Unidad de Restitución de Tierras confirma asesinato de comisión desaparecida
A través de un comunicado, el director general de la entidad, Andrés Castro, expresó su dolor y desconcierto por el hecho. El pasado 27 mayo, dos reclamantes, una funcionaria y un conductor desaparecieron en los límites entre Uribe y Mesetas (Meta). Esta semana recuperaron sus cuerpos en la zona.
“Es desconcertante, doloroso y nos ha roto el alma dentro del equipo, un equipo que cree en la justicia y está haciendo todo por reparar a las miles de víctimas de despojo en Colombia. Hoy este acto de violencia nos enluta. Quiero enviarles mi más sentido pésame a estas cuatro familias. Es el primer hecho de este tipo que le ocurre a la Unidad luego de 10 años de implementación de la Ley 1448 de 2011”.
Con estas palabras, Andrés Castro, director de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), confirmó el asesinato de la comisión que desapareció el pasado 27 de mayo, en los límites entre Uribe y Mesetas (Meta). El grupo estaba conformado por las hermanas Yadmil y Sandra Milena Cortés Uribe, reclamantes de tierra; Karen Sulay Garay, funcionaria de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), y Jhon Steven Cogua, conductor de la camioneta de la empresa Servitransportes Andina.
(Puede interesarle: Hallan cuatro cuerpos que pertenecerían a la comisión de restitución desaparecida)
Ese día, en horas de la madrugada, las hermanas Cortés Uribe salieron de Granada (Meta) para cumplir con la visita que les había pedido la URT de reconocimiento de linderos y notificación del proceso de restitución en la finca La Ilusión, propiedad de su familia que les fue arrebatada por las extintas Farc. Ambas aceptaron ir con la intención de que el proceso avanzara, pese a que Sandra Milena, quien asumió el liderazgo familiar en el proceso de restitución, ya había sido amenazada precisamente por reclamar ese predio y contaba con medidas básicas de la Unidad Nacional de Protección.
En 1996, miembros de las Farc asesinaron al padre de las hoy reclamantes, Luis Eduardo Cortés. Según la viuda Beatriz Uribe, debido a este hecho y las constantes amenazas vendieron forzosamente su terreno y desde entonces se fueron para Granada.
Los familiares de los integrantes de la comisión aseguraron que no volvieron a saber de ella desde las 11:00 a.m., cuando una de las hermanas Cortés se comunicó con su esposo. Hasta esta semana se supo de las víctimas, después de que al Instituto de Medicina Legal en Villavicencio llegaran los cuerpos de tres mujeres y un hombre en avanzado estado de descomposición, encontrados en la zona donde había desaparecido la comitiva, según confirmó el medio local Diario Extra del Llano. Sin embargo, no se había confirmado la identidad de las personas hasta hoy.
A través del comunicado, el director de la URT se refirió a Karen Sulay como una joven de 26 años, que “se destacó por su disciplina y excelente desempeño”. Oriunda de Silvania (Cundinamarca), esta tecnóloga en cartografía de la Universidad de Cundinamarca se trasladó hasta Villavicencio, para trabajar desde febrero del 2020 en la reparación de los derechos de las víctimas de la violencia desde el área catastral. “En gran medida su trabajo les devolvió la sonrisa a muchos campesinos. La Unidad expresa toda su gratitud y el más alto reconocimiento a su labor”, señaló el funcionario.
Castro también mencionó a Yadmil y Sandra Milena Cortés: “Ellas, como tantas víctimas colombianas, iniciaban su proceso y tenían la esperanza de que podrían volver al campo. Estaban solicitando su derecho a la restitución, pero la violencia, injusta y cruel, les arrebató el sueño de las manos. Confiaban en sumarse a las más de 73.000 personas que han regresado a su tierra con la política de restitución pero los violentos mataron su ilusión”.
Por último, la entidad lamentó la muerte de Jhoan Steven Cogua, conductor de la empresa Servitransportes Andina, quien acompañaba la comisión de la Unidad.
(En contexto: Tras el rastro de una comisión de restitución de tierras desaparecida)
La Unidad de Restitución dijo que “siempre mantuvo la coordinación y suministro de toda la información requerida por las autoridades de investigación criminal en cabeza del Gaula de la Policía Nacional y el liderazgo de la Dirección Seccional de Fiscalías para la judicialización del caso y la activación del Mecanismo de Búsqueda Urgente de Personas Desaparecidas”. Y resaltó, una vez más, que es “la primera vez que un hecho tan brutal como estos ocurre en los 10 años de acciones de la Unidad de Restitución de Tierras”.
Según el director, el Gobierno Nacional “perseverará en su misión de restituir las tierras y transformar las vidas y territorios de los campesinos y comunidades étnicas que las perdieron por causa de la violencia”.
Aunque aún se desconoce qué sucedió con la comisión, las autoridades y sociedad civil han denunciado que en esa zona hay una fuerte presencia el frente 40 de las disidencias de las Farc, al mando de quien es conocido como Calarcá, un subalterno de Gentil Duarte. Sin embargo, en los últimos meses la Segunda Marquetalia, también disidente de las Farc, ha llegado a disputarle el territorio a los hombres de Duarte, pues se trata de la región que fue históricamente bastión de Henry Castellanos Garzón, Romaña, hoy integrante de este grupo al mando de Iván Márquez.
