La paz que no se ha dado con el Eln
En los últimos 30 años han sido varios los intentos de negociar la paz con esta guerrilla, pero sin ningún éxito. Los expresidentes César Gaviria, Ernesto Samper y Andrés Pastrana fueron quienes más lejos habían llegado en los diálogos con el Eln.
Colombia2020/ @EEColombia2020
A propósito de la primera visita oficial del secretario general de la ONU, António Guterres, quien vino al país a reiterar su respaldo al proceso de paz con las Farc y dar algunas recomendaciones para que se retome el cese del fuego con el Eln, Colombia2020, hace un breve balance de los principales acercamientos de parte del Gobierno para acordar la paz con esta guerrilla.
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Aunque desde el mandato de Alfonso López Michelsen se ha intentado establecer una negociación oficial con el Eln, ninguna llegó lo suficientemente lejos en términos de un cese de confrontaciones o la definición de una agenda de discusión. Las presiones del Gobierno para la desmovilización, los atentados cometidos por este grupo y las constantes confrontaciones entre combatientes y Fuerzas Armadas han sido algunas de las causas para que todos los diálogos se detengan.
Las conversaciones actuales en Quito, no son la excepción. A pesar de que el presidente Juan Manuel ha sido quien más ha logrado en los diálogos con el Eln, al declarar un cese del fuego bilateral, los atentados que la guerrilla cometió en Arauca, Boyacá y Casanare apenas acabó el cese, dejaron en suspenso un posible camino hacia la paz con este grupo armado.
Conversaciones en medio de las balas
Uno de los primeros acercamientos con el Eln para sentarse a negociar el fin del conflicto fue con el presidente César Gaviria (1990-1994). Sin embargo, no fueron diálogos en los que la guerrilla participara como interlocutor directo, sino a través de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) que, para esa época, estaba conformada por el Epl, las Farc y el Eln.
Durante los dos primeros años de su mandato hubo rondas de negociación en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México) con delegados de los tres grupos armados. Pero fueron diálogos que se dieron en medio de las balas, pues Gaviria no cedía en la confrontación con las guerrillas hasta que estas se comprometieran con la desmovilización. Este fue un punto de discordia, pues el Eln y las Farc veían la desmovilización como punto de llegada tras los diálogos, no como punto de partida.
Las guerrillas, por su parte, también continuaban con los hostigamientos, atentados y secuestros. Las conversaciones en Caracas, en 1991, se detuvieron por atentado al expresidente del Congreso, Aurelio Iragorri a manos del Eln. En 1992 se repitió la misma historia, esta vez en México, por el secuestro y la muerte en exministro Argelino Durán Quintero por parte del Epl.
Otro hecho relevante, hacia el final de este gobierno, fue la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista (CRS), un ala de la Unión Camilista-Ejército de Liberación Nacional, y en la cual también había integrantes del MIR-Patria Libre. No es el Eln quien tiene ánimos de negociar, sino la CRS después de separarse de este grupo. Se desmovilizan en el municipio de Ovejas (Sucre) el 9 de abril de 1994.
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Participación de la sociedad civil
Durante la administración de Ernesto Samper (1994-1998) se trabajó en el Preacuerdo de Viana, en España, y el Acuerdo de Puerta del Cielo o de Mainz, en Alemania. En este periodo se lograron concretar los diálogos principalmente por la intermediación de algunos ciudadanos y por eso fueron conversaciones marcadas por la informalidad, ya que no contaban con total presencia del Gobierno en la mesa.
El Preacuerdo de Viana se discutió en Madrid en 1998, entre los voceros del Gobierno y de la guerrilla. “Se le denominó preacuerdo porque estaba sujeto a unas consultas y a una verificación y, por lo tanto, debía ser secreto, esa era la característica”, afirma Carlos Velandia, actual gestor de paz y delegado del ELN en los diálogos con Ernesto Samper y Andrés Pastrana.
“Luego se viene la filtración. Una persona que conoció de este preacuerdo lo filtró a la prensa española, la cual también se lo dio al periódico El Tiempo. La revelación del documento generó un clima muy complejo de manejar sobre todo porque cundió la desconfianza: quién lo filtró y qué propósitos tenía la filtración” agrega Velandia. Sumado a esto, el preacuerdo nunca se ratificó a causa de la muerte natural del dirigente del Eln, Manuel Pérez.
