Incertidumbre por el paradero de “Romaña”
Henry Castellanos salió de la finca El Diamante, en el Meta, donde lideraba proyectos productivos al lado de 200 excombatientes.
Gloria Castrillón / @glocastri
Mientras el segundo pleno del partido FARC se reunía en Bogotá y debatía temas como la implementación del Acuerdo, su agenda legislativa en el Congreso y su participación en las elecciones regionales de 2019, los rumores sobre la “desaparición” de Henry Castellanos provocaron declaraciones confusas por parte del director de la Unidad de Protección, Diego Mora, y del fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez. Los dos funcionarios hablaron de la devolución del esquema de seguridad del exjefe insurgente y de la falta de información sobre su paradero.
El Espectador estableció que, efectivamente, el esquema de seguridad de Henry Castellanos emprendió viaje ayer hacia Bogotá, por instrucciones del mismo Romaña, pero no hay confirmación oficial (por escrito) de que haya renunciado a él.
Lo cierto es que ni Romaña ni Iván Márquez ni el Paisa llegaron a la reunión del partido a la que debían asistir por obligación, ya que resultaron electos como parte de los 111 miembros del Consejo de los Comunes, máxima instancia de dirección de la colectividad que nació hace un año. Tampoco lo hicieron Fabián Ramírez, Iván Merchán, Aldínever Morantes (quien devolvió también a sus escoltas hace dos semanas) e Iván Alí, de quienes tampoco se conoce el paradero.
Lea: 'Romaña' ahora es agricultor y pide que lo dejen trabajar
El hecho de que un grupo de excombatientes como este (hombres fuertes en la guerra, con fuerte vocación de liderazgo) se haya ido de los espacios de reincorporación donde lideraban proyectos productivos y no hayan reportado su lugar de residencia en las últimas semanas, ha generado sospechas de que podrían volver a la guerra.
Pero, por más suspicacias que genere la falta de infromación sobre suparadero, no se puede asumir que de manera automática estos hombres hayan vuelto a empuñar las armas o estén uniéndose a las disidencias.
Lo cierto es que ninguno de los excombatientes está obligado a permanecer en los espacios de reincorporación, tampoco están obligados a reportar ni al gobierno ni a la fiscalía sus cambios de residencia y pueden transitar libremente por el país. Su obligación es con la Jurisdicción Especial para la paz, a la que deben solicitarle permiso para salir del país e informar cambios permanentes de residencia.
En ese sentido, hay que recordar que Henry Castellanos se presentó a la JEP, por medio de su apoderado Hernando Archila, a la diligencia en la que se abrió el caso 001 por retenciones ilegales a manos de la exguerrilla, el pasado 13 de julio.
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Rodrigo Londoño, jefe máximo de la Farc, dijo al comenzar el pleno del partido que 82 de los 111 miembros del consejo habían cumplido la cita, que los otros no pudieron asistir por razones de salud, de seguridad y compromisos con sus actividades de reincorporación. “De dos no se conoce su ubicación para contactarlos”, dice el comunicado de la Farc.
“Ninguno de los de ese grupo ha renunciado al partido. Lo que tienen es temor a que se adelanten operativos militares en su contra como denunció el propio Iván Márquez. Hay temor de otro montaje como el que le hicieron a Santrich, otros temen a retaliaciones de antiguos enemigos de la guerra. Y, en la lógica en la que vivieron por tantos años, prefieren esconderse”, señaló una fuente del partido.
Los rumores sobre la salida de Castellanos Garzón de la finca El Diamante empezaron a circular hace dos semanas. Varias fuentes señalaron que, en los últimos días, él estaba viajando entre Uribe, Meta, y Saravena, Arauca.
En la finca, sin embargo, siguen cerca de 200 excombatientes pendientes de los proyectos productivos que había jalonado Romaña y que El Espectador documentó: ganadería, sembrados de maíz y girasol, un proyecto ecoturístico, además de huertas para el autoconsumo. La Misión de Verificación de la ONU, visita todos los espacios una vez por semana y da cuenta de que los proyectos avanzan.
Video: La nueva vida de Romaña: de la guerra al campo
Se sabe, por ejemplo, que la cooperativa Daincoop, creada por Henry, y a la que están afiliados 180 hombres y mujeres, ya envió al Consejo Nacional de Reincorporación el proyecto de ganadería semiestabulada y siguen en busca de apoyo para la comercialización de sus productos. Ya fueron a la finca empresarios de Mesetas, Granada y Villavicencio para ver oportunidades de negocio. Faltan apenas unas semanas para que los excombatientes puedan recoger la primera cosecha de maíz. Esperan que sean unas e 400 toneladas para transformarlo en silo.
En una entrevista que concedió a El Espectador, hace tres meses, Castellanos se mostró comprometido con el proceso de paz, a pesar de que no estuvo de acuerdo con la forma como se pactó el desarme. Lanzó fuertes críticas a la manera como la dirigencia del partido había manejado el tema de la captura de Jesús Santrich. Y culpó a sus jefes por estar desconectados con la base de la colectividad que debía soportar los incumplimientos del gobierno en la implementación del acuerdo. Y pidió ayuda del gobierno y de empresarios para sacar adelante los cultivos.
