Las preocupaciones tras declaratoria de guerra de disidencia de Mordisco a Calarcá
La división interna en la disidencia de las FARC que se conocía como EMC despertó una confrontación. Guaviare, Caquetá y Huila estarían en alto riesgo, según expertos. Hay zozobra por posibles hechos de violencia contra la población civil. Estas son las claves para entender lo que viene.
Julián Ríos Monroy
Pasó casi un año exacto entre la primera aparición pública, codo a codo, de Iván Mordisco y Calarcá Córdoba, y el momento en que quedó al descubierto la ruptura entre los jefes disidentes de las FARC, que llegó al límite esta semana, tras la declaratoria de guerra entre sus estructuras.
Aquella primera escena, el 15 de abril de 2023, fue capturada en una imagen del fotógrafo Joaquín Sarmiento, de la AFP, durante un encuentro en las Sabanas del Yarí al que asistieron más de 6.000 personas, incluyendo a los máximos líderes de las estructuras de lo que para entonces se conocía como Estado Mayor Central (EMC), un grupo que ponía bajo una sola sombrilla a varias disidencias de las FARC, que se reunieron para participar en la apuesta de paz total del Gobierno de Gustavo Petro. Para entonces, Mordisco se posicionaba como el máximo comandante, y Calarcá figuraba como el segundo al mando.
La segunda escena, la de la ruptura, salió a la luz el 9 de abril de este año, luego de tres semanas de tensiones al interior del EMC, que mostraron una fisura irreparable en la que una parte del grupo buscaba mantenerse en los diálogos de paz con el Ejecutivo, mientras que otra se apartaba de la mesa de negociación. En ese contexto, en una entrevista con Colombia+20, Calarcá Córdoba advirtió lo que ocurriría. “Puede pasar que nos tilden de traidores”, le dijo a este diario.
Lo que el jefe disidente planteaba como una posibilidad se materializó este miércoles, 21 de agosto. A través de un comunicado, el Bloque Amazonas (comandado por Mordisco), tildó a la facción de Calarcá de “fraccionalista”, y la señaló de “asaltar la mesa de diálogos” y “autonombrar” delegados en la negociación con Petro.
En contexto: Así se gestó la división en disidencia EMC que llevó a la ruptura con Iván Mordisco
En el documento, el Bloque anunció el “inicio de las confrontaciones militares” con los frentes que se mantienen en la negociación de paz, lo que en la práctica significa una declaración de guerra del ala de Mordisco a la de Calarcá.
“No nos queda más que el honor y el valor para enfrentarlos hasta derrotarlos, por tal razón se ha ordenado a las unidades en el área entrar en combate con cualquier fuerza que se encuentre en el avance de retoma del área”, dice el documento publicado por el Bloque Amazonas.
Aunque no es fácil establecer el poderío de cada bando ni su pie de fuerza, las estimaciones del Gobierno indican que actualmente las cargas son casi equitativas: la mitad de lo que era el EMC se mantiene en los diálogos de paz, y el restante 50% no.
Sin embargo, más allá del número de hombres en armas, los expertos consultados por Colombia+20 coinciden en que las ventajas tácticas no están determinadas por cuál es el grupo más grande, sino por cómo se mueve en sus territorios de dominio. En cualquier caso, la prioridad debe ser proteger a la población que queda en el medio de esta confrontación.
“Los civiles están en el medio”
Para la investigadora Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, la actual amenaza de confrontaciones es el resultado de una serie de tensiones que se venían consolidando hace casi un año, y cuyo principal impacto será recibido por las comunidades.
De hecho, en su comunicado el Bloque Amazonas le hace una advertencia a las comunidades: “Hemos mantenido una política de no agresión en medio de la retoma de arcas, hemos dicho a la gente que si no quieren trabajar con nosotros, por lo menos se mantengan neutrales sin a poyar a los fraccionalistas, pero con profundo dolor vemos que algunos prefieren las migajas que les prometen los fraccionalistas”.
Para la investigadora de Crisis Group, “es una situación muy difícil para la población, porque todos quedan señalados por el bando contrario, incluso solo por el hecho de vivir en un lugar. Eso aumenta el nivel de conflictividad, porque los civiles están en el medio”.
¿Qué puede hacer el Gobierno Petro para proteger a la población?
Tanto Dickinson como Kyle Johnson, cofundador e investigador de la Fundación Conflict Responses (Core), coinciden en que el Gobierno debe acelerar la georreferenciación de los frentes bajo el mando de Calarcá Córdoba, que actualmente tienen activo un cese al fuego bilateral hasta el 15 de octubre.
Se trata de un compromiso al que se llegó a mediados de julio en la mesa de diálogos, con el objetivo, precisamente, de que las Fuerzas Militares tengan certeza de los lugares específicos donde pueden realizar sus operaciones.
En contexto: Gobierno y disidencia de Calarcá extienden el cese al fuego por tres meses más
“La georreferenciación permitiría identificar a los grupos que estén por fuera de la zona delimitada, que serían de la gente de Mordisco y son blanco legitimo para actuar. Eso le da claridad a la Fuerza Pública de qué hacer o no y facilita estrategias de protección de la población”, explica Johnson.
