La complejidad del Bajo Cauca

Cuarta entrega sobre las circunscripciones especiales de paz. Minería ilegal, Eln y bandas criminales son los riesgos que amenazan el proceso electoral en 2018 en esta región.

Redacción Politíca
10 de junio de 2017 - 04:10 a. m.
En el Bajo Cauca antioqueño hay presencia histórica del Eln. /AFP
En el Bajo Cauca antioqueño hay presencia histórica del Eln. /AFP
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El Bajo Cauca antioqueño es un fortín minero. Y esta riqueza ha atraído a empresarios, mineros ilegales y por supuesto a los distintos grupos armados. Las consecuencias ambientales han sido la deforestación, la contaminación de aguas o el abandono de las actividades agrícolas. (Vea el especial de circunscripciones especiales de paz)

Además, es una zona donde ha hecho presencia histórica el Eln y en los últimos años ha visto el crecimiento de bandas criminales. Con el agravante de que con la salida de las Farc del territorio, se desencadenó una fuerte confrontación por el control de las comunidades y sus rentas.

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En este escenario, según los acuerdos de paz con las Farc, quedará situada la tercera Circunscripción Especial Electoral. Los municipios de Cáceres, Caucasia, Nechí, El Bagre, Zaragoza y Tarazá, junto a Remedios, Segovia, Amalfi, Anorí, Briceño, Ituango y Valdivia tendrán que elegir a un representante a la Cámara para el período 2018-2022.

Un reto sobre el que ya ha advertido la Misión de Observación Electoral (MOE), que en su más reciente informe dice que en estos 13 municipios se cuenta con 107 puestos de votación, con un total de 714 mesas. El censo electoral para esta circunscripción es de 292.178 personas y en las elecciones pasadas tuvieron una participación del 32 %.

Para la votación del plebiscito del 2 de octubre de 2016, en el que se impuso el No al Acuerdo de Paz con las Farc, sólo el 23 % de la población apta para votar acudió a las urnas, es decir, 49.956. De los 13 municipios, en ocho ganó el Sí, mientras que en cinco ganó el No. En la segunda vuelta presidencial, la diferencia fue idéntica: en ocho municipios ganó Juan Manuel Santos y en cinco, Óscar Iván Zuluaga.

De acuerdo con la MOE, los pobladores de esta región enfrentan una dificultad “alta y extrema” para acceder a los puestos de votación. En esa misma categoría está la violencia política y social. Entre enero de 2016 y el 20 de abril de 2017, en El Bagre, únicamente, se registraron cuatro amenazas y tres asesinatos, cuyas víctimas fueron líderes sociales. En Cáceres se registraron dos asesinatos, mientras que en Valdivia hubo uno. Asimismo, se presentó un atentado en Caucasia.

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Según los datos del informe, Tarazá es el municipio de esta circunscripción con mayor cantidad de cultivos ilícitos (884 hectáreas), lo siguen Cáceres, con 420 y Anorí con 256. En cuanto a minería ilegal, sobresalen los casos de Cáceres, El Bagre, Nechí, Segovia y Zaragoza, que tienen niveles extremos de actividad de minería ilegal.

Como en muchas de las poblaciones que conforman las 16 circunscripciones especiales de paz, una de las mayores preocupaciones de sus habitantes gira en torno a la presencia del Eln y bandas criminales que han empezado a cooptar los territorios dejados por las Farc. Es el caso del clan del Golfo, que ha tenido un considerable despliegue en la zona.

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Esta lucha por el control territorial ha sido suficiente para que la MOE observe al Bajo Cauca antioqueño como una circunscripción en alto y extremo riesgo electoral. Allí son muchos los intereses que se mueven y se moverán para las elecciones de 2018.

Por Redacción Politíca

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