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El pasado lunes 11 de julio fue la audiencia pública de seguimiento a la medida cautelar que impuso la JEP sobre la colección “Voces para Transformar a Colombia”, el primer piloto de guión para el Museo Nacional de Memoria. En la diligencia judicial, Darío Acevedo Carmona, actual director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) explicó que si bien no concertó con las víctimas las modificaciones que hizo a dicha exposición, se mantuvo en que fueron cambios realizados en el marco de sus funciones como cabeza de la entidad y como una nueva propuesta a esa obra. La JEP evalúa si se violaron las medidas cautelares que desde diciembre de 2020 impuso para proteger y mantener intacta esa exposición y determinará si esa medida debe extenderse.
La defensa del CNMH, al final de la audiencia, calificó como “traído de los cabellos” el hecho de que todos los cambios o modificaciones que se le hagan a las obras itinerantes de esta entidad tengan que ser consultadas con las víctimas del conflicto con quienes se concertaron inicialmente los guiones. “Raya en lo absurdo”, dijo.
En la diligencia también intervino el exdirector Gonzalo Sánchez Gómez con el fin de explicarle a la magistratura el proceso para la construcción del guion. La petición por este proceso judicial la realizó, en diciembre de 2019, el senador Iván Cepeda, quien le dijo a la Jurisdicción que esta exposición había sido modificada y alterada por la dirección del CNMH, en cabeza de Darío Acevedo. De acuerdo con Cepeda, “consistió en la eliminación de expresiones, metáforas museológicas, afirmaciones, cifras y guías de visita al museo”, las cuales no fueron concertadas con las víctimas de estas iniciativas. También se cambió la presentación sobre el genocidio de la Unión Patriótica en la mencionada exposición.
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En contexto:
Aunque el actual director del CNMH presentó su renuncia a su cargo el pasado 5 de julio y anunció que su período en esa entidad irá hasta el 6 de agosto, cuando termina el gobierno del presidente Iván Duque, su paso por el Centro Nacional de Memoria Histórica ha sido cuestionado por las víctimas del conflicto y organizaciones por su actitud negacionista del conflicto armado.
Las más recientes críticas a su gestión surgieron después de que en el guion para la exposición del Museo de la Memoria se omitiera el rol del paramilitarismo como actor responsable de innumerables crímenes y violaciones a los Derechos Humanos durante el conflicto. Ya en septiembre de 2019, en el acto de entrega de los restos de las víctimas de la masacre de Bojayá (Chocó), Acevedo había hablado de “mal llamados paramilitares”, algo que fue reprochado por las víctimas, entre ellas el hoy Comisionado de la Verdad, Leyner Palacios.
Darío Acevedo respondió ante la JEP
El actual director del CNMH comenzó su intervención en la audiencia pública explicando las cuatro direcciones técnicas que conforman el Centro: Dirección de Acuerdos de la Verdad, que se encarga de la investigación de paramilitarismo, la Dirección de Construcción de Memoria, de la que hacen parte quienes entran en contacto con las víctimas de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, la Dirección de Reparaciones, que son quienes hacen cumplir los mandatos de ley de jueces de la República por procesos judiciales en los que se ordena hacer intervenciones o reparaciones en materia de memoria, y la Dirección Técnica del Museo de la Memoria, encargados del guion y la estructura de lo que será ese lugar.
Sobre el comienzo de su administración explicó que una de las primeras directrices que dio era que “todo trabajo que se haya iniciado con la dirección anterior continuará hasta su culminación”. Fue enfático en que, como director, asistió a varias exposiciones que habían quedado construidas desde el mandato de Gonzalo Sánchez y que cumplió con dos compromisos: “Sacar adelante la investigación sobre la realidad de los pueblos indígenas en Colombia que trabajamos con la ONIC, en cabeza en ese momento de Aida Quilcué, y un trabajo de memoria por la masacre de Bojayá que consistió en la construcción de árboles familiares en formato artístico que fue presentado en la ceremonia de sepultura de las víctimas de esa masacre”.