“Es desconcertante, doloroso y nos ha roto el alma dentro del equipo, un equipo que cree en la justicia y está haciendo todo por reparar a las miles de víctimas de despojo en Colombia. Hoy este acto de violencia nos enluta. Quiero enviarles mi más sentido pésame a estas cuatro familias. Es el primer hecho de este tipo que le ocurre a la Unidad luego de 10 años de implementación de la Ley 1448 de 2011”.
Con estas palabras, Andrés Castro, director de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), confirmó el asesinato de la comisión que desapareció el pasado 27 de mayo, en los límites entre Uribe y Mesetas (Meta). El grupo estaba conformado por las hermanas Yadmil y Sandra Milena Cortés Uribe, reclamantes de tierra; Karen Sulay Garay, funcionaria de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), y Jhon Steven Cogua, conductor de la camioneta de la empresa Servitransportes Andina.
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Ese día, en horas de la madrugada, las hermanas Cortés Uribe salieron de Granada (Meta) para cumplir con la visita que les había pedido la URT de reconocimiento de linderos y notificación del proceso de restitución en la finca La Ilusión, propiedad de su familia que les fue arrebatada por las extintas Farc. Ambas aceptaron ir con la intención de que el proceso avanzara, pese a que Sandra Milena, quien asumió el liderazgo familiar en el proceso de restitución, ya había sido amenazada precisamente por reclamar ese predio y contaba con medidas básicas de la Unidad Nacional de Protección.
En 1996, miembros de las Farc asesinaron al padre de las hoy reclamantes, Luis Eduardo Cortés. Según la viuda Beatriz Uribe, debido a este hecho y las constantes amenazas vendieron forzosamente su terreno y desde entonces se fueron para Granada.
Los familiares de los integrantes de la comisión aseguraron que no volvieron a saber de ella desde las 11:00 a.m., cuando una de las hermanas Cortés se comunicó con su esposo. Hasta esta semana se supo de las víctimas, después de que al Instituto de Medicina Legal en Villavicencio llegaran los cuerpos de tres mujeres y un hombre en avanzado estado de descomposición, encontrados en la zona donde había desaparecido la comitiva, según confirmó el medio local Diario Extra del Llano. Sin embargo, no se había confirmado la identidad de las personas hasta hoy.
A través del comunicado, el director de la URT se refirió a Karen Sulay como una joven de 26 años, que “se destacó por su disciplina y excelente desempeño”. Oriunda de Silvania (Cundinamarca), esta tecnóloga en cartografía de la Universidad de Cundinamarca se trasladó hasta Villavicencio, para trabajar desde febrero del 2020 en la reparación de los derechos de las víctimas de la violencia desde el área catastral. “En gran medida su trabajo les devolvió la sonrisa a muchos campesinos. La Unidad expresa toda su gratitud y el más alto reconocimiento a su labor”, señaló el funcionario.
Castro también mencionó a Yadmil y Sandra Milena Cortés: “Ellas, como tantas víctimas colombianas, iniciaban su proceso y tenían la esperanza de que podrían volver al campo. Estaban solicitando su derecho a la restitución, pero la violencia, injusta y cruel, les arrebató el sueño de las manos. Confiaban en sumarse a las más de 73.000 personas que han regresado a su tierra con la política de restitución pero los violentos mataron su ilusión”.
Por último, la entidad lamentó la muerte de Jhoan Steven Cogua, conductor de la empresa Servitransportes Andina, quien acompañaba la comisión de la Unidad.
(En contexto: Tras el rastro de una comisión de restitución de tierras desaparecida)
La Unidad de Restitución dijo que “siempre mantuvo la coordinación y suministro de toda la información requerida por las autoridades de investigación criminal en cabeza del Gaula de la Policía Nacional y el liderazgo de la Dirección Seccional de Fiscalías para la judicialización del caso y la activación del Mecanismo de Búsqueda Urgente de Personas Desaparecidas”. Y resaltó, una vez más, que es “la primera vez que un hecho tan brutal como estos ocurre en los 10 años de acciones de la Unidad de Restitución de Tierras”.
Según el director, el Gobierno Nacional “perseverará en su misión de restituir las tierras y transformar las vidas y territorios de los campesinos y comunidades étnicas que las perdieron por causa de la violencia”.
Aunque aún se desconoce qué sucedió con la comisión, las autoridades y sociedad civil han denunciado que en esa zona hay una fuerte presencia el frente 40 de las disidencias de las Farc, al mando de quien es conocido como Calarcá, un subalterno de Gentil Duarte. Sin embargo, en los últimos meses la Segunda Marquetalia, también disidente de las Farc, ha llegado a disputarle el territorio a los hombres de Duarte, pues se trata de la región que fue históricamente bastión de Henry Castellanos Garzón, Romaña, hoy integrante de este grupo al mando de Iván Márquez.