Indígenas embera: así es el resguardo del que han salido desplazados a Bogotá
Video: en la región del Alto Andágueda viven más de 9.000 miembros de esta comunidad. En la última década, cerca de 2.000 han huido por cuenta del conflicto y la falta de oportunidades. ¿Qué exigen para retornar?
Julián Ríos Monroy
En la región del Alto Andágueda, enterrada en el oriente del Chocó, viven más de 9.000 indígenas embera que han resistido al paso del conflicto armado, las disputas por el oro y el abandono del Estado.
(Por contexto, lea el reportaje Viaje al corazón del desplazamiento de los indígenas embera en el Chocó)
En la última década, al menos 2.000 miembros de esta comunidad han salido desplazados hacia ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Pereira, donde cientos de ellos viven en situación de mendicidad.
“Queremos retornar, pero con garantías”, dicen los líderes de la zona, que ya están cansandos de los incumplimientos de todos los gobiernos.
Después de una travesía de más de 10 horas, la Unidad de Víctimas, dirigida por Patricia Tobón Yagarí, llegó en compañía de delegados de un puñado de entidades estatales para escuchar las demandas de este pueblo en su asamblea comunitaria.
Ahora, las expectativas están puestas en que, de una vez por todas, inicie una intervención estructural que frene el éxodo y permita que la promesa del retorno se cumpla, luego de 12 intentos fallidos.
En la región del Alto Andágueda, enterrada en el oriente del Chocó, viven más de 9.000 indígenas embera que han resistido al paso del conflicto armado, las disputas por el oro y el abandono del Estado.
(Por contexto, lea el reportaje Viaje al corazón del desplazamiento de los indígenas embera en el Chocó)
En la última década, al menos 2.000 miembros de esta comunidad han salido desplazados hacia ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Pereira, donde cientos de ellos viven en situación de mendicidad.
“Queremos retornar, pero con garantías”, dicen los líderes de la zona, que ya están cansandos de los incumplimientos de todos los gobiernos.
Después de una travesía de más de 10 horas, la Unidad de Víctimas, dirigida por Patricia Tobón Yagarí, llegó en compañía de delegados de un puñado de entidades estatales para escuchar las demandas de este pueblo en su asamblea comunitaria.
Ahora, las expectativas están puestas en que, de una vez por todas, inicie una intervención estructural que frene el éxodo y permita que la promesa del retorno se cumpla, luego de 12 intentos fallidos.