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“El Ejército y la guerrilla se tomaron las entradas de nuestras casas como campo de batalla. Las balas no dejaron de sonar el 2 de junio, entre las 8:00 p.m. y la 10:00 p.m. No teníamos mejor cosa por hacer que botarnos al piso y rezar para que no nos mataran. Al día siguiente salimos sin un destino fijado, estamos vivos, pero en casa dejamos todo lo que nos hacía vivir”. Este fue un relato recogido por Colombia+20 de uno de los pobladores de la vereda El Pinche, zona rural de Argelia, lugar en el que 177 familias se vieron obligadas a desplazarse en lo corrido de este mes, a causa de enfrentamientos armados.
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Durante los años del conflicto armado, la extinta columna móvil Jacobo Arenas de las Farc supo moverse y controlar territorios al norte del Cauca. En municipios estratégicos como Caldono, Toribío, Morales o Inzá marcaron su propia ley a costa de la integridad y la dignidad de las poblaciones, mayoritariamente indígenas. Paulatinamente, de acuerdo con informes de Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos, supieron moverse hacia el sur del departamento para disputar rentas de economías ilegales con otras guerrillas y declararle de frente una guerra cruenta e incesante a la institucionalidad caucana.
Ahora, la disidencia Carlos Patiño, residual y heredera de las actividades criminales de la Jacobo Arenas, es la que hace recordar los años más feroces del conflicto armado. Justamente fueron ellos -en coautoría con el Eln-, los que ocasionaron este desplazamiento masivo y una serie de hechos forzados casi calcados en Argelia, ocurridos entre el 5 y 7 de septiembre de 2021. Durante esos días, 70 familias se vieron obligadas a salir de sus hogares en las veredas Las Vegas y El Pinche, rumbo al corregimiento de El Plateado -en el mismo municipio -, asentándose en el polideportivo local bajo condiciones humanitarias y sanitarias delicadas, que no tuvieron atención estatal, sino hasta el día 16 de ese mes.
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La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) fue el organismo internacional que le hizo un seguimiento más de cerca a la crisis humanitaria que vivió Argelia el año pasado. El diagnóstico de ellos para los desplazamientos de septiembre de 2021 fue que las amenazas contra funcionarios públicos, las intenciones para formar lo que denominan un ‘paraestado’ y la restricción de la Carlos Patiño para el ingreso al municipio de acceso humanitario (con retenes ilegales) posibilitaron que la situación fuera dura de contener, investigar a fondo y reportar ante autoridades nacionales de forma rápida.
De hecho, en un comunicado que emitió la subsección de Respuestas Humanitarias de la OCHA, advirtieron que los desplazamientos de septiembre de 2021 dieron condiciones para pensar que los grupos armados estaban cada vez más interesados en operar cerca de la cabecera municipal de Argelia o incluso en el mismo casco urbano.
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“Esas y más informaciones fueron alertas tempranas para que el Estado cuidara a Argelia. Como hubo caso omiso sucedió la detonación de una bomba al frente de mi despacho en la noche del 2 de mayo de 2022. Siguieron extorsionando comerciantes, que mal que bien les podemos ofrecer seguridad, contrario a lo que pasa en las veredas y corregimientos, porque allí el control lo perdimos hace tiempo, ante los ojos de todos y sin la ayuda de nadie”, lamentó Jonathan Patiño, alcalde de Argelia, a un periodista local que intermedió en terreno para este medio.
“Esto está más duro que antes de la firma del Acuerdo”
Los desplazamientos de la última semana, entre El Pinche y El Plateado, son una fotocopia de las de septiembre de 2021. Al interior de la población la sensación es la misma: temor e impotencia, al saber que aún con sus denuncias es difícil que la situación mejore pronto. Los testimonios con anonimato son de las pocas fuentes de información que se generan allí porque una palabra en falso o que señale a los responsables de esta crisis humanitaria, les puede costar la integridad a las víctimas.
Arturo* es la persona que dio su testimonio en el primer párrafo de este texto. Le dijo a este diario que si dar su nombre no fuera tan riesgoso lo daría sin problema porque se hastió de tanta violencia que, según él, logró acabar con lo que quedaba de su familia.
