Los excombatientes de las Farc que resisten en Colinas, Guaviare
Cerca de 400 excombatientes de las Farc habitan este espacio de reincorporación después de que su líder, Iván Alí, abandonara el lugar para, supuestamente, irse a la disidencia. La estructura del frente 1 de “Gentil Duarte” está muy cerca.
Gloria Castrillón / @glocastri
“Nos vamos a quedar aquí haciendo la reincorporación”, dice con vehemencia Noé Gutiérrez Galvis cuando le dan la palabra. Toma el micrófono con propiedad y después de agradecerles a los invitados internacionales por su visita al Espacio de Reincorporación de Colinas, en Guaviare, les pide ayuda para que todas las ideas que tienen en la cabeza se conviertan en realidad. El Ardillo, como lo conocen los cerca de 400 excombatientes de las Farc que habitan este espacio, es uno de los líderes más visibles. Es de Caquetá, combatió por más de 35 años en la guerrilla y ahora lidera la Cooperativa Multiactiva de la Amazonia Colombiana, que agrupa a sesenta hombres y mujeres que le apuestan a generar empleo para ellos y la comunidad que los rodea.
Lea también: En Guaviare los proyectos productivos de la FARC no marchan
Los invitados internacionales lo escuchan con atención y toman nota. En la misma mesa están el jefe de la Misión de Verificación de la ONU, el mexicano Carlos Ruiz Massieu; el enviado especial de la Unión Europea para el proceso de paz en Colombia, el irlandés Eamon Gilmore, y la embajadora de la Unión Europea, la española Patricia Llombart. A su lado hay otros funcionarios del Gobierno Nacional. El Ardillo les cuenta que quieren convertir el Espacio de Reincorporación en un gran centro de acopio para generar desarrollo a las veredas cercanas. Sueñan con que los productos agrícolas lleguen allí y unas microempresas los transformen en productos para luego comercializarlos. Para cumplir su sueño necesitan, además, electricidad, agua y carreteras en buen estado.
“Ya producimos, pero no tenemos cómo comercializar”, les dice y cuenta que están cosechando maracuyá, pimentón y pescado, y que tienen cerdos y gallinas y plántulas de cacao. Insiste en que están solos, porque ninguno de los proyectos productivos que han presentado al Gobierno ha sido aprobado. Lo que tienen ha sido impulsado por iniciativa de los excombatientes, con aportes que hacen de su renta mensual. Por eso pide ayuda.
La embajadora de la Unión Europea le respondió, le dijo que su delegación está acompañando la implementación del Acuerdo de Paz en dos puntos fundamentales: el desarrollo rural y la reincorporación de excombatientes. Y les pidió a los representantes de la Asociación Francesa de Bosques y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que estaban presentes, identificar las posibilidades de extender unos proyectos que vienen realizando en el Guaviare a los dos Espacios de Reincorporación que están en ese departamento: Colinas y Charras.
Se trata de la inversión de 1,4 millones de euros para apoyar iniciativas asociativas de producción de alimentos, adecuación de agua y saneamiento básico e impulso a proyectos culturales y educativos. “Acompañamos su decisión valiente de dejar los fusiles”, les dijo la embajadora a los excombatientes y miembros de la comunidad que se reunieron en asamblea. “Lo que ustedes hacen lo observa el mundo entero, ustedes tienen muchos amigos y los animamos a seguir sus sueños”, les respondió.
Luego hablaron miembros de la comunidad, el presidente de la Junta de Acción Comunal y otros excombatientes. Algunos se quejaron de que hay muchos intermediarios para hacer llegar los recursos de la cooperación internacional. “Aquí hay más chalecos de la ONU y de oenegés que excombatientes”, dijo Víctor Tirado. Todos coincidieron en que están cansados de ver llegar delegaciones de Bogotá a hacer promesas que nunca se cumplen. Insistieron en que seguirán en el proceso y que no es cierto que estén yendo a las disidencias.
Eamon Gilmore, enviado especial de la UE, les insistió en que la comunidad internacional está dispuesta a ayudarlos a solucionar los problemas que denunciaron. “Hoy no vinimos a hacer promesas, ustedes nos recuerdan que hay mucho por hacer. Tengan la seguridad de que han sido escuchados y tomaremos acciones”, replicó.
