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Al líder campesino Ismael Arrieta* le avisaron sobre las 6:00 de la mañana del Viernes Santo que los paramilitares de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (Acsn) iban bajando el filo de la vereda La Unión hacia la vereda La Secreta, donde estaban asentados los hombres de las Agc.
Esa era la confirmación de un combate que estaba cantado desde hacía semanas en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, cuando ambos grupos empezaron a acercarse en esa zona del corregimiento de Siberia, en el municipio de Ciénaga. El enfrentamiento estalló dos horas más tarde de ese aviso, sobre las 8:00 a.m. del viernes 15 de abril. Los fusiles y los explosivos no dejaron de sonar hasta casi las 4:00 p.m.
Aun en medio del fuego, el campesino Ismael Arrieta logró bajar de la sierra con su familia hacia las 2:00 p.m. hasta el sector del Reposo, ya sobre la Troncal del Caribe. Él es una de las 600 personas (200 familias) que permanecen desplazadas por el combate en el coliseo de Ciénaga, según el último censo de las autoridades. Todas han bajado desde la vereda La Secreta desde ese viernes y a hoy siguen llegando a cuentagotas.
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“Nosotros veíamos a los grupos por esa zona, le avisamos al Ejército, al Gobierno, mandamos comunicaciones a Bogotá y nadie creyó lo que estaba sucediendo. Nosotros sí, porque todos los días los veíamos, ellos mismos decían que venían a atacar a los otros”, reclama el dirigente campesino que conoce bien la zona, porque lidera la restitución de tierras allí y camina la región de finca a finca entregando esas ayudas.
En el combate, según testimonios recogidos en los consejos de seguridad posteriores, participaron unos 150 hombres de las Acsn, denominadas por la oficialidad como Pachencas, y 50 de las Agc, conocidas también como Clan del Golfo. Cuando terminó el enfrentamiento, hombres de las Agc huyeron por la parte plana de la sierra y cuatro sicarios de las Acsn los seguían en moto. Estos últimos se encontraron a los labriegos Franklin Caballero Blanco y Víctor Mojica, y los asesinaron.
“Estas dos personas nada tenían que ver con esos grupos armados”, confirma Arturo Espinoza, personero de Ciénaga. Ambos jóvenes, de alrededor de 25 años, eran pobladores que se criaron en la comunidad. Uno de los muchachos tenía una discapacidad en su pierna derecha por un accidente cuando era niño y el otro tenía una discapacidad cognitiva. La gente los conocía y ellos trabajaban cuidando vacas y carneros en esa zona.
Aunque el combate entre ambos grupos paramilitares puso el tema en la agenda nacional, lo cierto es que, en la parte alta de la Sierra Nevada, en corregimientos de Ciénaga como Siberia, “los paramilitares caminan por las calles como si nada, uniformados y armados; viven en el pueblo y todo el mundo los ve”, sostiene un líder comunal del corregimiento de San Pedro. Según los testimonios que ha recogido, los hombres de las Acsn, que andan de camuflado y con brazaletes que los identifican, hacen retenes en la comunidad y hasta revisan los celulares de los pobladores.
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En la cosecha de café, a finales del año pasado, los paramilitares pidieron entre $160.000 y $200.000 por finca para comprar una máquina buldócer y abrir carretera en lo alto de la sierra. No es una cifra menor, porque Ciénaga es el cuarto municipio cafetero en extensión, con 14.000 hectáreas sembradas en café. El “proyecto” de las Acsn es abrir vía y tener intercomunicación en la parte alta, entre el sector de Siberia y Minca, sin tener que bajar hasta la Troncal del Caribe. “A nosotros nos beneficiaría, pero a ellos también porque no tendrían que tocar la Troncal para moverse por toda la sierra”, dijo el líder comunitario.
Luis Tete Samper, alcalde de Ciénaga, confirma los testimonios de los líderes sobre el control paramilitar: “Las denuncias son ciertas”, sostuvo y relató un episodio del que tuvo conocimiento apenas hace unos días. En la vereda La Bodega Palestina los paramilitares llegaron al centro educativo, sacaron a los maestros, reunieron a la comunidad en el centro poblado, a algunos los hicieron arrodillar y profirieron amenazas. “La pregunta hay que hacérsela al Ejército: ¿por qué estos señores hoy están como Pedro por su casa patrullando las calles y las vías de la Sierra Nevada?”, dijo el mandatario local.
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Desde hace meses las Agc tomaron la determinación de quitarle territorio “a sangre y fuego” a las Acsn, grupo paramilitar heredero de Hernán Giraldo. El 28 de agosto de 2021, cuando era escoltado por el Inpec a una clínica de Montería, Édgar Ariel Trujillo Córdoba, conocido como Cinco Siete se fugó de las autoridades. Se trata de un exparamilitar de vieja data, que participó en la masacre de El Salado y que, tras la desmovilización en 2006, volvió a delinquir.
Ahora el hombre estaría al mando de las Agc en la Sierra Nevada y sería quien dirige la retoma del territorio que fue suyo en los años 2000. El 14 de febrero pasado ambos grupos se enfrentaron en Palmor, otro de los corregimientos de Ciénaga en la sierra, en el primer episodio que escaló la confrontación a combate abierto y que le puso fin, como señaló entonces el investigador Luis Fernando Trejos, a la guerra de baja intensidad que llevaban hace meses. El combate del Viernes Santo es la confirmación de esa guerra abierta.
A los jóvenes que rozan los 16 años los están sacando sus padres de corregimientos como Siberia, porque los están rondando los grupos armados para reclutarlos a sus filas. Además, los docentes también tienen temor de subir a la sierra a dar clases porque los grupos no han respetado las escuelas.
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El alcalde Samper señala que las 600 personas desplazadas en Ciénaga pertenecen hasta ahora a una sola vereda, pero teme que ese fenómeno pueda llegar a ocurrir en otras veredas de la parte alta de la Sierra Nevada, pues el 90 % del municipio está en esa zona. Las familias desplazadas ya desbordaron la capacidad de la Alcaldía para hacerle frente, que apenas tenían destinados $10 millones para atender una emergencia como esta. Para este miércoles está convocado un consejo nacional de seguridad en Ciénaga y el mandatario espera que acudan funcionarios del más alto nivel nacional, aunque Diego Molano, ministro de Defensa, ya confirmó que no estará presente, sino que enviará a un funcionario de segundo nivel en su representación.
En el comunicado oficial sobre el último consejo de seguridad, realizado por la Gobernación del Magdalena, se lee que “existe presunta fuga de información de inteligencia por lo que la Gobernación solicitó que el caso sea indagado por la Fiscalía”. En esos espacios han participado líderes de la comunidad, entre ellos Ismael Arrieta, quien después de aportar información en esos escenarios recibió dos amenazas, ya estando desplazado en Ciénaga.
*Nombre cambiado a petición de la fuente.