Mientras el segundo pleno del partido FARC se reunía en Bogotá y debatía temas como la implementación del Acuerdo, su agenda legislativa en el Congreso y su participación en las elecciones regionales de 2019, los rumores sobre la “desaparición” de Henry Castellanos provocaron declaraciones confusas por parte del director de la Unidad de Protección, Diego Mora, y del fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez. Los dos funcionarios hablaron de la devolución del esquema de seguridad del exjefe insurgente y de la falta de información sobre su paradero.
El Espectador estableció que, efectivamente, el esquema de seguridad de Henry Castellanos emprendió viaje ayer hacia Bogotá, por instrucciones del mismo Romaña, pero no hay confirmación oficial (por escrito) de que haya renunciado a él.
Lo cierto es que ni Romaña ni Iván Márquez ni el Paisa llegaron a la reunión del partido a la que debían asistir por obligación, ya que resultaron electos como parte de los 111 miembros del Consejo de los Comunes, máxima instancia de dirección de la colectividad que nació hace un año. Tampoco lo hicieron Fabián Ramírez, Iván Merchán, Aldínever Morantes (quien devolvió también a sus escoltas hace dos semanas) e Iván Alí, de quienes tampoco se conoce el paradero.
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El hecho de que un grupo de excombatientes como este (hombres fuertes en la guerra, con fuerte vocación de liderazgo) se haya ido de los espacios de reincorporación donde lideraban proyectos productivos y no hayan reportado su lugar de residencia en las últimas semanas, ha generado sospechas de que podrían volver a la guerra.
Pero, por más suspicacias que genere la falta de infromación sobre suparadero, no se puede asumir que de manera automática estos hombres hayan vuelto a empuñar las armas o estén uniéndose a las disidencias.
Lo cierto es que ninguno de los excombatientes está obligado a permanecer en los espacios de reincorporación, tampoco están obligados a reportar ni al gobierno ni a la fiscalía sus cambios de residencia y pueden transitar libremente por el país. Su obligación es con la Jurisdicción Especial para la paz, a la que deben solicitarle permiso para salir del país e informar cambios permanentes de residencia.
En ese sentido, hay que recordar que Henry Castellanos se presentó a la JEP, por medio de su apoderado Hernando Archila, a la diligencia en la que se abrió el caso 001 por retenciones ilegales a manos de la exguerrilla, el pasado 13 de julio.
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Rodrigo Londoño, jefe máximo de la Farc, dijo al comenzar el pleno del partido que 82 de los 111 miembros del consejo habían cumplido la cita, que los otros no pudieron asistir por razones de salud, de seguridad y compromisos con sus actividades de reincorporación. “De dos no se conoce su ubicación para contactarlos”, dice el comunicado de la Farc.
“Ninguno de los de ese grupo ha renunciado al partido. Lo que tienen es temor a que se adelanten operativos militares en su contra como denunció el propio Iván Márquez. Hay temor de otro montaje como el que le hicieron a Santrich, otros temen a retaliaciones de antiguos enemigos de la guerra. Y, en la lógica en la que vivieron por tantos años, prefieren esconderse”, señaló una fuente del partido.
Los rumores sobre la salida de Castellanos Garzón de la finca El Diamante empezaron a circular hace dos semanas. Varias fuentes señalaron que, en los últimos días, él estaba viajando entre Uribe, Meta, y Saravena, Arauca.
En la finca, sin embargo, siguen cerca de 200 excombatientes pendientes de los proyectos productivos que había jalonado Romaña y que El Espectador documentó: ganadería, sembrados de maíz y girasol, un proyecto ecoturístico, además de huertas para el autoconsumo. La Misión de Verificación de la ONU, visita todos los espacios una vez por semana y da cuenta de que los proyectos avanzan.
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Se sabe, por ejemplo, que la cooperativa Daincoop, creada por Henry, y a la que están afiliados 180 hombres y mujeres, ya envió al Consejo Nacional de Reincorporación el proyecto de ganadería semiestabulada y siguen en busca de apoyo para la comercialización de sus productos. Ya fueron a la finca empresarios de Mesetas, Granada y Villavicencio para ver oportunidades de negocio. Faltan apenas unas semanas para que los excombatientes puedan recoger la primera cosecha de maíz. Esperan que sean unas e 400 toneladas para transformarlo en silo.
En una entrevista que concedió a El Espectador, hace tres meses, Castellanos se mostró comprometido con el proceso de paz, a pesar de que no estuvo de acuerdo con la forma como se pactó el desarme. Lanzó fuertes críticas a la manera como la dirigencia del partido había manejado el tema de la captura de Jesús Santrich. Y culpó a sus jefes por estar desconectados con la base de la colectividad que debía soportar los incumplimientos del gobierno en la implementación del acuerdo. Y pidió ayuda del gobierno y de empresarios para sacar adelante los cultivos.