“Vivo en El Pinche desde 1993 y los grupos armados siempre han estado. Nos han hecho sufrir y aquí también incluyo al Ejército. A veces ellos fueron más crueles que los mismos señores a los que perseguían y una muestra de ello fue el desplazamiento masivo que tuvimos en estos días. Más que defendernos, querían acabar con su enemigo a como diera lugar. Usaron nuestra tierra de trinchera y nada les valió que tuviéramos niños o ancianos. Si no hubiéramos salido corriendo, cualquier bala nos hubiera alcanzado y ¿quién respondía?”, denunció el labriego.
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La Unidad para las Víctimas indica que en los próximos días pueden llegar a la escuela de Las Vegas y a los asentamientos humanitarios de El Plateado una carga con kits asistenciales con alimentos y utensilios de aseo personal para las, hasta ahora, 236 personas afectadas por los desplazamientos forzados en El Pinche. Sin embargo, la falta de una fecha fija para esas ayudas y el contexto de violencia que se vive en el corregimiento al que les tocó llegar para sobrevivir son otras de las muchas dudas que siguen teniendo los desplazados en Argelia.
“El doctor Harry Sánchez, de la Unidad de Víctimas, llegó junto a su equipo con la mejor intención de ayudarnos. Sin embargo, necesitamos más que palabras y la garantía de que nos van a proteger. Hoy somos más de 200 familias, pero a este paso en cualquier momento pueden desplazar a todo el municipio si se les da la gana. Les ruego una oración porque esto acá está más duro que antes de la firma de los acuerdos de paz”, insistió doña Maritza*, finquera de El Pinche y madre cabeza de hogar que huyó con sus tres hijos.
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Desde el pasado 3 de junio se han llevado consejos de seguridad, en cabeza de la Alcaldía, en los que las prioridades han sido enmarcadas en proteger a la población albergada, impedir que más familias corran con el mismo destino y garantizar un regreso escalonado a El Pinche, conforme los hombres de la disidencia Carlos Patiño se vayan retirando del territorio. Pero todo esto aún es un panorama ilusorio para los 236 desplazados.
¿Represalias por ‘Yeison’?
Por las calles de Argelia corre un rumor que vincula a las intenciones de nuevos cambios de mando al interior de la Carlos Patiño en Argelia con la sistematicidad de sus actos violentos. En la madrugada del pasado 3 de junio, recién ocurrieron los desplazamientos de El Pinche, la Tercera División del Ejército mató en combate a Yeison, un mando medio disidente sindicado por hechos de asesinato, extorsión y desplazamientos forzados en Argelia, Balboa y El Tambo.
Si bien tras esta muerte, el brigadier general John Rojas, comandante de esta división del Ejército, señaló ante medios locales que esto iba a significar un desangramiento de la Carlos Patiño en su interior, con lo que “la población se iba a ver menos amenazada”, la percepción de los ciudadanos es diametralmente diferente.
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“Yeison era uno de los duros, sin duda, pero queda un cabecilla al que conocen como Cabezas que incluso cuando Yeison estaba vivo era el que daba las órdenes de ataque en el casco urbano y aquí en el corregimiento. Si usted viene y pasa por El Sinaí (otro corregimiento) se va a dar cuenta que todo es de él. A nosotros nos llegan mensajes de los hombres de Yeison diciendo que ahora van a atacar más en su memoria. Se nota que los señores de la Carlos Patiño están rotos y con peleas dentro que solo ellos entienden. Al final del día solo pagamos nosotros”, le comentó Ángel* a Colombia+20 uno de los desplazados en El Plateado.
Los centenares de familias de El Pinche seguirán a la espera de mayores y mejores condiciones de vida. La meta colectiva es que este sea el último desplazamiento que sufran. Nadie sabe de las condiciones de sus hogares cuando retornen de nuevo y en medio del dolor mantienen una esperanza inquebrantable de que en el futuro los únicos desconocidos que se acerquen a las puertas de su casa sean los interesados en comprarles frutas y alimento para ganado.
Cambio en los nombres de las fuentes por seguridad*