La visita de esta delegación internacional se dio la semana pasada y estuvo acompañada por un inesperado aguacero (febrero es verano) que no impidió el recorrido por el caserío, en el que habitan cerca de 500 personas, entre excombatientes y familiares. Las casas están construidas con madera, muchas están pintadas de colores y algunas están cerradas con candado. Sus habitantes se convirtieron en población flotante que va y vuelve buscando con qué ganarse la vida en las veredas cercanas.
Lo primero que visitamos fue el estanque donde tienen 700 pescados; hay otra piscina con 500. Cada semana sacan 225 kilos de pargo rojo, que utilizan para consumo interno y para venderles a los vecinos. Y exhiben con orgullo la excavación donde esperan poner otro estanque.
Luego pasamos por el criadero de cerdos, los galpones y el vivero. Pero el lugar que más emocionó al Ardillo es el que tienen previsto para el Parque Interactivo y Vivencial de la Amazonia. Es un área en la que ya construyeron varias caletas, un fogón y un aula para emular los campamentos en los que vivieron durante los 53 años que estuvieron en guerra contra el Estado. Quieren traer turistas de todo el mundo para mostrarles cómo cavaban trincheras y cómo cocinaban para no producir humo y no ser detectados por el Ejército, y cuál era su rutina.
Según explicó el “Ardillo”, después de vivir como lo hicieron los guerrilleros, los turistas harán el recorrido por el caserío y los proyectos productivos para que vean cómo hicieron su tránsito a la legalidad y cómo le apuestan a vivir en paz. Después los llevarán a unos termales, los harán caminar por senderos e incluso los pueden llevar cerca del Parque Nacional Chiribiquete.
Mientras hacíamos el recorrido, llegaron otras buenas noticias. Delegados de la Misión le contaron al Ardillo que el espacio de Colinas fue priorizado en una mesa promovida por Procolombia, en la que veinte operadores turísticos, manifestaron su interés de “vender” estos lugares a turistas extranjeros. La embajadora Llombart, por otro lado, le dijo a Olga Flórez, más conocida como Amparo, que la Unión Europea apoyará a la Asociación de Mujeres en la presentación de su proyecto de sastrería (que ya fue rechazado).
Y aunque la embajadora no se lo alcanzó a contar a Amparo, la Unión Europea se encargará de dotar dos espacios educativos con escritorios, pupitres, tableros y cuadernos, así como herramientas tecnológicas para el acceso a internet; los apoyará con capacitación e instrumentos musicales, trajes típicos de danza, equipos de sonido y elementos necesarios para el desarrollo de actividades culturales, y apoyará a los comités deportivos con dotación e indumentaria.
Lea también: El fin de los espacios de reincorporación, ¿cuál será el futuro de los excombatientes?
“Da gusto ver compromiso de los excombatientes”: nuevo jefe de la Misión de la ONU?
¿Los comentarios son los mismos que en los otros ETCR?
Los comentarios son los mismos, hay expectativas, incertidumbres con el tema del fin de los ETCR. Tratamos de acompañar el proceso, pero también que esté la presencia del Gobierno para darles más información y más certidumbre.
¿Qué destacaría de este ETCR?
Hay proyectos productivos andando, financiados por los excombatientes, ellos están organizados y comprometidos con el proceso de paz. Eso da gusto. Destaco que funciona muy bien el perímetro de seguridad, hay convivencia entre excombatientes, Policía y Ejército. esa es la parte final de la reconciliación.
¿Qué han hablado con el Gobierno sobre soluciones al fin de los ETCR?
No me cabe duda de que el Gobierno tiene un compromiso que va más allá de agosto. Están en una planeación de mediano y largo plazo, con el documento paz con legalidad y, por otra parte, la definición a través de un registro nacional que se aplicó en los ETCR para conocer la opinión de los excombatientes. El consejo de seguridad ha pedido que la toma de decisiones debe ser oportuna.
¿Qué piensa de los ataques a la JEP promovidos por el partido de gobierno?
La justicia transicional es fundamental en cualquier proceso de paz, y en este en particular, dado que está en el centro del Acuerdo. Como cualquier órgano judicial se debe respetar su autonomía e independencia. Si hay partes inconformes, pueden acudir a los recursos que están a su disposición para apelar la decisión. El propio consejo de seguridad está consciente de la importancia de la JEP en el éxito de la implementación del Acuerdo, y resalto que debe tener autonomía e independencia, y el hecho de que se requiere todo el apoyo político y práctico.