Para explicar algunos de los ajustes que ha hecho a distintas exposiciones del CNMH comenzó explicando el ejemplo de la galería “Suenan por ti” en Cali y que fue realizada en homenaje a los once diputados del Valle que fueron secuestrados y posteriormente asesinados. “Una víctima se me acercó a decirme que se decía mal lo que había ocurrido porque quedaba como que los diputados hubieran fallecido y no se contaba en detalle el acontecimiento real”. Señaló que visitó la ciudad con una museóloga que había participado de la construcción de esa exposición y luego afirmó que: “Ese es un indicador de que las exposiciones pueden tener modificaciones o ajustes en un criterio de entender que toda exposición es experimental”.
El actual director del Centro reconoció que prestó atención a atender las demandas de memoria de los policías y soldados que vivieron el conflicto armado. “Los soldados o policías amputados por pisar artefactos explosivos, los que han sido desaparecidos sus familias son víctimas, también quienes sufrieron secuestro”.
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Sobre la exposición de “Voces para Transformar a Colombia”, que estaba dividida en tres itinerancias que se presentarían en Villavicencio, Cali y Cúcuta aseguró que, aunque le parecieron costosas y planteó la posibilidad de reevaluar el costo, siguieron adelante con las obras “sin que él conociera el contenido (de las exposiciones) previamente”, según dijo. En este punto, Acevedo aseguró que tenía diferencias con los tres ejes que planteó la administración de Gonzalo Sánchez de hablar de: agua, tierra y cuerpo “porque me pareció que iba en contra de lo dispuesto en la Ley 1448, que establece que el Museo tiene que referirse a los hechos ocurridos, y esos ejes que podrían ser inspiración de los museólogos, pero no creo que de las víctimas, anonimizaban a las víctimas. ¿Qué le hizo la guerra al cuerpo, al agua o a la tierra? Es una cuestión bastante metafórica”.
Sobre las primeras modificaciones a la exposición cuestionada, Darío Acevedo aseguró que “este asunto fue llevado a una situación que trascendía el debate”. “Este fue un debate que se hacía en términos condenatorios y anulaba mis funciones en el cargo, buscaba silenciarme y que yo no podía decir nada porque eso había sido una exposición”, dijo. Habló sobre discusiones internas que hubo con los equipos por asuntos técnicos con los que Acevedo no estaba de acuerdo y en esa misma intervención desmintió a Gonzalo Sánchez sobre el mural de “falsos positivos” que, según él, fue suprimido. “Eso no es verdad. Lo que generó molestia fue un afiche de la Unión Patriótica en el que está la imagen de Bernardo Jaramillo Ossa, José Antequera y otras personas identificables en posición de lucha. En otra parte de la imagen hay miembros de las Farc como Manuel Marulanda Vélez y hasta el expresidente López Michelsen. Yo le vi dos problemas a la imagen: no se debe revolver víctimas y victimarios en una misma imagen sin ninguna explicación”.
Mientras exponía ante el Tribunal de Paz los asuntos más técnicos de esa exposición, señaló que en varios momentos “Voces para Transformar a Colombia” sufrió ajustes o reducciones del contenido en la administración de Gonzalo Sánchez por temas de espacio. “Cuando se inauguró la exposición fue en un espacio de 1.500 metros cuadrados en la FilBo. Luego llevaron esa exposición a Medellín en apenas 400 metros cuadrados. Ya había reducción de más del 50 % del contenido. Luego, en Villavicencio, la hicieron en un espacio de 20 metros cuadrados y después en Cali en 200 metros. Entonces hubo que hacer ajustes”.
En respuesta a una inquietud que planteó Luis Alfonso Castillo, representante de víctimas del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar), sobre con qué víctimas concertó las modificaciones que sufrió la exposición, Acevedo respondió que tuvo menos de un mes para ese trámite que omitió: “El tiempo que yo tenía para eso era de 20 días. Ya estaba todo montado (...) El contenido final de la exposición en Cali la hizo el entonces director del Museo, Rafael Tamayo (...) Yo discutí sobre la exposición con funcionarios del CNMH, no me reuní con víctimas para hablar sobre esa exposición”.
