y limitado, pues si bien el Eln no ha sostenido enfrentamientos con la fuerza pública, sí lo ha hecho con otros grupos armados ilegales como disidencias de las Farc y grupos de corte paramilitar. El más reciente fue esta semana en el municipio de Santa Barbara de Iscuandé (Nariño), donde esa guerrilla tuvo combates con la columna Jaime Martínez, disidente de las antiguas Farc. Ese hecho causó el desplazamiento forzado de más de 100 personas de la zona rural al casco urbano del municipio. Y antes de ese, el 5 de abril, fue contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (o Clan del Golfo) en Bojayá, Chocó, en hechos que ocasionaron el desplazamiento de 393 indígenas de los pueblos Embera dobida, katío, chamí y guna dule del resguardo Pichicora.
(Entrevista: “Hay suficiente cohesión dentro del ELN para negociar la paz”: Pablo Beltrán)
Esos hechos no son considerados por el Cerac como violatorios del cese unilateral declarado por el Eln porque no se ha encontrado evidencia que muestre que esa guerrilla inició las acciones violentas, ni tampoco es contrario a lo que había anunciado la insurgencia, que dijo que sería un “cese activo” en caso de recibir ataques armados.
El Cerac también registró durante esta última semana tres hechos violentos que ocurrieron en zonas donde el Eln tiene una marcada presencia, pero que no han sido atribuidos a esa guerrilla. El primero fue una incursión de un grupo armado sin identificar a una zona del corregimiento La Guayacana, de Tumaco, donde atacaron a una familia en un hecho que dejó dos personas muertas y otras cuatro heridas, entre ellas una menor de 14 años. Sobre el hecho, dijo el brigadier general Adolfo Hernández, comandante de la Fuerza de Tarea Hércules, en la zona tienen presencia un grupo denominado ‘los Contadores’ y el grupo disidente de las Farc Oliver Sinisterra.
Otro de los hechos fue el asesinato de Andrés Cansimanse Burbano en zona rural de El Tambo (Cauca), esposo de una dirigente campesina del Coordinador Nacional Agrario (CNA). Y el tercero fueron las amenazas a dos dirigentes comunitarios en Argelia y El Tambo, Cauca, a quienes la Fuerza Pública tuvo que trasladar. “A juicio de CERAC, estos hechos deben ser objeto de verificación por parte de autoridades judiciales para determinar el grupo armado responsable y descartar la eventual responsabilidad de esta guerrilla”.
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El monitoreo también resaltó la reiteración de Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del Eln (COCE), al Gobierno de pactar un cese bilateral al fuego a partir del primero de mayo y a que nombre delegados para los acercamientos con esa insurgencia. Precisamente, en diálogo con Colombia2020, ese jefe guerrillero se refirió Juan Carlos Cuellar, militante del Eln que está preso en este momento, pero que mientras estuvo en libertad hizo labores de gestor de paz y acercamientos con el Gobierno. “No es que el ELN diga que Cuellar debe ser el gestor, pero lo que decimos es que el Gobierno debe cumplir y liberarlo para que continúe con sus labores. Un día antes de capturarlo de nuevo, él estuvo hablando con Uribe para reanudar estas negociaciones”, dijo Beltrán.
Ello luego de que se presentara el cruce entre esa guerrilla y el comisionado de Paz, Miguel Ceballos, alrededor de la labor de Francisco Galán y Felipe Torres, nombrados promotores de paz por el Gobierno pero no avalados por esa insurgencia. Según Beltrán, ambos renunciaron al Eln hace años y no entiende cómo dos personas que no quieren saber nada de esa guerrilla ahora sirvan como facilitadores.
Vea aquí la entrevista completa con Pablo Beltrán: