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La libertad de Seuxis Paucias Hernández, conocido como Jesús Santrich, solo duró unos minutos. Tras una larga espera de los miembros del partido Farc a las afueras de la cárcel La Picota, finalmente hacia las 4:50 p.m. salió en silla de ruedas dispuesto a recobrar la libertad. No obstante, a dos metros de la reja del centro penitenciario, funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía se interpusieron en su camino y le leyeron una nueva orden de captura por los delitos de concierto para delinquir con fines de narcotráfico.
En las afueras de la cárcel decenas de seguidores del exjefe guerrillero protestaron y se presentaron algunas escaramuzas con miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá. Mientras Santrich era conducido de nuevo a la Picota, un helicóptero de la Policía aterrizaba en la cancha de fútbol de centro penitenciario. En pocos minutos, frente a la mirada atónita de los abogados, de la prensa y de los miembros del partido Farc, el excombatiente fue trasladado en un helicóptero policial al búnker de la Fiscalía.
"Es supremamente grave, recordemos que la jurisdicción especial para la paz en su fallo ordena investigar a funcionarios de la Fiscalía precisamente por estas actuaciones desleales que irrespetan el debido proceso y efectivamente lo que tenemos aquí es una clara afectación al debido proceso de Santrich", dijo Diego Martínez, abogado de Santrich.
La diligencia para dejarlo en libertad se produjo luego de un fallo del Tribunal Superior de Bogotá que le concedió el habeas corpus y dio la orden al INPEC de liberarlo, atendiendo el fallo de la Sección de Revisión de la Jurisdicción Especial para La Paz, que le había concedido la garantía de no extradición y había ordenado su captura.
La salida de Santrich de la prisión se convirtió en casi una novela. Momentos de tensión se vivieron desde la mañana. Mientras se esperaba el fallo del Tribunal otorgando el Habeas Corpus, en las redes sociales se prendieron las alarmas con rumores que aseguraban que el presidente Iván Duque decretaría la conmoción interior para poder ordenar su extradición por vía administrativa.
Al poco tiempo, los nervios se crisparon con los rumores y la confirmación de que Santrich se había inflingido heridas en uno de sus brazos en un intento de suicidio. Fue el director del Inpec, general William Ruiz, quien confirmó, horas después, que estaba estable tras recuperarse de unas heridas leves.
Mientras tanto, el gobierno desmentía, a través de diversos mensajes a dirigentes políticos, que no tenía intenciones de declarar el estado de conmoción interior. Causó desconcierto que, hacia el medio día, tras varios movimientos en el aeropuerto militar de Catam, el presidente Iván Duque hizo un sorpresivo anuncio. Rodeado de la cúpula militar y acompañado por el minsitro de Defensa, Guillermo Botero, y el fiscal general encargado, Fabio Espitia, el mandatario anunció que el coronel Jorge Armando Pérez fue vinculado a la investigacion por el asesinato del excombatiente de las Farc Dimar Torres en el Catatumbo.
Al transcurrir la tarde, seguían los rumores y hasta hubo una falsa alarma, a eso de las tres y media de la tarde, cuando se aseguró que Santrich había salido en una caravana de camionetas blindadas. No obstante, miembros del partido FARC negaron la versión y ratificaron que seguía en prisión.
“La decisión de la JEP ha sido la estocada final para que se derrumbe ese sucio montaje que hizo el departamento de Estado de Estados Unidos y la Fiscalía General de la Nación contra mí”, afirmó. Igualmente reiteró al gobierno ante la decisión de la jurisdicción de paz de pedir su libertad: “Espero que el Gobierno, la Fiscalía y otras instancias respeten el fallo de la JEP y no se vayan a dar acciones de hecho que tiren por la borda este momento”, dijo Santrich desde prisión, afirmando que todo fue un montaje de la Fiscalía y la DEA. Su sitio de reclusión fue el patio Paz, en donde también están una veintena de colombianos pedidos en extradición por los Estados Unidos.