“Puertas a diálogo con Eln siguen abiertas”: comisionado de Paz
Miguel Ceballos aprovecha la carta de cuatro obispos a esta insurgencia para insistir en las condiciones del Gobierno para abrir la mesa de negociación. Deja el balón en el campo de los elenos.
Gloria Castrillón / @Glocastri
No resulta fácil para un comisionado de Paz en Colombia hablar de los esfuerzos que se hacen desde diferentes sectores de la sociedad (incluida su oficina) para establecer un diálogo con las guerrillas. No reconocen los contactos previos que siempre se hacen con mensajeros de buena voluntad y bajísimo perfil, poco pueden decir de las buenas intenciones de la contraparte y, casi siempre, se muestran en público con posiciones inamovibles. Hay que leer entre líneas los comunicados y desmenuzar sus intervenciones. Esta vez Miguel Ceballos Arévalo aprovechó la carta enviada al Eln por los obispos Darío de Jesús Monsalve (de Cali), Juan Carlos Barreto (de Quibdó), Hugo Alberto Torres (de Apartadó) y Mario de Jesús Álvarez (de Istmina) para decir que el Gobierno Nacional tiene la puerta abierta para dialogar con esta insurgencia, aunque insiste en las condiciones que el propio presidente, Iván Duque, impuso para establecer una mesa.
Para poner en contexto las palabras del alto comisionado para la Paz habría que decir que durante este Gobierno el Eln ha dejado en libertad de manera unilateral a 21 secuestrados en Arauca, Chocó y Catatumbo, y según información de inteligencia, se tiene expectativa de que estén con vida solo las tres personas que nombraron los obispos en su carta. Hay otras señales favorables al diálogo: una carta de varias personalidades encabezadas por Humberto de la Calle; la manifestación del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, de que ve con buenos ojos ese diálogo; las declaraciones del jefe del Eln, Pablo Beltrán, aceptando que existen contactos con el Gobierno; incluso hay reportes de que esta guerrilla ha reducido su accionar en el último trimestre (la última voladura a un tubo fue en agosto).
¿Qué responde usted a la carta de los obispos del Pacífico?
Esa respuesta la tiene que dar muy pronto el Eln. El Gobierno Nacional valora y respalda la solicitud hecha por los obispos de Cali, Quibdó, Apartadó e Istmina y urge al Eln la entrega inmediata de los tres secuestrados Fredy Rangel, Diana María Toro y Tulio Mosquera, exalcalde del Alto Baudó. La liberación de estas personas había sido insistentemente solicitada por el Gobierno Nacional, ojalá el Eln responda positivamente.
(Lea: Las condiciones de Duque para reanudar los diálogos con Eln)
Usted publicó una lista con los nombres de diez personas secuestradas, ahora los obispos hablan solo de tres...
Todas esas personas han estado en manos del Eln. Este es un buen momento para que ellos informen sobre la situación de estas personas, muchas de ellas llevan mucho tiempo secuestradas. La carta de los obispos tiene un sentido muy profundo: que cuatro prelados tan importantes envíen una carta con tres nombres concretos, en localizaciones muy concretas, dice mucho. El Eln debe saber leer el momento histórico, como se lo pidió otra carta hace unas semanas dirigida por personas de la sociedad civil muy representativas, encabezadas por el exnegociador con las Farc, Humberto de la Calle Lombana. En esa carta se le solicita al Eln que cumpla con las condiciones establecidas por el Gobierno, que son válidas y vigentes. En ese sentido la pelota está en la cancha del Eln.
¿El hecho de que sean estos obispos, que mantienen contactos humanitarios con el Eln, y que están en la zona de Chocó, también envía un mensaje?
Ellos se dirigen al frente que está bajo el mando de alias “Fabián”. Es la zona del sur de Antioquia y Chocó, donde operan pastoralmente, eso refleja una voluntad de los obispos para defender la paz en sus regiones, por eso deben ser escuchados. La carta no la envían directamente al Coce sino al comandante “Fabián”, ¿eso indica que sigue el problema de la unidad de mando?