Ese mismo año, se firma el Acuerdo de Mainz que, según Velandia, fue el primero que se hizo entre una guerrilla colombiana y la sociedad civil, sin la participación del Estado. “El Eln, por primera vez, accedía a unos compromisos de carácter humanitario. Se comprometieron a no secuestrar a mayores de 65 años, menores de edad o mujeres embarazadas. Pero eso tuvo cuestionamientos en el Derecho Internacional Humanitario: había que renunciar definitivamente al secuestro. Aun así, fue un gran avance, porque le metió ese concepto de humanización en medio del conflicto”, resalta.
La petición de tregua de Fidel Castro
Una de las anécdotas que más recuerda Carlos Velandia durante el tiempo que fue vocero de este grupo armado en las negociaciones con el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), fue el día que Fidel Castro invitó a toda la delegación de la guerrilla para evaluar el proceso de paz con las Farc en San Vicente del Caguán y el camino que le quedaba al Eln:
“Ocurrió el 30 de enero de 2002, después de la Cumbre por la Paz. El presidente Castro nos dice: la única posibilidad es que vayan a un proceso de tregua total con el gobierno de Andrés Pastrana, con el fin de poder fijar una agenda que haga transición hacia el nuevo gobierno, sea quien sea, y que esté le dé continuidad”, cuenta.
Vea: “Gobierno y Eln deben priorizar a Machuca”
Tras esta conversación, el Comando Central opta por enviar a Pablo Beltrán a La Habana, ya cuando los diálogos con las Farc se habían roto. A pesar de esto, se inicia un proceso de discusión con quien fue el Alto Comisionado para la Paz en ese momento, Camilo Gómez Alzate, para discutir la agenda de transición. “Pero todo se malogró, porque el peso político y la capacidad de maniobra del gobierno se agotó y en primera vuelta de las elecciones a Presidencia gana Álvaro Uribe Vélez”, declara.
Fueron varios los obstáculos para que estas conversaciones no avanzaran. En principio, los crímenes cometidos por el Eln como la masacre de Machuca, en 1998, el secuestro del vuelo 9463 de Avianca, y el secuestro de la Iglesia La María en Cali, ambos en 1999. Por otro lado, Andrés Pastrana le apostaba al aumento de la Fuerza Armada a través del Plan Colombia. Finalmente, el 31 de mayo de 2002, se suspenden definitivamente los diálogos. El Eln argumentó que el entonces presidente priorizó el tema de la tregua antes que un acuerdo de humanización de la guerra, pero Pastrana culpó a la guerrilla de falta de voluntad.
A propósito de la primera visita oficial del secretario general de la ONU, António Guterres, quien vino al país a reiterar su respaldo al proceso de paz con las Farc y dar algunas recomendaciones para que se retome el cese del fuego con el Eln, Colombia2020, hace un breve balance de los principales acercamientos de parte del Gobierno para acordar la paz con esta guerrilla.
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Aunque desde el mandato de Alfonso López Michelsen se ha intentado establecer una negociación oficial con el Eln, ninguna llegó lo suficientemente lejos en términos de un cese de confrontaciones o la definición de una agenda de discusión. Las presiones del Gobierno para la desmovilización, los atentados cometidos por este grupo y las constantes confrontaciones entre combatientes y Fuerzas Armadas han sido algunas de las causas para que todos los diálogos se detengan.
Las conversaciones actuales en Quito, no son la excepción. A pesar de que el presidente Juan Manuel ha sido quien más ha logrado en los diálogos con el Eln, al declarar un cese del fuego bilateral, los atentados que la guerrilla cometió en Arauca, Boyacá y Casanare apenas acabó el cese, dejaron en suspenso un posible camino hacia la paz con este grupo armado.
Conversaciones en medio de las balas
Uno de los primeros acercamientos con el Eln para sentarse a negociar el fin del conflicto fue con el presidente César Gaviria (1990-1994). Sin embargo, no fueron diálogos en los que la guerrilla participara como interlocutor directo, sino a través de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) que, para esa época, estaba conformada por el Epl, las Farc y el Eln.
Durante los dos primeros años de su mandato hubo rondas de negociación en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México) con delegados de los tres grupos armados. Pero fueron diálogos que se dieron en medio de las balas, pues Gaviria no cedía en la confrontación con las guerrillas hasta que estas se comprometieran con la desmovilización. Este fue un punto de discordia, pues el Eln y las Farc veían la desmovilización como punto de llegada tras los diálogos, no como punto de partida.
