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                                                                                                                                Mujeres en prostitución y víctimas: lo que viven las migrantes en Nariño

                                                                                                                                La doble afectación de las mujeres en prostitución que están bajo el control de las disidencias de las Farc se da en municipios como Policarpa, Tumaco, Samaniego y otros de la costa Pacífica nariñense. En 2021, en Nariño fueron asesinadas 31 venezolanas y 38 más permanecen desaparecidas.

                                                                                                                                Valentina Parada Lugo

                                                                                                                                Periodista de Investigación
                                                                                                                                En total, 69 mujeres migrantes en Nariño han sufrido victimizaciones. / Eder Rodríguez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Cuando uno necesita hacer una llamada, busca a una persona que hace las veces de minutero que presta un teléfono para que uno se comunique, pero todo debe ser en altavoz y apenas se permiten dos llamadas a la semana”, cuenta Jessica*, una mujer venezolana de 32 años, que está en la prostitución en la costa Pacífica nariñense desde hace cinco años porque, asegura, es la única alternativa con la que tiene garantizado un buen salario.

                                                                                                                                Cuando alguna de ellas necesita transferir dinero de su salario a sus familiares en Venezuela, son hombres de las disidencias de las Farc quienes hacen las transferencias. Las realizan desde la zona rural para evitar que el origen de la transacción sea rastreado. “Nos descuentan ese valor de las ganancias del mes”, dice la mujer.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Además, asegura que las zonas con presencia de actores armados ilegales son las más rentables para “trabajar”. “Uno se puede hacer fácil $1’500.000 libres, fuera del ‘impuesto’ (se refiere a la vacuna de los grupos armados que debe pagar cada mujer) en un fin de semana, mientras en una ciudad normal como Pasto, esos dos días no sobrepasan los $50.000”.

                                                                                                                                Según investigaciones de la organización de derechos humanos Colores de Igualdad, la rentabilidad que deja cada prostíbulo en esta subregión de Nariño puede sobrepasar los $50 millones cada fin de semana. Estos negocios se están convirtiendo en una de las fuentes principales de ingresos de los actores armados, porque la mayoría de estos lugares pertenecen a hombres de los grupos armados o a ganaderos que también deben pagar una “vacuna” a esas estructuras.

                                                                                                                                Desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, sobre Nariño se han emitido 16 alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo que advierten la reconfiguración de los grupos armados. Sobre los municipios de Tumaco, Magüí y Roberto Payán, El Rosario, Leiva, Santa Bárbara, Barbacoas, Ricaurte, Policarpa, Samaniego, Cumbitara, El Charco, La Tola, Mosquera y Olaya Herrera se ha advertido la presencia del Frente 30 de las Farc, la columna móvil Jaime Martínez, la Segunda Marquetalia, el frente de guerra José María Becerra del Eln y las Agc (Clan del Golfo), entre otras estructuras armadas, que difunden constantemente panfletos intimidantes, declaran paros armados y han desplazado a más de 15.000 personas para lograr el control de zonas estratégicas.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                La doble afectación

                                                                                                                                Colombia+20 conoció el testimonio de cinco mujeres migrantes, víctimas del conflicto armado y en condición de prostitución en Nariño como método de supervivencia ante el fenómeno migratorio que vive su país desde 2014. Todas quedaron atrapadas en una guerra cuya dimensión aún desconocen, donde se han convertido en blanco de varias estructuras de disidencias, entre ellas la Segunda Marquetalia.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Primero llegó a Pasto, a una zona conocida como El Parqueadero, en la avenida Idema, contiguo al terminal de transportes al sur de la ciudad. Allí hay cerca de diez discotecas que a su vez son prostíbulos en los que trabajan mujeres migrantes. Según testimonios de algunas mujeres, el turno de doce horas comienza a las 2:00 p.m. y termina a las 2:00 a.m. y tiene un valor de $20.000.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Lea también: “La salud que necesitan las migrantes venezolanas”)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Foto: El Espectador