Cualquier espacio de diálogo implica unidad de mando. Es importante estar atento a esta respuesta, porque si se trata de una organización con mando unificado, el hecho que se le dirija a una persona no implica que esa persona deba responder, porque todo el Eln es responsable como organización de la vida y seguridad de los secuestrados.
¿Hay o no hay contactos con los elenos?
El único contacto posible será cuando se cumplan las condiciones. El presidente Duque, esta semana, lo ha dicho de manera clara, solo puede haber una posibilidad de paz si se entregan todos los secuestrados y cesan todos los actos criminales.
(Lea también: Alerta por 3.200 personas desplazadas y confinadas en Chocó)
Las comunidades piden dialogar ya justamente para que paren el desplazamiento, el confinamiento y el reclutamiento de menores.
Usted menciona tres conductas: el reclutamiento de menores, la instalación de minas antipersonales y la afectación a la infraestructura minero-energética del país, ninguna es negociable. Ojalá el Eln entienda que estas conductas no afectan al Gobierno sino a la población.
Si lo plantea así, se ve lejos una negociación...
La respuesta está en manos del Eln. Ojalá con la carta de los obispos y la de Humberto de la Calle entiendan que no es solo el Gobierno el que les está pidiendo un cambio, se lo están pidiendo sectores representativos de la sociedad colombiana.
¿Pero usted sigue dejando una puertecita abierta, un contacto reservado?
(Silencio).
¿Ya ha pensado en su equipo negociador con el Eln?
No montemos las bestias antes de ensillarlas. Insistimos en que las puertas estarán abiertas si se cumplen las condiciones. En ese momento el Gobierno tomará las mejores decisiones para el país, pensando en el bien de los colombianos y en la paz real.
¿Y eso significa retomar la agenda que quedó de la mesa anterior?
Esas son decisiones que solo podrán ser abordadas en el momento que se cumplan las condiciones.
(Le puede interesar: Así afectó el conflicto armado al territorio y las comunidades étnicas del Chocó)
Hay señales, usted deja puertas abiertas, pero el Gobierno les hace una encerrona a los negociadores en Cuba...
Las relaciones con Cuba han sido históricamente respetuosas. El Gobierno colombiano reconoce la generosidad que tuvo para ser sede del proceso con las Farc. Ahora le pedimos que entienda que hay una situación difícil, ocasionada por un atentado en el que murieron 22 cadetes. Los jueces han pedido la extradición de los negociadores y el Gobierno debe apoyar las decisiones judiciales.
Pero el voto de Colombia en Naciones Unidas no ayuda...
Las decisiones de política exterior no corresponden a la oficina del alto comisionado.
¿Aspira a que se dé una buena noticia antes de finalizar el año?
La mejor noticia sería la liberación de estas tres personas, sería un acto de respeto al pueblo colombiano, a los familiares y a los cuatro obispos que expresan este deseo de la manera más prudente y constructiva.
Usted participó en la mesa de los temas de paz que convocó el Gobierno, donde se pidió que se inicie el diálogo con el Eln.
La solicitud de retomar los diálogos con el Eln la hace la Mesa Nacional de Diálogo, distinta al Comité del Paro. Esa mesa, en la que están Defendamos la Paz y miembros de la bancada alternativa, introduce el tema. Esa solicitud fue respondida por el señor presidente, quien mencionó cuáles son las condiciones básicas.
Su balance de esa conversación...
Es positivo. Siento que hay críticas, porque hay poca información sobre la implementación de los acuerdos. Por ejemplo, esta oficina ha fortalecido el Consejo Nacional de Paz, que ha operado de manera permanente con buenos resultados. Recibimos sesenta Consejos Municipales de Paz y hemos llegado a 500, donde están víctimas, defensores de derechos humanos, grupos étnicos y excombatientes. Allí se encuentran para cumplir uno de los componentes más importantes del Acuerdo de Paz: la reconciliación. Otro punto es el desminado humanitario. En quince meses, este Gobierno ha entregado 113 municipios libres de minas; eso es histórico. Esto implica la liberación de estas zonas para implementar los proyectos productivos: los PDET.
