Los efectos que podría traer ingreso de Ejército a El Plateado, bastión de Mordisco
La avanzada de la Fuerza Pública completa dos días en un punto estratégico del corazón del Cañón de Micay. Estas son las claves para entender por qué este corregimiento de Cauca se convirtió en el punto de honor entre el Ejército y la disidencia conocida como Estado Mayor Central.
Casi desde el inicio del Gobierno de Gustavo Petro ha permanecido la orden de “retomar” el control total del cañón del Micay en el Cauca. El mandato solo se ha congelado por momentos cuando la disidencia de Iván Mordisco, conocida como Estado Mayor Central (EMC) aún permanecía en la mesa de diálogos.
Pero desde marzo cuando decidieron abandonar el proceso, las Fuerzas Militares retomaron la avanzada militar que este fin de semana tuvo su punto más álgido con la operación Perseo en la que participaron más de 1.400 soldados que ingresaron a El Plateado, un corregimiento que, por su ubicación, se convirtió en el bastión de las disidencias del EMC.
La incursión que empezó en la madrugada del domingo e incluyó la autorización expresa del presidente para realizar bombardeos contra esa estructura -algo inédito dado que su administración solo ha hecho uno en los dos años de mandato- dejó hasta ahora la captura de dos supuestos integrantes del EMC -ninguno de los siete cabecillas por los que iba el Ejército-. Además, 17 heridos con explosivos y drones, 14 civiles y tres uniformados, así como la incautación de artefactos explosivos.
“El ingreso del Ejército genera cierta intranquilidad para la población, pero está esperanzada”, indicó el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Junto con él, una delegación de la cúpula de Gobierno viajó a El Plateado —altamente custodiados y usando chalecos antibalas— donde estuvieron reunidos con varios habitantes dando a conocer parte de la oferta institucional del Gobierno. La comitiva estuvo integrada por seis ministros (el de Defensa; la ministra de Ambiente, Susana Muhamad; de Agricultura, Martha Carvajalino; de Salud, Guillermo Jaramillo; de Minas, Andrés Camacho; de las TIC, Mauricio Lizcano; de Educación, Yesenia Olaya). Además, la directora del Dapre, Laura Sarabia, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, y el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar.
Aunque Petro afirmó el sábado en uno de sus trinos que viajaría, aún no lo ha hecho.
Las comunidades en ese corregimiento también mandaron un mensaje este sábado en el que pidieron al Gobierno que retirara las tropas y le pidieron al mismo presidente que fuera hasta la zona para atender la situación. “Exigimos al Estado que retire la bota militar. Si va a haber presencia del Gobierno le pedimos que sea con inversiones para vías y proyectos sociales. Presidente Gustavo Petro, venga a nuestra región y verifique nuestras denuncias. Lo responsabilizamos a usted de cualquier acción en nuestra contra”, se escucha en el mensaje de las comunidades del cañón del Micay.
Le recomendamos leer: Esto fue lo que dejó un año de cese al fuego con las disidencia de Calarcá Córdoba
Sobre las consecuencias que esta avanzada militar podría traer para la zona, Jorge Mantilla, investigador de crimen y conflicto, aseguró a Colombia +20 que se puede dar un incremento de las presiones en el Pacífico caucano y corredores como el Cañón del Micay. “El planteamiento de paz total fue una idea en donde el Estado renunció al uso de la fuerza, o por lo menos a la iniciativa militar, y ahora que entra a retomarla, pues ya el enemigo que enfrenta se ha crecido y se ha transformado”, puntualizó el experto.
Al menos el primero de esos efectos puede ser la advertencia que la disidencia hizo ayer con respecto de la COP16, el evento que se celebrará en Colombia en octubre de 2024 y que busca encontrar acuerdos para la protección de la biodiversidad mundial.
“Ante la guerra con que se responde a nuestra muestra de voluntad de paz por la COP16, invitamos a los delegados de la comunidad nacional e internacional abstenerse de asistir a este evento”, se lee en el mensaje”. Petro se pronunció sobre este mensaje y dijo que la seguridad de los asistentes a la COP16 está garantizada.
Por su parte, Andrés Cajiao, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, dijo que esta ofensiva militar no tendrá resultados significativos hasta que se plantee una estrategia que vaya más allá de las ofensivas militares para retomar el control de la zona. Además, se refirió a la instrumentalización de los grupos armados en la población.
“Las comunidades quedan en medio de todo este conflicto porque hay presiones por parte de estas estructuras para hacer presiones contra la Fuerza Pública, pero también hay que entender que la militarización no ha sido la salida para estas poblaciones, todos estos eventos generan aumentos en la inseguridad”, explicó.
