¿Es viable un cese al fuego entre la disidencia de las FARC de Mordisco y el ELN?
Aunque el jefe del denominado Estado Mayor Central de las FARC hizo un llamado a ponerle fin a la guerra entre ambos grupos, la propuesta tiene varios obstáculos de frente, comenzando por la falta de reconocimiento del ELN a esa estructura que no se acogió al Acuerdo de Paz de 2016.
El multitudinario acto público en las sabanas del Yarí, convocado por la disidencia de las FARC que se denomina Estado Mayor Central (EMC), no solo sirvió para dar puntadas sobre los avances de cara a la mesa de diálogos entre ese grupo armado y el Gobierno de Gustavo Petro. Públicamente, el jefe de esa organización, Iván Mordisco, también aprovechó el acto para enviarle al ELN un mensaje que deja varias dudas sobre su viabilidad.
“A los compañeros del ELN los invitamos a ponerle fin a la guerra entre nuestras organizaciones, un conflicto que sólo beneficia a la clase poderosa del país, enriquece a quienes viven del mercado de las armas y deja a más madres sin sus hijos”, dijo Mordisco frente a los más de 7.000 asistentes. Y agregó que el encargado de gestionar los acercamientos con esa guerrilla sería el comandante del bloque Magdalena Medio del EMC: ‘Jhon Mechas’, quien ya habría llegado a acuerdos con estructuras del ELN para no entrar en combates en el Catatumbo, tal como lo mencionó Andrey Avendaño, vocero de esa organización, en entrevista con Colombia+20.
En contexto: Mordisco, jefe de disidencia de FARC, pide al ELN parar la guerra entre sus grupos
¿Por qué despierta dudas el llamado de Mordisco? Lo primero que salta a la vista es que el mensaje del jefe disidente supone un cese al fuego multilateral con el ELN, que sería el primer acuerdo de este tipo en el marco de la Paz Total. Ambos grupos tienen varios focos de confrontación y disputa territorial abiertos, en los que incluso se han visto alianzas del ELN con estructuras de la Segunda Marquetalia (la disidencia de las Farc comandada por Iván Márquez, enemigo de Mordisco) para enfrentar al EMC.
Hay que tener en cuenta que, en el marco de la Paz Total, el ELN ha sido el grupo más cauto con los ceses al fuego. Incluso, cuando el 31 de diciembre del 2022 el presidente Gustavo Petro anunció acuerdos bilaterales con las cinco principales estructuras armadas del país, esa guerrilla fue la única que se apartó y dejó en claro que el tema aún no se había negociado, impasse que generó una dura controversia en la mesa.
Aunque el EMC mantiene el cese bilateral con el gobierno, ha sido el grupo que más lo ha incumplido, según registros de Indepaz. Por su lado, el ELN, pese a no tener compromisos firmados en papel, sí había expresado su voluntad de iniciar alivios humanitarios, pero ha protagonizado hechos de violencia que han minado la confianza (como el ataque que dejó 10 militares muertos en el Catatumbo). Sin embargo, de cara al llamado de Mordisco, hay un tema que cala más hondo.
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Falta de reconocimiento, la principal traba
“Es una propuesta complicada, porque el ELN no reconoce al EMC como una organización autónoma e independiente, sino como una organización criminal que obedece a otros intereses y que debe resolver su situación con el Estado”, explica el promotor de paz Carlos Velandia, quien ha acompañado los diálogos con el ELN de tres presidentes de Colombia.
De hecho, a inicios de marzo, el jefe del equipo negociador de esa guerrilla, Pablo Beltrán, dijo en entrevista con Colombia+20 que estaba totalmente descartado que el ELN hiciera un cese al fuego multilateral con las disidiencias de las FARC y con las AGC o Clan del Golfo.