No resulta fácil para un comisionado de Paz en Colombia hablar de los esfuerzos que se hacen desde diferentes sectores de la sociedad (incluida su oficina) para establecer un diálogo con las guerrillas. No reconocen los contactos previos que siempre se hacen con mensajeros de buena voluntad y bajísimo perfil, poco pueden decir de las buenas intenciones de la contraparte y, casi siempre, se muestran en público con posiciones inamovibles. Hay que leer entre líneas los comunicados y desmenuzar sus intervenciones. Esta vez Miguel Ceballos Arévalo aprovechó la carta enviada al Eln por los obispos Darío de Jesús Monsalve (de Cali), Juan Carlos Barreto (de Quibdó), Hugo Alberto Torres (de Apartadó) y Mario de Jesús Álvarez (de Istmina) para decir que el Gobierno Nacional tiene la puerta abierta para dialogar con esta insurgencia, aunque insiste en las condiciones que el propio presidente, Iván Duque, impuso para establecer una mesa.
Para poner en contexto las palabras del alto comisionado para la Paz habría que decir que durante este Gobierno el Eln ha dejado en libertad de manera unilateral a 21 secuestrados en Arauca, Chocó y Catatumbo, y según información de inteligencia, se tiene expectativa de que estén con vida solo las tres personas que nombraron los obispos en su carta. Hay otras señales favorables al diálogo: una carta de varias personalidades encabezadas por Humberto de la Calle; la manifestación del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, de que ve con buenos ojos ese diálogo; las declaraciones del jefe del Eln, Pablo Beltrán, aceptando que existen contactos con el Gobierno; incluso hay reportes de que esta guerrilla ha reducido su accionar en el último trimestre (la última voladura a un tubo fue en agosto).
¿Qué responde usted a la carta de los obispos del Pacífico?
Esa respuesta la tiene que dar muy pronto el Eln. El Gobierno Nacional valora y respalda la solicitud hecha por los obispos de Cali, Quibdó, Apartadó e Istmina y urge al Eln la entrega inmediata de los tres secuestrados Fredy Rangel, Diana María Toro y Tulio Mosquera, exalcalde del Alto Baudó. La liberación de estas personas había sido insistentemente solicitada por el Gobierno Nacional, ojalá el Eln responda positivamente.
(Lea: Las condiciones de Duque para reanudar los diálogos con Eln)
Usted publicó una lista con los nombres de diez personas secuestradas, ahora los obispos hablan solo de tres...
Todas esas personas han estado en manos del Eln. Este es un buen momento para que ellos informen sobre la situación de estas personas, muchas de ellas llevan mucho tiempo secuestradas. La carta de los obispos tiene un sentido muy profundo: que cuatro prelados tan importantes envíen una carta con tres nombres concretos, en localizaciones muy concretas, dice mucho. El Eln debe saber leer el momento histórico, como se lo pidió otra carta hace unas semanas dirigida por personas de la sociedad civil muy representativas, encabezadas por el exnegociador con las Farc, Humberto de la Calle Lombana. En esa carta se le solicita al Eln que cumpla con las condiciones establecidas por el Gobierno, que son válidas y vigentes. En ese sentido la pelota está en la cancha del Eln.
¿El hecho de que sean estos obispos, que mantienen contactos humanitarios con el Eln, y que están en la zona de Chocó, también envía un mensaje?
Ellos se dirigen al frente que está bajo el mando de alias “Fabián”. Es la zona del sur de Antioquia y Chocó, donde operan pastoralmente, eso refleja una voluntad de los obispos para defender la paz en sus regiones, por eso deben ser escuchados. La carta no la envían directamente al Coce sino al comandante “Fabián”, ¿eso indica que sigue el problema de la unidad de mando?