“El Ejército viene y se instala aquí unos días y por ese ratico controlan esta zona. Ese es un problema para nosotros. Cualquier que les hable, el que le sirve un tinto puede ser blanco de represalias de los grupos armados. Pero véalo más grande. ¿Cuánto tiempo se van a quedar? ¿Con qué fin? Aquí dicen que quieren retomar el control. ¿Cuándo lo han tenido? Aquí vinieron los ministros a ofrecer un poco de cosas, pero cuánto tardarán en hacerse realidad. Quizás años y en ese tiempo, la guerrilla puede volver”, dijo a este diario uno de los líderes sociales de San Juan de Micay, población cercana a El Plateado y que también está ubicada en el cañón del Micay
Una zona estratégica para el narcotráfico
El cañón del Micay es uno de los puntos más críticos en el país, pues es la zona con más hectáreas de coca cultivadas en Cauca y un corredor importante usado por los grupos armados para las economías ilícitas por su da acceso privilegiado a la cuenca del río San Juan y su salida hacia el océano Pacífico. Esta región, según datos oficiales, concentra el 75 % de los cultivos de esa hoja que existen en el Cauca.
Dentro del cañón del Micay —ubicado entre los municipios de Argelia, El Tambo y López de Micay—, el corregimiento de El Plateado, de apenas 8.00 habitantes, se ha convertido en el punto de honor, entre el Ejército y la disidencia de Mordisco que ahora, a través del frente Carlos Patiño, tiene todo su control.
Varias veces ambas partes han chocado en ese punto, como en noviembre pasado cuando, tras un polémico acuerdo -revelado por este diario- el Ejército pudo entrar a custodiar las elecciones regionales, pero fueron expulsados por las comunidades al no cumplir el tiempo que se había estipulado con ese grupo armado para permanecer en el territorio.
Mantilla afirma que la ocupación histórica de grupos armados junto con la poco presencia del Estado hace difícil no su intervención militar, sino su transformación social.
“Esta idea de la operación Perseo y el Consejo de Ministros en El Plateado de alguna manera es la continuidad de la operación Trueno -lanzada en septiembre pasada y que no tuvo ningún avance real-, pero eso demuestra la limitación enorme que ha tenido el Gobierno de Petro para poder desarrollar una intervención militar e institucional en el Cauca”, aseguró el experto.
Además: “El cese al fuego es un avance porque ha permitido salvar muchas vidas”: Andrey Avendaño
La gran incógnita es qué pasará los días que vienen. El Ejército logró el ingreso al al casco urbano, pero las zonas rurales y en general todo el cañón del Micay es una zona boscosa de la que no es fácil tener todo el control territorial. Más allá de eso, el Gobierno debe tener un plan institucional y social más grande que permita hacer las transformaciones no solo que quiere el presidente —por ejemplo la construcción de una represa—, sino las comunidades.
✉️ Si tiene información o denuncias sobre temas relacionadas con la paz, el conflicto, las negociaciones de paz o algún otro tema que quiera compartirnos o que trabajemos, puede escribirnos a: cmorales@elespectador.com; jrios@elespectador.com; pmesa@elespectador.com; jcontreras@elespectador.com o aosorio@elespectador.com
Casi desde el inicio del Gobierno de Gustavo Petro ha permanecido la orden de “retomar” el control total del cañón del Micay en el Cauca. El mandato solo se ha congelado por momentos cuando la disidencia de Iván Mordisco, conocida como Estado Mayor Central (EMC) aún permanecía en la mesa de diálogos.
Pero desde marzo cuando decidieron abandonar el proceso, las Fuerzas Militares retomaron la avanzada militar que este fin de semana tuvo su punto más álgido con la operación Perseo en la que participaron más de 1.400 soldados que ingresaron a El Plateado, un corregimiento que, por su ubicación, se convirtió en el bastión de las disidencias del EMC.
La incursión que empezó en la madrugada del domingo e incluyó la autorización expresa del presidente para realizar bombardeos contra esa estructura -algo inédito dado que su administración solo ha hecho uno en los dos años de mandato- dejó hasta ahora la captura de dos supuestos integrantes del EMC -ninguno de los siete cabecillas por los que iba el Ejército-. Además, 17 heridos con explosivos y drones, 14 civiles y tres uniformados, así como la incautación de artefactos explosivos.
“El ingreso del Ejército genera cierta intranquilidad para la población, pero está esperanzada”, indicó el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Junto con él, una delegación de la cúpula de Gobierno viajó a El Plateado —altamente custodiados y usando chalecos antibalas— donde estuvieron reunidos con varios habitantes dando a conocer parte de la oferta institucional del Gobierno. La comitiva estuvo integrada por seis ministros (el de Defensa; la ministra de Ambiente, Susana Muhamad; de Agricultura, Martha Carvajalino; de Salud, Guillermo Jaramillo; de Minas, Andrés Camacho; de las TIC, Mauricio Lizcano; de Educación, Yesenia Olaya). Además, la directora del Dapre, Laura Sarabia, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, y el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar.
Aunque Petro afirmó el sábado en uno de sus trinos que viajaría, aún no lo ha hecho.