Las guerrillas, por su parte, también continuaban con los hostigamientos, atentados y secuestros. Las conversaciones en Caracas, en 1991, se detuvieron por atentado al expresidente del Congreso, Aurelio Iragorri a manos del Eln. En 1992 se repitió la misma historia, esta vez en México, por el secuestro y la muerte en exministro Argelino Durán Quintero por parte del Epl.
Otro hecho relevante, hacia el final de este gobierno, fue la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista (CRS), un ala de la Unión Camilista-Ejército de Liberación Nacional, y en la cual también había integrantes del MIR-Patria Libre. No es el Eln quien tiene ánimos de negociar, sino la CRS después de separarse de este grupo. Se desmovilizan en el municipio de Ovejas (Sucre) el 9 de abril de 1994.
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Participación de la sociedad civil
Durante la administración de Ernesto Samper (1994-1998) se trabajó en el Preacuerdo de Viana, en España, y el Acuerdo de Puerta del Cielo o de Mainz, en Alemania. En este periodo se lograron concretar los diálogos principalmente por la intermediación de algunos ciudadanos y por eso fueron conversaciones marcadas por la informalidad, ya que no contaban con total presencia del Gobierno en la mesa.
El Preacuerdo de Viana se discutió en Madrid en 1998, entre los voceros del Gobierno y de la guerrilla. “Se le denominó preacuerdo porque estaba sujeto a unas consultas y a una verificación y, por lo tanto, debía ser secreto, esa era la característica”, afirma Carlos Velandia, actual gestor de paz y delegado del ELN en los diálogos con Ernesto Samper y Andrés Pastrana.
“Luego se viene la filtración. Una persona que conoció de este preacuerdo lo filtró a la prensa española, la cual también se lo dio al periódico El Tiempo. La revelación del documento generó un clima muy complejo de manejar sobre todo porque cundió la desconfianza: quién lo filtró y qué propósitos tenía la filtración” agrega Velandia. Sumado a esto, el preacuerdo nunca se ratificó a causa de la muerte natural del dirigente del Eln, Manuel Pérez.
Ese mismo año, se firma el Acuerdo de Mainz que, según Velandia, fue el primero que se hizo entre una guerrilla colombiana y la sociedad civil, sin la participación del Estado. “El Eln, por primera vez, accedía a unos compromisos de carácter humanitario. Se comprometieron a no secuestrar a mayores de 65 años, menores de edad o mujeres embarazadas. Pero eso tuvo cuestionamientos en el Derecho Internacional Humanitario: había que renunciar definitivamente al secuestro. Aun así, fue un gran avance, porque le metió ese concepto de humanización en medio del conflicto”, resalta.
La petición de tregua de Fidel Castro
Una de las anécdotas que más recuerda Carlos Velandia durante el tiempo que fue vocero de este grupo armado en las negociaciones con el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), fue el día que Fidel Castro invitó a toda la delegación de la guerrilla para evaluar el proceso de paz con las Farc en San Vicente del Caguán y el camino que le quedaba al Eln:
“Ocurrió el 30 de enero de 2002, después de la Cumbre por la Paz. El presidente Castro nos dice: la única posibilidad es que vayan a un proceso de tregua total con el gobierno de Andrés Pastrana, con el fin de poder fijar una agenda que haga transición hacia el nuevo gobierno, sea quien sea, y que esté le dé continuidad”, cuenta.
Vea: “Gobierno y Eln deben priorizar a Machuca”
Tras esta conversación, el Comando Central opta por enviar a Pablo Beltrán a La Habana, ya cuando los diálogos con las Farc se habían roto. A pesar de esto, se inicia un proceso de discusión con quien fue el Alto Comisionado para la Paz en ese momento, Camilo Gómez Alzate, para discutir la agenda de transición. “Pero todo se malogró, porque el peso político y la capacidad de maniobra del gobierno se agotó y en primera vuelta de las elecciones a Presidencia gana Álvaro Uribe Vélez”, declara.
Fueron varios los obstáculos para que estas conversaciones no avanzaran. En principio, los crímenes cometidos por el Eln como la masacre de Machuca, en 1998, el secuestro del vuelo 9463 de Avianca, y el secuestro de la Iglesia La María en Cali, ambos en 1999. Por otro lado, Andrés Pastrana le apostaba al aumento de la Fuerza Armada a través del Plan Colombia. Finalmente, el 31 de mayo de 2002, se suspenden definitivamente los diálogos. El Eln argumentó que el entonces presidente priorizó el tema de la tregua antes que un acuerdo de humanización de la guerra, pero Pastrana culpó a la guerrilla de falta de voluntad.