Cualquier espacio de diálogo implica unidad de mando. Es importante estar atento a esta respuesta, porque si se trata de una organización con mando unificado, el hecho que se le dirija a una persona no implica que esa persona deba responder, porque todo el Eln es responsable como organización de la vida y seguridad de los secuestrados.
¿Hay o no hay contactos con los elenos?
El único contacto posible será cuando se cumplan las condiciones. El presidente Duque, esta semana, lo ha dicho de manera clara, solo puede haber una posibilidad de paz si se entregan todos los secuestrados y cesan todos los actos criminales.
(Lea también: Alerta por 3.200 personas desplazadas y confinadas en Chocó)
Las comunidades piden dialogar ya justamente para que paren el desplazamiento, el confinamiento y el reclutamiento de menores.
Usted menciona tres conductas: el reclutamiento de menores, la instalación de minas antipersonales y la afectación a la infraestructura minero-energética del país, ninguna es negociable. Ojalá el Eln entienda que estas conductas no afectan al Gobierno sino a la población.
Si lo plantea así, se ve lejos una negociación...
La respuesta está en manos del Eln. Ojalá con la carta de los obispos y la de Humberto de la Calle entiendan que no es solo el Gobierno el que les está pidiendo un cambio, se lo están pidiendo sectores representativos de la sociedad colombiana.
¿Pero usted sigue dejando una puertecita abierta, un contacto reservado?
(Silencio).
¿Ya ha pensado en su equipo negociador con el Eln?
No montemos las bestias antes de ensillarlas. Insistimos en que las puertas estarán abiertas si se cumplen las condiciones. En ese momento el Gobierno tomará las mejores decisiones para el país, pensando en el bien de los colombianos y en la paz real.
¿Y eso significa retomar la agenda que quedó de la mesa anterior?
Esas son decisiones que solo podrán ser abordadas en el momento que se cumplan las condiciones.
(Le puede interesar: Así afectó el conflicto armado al territorio y las comunidades étnicas del Chocó)
Hay señales, usted deja puertas abiertas, pero el Gobierno les hace una encerrona a los negociadores en Cuba...
Las relaciones con Cuba han sido históricamente respetuosas. El Gobierno colombiano reconoce la generosidad que tuvo para ser sede del proceso con las Farc. Ahora le pedimos que entienda que hay una situación difícil, ocasionada por un atentado en el que murieron 22 cadetes. Los jueces han pedido la extradición de los negociadores y el Gobierno debe apoyar las decisiones judiciales.
Pero el voto de Colombia en Naciones Unidas no ayuda...
Las decisiones de política exterior no corresponden a la oficina del alto comisionado.
¿Aspira a que se dé una buena noticia antes de finalizar el año?
La mejor noticia sería la liberación de estas tres personas, sería un acto de respeto al pueblo colombiano, a los familiares y a los cuatro obispos que expresan este deseo de la manera más prudente y constructiva.
Usted participó en la mesa de los temas de paz que convocó el Gobierno, donde se pidió que se inicie el diálogo con el Eln.
La solicitud de retomar los diálogos con el Eln la hace la Mesa Nacional de Diálogo, distinta al Comité del Paro. Esa mesa, en la que están Defendamos la Paz y miembros de la bancada alternativa, introduce el tema. Esa solicitud fue respondida por el señor presidente, quien mencionó cuáles son las condiciones básicas.
Su balance de esa conversación...
Es positivo. Siento que hay críticas, porque hay poca información sobre la implementación de los acuerdos. Por ejemplo, esta oficina ha fortalecido el Consejo Nacional de Paz, que ha operado de manera permanente con buenos resultados. Recibimos sesenta Consejos Municipales de Paz y hemos llegado a 500, donde están víctimas, defensores de derechos humanos, grupos étnicos y excombatientes. Allí se encuentran para cumplir uno de los componentes más importantes del Acuerdo de Paz: la reconciliación. Otro punto es el desminado humanitario. En quince meses, este Gobierno ha entregado 113 municipios libres de minas; eso es histórico. Esto implica la liberación de estas zonas para implementar los proyectos productivos: los PDET.