Acercamientos con bandas criminales de Quibdó buscan frenar la violencia urbana
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz avanza en la fase de acercamiento con Los Mexicanos, RPS y Locos Yam, tres bandas criminales de Quibdó. Aún no se acuerda la participación de las comunidades ni conversaciones sociojurídicas para la paz.
Silvia Corredor Rodríguez
El 16 de diciembre del 2022, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) emitió un comunicado sobre el avance de la paz en Quibdó, a raíz de unos mensajes de cese al fuego unilateral en barrios de la ciudad por parte de grupos armados.
“A las Fuerzas Armadas RPS - Cartel Norte [conocidas en Quibdó como RPS] y a las Fuerzas Revolucionarias Mexicanas [conocidas como Los Mexicanos] les reiteramos que, vía la mediación de la Iglesia o de sus propios voceros, el gobierno del presidente Gustavo Petro está dispuesto, a través de esta Oficina de Paz, a iniciar un proceso de acercamiento. Estamos listos para un encuentro directo”.
En contexto: El cese al fuego que no fue en Chocó
Dos meses después, la OACP confirmó que el 9 y 10 de febrero se reunieron con representantes de Los Mexicanos, RPS y Locos Yam (otro de los grupos armados que opera en la ciudad, junto con la Iglesia católica y la MAPP-OEA. La Misión de Verificación de Naciones Unidas y la Defensoría del Pueblo también han acompañado el proceso.
“Los grupos han manifestado que se mantienen en su intención de paz urbana y se viene avanzando en generar entornos comunitarios de protección, no solamente para los participantes del proceso sino también para las comunidades”, explicó Luis Enrique Murillo, defensor del pueblo regional Chocó, en entrevista con Colombia +20.
Murillo también resaltó los efectos positivos que esta fase de acercamientos ha generado en Quibdó. “Hay un compromiso de dejar de matar, lesionar, secuestrar y es medible. En este trimestre se rebajó a la mitad el tema de homicidios en Quibdó, en comparación con el mismo período del año pasado”.
Lea: Así fue la caravana para definir los primeros alivios humanitarios
Según cifras de la Fiscalía General de la Nación, en el primer trimestre del 2022 se registraron 99 homicidios en Quibdó, pero este año se han registrado 57 casos; es decir, se generó una disminución del 42 %.
Aunque las organizaciones étnicoterritoriales y la iglesia del Chocó ven con buenos ojos estos acercamientos, alertan sobre la realidad que están viviendo los jóvenes.
“En Quibdó la gente moría de vieja, hoy mueren de joven porque se están matando entre ellos. Hombres y mujeres están siendo asesinados, los amarran y los tiran al río. El Atrato, en vez de generar vida, es un cementerio. Nos involucraron en una guerra que no nos pertenecía, lo que estamos viviendo llegó de afuera”, manifestaron líderes quibdoseños consultados .
En el Registro Único de Víctimas se evidencia que el homicidio es el hecho victimizante que más afecta a la población de Quibdó, con 55.145 víctimas hasta el 31 de marzo del 2023.
Los jóvenes se han visto involucrados en las dinámicas urbanas del conflicto por la falta de oportunidades y oferta de empleo. Así lo explicó Elideisa Córdoba Rubiano, joven lideresa del departamento: “Tenemos mucho desempleo y vulneración de derechos, nos sentimos estancados y frustrados. Muchos terminan en grupos armados ilegales porque no tienen estudio ni trabajo”.
Según registros del DANE, en marzo del 2023 Quibdó encabezó la lista de ciudades y áreas metropolitanas con mayor tasa de desempleo, con el 29,7 %.
El llamado que hacen las Juntas de Acción Comunal de los barrios de Quibdó es que se monten empresas, se garanticen los servicios públicos y el acceso a derechos como la educación y la salud para frenar la violencia.
Vea también: Masacre de Carrá, los audios que comprometen al ELN
¿Cómo operan las bandas criminales en Quibdó?
En la capital del Chocó operan cinco grupos: Los Zetas, Los Mexicanos, RPS, Locos Yam y Nuevo Renacer. Estos se han creado respondiendo a la dinámica de expansión territorial del Clan del Golfo (o AGC) y el ELN en la zona urbana de Quibdó.
Algunas de estas bandas tienen relación con estos grupos armados, a través de una “tercerización”, como lo explicó el defensor del pueblo regional del Chocó. Esta situación se viene alertando desde el 5 de diciembre de 2019, cuando la Defensoría del Pueblo emitió la alerta temprana n.° 049-19 sobre la situación de riesgo a la que estaba expuesta la población de Quibdó por esta situación. La Defensoría estima que 129.237 habitantes de la capital están en riesgo.
Esta alerta sigue vigente porque desde la pandemia la confrontación y el control territorial han aumentado. “La gente vive con zozobra. Si en el campo hay confinamiento, acá en Quibdó hay una cosa más complicada: se vive el chantaje, te dicen “plata o plomo”. Mucha gente se está yendo de Quibdó, se han cerrado alrededor de 300 negocios”, explicaron las organizaciones étnicoterritoriales y la iglesia del Chocó.
“Los Mexicanos son la estructura más grande en Quibdó, con cerca de 300 jóvenes que se encargaban de la extorsión y el sicariato. Sin embargo, ahora ellos sostienen que están firmes en la intención de paz y han dejado las actividades criminales”, resaltó el defensor del Pueblo.
Vea también: Paramilitares avanzan en el sur del Chocó
Según la alerta temprana, desde 2019 se tienen registros del control de las AGC en las seis comunas de Quibdó, principalmente en la zona norte. Algunos de sus habitantes le contaron a esta redacción que las fronteras invisibles y la pobreza que se viven en los barrios de la zona norte contribuyen a la cooptación de jóvenes para la guerra.
La lucha de las Juntas de Acción Comunal para que esto no sea así ha significado amenazas y atentados a los líderes que alzan su voz para enfrentar la violencia. Hace cuatro años, el 3 de mayo de 2019, un líder social del barrio La Victoria de la comuna uno recibió una amenaza de muerte. “Se está metiendo mucho en los asuntos que no le importan, tenga mucho cuidado”, decía parte de la amenaza, según documentó la Defensoría del Pueblo.
El líder ya había sido víctima de un atentado en 2017 por su labor social en el barrio y desde entonces cuenta con esquema de seguridad. Colombia +20 lo visitó para conocer qué tanto ha cambiado el panorama desde aquel entonces. “Ahora está tranquilo; acá todo el mundo respeta a todo el mundo. Pero sí hay problemas y se mantiene el conflicto, pasan personas armadas, hacen disparos, pero no tocan a la gente del barrio. Tienen control sobre toda la zona norte”, explicó. Este sector de Quibdó se ha conformado con población desplazada del departamento y otras partes del país, especialmente indígenas y afrodescendientes. Por ejemplo, en el barrio Obreros Parte Alta de Quibdó se encuentra el asentamiento indígena Villanueva del pueblo wounaan, que desde el 2008 está en el territorio y ahora habitan 115 personas. Aunque manifiestan que desde hace un año logran movilizarse fuera del barrio, comentaron que hubo épocas en que era muy difícil la movilidad por la situación delincuencial y el enfrentamiento entre grupos armados ilegales.
En el caso del ELN, la Defensoría documentó el reposicionamiento de los frentes Manuel Hernández El Boche y Resistencia Cimarrón de esta guerrilla, tras la salida de las FARC con la firma del Acuerdo de Paz. Aunque en 2019 la presencia del ELN no era tan significativa en el casco urbano de Quibdó, la Defensoría sí señala su progresiva expansión.