                                                                                                                                Los delitos que nadie denuncia

                                                                                                                                Según la organización Colores de Igualdad, en 2021 fueron asesinadas 31 migrantes venezolanas en prostitución en los municipios de Tumaco, Cumbitara, Policarpa, Samaniego, Pasto e Ipiales. El municipio de Nariño fue el que registró mayor número de casos: 22 asesinatos. La mayoría de esos casos ocurrieron porque infringieron las leyes del grupo armado o porque fueron utilizadas por otros grupos para infiltrarse en otros municipios, según las mujeres entrevistadas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                En Samaniego duró poco tiempo, porque luego en el pueblo comenzaron los rumores de que la guerrilla quería reclutar a su hijo de ocho años. “Entonces me tocó inventarme un cuento de que tenía que llevarle a mi hijo al papá, que no podía tenerlo más y tuve que huir, no volví más para allá”. Valery sabe que si llega a regresar a ese municipio, posiblemente tenga que pagar esa “deuda” con la que quedó con los grupos armados por no entregarles a su hijo.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Vea: Al menos 6.151 venezolanos en Colombia son víctimas de la guerra)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Además de estas denuncias, Colores de Igualdad ha identificado 17 casos de niñas entre los 12 y 17 años que fueron llevadas hasta Pasto con engaños y están siendo explotadas sexualmente en la ciudad. Incluso algunas son llevadas a Perú, Chile y Ecuador, según relatos de las víctimas a la ONG.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Cuando se les pregunta a estas mujeres para ellas qué es y qué significa el conflicto armado colombiano, responden tajantemente: “Para nosotras el conflicto no es entre el Estado y un grupo armado, sino que es entre dos bandos que quieren el control, porque las zonas a las que hemos ido a trabajar nunca hemos visto presencia de la fuerza pública. Pero no es entre monstruos, como algunos creen; ellos no son tan mala gente”.

                                                                                                                                *Nombres cambiados por seguridad de las fuentes.

                                                                                                                                **Este reportaje hace parte del proyecto de International Media Support “Implementando la Resolución 1325 a través de los medios”, con el apoyo de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo.

                                                                                                                                En total, 69 mujeres migrantes en Nariño han sufrido victimizaciones. / Eder Rodríguez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                “Cuando uno necesita hacer una llamada, busca a una persona que hace las veces de minutero que presta un teléfono para que uno se comunique, pero todo debe ser en altavoz y apenas se permiten dos llamadas a la semana”, cuenta Jessica*, una mujer venezolana de 32 años, que está en la prostitución en la costa Pacífica nariñense desde hace cinco años porque, asegura, es la única alternativa con la que tiene garantizado un buen salario.

                                                                                                                                Cuando alguna de ellas necesita transferir dinero de su salario a sus familiares en Venezuela, son hombres de las disidencias de las Farc quienes hacen las transferencias. Las realizan desde la zona rural para evitar que el origen de la transacción sea rastreado. “Nos descuentan ese valor de las ganancias del mes”, dice la mujer.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Además, asegura que las zonas con presencia de actores armados ilegales son las más rentables para “trabajar”. “Uno se puede hacer fácil $1’500.000 libres, fuera del ‘impuesto’ (se refiere a la vacuna de los grupos armados que debe pagar cada mujer) en un fin de semana, mientras en una ciudad normal como Pasto, esos dos días no sobrepasan los $50.000”.

                                                                                                                                Según investigaciones de la organización de derechos humanos Colores de Igualdad, la rentabilidad que deja cada prostíbulo en esta subregión de Nariño puede sobrepasar los $50 millones cada fin de semana. Estos negocios se están convirtiendo en una de las fuentes principales de ingresos de los actores armados, porque la mayoría de estos lugares pertenecen a hombres de los grupos armados o a ganaderos que también deben pagar una “vacuna” a esas estructuras.

                                                                                                                                Desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, sobre Nariño se han emitido 16 alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo que advierten la reconfiguración de los grupos armados. Sobre los municipios de Tumaco, Magüí y Roberto Payán, El Rosario, Leiva, Santa Bárbara, Barbacoas, Ricaurte, Policarpa, Samaniego, Cumbitara, El Charco, La Tola, Mosquera y Olaya Herrera se ha advertido la presencia del Frente 30 de las Farc, la columna móvil Jaime Martínez, la Segunda Marquetalia, el frente de guerra José María Becerra del Eln y las Agc (Clan del Golfo), entre otras estructuras armadas, que difunden constantemente panfletos intimidantes, declaran paros armados y han desplazado a más de 15.000 personas para lograr el control de zonas estratégicas.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                La doble afectación

                                                                                                                                Colombia+20 conoció el testimonio de cinco mujeres migrantes, víctimas del conflicto armado y en condición de prostitución en Nariño como método de supervivencia ante el fenómeno migratorio que vive su país desde 2014. Todas quedaron atrapadas en una guerra cuya dimensión aún desconocen, donde se han convertido en blanco de varias estructuras de disidencias, entre ellas la Segunda Marquetalia.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Primero llegó a Pasto, a una zona conocida como El Parqueadero, en la avenida Idema, contiguo al terminal de transportes al sur de la ciudad. Allí hay cerca de diez discotecas que a su vez son prostíbulos en los que trabajan mujeres migrantes. Según testimonios de algunas mujeres, el turno de doce horas comienza a las 2:00 p.m. y termina a las 2:00 a.m. y tiene un valor de $20.000.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Lea también: “La salud que necesitan las migrantes venezolanas”)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Foto: El Espectador