¿Se pronunciará por campaña de despestigio?
La comunidad internacional en estas oportunidades siempre manda el mismo mensaje y lo diremos cuantas veces sean necesarias.
Lea también: Las campañas engañosas del Centro Democrático contra la JEP
“Nos vamos a quedar aquí haciendo la reincorporación”, dice con vehemencia Noé Gutiérrez Galvis cuando le dan la palabra. Toma el micrófono con propiedad y después de agradecerles a los invitados internacionales por su visita al Espacio de Reincorporación de Colinas, en Guaviare, les pide ayuda para que todas las ideas que tienen en la cabeza se conviertan en realidad. El Ardillo, como lo conocen los cerca de 400 excombatientes de las Farc que habitan este espacio, es uno de los líderes más visibles. Es de Caquetá, combatió por más de 35 años en la guerrilla y ahora lidera la Cooperativa Multiactiva de la Amazonia Colombiana, que agrupa a sesenta hombres y mujeres que le apuestan a generar empleo para ellos y la comunidad que los rodea.
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Los invitados internacionales lo escuchan con atención y toman nota. En la misma mesa están el jefe de la Misión de Verificación de la ONU, el mexicano Carlos Ruiz Massieu; el enviado especial de la Unión Europea para el proceso de paz en Colombia, el irlandés Eamon Gilmore, y la embajadora de la Unión Europea, la española Patricia Llombart. A su lado hay otros funcionarios del Gobierno Nacional. El Ardillo les cuenta que quieren convertir el Espacio de Reincorporación en un gran centro de acopio para generar desarrollo a las veredas cercanas. Sueñan con que los productos agrícolas lleguen allí y unas microempresas los transformen en productos para luego comercializarlos. Para cumplir su sueño necesitan, además, electricidad, agua y carreteras en buen estado.
“Ya producimos, pero no tenemos cómo comercializar”, les dice y cuenta que están cosechando maracuyá, pimentón y pescado, y que tienen cerdos y gallinas y plántulas de cacao. Insiste en que están solos, porque ninguno de los proyectos productivos que han presentado al Gobierno ha sido aprobado. Lo que tienen ha sido impulsado por iniciativa de los excombatientes, con aportes que hacen de su renta mensual. Por eso pide ayuda.
La embajadora de la Unión Europea le respondió, le dijo que su delegación está acompañando la implementación del Acuerdo de Paz en dos puntos fundamentales: el desarrollo rural y la reincorporación de excombatientes. Y les pidió a los representantes de la Asociación Francesa de Bosques y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que estaban presentes, identificar las posibilidades de extender unos proyectos que vienen realizando en el Guaviare a los dos Espacios de Reincorporación que están en ese departamento: Colinas y Charras.
Se trata de la inversión de 1,4 millones de euros para apoyar iniciativas asociativas de producción de alimentos, adecuación de agua y saneamiento básico e impulso a proyectos culturales y educativos. “Acompañamos su decisión valiente de dejar los fusiles”, les dijo la embajadora a los excombatientes y miembros de la comunidad que se reunieron en asamblea. “Lo que ustedes hacen lo observa el mundo entero, ustedes tienen muchos amigos y los animamos a seguir sus sueños”, les respondió.
Luego hablaron miembros de la comunidad, el presidente de la Junta de Acción Comunal y otros excombatientes. Algunos se quejaron de que hay muchos intermediarios para hacer llegar los recursos de la cooperación internacional. “Aquí hay más chalecos de la ONU y de oenegés que excombatientes”, dijo Víctor Tirado. Todos coincidieron en que están cansados de ver llegar delegaciones de Bogotá a hacer promesas que nunca se cumplen. Insistieron en que seguirán en el proceso y que no es cierto que estén yendo a las disidencias.
Eamon Gilmore, enviado especial de la UE, les insistió en que la comunidad internacional está dispuesta a ayudarlos a solucionar los problemas que denunciaron. “Hoy no vinimos a hacer promesas, ustedes nos recuerdan que hay mucho por hacer. Tengan la seguridad de que han sido escuchados y tomaremos acciones”, replicó.