“En lo que respecta a la dinámica del ELN en el casco urbano de Quibdó, es procedente señalar que dicha guerrilla cuenta con una presencia comparativamente menor a la que allí ostentan las AGC. Su accionar en los barrios y comunas de la ciudad se expresa en la presencia clandestina de milicianos dedicados a actividades de inteligencia”, se lee en la alerta temprana.
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En medio de la confrontación armada, los jóvenes de Quibdó se han visto obligados a hacer parte de algún grupo para preservar su vida. La Asociación de Jóvenes Desplazados Nueva Imagen en Unión (Ajodeniu), que lleva más de 20 años trabajando por esta población en Quibdó, le explicó a esta redacción la presión a la que viven sometidos los niños y jóvenes de la capital.
“La violencia en Quibdó cada vez es peor y son los jóvenes los que están en riesgo. Los ponen a elegir: eres de aquí o de allá. Muchas veces los chicos se paran en la raya y dicen que no, pero los matan”.
Esta situación también ha generado desplazamientos entre barrios o fuera de Quibdó. “La gente tiene que salir de un barrio a otro, a otros municipios porque aquí es muy pequeño y los controles se extienden de un barrio a otro”, enfatizó el defensor Murillo.
Según cifras de la Acnur, 91.608 personas se han desplazado internamente en Chocó tras la firma del Acuerdo de Paz, en 2016.
Comisionado de paz confirma avances hacia paz urbana en Quibdó
El alto comisionado para la paz, Danilo Rueda confirmó a Colombia+20 que en esta fase de acercamiento y construcción de confianza las estructuras armadas de Quibdó han demostrado su compromiso con la paz y con la construcción de un futuro distinto para sus comunidades.
Aseguró que el mayor reto mayor es “conformar un escenario de diálogo socio jurídico de construcción de paz con el concurso de la comunidad quibdoseña, de sus sectores sociales, comunitarios, políticos y económicos, que permita construir un futuro cierto de paz para los adolescentes y jóvenes integrantes de estas estructuras, sus familias y sus comunidades”.
El funcionario tuvo en abril una agenda intensa en la capital del Chocó escuchando a madres, cuidadoras y lideresas que claman por el cese de la violencia contra los jóvenes. Sin embargo, en días posteriores se registró el asesinato de cuatro jóvenes y la muerte de Suil Bejarano Robledo, firmante de paz, en Río Quito.
El 16 de diciembre del 2022, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) emitió un comunicado sobre el avance de la paz en Quibdó, a raíz de unos mensajes de cese al fuego unilateral en barrios de la ciudad por parte de grupos armados.
“A las Fuerzas Armadas RPS - Cartel Norte [conocidas en Quibdó como RPS] y a las Fuerzas Revolucionarias Mexicanas [conocidas como Los Mexicanos] les reiteramos que, vía la mediación de la Iglesia o de sus propios voceros, el gobierno del presidente Gustavo Petro está dispuesto, a través de esta Oficina de Paz, a iniciar un proceso de acercamiento. Estamos listos para un encuentro directo”.
En contexto: El cese al fuego que no fue en Chocó
Dos meses después, la OACP confirmó que el 9 y 10 de febrero se reunieron con representantes de Los Mexicanos, RPS y Locos Yam (otro de los grupos armados que opera en la ciudad, junto con la Iglesia católica y la MAPP-OEA. La Misión de Verificación de Naciones Unidas y la Defensoría del Pueblo también han acompañado el proceso.
“Los grupos han manifestado que se mantienen en su intención de paz urbana y se viene avanzando en generar entornos comunitarios de protección, no solamente para los participantes del proceso sino también para las comunidades”, explicó Luis Enrique Murillo, defensor del pueblo regional Chocó, en entrevista con Colombia +20.
Murillo también resaltó los efectos positivos que esta fase de acercamientos ha generado en Quibdó. “Hay un compromiso de dejar de matar, lesionar, secuestrar y es medible. En este trimestre se rebajó a la mitad el tema de homicidios en Quibdó, en comparación con el mismo período del año pasado”.
