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Andrés Mauricio Zuluaga, más conocido como Martín Batalla, nombre que asumió cuando estuvo en las Farc, llegó a Ginebra (Suiza) el pasado 12 de agosto. Lo hizo invitado por organizaciones de derechos humanos de ese país para participar en un balance sobre la implementación del Acuerdo de Paz suscrito en La Habana (Cuba), ad portas de que se cumplan cinco años desde su firma. Una vez en suelo europeo, sintió garantías para denunciar la persecución de la que, según sostiene, viene siendo víctima hace ya tres semanas.
Este exguerrillero del frente 36 es uno de los líderes de la reincorporación más visibles en Antioquia. Es el gerente de la Cooperativa Multiactiva para el Desarrollo Económico y Social del Norte de Antioquia, que tiene 110 afiliados y dirige todos los proyectos productivos del antiguo espacio territorial de Anorí, donde hizo la dejación de armas e inició el tránsito a la legalidad. Además, es el encargado de uno de los proyectos más emblemáticos de la reincorporación, Confecciones la Montaña, que nació en ese espacio territorial y hoy es reconocido a nivel nacional. Por eso mismo, es el responsable de la línea de confecciones en Ecomún, que recoge las cooperativas de excombatientes en todo el país.
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Batalla le explicó a Colombia+20 que las intimidaciones y hostigamientos han venido por distintas vías: mensajes de WhatsApp, de texto y llamadas telefónicas. Pero también con distintas intenciones: en buena parte de los contactos que han hecho con él, denuncia, personas que se comunican desde México y Estados Unidos han intentado vincularlo con actividades ilegales.
Entre el pasado 6 y el 23 de mayo, el excombatiente viajó a la ciudad de Cuetzalan, en el estado de Puebla (México), en el marco del proceso de reincorporación, para hacer un intercambio de primera mano con una cooperativa indígena. “Ellos tienen procesos productivos de apicultura, café y turismo comunitario, y yo iba a conocer su proceso para seguir aprendiendo y ser multiplicador de esos conocimientos en Colombia y en Ecomún”, explica Batalla. Ese viaje lo autorizó la Sala de Amnistía o Indulto de la Jurisdicción Especial para la Paz, en una resolución conocida por este diario.
Pero, en los mensajes y llamadas que le han hecho, personas de México se han referido a ese viaje, dice, con intención de ensuciarlo. “Me hablan con un vocabulario demasiado vago, ambiguo, que se puede interpretar de muchas formas. Me dicen que si me acuerdo de mi conversación con ellos, de en qué quedamos, de recibirles algo aquí en Colombia, me hablan de 20 paquetes grandes”, explica.
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Además, lo han contactado personas que se identifican como agentes de la Dijin y en una ocasión uno de ellos le habló de un viaje a Puerto Príncipe, en Haití. “Si uno analiza todos los mensajes: 20 paquetes grandes, Haití, es decir cosas de mercenarios, lo que se ve es un claro intento por vincularme con cosas ilegales y dejar pruebas en mi teléfono”. Y agrega: “Me hablan de cosas que desconozco por completo, que nunca he organizado ni sé quién es el que me llama o me pone los mensajes”.
En esos contactos, personas que dicen ser de una agencia de seguridad de Estados Unidos le han ofrecido protección a cambio de información, porque le advierten que su vida estaría en peligro. “La razón primaria por la que lo he contactado es para preguntarle qué dinero les quitó usted (…) todos hablan de que usted se quedó con algo que no le pertenecía, estamos hablando de algún tipo de información o caletas o cosas así, mire, lo que sí puedo hacer por usted es que si desea le puedo poner en contacto con una persona de la embajada nuestra en Colombia para que le brinde las mayores garantías de protección”, se lee en uno de los mensajes.
“Bueno creo que ya estoy finalizando el asunto que le he puesto de presente, todo está dicho (…) yo me siento ya tranquilo porque al menos te di a conocer esta información y tenga cuidado (…) lo quieren desaparecer del mapa”, se lee en otro mensaje. “Que esté muy bien y que Dios te acompañe. Y de ahora en adelante se fue (sic) muy bien a quién tiene al lado”, concluye.
“La situación nos pone de presente los riesgos, que sabemos que son reales, porque ya son 283 excombatientes de las Farc asesinados, y no quiero ser otro más en la lista”, asegura el exguerrillero. Durante la implementación del Acuerdo, Martín Batalla ha solicitado medidas de seguridad a la Unidad Nacional de Protección (UNP) que vayan acordes con el nivel de riesgo que implica tener un liderazgo en temas de reincorporación y desplazarse por distintas regiones del país. Hasta el momento le fue otorgado un teléfono celular y un chaleco antibalas.
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Ubaldo Zúñiga, conocido como Pablo Atrato, es el presidente de Ecomún y da fe del liderazgo que ha ejercido Martín Batalla en el proceso de reincorporación. Explica que hace ya un año lo nombraron como el responsable de todos los proyectos de confecciones de firmantes del Acuerdo a nivel nacional, para que se encargue de articular esas experiencias. También dice que en noviembre se llevará a cabo un encuentro de las organizaciones de confecciones en Medellín, a cargo de él. Además, que en el marco de su actual visita a Europa, irá al País Vasco a conocer cooperativas de confecciones en esa región. “Estos ataques contra él son un atentado al proceso de reincorporación”, dice Atrato.
Para Martín Batalla, en esta serie de hostigamientos e intentos de entrampamiento se mezclan intereses de quienes se han opuesto tradicionalmente al Acuerdo de Paz, pero también del mismo partido Comunes (antes FARC), con el que ha sido crítico y al que renunció hace más de un año. “El ser crítico con el partido me ha traído dificultades porque hay gente dentro del partido que no acepta que uno se vaya y siga apostándole a la reincorporación; entonces también desde sectores del partido he tenido hostigamientos en ese sentido: consideran que porque uno se va es un traidor o que ya no le apuesta a la paz, cuando es totalmente lo contrario... Aquí se junta la estigmatización con la que lo ubican a uno con las disidencias y las ganas de sacarlo a uno del camino”.
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Si bien el exguerrillero está al margen del partido Comunes, hoy tampoco se ha unido oficialmente a Avanzar, otro naciente movimiento de firmantes del Acuerdo de Paz que apenas la semana pasada se separó de Comunes, liderado por los senadores Victoria Sandino y Benkos Biohó. Sin embargo, dice que no descarta afiliarse a ese movimiento a futuro.