Puede leer: “Descartamos el cese multilateral con otros grupos”: Pablo Beltrán, segundo comandante del ELN
Esta semana, tras conocer el llamado del jefe disidente, Colombia+20 habló con una fuente del ELN, quien aseguró que aún no hay una postura oficial de esta guerrilla sobre la propuesta de Mordisco para que detengan la confrontación.
Para Velandia -autor del libro Treguas y ceses al fuego: ¿armas de guerra o instrumentos de paz?- el guiño de Mordisco está llamado a caer al vacío: “Puede que el ELN no responda y trate de ignorar el mensaje, porque incluso responderlo significa darle importancia”.
Lo que está claro, por ahora, es que el ELN sí tiene intenciones de explorar un cese al fuego, pero bilateral, con el Gobierno. De hecho, ese será uno de los puntos a tratar en el tercer ciclo de diálogos con el Ejecutivo, que comenzará en los próximos días en La Habana.
En contexto: “No somos disidentes, el Acuerdo de Paz no existió”: delegado de EMC FARC
“Lo que ha mostrado el ELN es que tiene un método en su negociación. En el primer ciclo estableció la mesa de diálogos; en el segundo, la agenda; y en el tercero hay tres puntos concretos: la participación de la sociedad, el cese bilateral al fuego y las dinámicas humanitarias. No creo que se trate de una falta de voluntad, sino de seguir el curso del proceso”, dice el investigador Luis Eduardo Celis, de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).
Entre tanto, las negociaciones con el EMC no solo arrancarán con cese al fuego a bordo, sino también con un mecanismo de verificación de este acuerdo, que se instalará el 26 de abril.
La pregunta que algunos observadores se hacen es si ahora, con la instalación formal de la mesa de diálogos del Gobierno Petro y la disidencia de Iván Mordisco el próximo 16 de mayo, se agilizará el inicio del cese al fuego con el ELN, cuya mesa se instaló desde el 21 de noviembre.
¿Qué ha pasado con los ceses al fuego?
Al descalabro del cese bilateral al fuego con el ELN en enero se le sumó, en marzo, la ruptura de este acuerdo con el Clan del Golfo (o Agc), por orden del presidente Petro. Así las cosas, de los cinco ceses anunciados por el presidente en Año Nuevo, tres se mantienen vigentes (con el EMC, con la Segunda Marquetalia y con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada).
En el primer trimestre de 2023, según Indepaz, se cometieron al menos 80 violaciones a estos acuerdos, siendo la disidencia de Mordisco el grupo con mayor número de incumplimientos al cese.
Pese a eso, estos pactos siguen siendo cruciales en los acercamientos de paz entre el Gobierno y los grupos armados.
Lea: Así arranca diálogo de Gobierno con disidencias de Farc de Iván Mordisco
“El cese de fuego, pero también el cese de hostilidades, es útil por tres razones: primero, porque es un alivio para las comunidades que sufren el conflicto; segundo, crea un ambiente de confianza de parte a parte, porque se empieza a cumplir de manera real y completa; y en tercer lugar, acrecienta la confianza y legitimidad de las mesas de diálogos: sociedad y comunidad internacional se sienten recompensados y brindan su respaldo”, explica Velandia.
Para el promotor de paz, cuando las apuestas de ceses multilaterales y bilaterales tienen tantos desafíos como en Colombia, una de las salidas es lograr el desescalamiento de la violencia mediante actos unilaterales: “Si los grupos, de forma unilateral, hacen un cese al fuego permanente, el gobierno puede responder de forma recíproca. Eso se podría hacer mañana mismo si quisieran: el gobierno cierra la llaves del gas por un lado, los grupos cierran la llave por el otro, y así se apaga la llama”.
Se trata de una estrategia que en su momento se usó con la guerrilla de las Farc, durante la negociación con el Gobierno de Juan Manuel Santos. “Ahí hubo un desescalamiento que se inició con la decisión de las FARC de no secuestrar, luego, de iniciar a liberar personas en cautiverio; después, de suspender el reclutamiento y escuelas de combatientes e incorporación; luego, la compra y fabricación de armamento… eso es desescalar el conflicto, y eso tuvo reciprocidad del Gobierno, al punto de que en 2014 ya había un cese virtuoso sin que se hubiera firmado un papel, y por supuesto eso lo sentía la sociedad. Ese también puede ser un camino ahora”, dice Velandia.
