En una semana se han desplazado más de 1000 personas en Hacarí

En ese municipio del Catatumbo aseguran que los desplazamientos persisten. La Alcaldía  contabiliza 1.007 víctimas, desde el 1° de noviembre, por combates entre el Eln y el Epl.

Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez
08 de noviembre de 2018 - 12:49 p. m.
 Habitantes de una vereda de Hacarí desplazándose hacia el casco urbano por los combates entre el Eln y el Epl. Fotos / Cortesía
Habitantes de una vereda de Hacarí desplazándose hacia el casco urbano por los combates entre el Eln y el Epl. Fotos / Cortesía
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Según dijo el martes el ministro de Defensa, Guillermo Botero, el desplazamiento en Hacarí (Norte de Santander) ya cesó. “Fue una circunstancia que ocurrió hace un par de días. Esa situación está totalmente controlada”, dijo el funcionario. Sin embargo, un día después, los hacaritenses y autoridades como el director de la unidad para las víctimas, Ramón Rodríguez; el personero municipal, Yony Galvis y hasta habitantes de la zona consultados por Colombia 2020, señalan que la situación es diferente.

Un desplazado, que pidió no revelar su nombre por cuestiones de seguridad, le dijo a este medio: “No hemos querido bajar porque la zozobra está grande”. Además, contó que el Eln saqueó las viviendas de los campesinos, las tomó como trincheras y patrulla con armas largas y en camuflado el casco urbano de la vereda Mesitas.

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Los combates empezaron en esa vereda la madrugada del 1° de noviembre. El Eln lanzó una ofensiva sobre posiciones del Epl y la población civil quedó atrapada en medio de los combates. Los habitantes empezaron a buscar alternativas para salir. Yony Galvis, personero de Hacarí, fue hasta esa vereda para acompañar a los campesinos en su desplazamiento hacia el casco urbano. “Es muy triste porque eso (las declaraciones) demuestra que no conocen la situación por la que está pasando el municipio y el Catatumbo”, aseguró el funcionario sobre las declaraciones de Botero. Alejandro Contreras, secretario de Desarrollo Rural del municipio, opinó: “Lamentamos que el gobierno departamental no se haya pronunciado y que el Ministerio de Defensa diga que el problema ya pasó”.

Las confrontaciones se agudizaron. Al cierre de esta edición había cinco veredas desoladas: Mesitas, Agua Blanca, La Estación, La Esperanza y Castrillón. Por su parte, la vereda La Laguna se desplazó parcialmente y se encuentran confinados los habitantes de Cumaná, Las Juntas, El Brillante, Palo Cruzal, Limoncito, La Madera, San Miguel y Manzanares. En la zona norte de San Calixto, las veredas en riesgo de desplazamiento son Villa Nueva, Guaduales, San Ignacio y San Javier.

El ministro de Defensa también dijo que “las personas ya volvieron a sus lugares de residencia”. La persona que pidió reservar su nombre dijo que la mayoría de desplazados permanecen en el casco urbano del municipio. Algunos llegaron a las casas de familiares, mientras que otros están en la sede antigua del colegio San Miguel y en la Casa de la Cultura. Otra persona de la región, que pidió no ser citada, aseguró que el Eln tiene una lista de personas a las que les han hecho llegar amenazas diciendo que “si se devuelven ya saben lo que les pasa”. “Hay gente que está diciendo que hasta que no se vayan los elenos no vuelven”, asegura esa misma persona.

Algunos desplazados han ido a mirar cómo están sus viviendas y a alimentar los animales que quedaron en las veredas. La mayoría son hombres que deben pasar varios retenes que tiene instalados el Eln a lo largo de los caminos que comunican al casco urbano con las veredas. “Las casas están abiertas de par en par y sacaron algunas cosas”, cuenta una víctima que fue un momento a su vereda.

“Tenemos información de que unas 300 personas han retornado de manera voluntaria a pesar de que no hay condiciones de seguridad”, enfatiza Ramón Rodríguez. Las otras personas consultadas para este artículo aseguraron que la cifra de retornados es bastante más baja que la expuesta por el director de la Unidad para las Víctimas.

Según las personas que hablaron para este artículo, el Eln ejerce un control total sobre las veredas Mesitas, Agua Blanca, La Estación, La Esperanza y Castrillón. Mientras tanto, el Epl se estaría replegando hacia Sardinata (Norte de Santander). Información extraoficial indica que dos combatientes del Epl, que serían oriundos de Convención y Hacarí, murieron en medio de los enfrentamientos.

“La intervención es totalmente militar, no política”, aseguran fuentes locales. ¿Y de dónde llegaron los guerrilleros del Eln que hostigan hoy al Epl en Hacarí? Provendrían del frente Domingo Laín (que opera en Arauca), del frente Occidental (que hace presencia en Cauca) y del sur de Bolívar.