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Uno de los puntos en los que se detuvo la audiencia fue en los estudios previos de público que tenía que hacer el Centro Nacional de Memoria en Villavicencio, Cali y Cúcuta para conocer las percepciones de las víctimas frente a la exposición. El director confirmó que ninguno de esos estudios se hizo “porque en ese momento había entrado en vigencia la política de austeridad del gobierno Duque” y, según él, los costos de las evaluciones era muy elevado “y el tiempo muy limitado”, como dijo.
El magistrado Gustavo Salazar interpeló a Darío Acevedo preguntándole qué entendió él que era la exposición “Voces para Transformar a Colombia”, a lo que él respondió: “Entendí que era una exposición que tenía unos relatos y mensajes, pero nunca entendí que ese fuera el guion del Museo, además porque lo que se plantea como guion en ese documento -que fue publicado en 2016-, no tiene aprobación oficial por ninguna entidad interna del CNMH”.
Sobre la revelación que hizo Colombia+20 de que el plan y el guion museológico que se estaba adelantando en la administración de Acevedo se negaba el paramilitarismo, el director aseguró que “en los descargos mostramos que estábamos teniendo en cuenta a todos los grupos al margen de la ley: guerrillas, paramilitares, Bacrim, narcotraficantes, etc. Además hemos publicado 13 informes robustos sobre este tema y está el número 14 en imprenta. Vienen 12 informes más en camino. Tendríamos la biblioteca más robusta sobre el fenómeno paramilitar en el país”.
Intervinieron las víctimas
Víctimas de crímenes de Estado, de paramilitares y de las Farc intervinieron durante la audiencia para expresar su posición frente a las modificaciones que ha sufrido la exposición “Voces para Transformar a Colombia”. Una de ellas fue Luz Marina Hache, en representación del Movice, quien aseguró que lo que hizo la administración de Acevedo fue una burla para las víctimas. “La alteración de productos, reconocida por el mismo director Darío Acevedo en audios públicamente conocidos en los que asegura que habrá cambios porque la construcción conceptual del mismo, ya no tendría en cuenta la propuesta de las víctimas sino que estarían a cargo de un grupo de expertos”. Ante la JEP propuso que la medida cautelar sobre la exposición no se levante.
Por esa misma línea fue la intervención de Diana Sánchez Lara, directora de la Asociación Minga, que aunque reconoció que las posturas negacionistas de Acevedo han perjudicado la memoria de las víctimas y explicó el momento en el que su organización decidió retirar sus documentos del CNMH, señaló que no considera necesario que la medida cautelar siga vigente. “Pero sí se puede garantizar que el guion sobre el cual se creó “Voces para Transformar a Colombia” no se modifique, pero sin cerrarlo a que otros procesos puedan darse más adelante y siga siendo dialéctico”.
Eduardo Franco, exmilitar víctima de mina antipersonal de las Farc, también intervino para referirse a la labor que hizo la última administración del Centro y aseguró que el país tiene una deuda pendiente con los miembros de las Fuerzas Militares que también han sufrido el conflicto armado. “A nosotros los militares nunca se nos ha reconocido ni siquiera en un proyecto productivo. Dicen que somos reconocidos como víctimas y teníamos hasta monumentos, pero cuando ocurrió la revuelta (se refiere al Paro Nacional) muchos fueron tumbados”. Fue enfático en el abandono del Estado con las víctimas de las Fuerzas Armadas y pidió “que tengan en cuenta a las víctimas del Ejército”.
El senador Iván Cepeda Castro, quien fue uno de los demandantes de este proceso, dijo que el hecho de que Acevedo hubiera desconocido el valor de la exposición para el futuro Museo de la Memoria es una falta con las víctimas del conflicto armado. Pidió también que las medidas cautelares se mantengan sobre la colección “que la hagan parte esencial del guion del Museo, y que impidan que cualquier cambio en un proceso abierto de memoria se produzca en un proceso de consulta y diálogo con las víctimas y sus organizaciones”.