El multitudinario acto público en las sabanas del Yarí, convocado por la disidencia de las FARC que se denomina Estado Mayor Central (EMC), no solo sirvió para dar puntadas sobre los avances de cara a la mesa de diálogos entre ese grupo armado y el Gobierno de Gustavo Petro. Públicamente, el jefe de esa organización, Iván Mordisco, también aprovechó el acto para enviarle al ELN un mensaje que deja varias dudas sobre su viabilidad.
“A los compañeros del ELN los invitamos a ponerle fin a la guerra entre nuestras organizaciones, un conflicto que sólo beneficia a la clase poderosa del país, enriquece a quienes viven del mercado de las armas y deja a más madres sin sus hijos”, dijo Mordisco frente a los más de 7.000 asistentes. Y agregó que el encargado de gestionar los acercamientos con esa guerrilla sería el comandante del bloque Magdalena Medio del EMC: ‘Jhon Mechas’, quien ya habría llegado a acuerdos con estructuras del ELN para no entrar en combates en el Catatumbo, tal como lo mencionó Andrey Avendaño, vocero de esa organización, en entrevista con Colombia+20.
En contexto: Mordisco, jefe de disidencia de FARC, pide al ELN parar la guerra entre sus grupos
¿Por qué despierta dudas el llamado de Mordisco? Lo primero que salta a la vista es que el mensaje del jefe disidente supone un cese al fuego multilateral con el ELN, que sería el primer acuerdo de este tipo en el marco de la Paz Total. Ambos grupos tienen varios focos de confrontación y disputa territorial abiertos, en los que incluso se han visto alianzas del ELN con estructuras de la Segunda Marquetalia (la disidencia de las Farc comandada por Iván Márquez, enemigo de Mordisco) para enfrentar al EMC.
Hay que tener en cuenta que, en el marco de la Paz Total, el ELN ha sido el grupo más cauto con los ceses al fuego. Incluso, cuando el 31 de diciembre del 2022 el presidente Gustavo Petro anunció acuerdos bilaterales con las cinco principales estructuras armadas del país, esa guerrilla fue la única que se apartó y dejó en claro que el tema aún no se había negociado, impasse que generó una dura controversia en la mesa.
Aunque el EMC mantiene el cese bilateral con el gobierno, ha sido el grupo que más lo ha incumplido, según registros de Indepaz. Por su lado, el ELN, pese a no tener compromisos firmados en papel, sí había expresado su voluntad de iniciar alivios humanitarios, pero ha protagonizado hechos de violencia que han minado la confianza (como el ataque que dejó 10 militares muertos en el Catatumbo). Sin embargo, de cara al llamado de Mordisco, hay un tema que cala más hondo.
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Falta de reconocimiento, la principal traba
“Es una propuesta complicada, porque el ELN no reconoce al EMC como una organización autónoma e independiente, sino como una organización criminal que obedece a otros intereses y que debe resolver su situación con el Estado”, explica el promotor de paz Carlos Velandia, quien ha acompañado los diálogos con el ELN de tres presidentes de Colombia.
De hecho, a inicios de marzo, el jefe del equipo negociador de esa guerrilla, Pablo Beltrán, dijo en entrevista con Colombia+20 que estaba totalmente descartado que el ELN hiciera un cese al fuego multilateral con las disidiencias de las FARC y con las AGC o Clan del Golfo.
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Esta semana, tras conocer el llamado del jefe disidente, Colombia+20 habló con una fuente del ELN, quien aseguró que aún no hay una postura oficial de esta guerrilla sobre la propuesta de Mordisco para que detengan la confrontación.
