El monumento que reclaman las víctimas en San Onofre
El Movice, la JEP, la Alcaldía y la Gobernación de Sucre trabajan en conjunto para reconstruir un espacio de memoria en la finca El Palmar, donde los paramilitares desaparecieron a decenas de personas. Se espera que este año esté lista la medida de reparación ordenada por la justicia transicional.
La primera vez que las víctimas del conflicto armado de San Onofre (Sucre) quisieron hacer un monumento para que su pueblo no olvidara los horrores que vivieron en la guerra fue en 2007. Escogieron una vasija de barro, que estaba encima de un pedestal, para que quien quisiera llevar una ofrenda a sus familiares desaparecidos pudiera dejarla allí. Había fotografías, recuerdos y decenas de cartas.
“Lo hicimos en la finca El Palmar, un centro de tortura y exterminio que creó el exjefe paramilitar Rodrigo Mercado Pelufo, conocido como Cadena. Quisimos darle otro significado a ese lugar que tanto dolor trajo a muchos habitantes”, cuenta Carmelo Agámez Berrío, sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica, el partido político de izquierda que fue exterminado en la década de los 80, y hoy miembro del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice). De acuerdo con esta plataforma de organizaciones, en este terreno estarían enterradas clandestinamente al menos 60 víctimas.
Hoy a El Palmar lo llaman “el comando de la muerte”. Candelaria Barrios Acosta, a quien las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) le asesinaron a su hermano en 2006, relata que allí se habrían reunido paramilitares con funcionarios de la Gobernación y el municipio para coordinar los crímenes más aterradores de la guerra.
(Le puede interesar: La nueva ola de violencia en los Montes de María)
“Hay varios condenados por la parapolítica o por haber participado en los crímenes, como Salvador Arana. Entonces ahí se cometieron asesinatos y desapariciones, pero también se planearon las masacres de Chengue, El Salado y Pichilín. Es la prueba de que entre el Estado y los grupos armados ha habido connivencia”, agrega la también vocera del Movice.
La vasija solo duró ocho días. La encontraron rota en el suelo. No saben quién la destruyó, pero Carmelo cree que el mensaje fue claro: “Para ese entonces aún quedaban personas de las Autodefensas Unidas de Colombia ahí y no querían que quedara nada que recordara sus crímenes”. Durante 14 años, las víctimas han pedido que les reconstruyan su monumento que hoy está tirado y comido por la maleza.
La reconstrucción
Al año de entrar en funcionamiento la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el Movice solicitó un estudio de medidas cautelares para 16 lugares donde las víctimas y organizaciones defensoras de derechos humanos aseguran, a partir de sus investigaciones, que hay personas dadas por desaparecidas con ocasión del conflicto armado. Dentro de ellos están cuatro puntos en San Onofre: el Cementerio Central y el cementerio del corregimiento de Rincón del Mar, y las fincas La Alemania y El Palmar.
La JEP, después de acoger el estudio, conformó una mesa técnica para buscar a los desaparecidos y arrancó con audiencias públicas para recolectar información. En el caso de San Onofre, la diligencia se adelantó en Cartagena, por temas de seguridad, el 20 y 21 de noviembre de 2019. Fue en ese espacio que las víctimas le pidieron a esta nueva justicia que, como una manera de reparación, les ayudaran a reconstruir el monumento en homenaje a las víctimas de desaparición forzada, según cuenta Lina Hurtado Valero, abogada del Comité de Presos Políticos, organización que está dentro del Movice.
La Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP atendió la solicitud y emitió el Auto AI 11 de 2019, en el que ordenó a la Alcaldía de San Onofre buscar presupuesto y en tres meses reconstruir el espacio. “Resulta fundamental la reconstrucción y protección del monumento de memoria en la entrada de la finca El Palmar como acción restaurativa de protección, toda vez que su vandalización constituye una violación al derecho a la memoria y un daño al colectivo que alrededor de este lugar reconstruía tejido social”, señaló a la magistratura.
“Esto es muy significativo para nosotros. Que magistrados como Hugo Escobar y Ana Cristina Portilla nos escuchen y no sólo tomen nota sino que también hagan todo para que se cumpla lo que las víctimas pedimos es muestra de que las cosas se pueden hacer bien. Es una reparación que busca recuperar nuestra memoria y dignidad. Y no será solo para los habitantes de San Onofre sino para todo Sucre que ha vivido esta violencia”, agrega Candelaria. El movice reporta 259 casos de desaparición en el departamento.
(Lea también: JEP establece que hay 2.094 víctimas de desaparición forzada en Hidroituango)
Sin embargo, la orden no fue acatada y la JEP abrió un incidente de medidas correccionales contra el alcalde del municipio. En ese entonces el encargado era Eloy Berrío. Dos años después no han construido el monumento. “Al principio hubo muchos problemas con la Alcaldía. Primero no querían acatar la orden. Luego dijeron que habían hablado con unas víctimas y que se construiría, pero a nombre de Ludvian Pérez, un alcalde que tuvimos en San Onofre y fue asesinado. Por supuesto nos opusimos porque a las víctimas no hay que ponerles nombre. Eso no nos representaba”, explica Carmelo. Luego llegó la pandemia y todo el proceso se detuvo.