La versión de Gonzalo Sánchez, exdirector del CNMH
La diligencia judicial está siendo presidida por el magistrado del Tribunal para la Paz, Gustavo Salazar, quien primero llamó a intervenir al exdirector del CNMH Gonzalo Sánchez Gómez, quien comenzó explicando que cuando Acevedo llegó a la dirección del Centro “comenzó con el afán de establecer una diferenciación con lo que habíamos hecho y creó una imagen de que nosotros habíamos mirado con cierta visión a algunas víctimas, privilegiando a algunas y excluyendo a otras. Que no habíamos reconocido a las víctimas estatales como el Ejército y las Fuerzas Armadas y que no habíamos reconocido a ciertas víctimas con cierto protagonismo social como los empresarios. Eso fue equivocado porque el CNMH hizo un trabajo muy explícito sobre eso y tuvimos debates largos sobre en qué posición podían participar las Fuerzas Militares en la provisión de memoria y verdad”.
El exdirector Sánchez Gómez explicó que en su administración establecieron unos límites: “Las Fuerzas Armadas y aparatos del Estado no pueden reclamarse como víctimas en función de todos los muertos que han tenido en el curso de la guerra, sino que pueden definirse como víctimas, únicamente, cuando caen por fuera y en violación a las normas del DIH”. Explicó, en este punto, que hicieron un trabajo con las víctimas de la Fuerza Pública de minas antipersonales.
En su intervención se refirió también al sector empresarial acotando que muchos de ellos fueron víctimas de secuestro, sin embargo, “el hecho de que muchos empresarios o empresas privadas aparecieran como víctimas de secuestro o de otras violaciones, no podía ocultar la participación a menudo de ellos como perpetradores”. En este punto se refirió específicamente a Fedegán y aseguró que el hecho de que Acevedo, al comienzo de su dirección, permitiera que algunos representantes de ese gremio se registraran como víctimas a través de una entrega de archivos generó molestia en varios sectores. “Para nadie es un secreto que los ganaderos fueron víctimas, especialmente de secuestro, pero no es un misterio en el país que de ese sector hubo mucha participación en alianza con grupos paramilitares”, puntualizó.
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El exdirector se refirió a varios encuentros territoriales por la memoria que hicieron durante su mandato y aseguró que el criterio era incluir “todas las víctimas, de todos los sectores y todos los hechos victimizantes”. Bajo la dirección de Gonzalo Sánchez, en 2016, se consolidó el plan y el guion museológico para el Museo de la Memoria. Aunque el primero no ha sido alterado, explicó ante la magistratura que una de las primeras modificaciones del guion bajo la administración de Darío Acevedo “se presentó en la exposición que hizo el CNMH en esta administración y en la que se suprimía un mural que hacía alusión a las víctimas de falsos positivos que habíamos guardado nosotros como documento”.
Sánchez expresó que la exposición de “Voces para Transformar a Colombia”, sobre la que está la medida cautelar de la JEP era una prefiguración del Museo. “Esa exposición era una manera de avanzar en la construcción física y en los contenidos del Museo”. Aseguró que la exposición como documento era “intocable” como alteración documental y que lo que sí podía sufrir cambios era el guion museológico. “De acuerdo al modo de construcción, que fue social y lo más concertado posible, si se iban a hacer alteraciones importantes deberían estar sometidas a la consulta con quienes se hizo ese proceso de negociación”.
Sobre su empalme a la administración Acevedo explicó que lo más importante en la transición de dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica era todo lo que concierne al Museo de Memoria. “Ese era el tema más delicado porque era la gran apuesta en construcción”, dijo y explicó que en la construcción del guion de la exposición “Voces para Transformar a Colombia” plantearon tres ejes: agua, tierra y cuerpo que significaban las afectaciones al medio ambiente, a los acuíferos y a la integridad física y mental de las víctimas. Esa fue la nuez de la obra sobre la que hoy recaen medidas cautelares.