Otro de los temas urgentes es identificar cuáles son los municipios con mayor riesgo de enfrentamientos, para garantizar que el Ejército y la Policía hagan presencia y protejan a los civiles.
Uno de los principales desafíos en ese sentido tiene que ver con las tensiones entre algunas comunidades y la Fuerza Pública, que han quedado en evidencia, por ejemplo, con las retenciones de militares por parte de las Guardias Campesinas en el Guaviare.
Lea: Las dudas que retención de militares en Guaviare abre en proceso con disidencia
Las regiones que están en alerta por el inicio de la confrontación
Según Kyle Johnson, este nuevo anuncio obliga a poner la lupa principalmente en tres territorios: la Amazonía-Orinoquía, el departamento del Huila y, eventualmente, Venezuela.
En cuanto a la primera zona, uno de los departamentos más afectados podría ser Guaviare, donde hay una amplia presencia de estructuras al mando de Mordisco y de Calarcá, que podrían enfrentarse. Uno de los puntos críticos podría ser la Serranía de Chiribiquete, y corredores hacia el departamento del Caquetá, en municipios como Cartagena del Chairá.
Otra de las áreas donde el conflicto puede escalarse es el Huila, donde hacen presencia al menos tres frentes leales a Calarcá (el ‘Ivan Díaz’, el ‘Rodrigo Cadete’ y el ‘Darío Gutiérrez’), y otros tres bajo el mando de Mordisco (incluyendo a la estructura Jaime Martínez, que ha protagonizado graves hechos de violencia y vulneración al DIH en Cauca). “Hasta ahora no hemos visto mayores confrontaciones, pero hay riesgo”, advierte Johnson.
En cuanto a Venezuela y la zona de frontera, el investigador de Core asegura que, aunque es menor la probabilidad de enfrentamiento allá, no se pueden perder de vista los frentes del Catatumbo y Arauca que tienen carácter binacional.
Lea: Las divisiones dentro de disidencia de Mordisco que se develaron en reunión con el Gobierno
Una de las preguntas que quedan abiertas en este momento es qué otras estructuras que se han mantenido leales a Mordisco pueden entrar en la confrontación, pues por ahora el anuncio fue solo del Bloque Amazonas.
La principal incógnita está en los frentes de la región Pacífica, sobre todo, los que hacen presencia en el departamento del Cauca, cuyo poderío económico y militar es mayor.
De hecho, según la investigadora Elizabeth Dickinson, en los últimos meses se ha denunciado que miembros del Bloque Occidental, entre ellos menores de edad reclutados, han sido enviados a la zona de la Amazonía-Orinoquía para fortalecer las estructuras al mando de Iván Mordisco.
Pasó casi un año exacto entre la primera aparición pública, codo a codo, de Iván Mordisco y Calarcá Córdoba, y el momento en que quedó al descubierto la ruptura entre los jefes disidentes de las FARC, que llegó al límite esta semana, tras la declaratoria de guerra entre sus estructuras.
Aquella primera escena, el 15 de abril de 2023, fue capturada en una imagen del fotógrafo Joaquín Sarmiento, de la AFP, durante un encuentro en las Sabanas del Yarí al que asistieron más de 6.000 personas, incluyendo a los máximos líderes de las estructuras de lo que para entonces se conocía como Estado Mayor Central (EMC), un grupo que ponía bajo una sola sombrilla a varias disidencias de las FARC, que se reunieron para participar en la apuesta de paz total del Gobierno de Gustavo Petro. Para entonces, Mordisco se posicionaba como el máximo comandante, y Calarcá figuraba como el segundo al mando.
La segunda escena, la de la ruptura, salió a la luz el 9 de abril de este año, luego de tres semanas de tensiones al interior del EMC, que mostraron una fisura irreparable en la que una parte del grupo buscaba mantenerse en los diálogos de paz con el Ejecutivo, mientras que otra se apartaba de la mesa de negociación. En ese contexto, en una entrevista con Colombia+20, Calarcá Córdoba advirtió lo que ocurriría. “Puede pasar que nos tilden de traidores”, le dijo a este diario.
Lo que el jefe disidente planteaba como una posibilidad se materializó este miércoles, 21 de agosto. A través de un comunicado, el Bloque Amazonas (comandado por Mordisco), tildó a la facción de Calarcá de “fraccionalista”, y la señaló de “asaltar la mesa de diálogos” y “autonombrar” delegados en la negociación con Petro.
En contexto: Así se gestó la división en disidencia EMC que llevó a la ruptura con Iván Mordisco
En el documento, el Bloque anunció el “inicio de las confrontaciones militares” con los frentes que se mantienen en la negociación de paz, lo que en la práctica significa una declaración de guerra del ala de Mordisco a la de Calarcá.
“No nos queda más que el honor y el valor para enfrentarlos hasta derrotarlos, por tal razón se ha ordenado a las unidades en el área entrar en combate con cualquier fuerza que se encuentre en el avance de retoma del área”, dice el documento publicado por el Bloque Amazonas.