Para Velandia -autor del libro Treguas y ceses al fuego: ¿armas de guerra o instrumentos de paz?- el guiño de Mordisco está llamado a caer al vacío: “Puede que el ELN no responda y trate de ignorar el mensaje, porque incluso responderlo significa darle importancia”.
Lo que está claro, por ahora, es que el ELN sí tiene intenciones de explorar un cese al fuego, pero bilateral, con el Gobierno. De hecho, ese será uno de los puntos a tratar en el tercer ciclo de diálogos con el Ejecutivo, que comenzará en los próximos días en La Habana.
En contexto: “No somos disidentes, el Acuerdo de Paz no existió”: delegado de EMC FARC
“Lo que ha mostrado el ELN es que tiene un método en su negociación. En el primer ciclo estableció la mesa de diálogos; en el segundo, la agenda; y en el tercero hay tres puntos concretos: la participación de la sociedad, el cese bilateral al fuego y las dinámicas humanitarias. No creo que se trate de una falta de voluntad, sino de seguir el curso del proceso”, dice el investigador Luis Eduardo Celis, de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).
Entre tanto, las negociaciones con el EMC no solo arrancarán con cese al fuego a bordo, sino también con un mecanismo de verificación de este acuerdo, que se instalará el 26 de abril.
La pregunta que algunos observadores se hacen es si ahora, con la instalación formal de la mesa de diálogos del Gobierno Petro y la disidencia de Iván Mordisco el próximo 16 de mayo, se agilizará el inicio del cese al fuego con el ELN, cuya mesa se instaló desde el 21 de noviembre.
¿Qué ha pasado con los ceses al fuego?
Al descalabro del cese bilateral al fuego con el ELN en enero se le sumó, en marzo, la ruptura de este acuerdo con el Clan del Golfo (o Agc), por orden del presidente Petro. Así las cosas, de los cinco ceses anunciados por el presidente en Año Nuevo, tres se mantienen vigentes (con el EMC, con la Segunda Marquetalia y con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada).
En el primer trimestre de 2023, según Indepaz, se cometieron al menos 80 violaciones a estos acuerdos, siendo la disidencia de Mordisco el grupo con mayor número de incumplimientos al cese.
Pese a eso, estos pactos siguen siendo cruciales en los acercamientos de paz entre el Gobierno y los grupos armados.
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“El cese de fuego, pero también el cese de hostilidades, es útil por tres razones: primero, porque es un alivio para las comunidades que sufren el conflicto; segundo, crea un ambiente de confianza de parte a parte, porque se empieza a cumplir de manera real y completa; y en tercer lugar, acrecienta la confianza y legitimidad de las mesas de diálogos: sociedad y comunidad internacional se sienten recompensados y brindan su respaldo”, explica Velandia.
Para el promotor de paz, cuando las apuestas de ceses multilaterales y bilaterales tienen tantos desafíos como en Colombia, una de las salidas es lograr el desescalamiento de la violencia mediante actos unilaterales: “Si los grupos, de forma unilateral, hacen un cese al fuego permanente, el gobierno puede responder de forma recíproca. Eso se podría hacer mañana mismo si quisieran: el gobierno cierra la llaves del gas por un lado, los grupos cierran la llave por el otro, y así se apaga la llama”.
Se trata de una estrategia que en su momento se usó con la guerrilla de las Farc, durante la negociación con el Gobierno de Juan Manuel Santos. “Ahí hubo un desescalamiento que se inició con la decisión de las FARC de no secuestrar, luego, de iniciar a liberar personas en cautiverio; después, de suspender el reclutamiento y escuelas de combatientes e incorporación; luego, la compra y fabricación de armamento… eso es desescalar el conflicto, y eso tuvo reciprocidad del Gobierno, al punto de que en 2014 ya había un cese virtuoso sin que se hubiera firmado un papel, y por supuesto eso lo sentía la sociedad. Ese también puede ser un camino ahora”, dice Velandia.