Las comunidades en ese corregimiento también mandaron un mensaje este sábado en el que pidieron al Gobierno que retirara las tropas y le pidieron al mismo presidente que fuera hasta la zona para atender la situación. “Exigimos al Estado que retire la bota militar. Si va a haber presencia del Gobierno le pedimos que sea con inversiones para vías y proyectos sociales. Presidente Gustavo Petro, venga a nuestra región y verifique nuestras denuncias. Lo responsabilizamos a usted de cualquier acción en nuestra contra”, se escucha en el mensaje de las comunidades del cañón del Micay.
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Sobre las consecuencias que esta avanzada militar podría traer para la zona, Jorge Mantilla, investigador de crimen y conflicto, aseguró a Colombia +20 que se puede dar un incremento de las presiones en el Pacífico caucano y corredores como el Cañón del Micay. “El planteamiento de paz total fue una idea en donde el Estado renunció al uso de la fuerza, o por lo menos a la iniciativa militar, y ahora que entra a retomarla, pues ya el enemigo que enfrenta se ha crecido y se ha transformado”, puntualizó el experto.
Al menos el primero de esos efectos puede ser la advertencia que la disidencia hizo ayer con respecto de la COP16, el evento que se celebrará en Colombia en octubre de 2024 y que busca encontrar acuerdos para la protección de la biodiversidad mundial.
“Ante la guerra con que se responde a nuestra muestra de voluntad de paz por la COP16, invitamos a los delegados de la comunidad nacional e internacional abstenerse de asistir a este evento”, se lee en el mensaje”. Petro se pronunció sobre este mensaje y dijo que la seguridad de los asistentes a la COP16 está garantizada.
Por su parte, Andrés Cajiao, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, dijo que esta ofensiva militar no tendrá resultados significativos hasta que se plantee una estrategia que vaya más allá de las ofensivas militares para retomar el control de la zona. Además, se refirió a la instrumentalización de los grupos armados en la población.
“Las comunidades quedan en medio de todo este conflicto porque hay presiones por parte de estas estructuras para hacer presiones contra la Fuerza Pública, pero también hay que entender que la militarización no ha sido la salida para estas poblaciones, todos estos eventos generan aumentos en la inseguridad”, explicó.
“El Ejército viene y se instala aquí unos días y por ese ratico controlan esta zona. Ese es un problema para nosotros. Cualquier que les hable, el que le sirve un tinto puede ser blanco de represalias de los grupos armados. Pero véalo más grande. ¿Cuánto tiempo se van a quedar? ¿Con qué fin? Aquí dicen que quieren retomar el control. ¿Cuándo lo han tenido? Aquí vinieron los ministros a ofrecer un poco de cosas, pero cuánto tardarán en hacerse realidad. Quizás años y en ese tiempo, la guerrilla puede volver”, dijo a este diario uno de los líderes sociales de San Juan de Micay, población cercana a El Plateado y que también está ubicada en el cañón del Micay
Una zona estratégica para el narcotráfico
El cañón del Micay es uno de los puntos más críticos en el país, pues es la zona con más hectáreas de coca cultivadas en Cauca y un corredor importante usado por los grupos armados para las economías ilícitas por su da acceso privilegiado a la cuenca del río San Juan y su salida hacia el océano Pacífico. Esta región, según datos oficiales, concentra el 75 % de los cultivos de esa hoja que existen en el Cauca.
Dentro del cañón del Micay —ubicado entre los municipios de Argelia, El Tambo y López de Micay—, el corregimiento de El Plateado, de apenas 8.00 habitantes, se ha convertido en el punto de honor, entre el Ejército y la disidencia de Mordisco que ahora, a través del frente Carlos Patiño, tiene todo su control.
Varias veces ambas partes han chocado en ese punto, como en noviembre pasado cuando, tras un polémico acuerdo -revelado por este diario- el Ejército pudo entrar a custodiar las elecciones regionales, pero fueron expulsados por las comunidades al no cumplir el tiempo que se había estipulado con ese grupo armado para permanecer en el territorio.
Mantilla afirma que la ocupación histórica de grupos armados junto con la poco presencia del Estado hace difícil no su intervención militar, sino su transformación social.
“Esta idea de la operación Perseo y el Consejo de Ministros en El Plateado de alguna manera es la continuidad de la operación Trueno -lanzada en septiembre pasada y que no tuvo ningún avance real-, pero eso demuestra la limitación enorme que ha tenido el Gobierno de Petro para poder desarrollar una intervención militar e institucional en el Cauca”, aseguró el experto.
Además: “El cese al fuego es un avance porque ha permitido salvar muchas vidas”: Andrey Avendaño
La gran incógnita es qué pasará los días que vienen. El Ejército logró el ingreso al al casco urbano, pero las zonas rurales y en general todo el cañón del Micay es una zona boscosa de la que no es fácil tener todo el control territorial. Más allá de eso, el Gobierno debe tener un plan institucional y social más grande que permita hacer las transformaciones no solo que quiere el presidente —por ejemplo la construcción de una represa—, sino las comunidades.
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