Aunque no es fácil establecer el poderío de cada bando ni su pie de fuerza, las estimaciones del Gobierno indican que actualmente las cargas son casi equitativas: la mitad de lo que era el EMC se mantiene en los diálogos de paz, y el restante 50% no.
Sin embargo, más allá del número de hombres en armas, los expertos consultados por Colombia+20 coinciden en que las ventajas tácticas no están determinadas por cuál es el grupo más grande, sino por cómo se mueve en sus territorios de dominio. En cualquier caso, la prioridad debe ser proteger a la población que queda en el medio de esta confrontación.
“Los civiles están en el medio”
Para la investigadora Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia del International Crisis Group, la actual amenaza de confrontaciones es el resultado de una serie de tensiones que se venían consolidando hace casi un año, y cuyo principal impacto será recibido por las comunidades.
De hecho, en su comunicado el Bloque Amazonas le hace una advertencia a las comunidades: “Hemos mantenido una política de no agresión en medio de la retoma de arcas, hemos dicho a la gente que si no quieren trabajar con nosotros, por lo menos se mantengan neutrales sin a poyar a los fraccionalistas, pero con profundo dolor vemos que algunos prefieren las migajas que les prometen los fraccionalistas”.
Para la investigadora de Crisis Group, “es una situación muy difícil para la población, porque todos quedan señalados por el bando contrario, incluso solo por el hecho de vivir en un lugar. Eso aumenta el nivel de conflictividad, porque los civiles están en el medio”.
¿Qué puede hacer el Gobierno Petro para proteger a la población?
Tanto Dickinson como Kyle Johnson, cofundador e investigador de la Fundación Conflict Responses (Core), coinciden en que el Gobierno debe acelerar la georreferenciación de los frentes bajo el mando de Calarcá Córdoba, que actualmente tienen activo un cese al fuego bilateral hasta el 15 de octubre.
Se trata de un compromiso al que se llegó a mediados de julio en la mesa de diálogos, con el objetivo, precisamente, de que las Fuerzas Militares tengan certeza de los lugares específicos donde pueden realizar sus operaciones.
En contexto: Gobierno y disidencia de Calarcá extienden el cese al fuego por tres meses más
“La georreferenciación permitiría identificar a los grupos que estén por fuera de la zona delimitada, que serían de la gente de Mordisco y son blanco legitimo para actuar. Eso le da claridad a la Fuerza Pública de qué hacer o no y facilita estrategias de protección de la población”, explica Johnson.
Otro de los temas urgentes es identificar cuáles son los municipios con mayor riesgo de enfrentamientos, para garantizar que el Ejército y la Policía hagan presencia y protejan a los civiles.
Uno de los principales desafíos en ese sentido tiene que ver con las tensiones entre algunas comunidades y la Fuerza Pública, que han quedado en evidencia, por ejemplo, con las retenciones de militares por parte de las Guardias Campesinas en el Guaviare.
Lea: Las dudas que retención de militares en Guaviare abre en proceso con disidencia
Las regiones que están en alerta por el inicio de la confrontación
Según Kyle Johnson, este nuevo anuncio obliga a poner la lupa principalmente en tres territorios: la Amazonía-Orinoquía, el departamento del Huila y, eventualmente, Venezuela.
En cuanto a la primera zona, uno de los departamentos más afectados podría ser Guaviare, donde hay una amplia presencia de estructuras al mando de Mordisco y de Calarcá, que podrían enfrentarse. Uno de los puntos críticos podría ser la Serranía de Chiribiquete, y corredores hacia el departamento del Caquetá, en municipios como Cartagena del Chairá.
Otra de las áreas donde el conflicto puede escalarse es el Huila, donde hacen presencia al menos tres frentes leales a Calarcá (el ‘Ivan Díaz’, el ‘Rodrigo Cadete’ y el ‘Darío Gutiérrez’), y otros tres bajo el mando de Mordisco (incluyendo a la estructura Jaime Martínez, que ha protagonizado graves hechos de violencia y vulneración al DIH en Cauca). “Hasta ahora no hemos visto mayores confrontaciones, pero hay riesgo”, advierte Johnson.
En cuanto a Venezuela y la zona de frontera, el investigador de Core asegura que, aunque es menor la probabilidad de enfrentamiento allá, no se pueden perder de vista los frentes del Catatumbo y Arauca que tienen carácter binacional.
Lea: Las divisiones dentro de disidencia de Mordisco que se develaron en reunión con el Gobierno
Una de las preguntas que quedan abiertas en este momento es qué otras estructuras que se han mantenido leales a Mordisco pueden entrar en la confrontación, pues por ahora el anuncio fue solo del Bloque Amazonas.
La principal incógnita está en los frentes de la región Pacífica, sobre todo, los que hacen presencia en el departamento del Cauca, cuyo poderío económico y militar es mayor.
De hecho, según la investigadora Elizabeth Dickinson, en los últimos meses se ha denunciado que miembros del Bloque Occidental, entre ellos menores de edad reclutados, han sido enviados a la zona de la Amazonía-Orinoquía para fortalecer las estructuras al mando de Iván Mordisco.