La visita de esta delegación internacional se dio la semana pasada y estuvo acompañada por un inesperado aguacero (febrero es verano) que no impidió el recorrido por el caserío, en el que habitan cerca de 500 personas, entre excombatientes y familiares. Las casas están construidas con madera, muchas están pintadas de colores y algunas están cerradas con candado. Sus habitantes se convirtieron en población flotante que va y vuelve buscando con qué ganarse la vida en las veredas cercanas.
Lo primero que visitamos fue el estanque donde tienen 700 pescados; hay otra piscina con 500. Cada semana sacan 225 kilos de pargo rojo, que utilizan para consumo interno y para venderles a los vecinos. Y exhiben con orgullo la excavación donde esperan poner otro estanque.
Luego pasamos por el criadero de cerdos, los galpones y el vivero. Pero el lugar que más emocionó al Ardillo es el que tienen previsto para el Parque Interactivo y Vivencial de la Amazonia. Es un área en la que ya construyeron varias caletas, un fogón y un aula para emular los campamentos en los que vivieron durante los 53 años que estuvieron en guerra contra el Estado. Quieren traer turistas de todo el mundo para mostrarles cómo cavaban trincheras y cómo cocinaban para no producir humo y no ser detectados por el Ejército, y cuál era su rutina.
Según explicó el “Ardillo”, después de vivir como lo hicieron los guerrilleros, los turistas harán el recorrido por el caserío y los proyectos productivos para que vean cómo hicieron su tránsito a la legalidad y cómo le apuestan a vivir en paz. Después los llevarán a unos termales, los harán caminar por senderos e incluso los pueden llevar cerca del Parque Nacional Chiribiquete.
Mientras hacíamos el recorrido, llegaron otras buenas noticias. Delegados de la Misión le contaron al Ardillo que el espacio de Colinas fue priorizado en una mesa promovida por Procolombia, en la que veinte operadores turísticos, manifestaron su interés de “vender” estos lugares a turistas extranjeros. La embajadora Llombart, por otro lado, le dijo a Olga Flórez, más conocida como Amparo, que la Unión Europea apoyará a la Asociación de Mujeres en la presentación de su proyecto de sastrería (que ya fue rechazado).
Y aunque la embajadora no se lo alcanzó a contar a Amparo, la Unión Europea se encargará de dotar dos espacios educativos con escritorios, pupitres, tableros y cuadernos, así como herramientas tecnológicas para el acceso a internet; los apoyará con capacitación e instrumentos musicales, trajes típicos de danza, equipos de sonido y elementos necesarios para el desarrollo de actividades culturales, y apoyará a los comités deportivos con dotación e indumentaria.
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¿Los comentarios son los mismos que en los otros ETCR?
Los comentarios son los mismos, hay expectativas, incertidumbres con el tema del fin de los ETCR. Tratamos de acompañar el proceso, pero también que esté la presencia del Gobierno para darles más información y más certidumbre.
¿Qué destacaría de este ETCR?
Hay proyectos productivos andando, financiados por los excombatientes, ellos están organizados y comprometidos con el proceso de paz. Eso da gusto. Destaco que funciona muy bien el perímetro de seguridad, hay convivencia entre excombatientes, Policía y Ejército. esa es la parte final de la reconciliación.
¿Qué han hablado con el Gobierno sobre soluciones al fin de los ETCR?
No me cabe duda de que el Gobierno tiene un compromiso que va más allá de agosto. Están en una planeación de mediano y largo plazo, con el documento paz con legalidad y, por otra parte, la definición a través de un registro nacional que se aplicó en los ETCR para conocer la opinión de los excombatientes. El consejo de seguridad ha pedido que la toma de decisiones debe ser oportuna.
¿Qué piensa de los ataques a la JEP promovidos por el partido de gobierno?
La justicia transicional es fundamental en cualquier proceso de paz, y en este en particular, dado que está en el centro del Acuerdo. Como cualquier órgano judicial se debe respetar su autonomía e independencia. Si hay partes inconformes, pueden acudir a los recursos que están a su disposición para apelar la decisión. El propio consejo de seguridad está consciente de la importancia de la JEP en el éxito de la implementación del Acuerdo, y resalto que debe tener autonomía e independencia, y el hecho de que se requiere todo el apoyo político y práctico.
¿Se pronunciará por campaña de despestigio?
La comunidad internacional en estas oportunidades siempre manda el mismo mensaje y lo diremos cuantas veces sean necesarias.
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