                                                                                                                                Los delitos que nadie denuncia

                                                                                                                                Según la organización Colores de Igualdad, en 2021 fueron asesinadas 31 migrantes venezolanas en prostitución en los municipios de Tumaco, Cumbitara, Policarpa, Samaniego, Pasto e Ipiales. El municipio de Nariño fue el que registró mayor número de casos: 22 asesinatos. La mayoría de esos casos ocurrieron porque infringieron las leyes del grupo armado o porque fueron utilizadas por otros grupos para infiltrarse en otros municipios, según las mujeres entrevistadas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                En Samaniego duró poco tiempo, porque luego en el pueblo comenzaron los rumores de que la guerrilla quería reclutar a su hijo de ocho años. “Entonces me tocó inventarme un cuento de que tenía que llevarle a mi hijo al papá, que no podía tenerlo más y tuve que huir, no volví más para allá”. Valery sabe que si llega a regresar a ese municipio, posiblemente tenga que pagar esa “deuda” con la que quedó con los grupos armados por no entregarles a su hijo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De hecho, uno de los peligros más latentes que viven a diario estas mujeres es la desaparición forzada. En 2021, Colores de Igualdad pudo reportar 38 casos de mujeres cuyo paradero se desconoce y que podrían haber sido asesinadas en los municipios de Policarpa (16 casos), Pasto (doce) y Tumaco (diez). Este diario consultó a la Unidad para las Víctimas para conocer su perspectiva sobre la doble afectación de población migrante en el conflicto armado colombiano y sobre el registro de venezolanas que han declarado ser víctimas, pero respondieron que “la nacionalidad no se constituye en un campo relacionado en el Formato Único de Inscripción en el Registro, por lo que no es posible consultar cuántas declaraciones fueron presentadas por personas venezolanas o cuántas de ellas han sido incluidas en el Registro Único de Víctimas”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sobre estos casos, Juan Pablo Mafla, personero de Pasto, explicó que en 2021 apenas hubo dos registros de venezolanas en riesgo de victimización en su municipio y aseguró que no tiene conocimiento sobre la desaparición de las diez mujeres que ha documentado la organización Colores de Igualdad. “Para nosotros ha sido difícil acceder a esos registros, porque el miedo y el desconocimiento para denunciar es muy alto, entre otras cosas, porque muchas veces esas mujeres han sido amenazadas y su círculo más cercano también; además, entendemos que son personas que no conocen ni están acostumbradas al contexto de conflicto armado”, asegura.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Vea: Al menos 6.151 venezolanos en Colombia son víctimas de la guerra)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El Sistema de Salud Pública (Sivigila) en Nariño reportó que en 2020 hubo 56 casos de violencia de género de mujeres migrantes, entre los que están la violencia física, sexual, económica y negligencia y abandono. El 12 % de las víctimas fueron niñas de la primera infancia, el 15 % adolescentes y el 73 % mujeres adultas. El municipio con más registros fue Policarpa, con veinte casos, seguido de Cumbitara, con 17. “Hemos identificado que cuando hay reconfiguración de los grupos armados en los territorios, es cuando más se presenta violencia sexual”, dijo Liliana Ortiz, funcionaria de esta institución..

                                                                                                                                Además de estas denuncias, Colores de Igualdad ha identificado 17 casos de niñas entre los 12 y 17 años que fueron llevadas hasta Pasto con engaños y están siendo explotadas sexualmente en la ciudad. Incluso algunas son llevadas a Perú, Chile y Ecuador, según relatos de las víctimas a la ONG.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Cuando se les pregunta a estas mujeres para ellas qué es y qué significa el conflicto armado colombiano, responden tajantemente: “Para nosotras el conflicto no es entre el Estado y un grupo armado, sino que es entre dos bandos que quieren el control, porque las zonas a las que hemos ido a trabajar nunca hemos visto presencia de la fuerza pública. Pero no es entre monstruos, como algunos creen; ellos no son tan mala gente”.

                                                                                                                                *Nombres cambiados por seguridad de las fuentes.

                                                                                                                                **Este reportaje hace parte del proyecto de International Media Support “Implementando la Resolución 1325 a través de los medios”, con el apoyo de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo.

                                                                                                                                Por Valentina Parada Lugo

                                                                                                                                Comunicadora Social - Periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, con experiencia en cubrimiento de conflicto armado y crisis humanitaria. @valentinaplugo vparada@elespectador.com
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