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Según cifras de la Fiscalía General de la Nación, en el primer trimestre del 2022 se registraron 99 homicidios en Quibdó, pero este año se han registrado 57 casos; es decir, se generó una disminución del 42 %.
Aunque las organizaciones étnicoterritoriales y la iglesia del Chocó ven con buenos ojos estos acercamientos, alertan sobre la realidad que están viviendo los jóvenes.
“En Quibdó la gente moría de vieja, hoy mueren de joven porque se están matando entre ellos. Hombres y mujeres están siendo asesinados, los amarran y los tiran al río. El Atrato, en vez de generar vida, es un cementerio. Nos involucraron en una guerra que no nos pertenecía, lo que estamos viviendo llegó de afuera”, manifestaron líderes quibdoseños consultados .
En el Registro Único de Víctimas se evidencia que el homicidio es el hecho victimizante que más afecta a la población de Quibdó, con 55.145 víctimas hasta el 31 de marzo del 2023.
Los jóvenes se han visto involucrados en las dinámicas urbanas del conflicto por la falta de oportunidades y oferta de empleo. Así lo explicó Elideisa Córdoba Rubiano, joven lideresa del departamento: “Tenemos mucho desempleo y vulneración de derechos, nos sentimos estancados y frustrados. Muchos terminan en grupos armados ilegales porque no tienen estudio ni trabajo”.
Según registros del DANE, en marzo del 2023 Quibdó encabezó la lista de ciudades y áreas metropolitanas con mayor tasa de desempleo, con el 29,7 %.
El llamado que hacen las Juntas de Acción Comunal de los barrios de Quibdó es que se monten empresas, se garanticen los servicios públicos y el acceso a derechos como la educación y la salud para frenar la violencia.
Vea también: Masacre de Carrá, los audios que comprometen al ELN
¿Cómo operan las bandas criminales en Quibdó?
En la capital del Chocó operan cinco grupos: Los Zetas, Los Mexicanos, RPS, Locos Yam y Nuevo Renacer. Estos se han creado respondiendo a la dinámica de expansión territorial del Clan del Golfo (o AGC) y el ELN en la zona urbana de Quibdó.
Algunas de estas bandas tienen relación con estos grupos armados, a través de una “tercerización”, como lo explicó el defensor del pueblo regional del Chocó. Esta situación se viene alertando desde el 5 de diciembre de 2019, cuando la Defensoría del Pueblo emitió la alerta temprana n.° 049-19 sobre la situación de riesgo a la que estaba expuesta la población de Quibdó por esta situación. La Defensoría estima que 129.237 habitantes de la capital están en riesgo.
Esta alerta sigue vigente porque desde la pandemia la confrontación y el control territorial han aumentado. “La gente vive con zozobra. Si en el campo hay confinamiento, acá en Quibdó hay una cosa más complicada: se vive el chantaje, te dicen “plata o plomo”. Mucha gente se está yendo de Quibdó, se han cerrado alrededor de 300 negocios”, explicaron las organizaciones étnicoterritoriales y la iglesia del Chocó.
“Los Mexicanos son la estructura más grande en Quibdó, con cerca de 300 jóvenes que se encargaban de la extorsión y el sicariato. Sin embargo, ahora ellos sostienen que están firmes en la intención de paz y han dejado las actividades criminales”, resaltó el defensor del Pueblo.
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Según la alerta temprana, desde 2019 se tienen registros del control de las AGC en las seis comunas de Quibdó, principalmente en la zona norte. Algunos de sus habitantes le contaron a esta redacción que las fronteras invisibles y la pobreza que se viven en los barrios de la zona norte contribuyen a la cooptación de jóvenes para la guerra.
La lucha de las Juntas de Acción Comunal para que esto no sea así ha significado amenazas y atentados a los líderes que alzan su voz para enfrentar la violencia. Hace cuatro años, el 3 de mayo de 2019, un líder social del barrio La Victoria de la comuna uno recibió una amenaza de muerte. “Se está metiendo mucho en los asuntos que no le importan, tenga mucho cuidado”, decía parte de la amenaza, según documentó la Defensoría del Pueblo.