La guerra entre ambas guerrillas estalló el 14 de marzo de 2018. La confrontación se habría dado por controlar las zonas que abandonó el frente 33 de las Farc luego de que hiciera la dejación de armas en Tibú (Norte de Santander). Según la Alerta Temprana 032 de 2018 de la Defensoría del Pueblo, la lucha por el control de las zonas de frontera ubicadas en El Carmen, Convención y Teorama desató los choques entre ambas organizaciones armadas. Esa disputa significa una nueva dinámica del conflicto en el Catatumbo, debido a que el Eln y el Epl fueron durante muchos años aliados en la región.

La guerra podría recrudecerse. En Hacarí también está la disidencia del frente 33 de las Farc. Ese grupo se adjudicó el hostigamiento de la estación de Policía del municipio el 23 de octubre. En esa acción resultaron heridos cinco civiles y un agente de la Fuerza Pública. Según personas del municipio, algunas noches se ven hombres armados patrullando el casco urbano.

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Hasta allí llegaron el 4 de noviembre las tropas de la Fuerza de Despliegue Rápido número 3, anunciadas desde el 28 de octubre por el presidente Iván Duque. Unos 5.000 efectivos. 

El alcalde de Hacarí, Milcíades Pinzón, en un video difundido por la Fuerza Pública, dijo que “tenemos la Policía y al Ejército desplegándose por las comunidades y esto está generando confianza y tranquilidad en la población civil”. En contraste, el defensor del pueblo de la regional Ocaña, Rafael Navarro, aseguró que “con la entrada de la Fuerza Pública se puede agravar la situación en términos humanitarios. “No sabemos si cuando entre la tropa va a haber más enfrentamientos y más problemas”, teme Alejandro Contreras, secretario de Desarrollo Rural del municipio. 

Consultado sobre el tema por este diario, el general Mauricio Moreno, comandante de la Segunda División del Ejército, aseguró que las tropas militares “siempre” han estado en el territorio. “No se han presentado más confrontaciones desde el sábado, y en la medida en que nos movemos en el territorio vamos a poder hacer que retornen las personas ”, enfatizó.
Las necesidades de los desplazados

Tanto Contreras como Galvis aseguraron sentir que las autoridades departamentales y nacionales han dejado solo al municipio en medio de la tragedia humanitaria. “Esperamos que el Gobierno Nacional, la Unidad de Víctimas y la Gobernación apoyen al municipioporque no tiene la capacidad para atender y asistir a la población en desplazamiento”, asegura el defensor Navarro. La Alcaldía municipal declaró la calamidad pública el 5 de octubre.

Uno de los desplazados dijo que han sido bien atendidos por parte de los hacaritenses. Sin embargo, Galvis, Contreras y Navarro coinciden en que quienes se encuentran en la antigua sede del colegio y en la Casa de la Cultura están viviendo en malas condiciones sanitarias debido a que los baños no son suficientes. “Las personas están hacinadas porque el municipio no tiene instalaciones para brindarles un espacio donde estén cómodas”, señala Contreras. La Defensoría del Pueblo enviará a funcionarios especializados para prevenir episodios de violencia de género.

En cuanto a la alimentación, según Contreras, se ha suplido gracias a la caridad de algunos habitantes de la región. Entre los sectores que han brindado su apoyo a los desplazados, el funcionario destacó a las juntas de acción comunal de la región, a los comerciantes de Hacarí y Ocaña, y a la Diócesis de esta última ciudad.

Ramón Rodríguez aseguró que la Unidad para las Víctimas ha hecho presencia desde el primer momento. “Se me hace extraño que estén diciendo que no se ha rendido el acompañamiento”, aseguró. Según él, esa entidad coordinó con el Consejo Noruego para los Refugiados para entregar ayudas y hacer una olla comunitaria. 

Contreras dice que no ha habido tal acompañamiento y que la olla comunitaria mencionada por Rodríguez no pasó de ser una actividad de un día. 

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Rodríguez se comprometió a que hoy llegarían ayudas alimentarias y kits de hábitat para las víctimas. Según Contreras, lo más urgente son los alimentos, la comida y la ropa para los niños.

De acuerdo con el Registro Único de Víctimas, entre 1985 y el 1° de octubre de 2018, 5.416 hacaritenses sufrieron los fragores del conflicto armado. Falta incluir a las personas que desde el 1° de noviembre se desplazaron por primera vez debido a las confrontaciones entre el Eln y el Epl. La cifra es una muestra de la devastación que ha dejado la guerra en ese municipio, teniendo en cuenta que el número de habitantes está entre los 13 mil y los 14 mil, según datos de la Alcaldía.

Por Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez

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