El líder ya había sido víctima de un atentado en 2017 por su labor social en el barrio y desde entonces cuenta con esquema de seguridad. Colombia +20 lo visitó para conocer qué tanto ha cambiado el panorama desde aquel entonces. “Ahora está tranquilo; acá todo el mundo respeta a todo el mundo. Pero sí hay problemas y se mantiene el conflicto, pasan personas armadas, hacen disparos, pero no tocan a la gente del barrio. Tienen control sobre toda la zona norte”, explicó. Este sector de Quibdó se ha conformado con población desplazada del departamento y otras partes del país, especialmente indígenas y afrodescendientes. Por ejemplo, en el barrio Obreros Parte Alta de Quibdó se encuentra el asentamiento indígena Villanueva del pueblo wounaan, que desde el 2008 está en el territorio y ahora habitan 115 personas. Aunque manifiestan que desde hace un año logran movilizarse fuera del barrio, comentaron que hubo épocas en que era muy difícil la movilidad por la situación delincuencial y el enfrentamiento entre grupos armados ilegales.
En el caso del ELN, la Defensoría documentó el reposicionamiento de los frentes Manuel Hernández El Boche y Resistencia Cimarrón de esta guerrilla, tras la salida de las FARC con la firma del Acuerdo de Paz. Aunque en 2019 la presencia del ELN no era tan significativa en el casco urbano de Quibdó, la Defensoría sí señala su progresiva expansión.
“En lo que respecta a la dinámica del ELN en el casco urbano de Quibdó, es procedente señalar que dicha guerrilla cuenta con una presencia comparativamente menor a la que allí ostentan las AGC. Su accionar en los barrios y comunas de la ciudad se expresa en la presencia clandestina de milicianos dedicados a actividades de inteligencia”, se lee en la alerta temprana.
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En medio de la confrontación armada, los jóvenes de Quibdó se han visto obligados a hacer parte de algún grupo para preservar su vida. La Asociación de Jóvenes Desplazados Nueva Imagen en Unión (Ajodeniu), que lleva más de 20 años trabajando por esta población en Quibdó, le explicó a esta redacción la presión a la que viven sometidos los niños y jóvenes de la capital.
“La violencia en Quibdó cada vez es peor y son los jóvenes los que están en riesgo. Los ponen a elegir: eres de aquí o de allá. Muchas veces los chicos se paran en la raya y dicen que no, pero los matan”.
Esta situación también ha generado desplazamientos entre barrios o fuera de Quibdó. “La gente tiene que salir de un barrio a otro, a otros municipios porque aquí es muy pequeño y los controles se extienden de un barrio a otro”, enfatizó el defensor Murillo.
Según cifras de la Acnur, 91.608 personas se han desplazado internamente en Chocó tras la firma del Acuerdo de Paz, en 2016.
Comisionado de paz confirma avances hacia paz urbana en Quibdó
El alto comisionado para la paz, Danilo Rueda confirmó a Colombia+20 que en esta fase de acercamiento y construcción de confianza las estructuras armadas de Quibdó han demostrado su compromiso con la paz y con la construcción de un futuro distinto para sus comunidades.
Aseguró que el mayor reto mayor es “conformar un escenario de diálogo socio jurídico de construcción de paz con el concurso de la comunidad quibdoseña, de sus sectores sociales, comunitarios, políticos y económicos, que permita construir un futuro cierto de paz para los adolescentes y jóvenes integrantes de estas estructuras, sus familias y sus comunidades”.
El funcionario tuvo en abril una agenda intensa en la capital del Chocó escuchando a madres, cuidadoras y lideresas que claman por el cese de la violencia contra los jóvenes. Sin embargo, en días posteriores se registró el asesinato de cuatro jóvenes y la muerte de Suil Bejarano Robledo, firmante de paz, en Río Quito.