En enero de este año la JEP emitió un nuevo auto, en el que convocó a la Alcaldía, la Gobernación de Sucre, el Movice, la Mesa de Víctimas, la Red Colombiana de Lugares de Memoria y a la Procuraduría para darle forma a ese compromiso con las víctimas. Y así fue. “Ya hemos trabajado de manera articulada, hemos hecho la visita técnica y estamos esperando la propuesta de las víctimas de cómo se imaginan el espacio. La Gobernación entregará $30 millones para su reconstrucción”, señala Víctor Hernández, secretario de Gobierno de Sucre. La Alcaldía, por su parte, entregará otros $20 millones.
Hace dos semanas, alrededor de 40 víctimas se reunieron para pensar cómo querían el monumento. Aunque quieren conservar la vasija, también sueñan con un espacio más grande donde la gente pueda interactuar y hablar de memoria. Con plastilina y dibujos mostraron cómo se imaginan el lugar para recordar los hechos que vivieron y a sus familiares desaparecidos. “Queremos que también se tengan en cuenta los elementos de los campesinos desaparecidos, como las bicicletas y los burros en los que andaban”, cuenta Candelaria.
Finalmente llegaron a un acuerdo y el monumento será un árbol de caucho de cuatro metros de altura, cuyas ramas y hojas tendrán los nombres de las víctimas de desaparición forzada en Sucre. Se construirá en la entrada de la finca El Palmar y será de libre acceso al público.
“El árbol de caucho es representativo, porque en el interior de la finca había uno y fue testigo de todas las atrocidades que cometió el paramilitarismo: asesinatos, violencia sexual, masacres, desapariciones”, explica Lina Valero, quien estuvo en el encuentro. Para su construcción, el Movice ya se reunió con el artista Aldo Hollmann, quien trabaja con material resistente para que no vuelva a ser fácilmente vandalizado. “Aunque con la JEP hemos hablado de alguna vigilancia, la verdad es que el sitio es aislado y es difícil dejar a una persona ahí. La solución es que se haga como con un tipo de cemento para que no lo destruyan”, agrega la abogada.
El problema ahora es que el espacio disponible para el monumento toca terreno privado que, según el certificado de libertad y tradición, está a nombre de la Sociedad de Activos Especiales. Además, una familia reclama la propiedad. Las autoridades esperan reunirse con ambas partes para encontrar una ruta y así conseguir el espacio de 900 metros que reclaman las víctimas.
Para Carmelo es una deuda que tienen el Estado y los dueños de la finca: “La memoria es lo más importante para que los pueblos no permitan que se repitan las historias. No queremos que se olviden de nuestro pasado. Hoy mucha gente no sabe qué pasó en esa finca ni en San Onofre en la década de los noventa y comienzos de 2000, y para eso nos hemos dado a la lucha de construir este espacio, que esperamos ganar”.
Los voceros del Movice hacen un llamado al Gobierno Nacional para que este 9 de abril, en el que se conmemora el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, demuestre que está comprometido con la implementación del Acuerdo de Paz que, según ellos, busca la dignidad de las víctimas y la verdad que hoy está enterrada en centenares de lugares como El Palmar. Una muestra de ello, señalan, es este monumento que ordenó una entidad creada después de lo pactado en La Habana (Cuba).
La primera vez que las víctimas del conflicto armado de San Onofre (Sucre) quisieron hacer un monumento para que su pueblo no olvidara los horrores que vivieron en la guerra fue en 2007. Escogieron una vasija de barro, que estaba encima de un pedestal, para que quien quisiera llevar una ofrenda a sus familiares desaparecidos pudiera dejarla allí. Había fotografías, recuerdos y decenas de cartas.
“Lo hicimos en la finca El Palmar, un centro de tortura y exterminio que creó el exjefe paramilitar Rodrigo Mercado Pelufo, conocido como Cadena. Quisimos darle otro significado a ese lugar que tanto dolor trajo a muchos habitantes”, cuenta Carmelo Agámez Berrío, sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica, el partido político de izquierda que fue exterminado en la década de los 80, y hoy miembro del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice). De acuerdo con esta plataforma de organizaciones, en este terreno estarían enterradas clandestinamente al menos 60 víctimas.
Hoy a El Palmar lo llaman “el comando de la muerte”. Candelaria Barrios Acosta, a quien las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) le asesinaron a su hermano en 2006, relata que allí se habrían reunido paramilitares con funcionarios de la Gobernación y el municipio para coordinar los crímenes más aterradores de la guerra.
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“Hay varios condenados por la parapolítica o por haber participado en los crímenes, como Salvador Arana. Entonces ahí se cometieron asesinatos y desapariciones, pero también se planearon las masacres de Chengue, El Salado y Pichilín. Es la prueba de que entre el Estado y los grupos armados ha habido connivencia”, agrega la también vocera del Movice.
La vasija solo duró ocho días. La encontraron rota en el suelo. No saben quién la destruyó, pero Carmelo cree que el mensaje fue claro: “Para ese entonces aún quedaban personas de las Autodefensas Unidas de Colombia ahí y no querían que quedara nada que recordara sus crímenes”. Durante 14 años, las víctimas han pedido que les reconstruyan su monumento que hoy está tirado y comido por la maleza.
La reconstrucción
Al año de entrar en funcionamiento la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el Movice solicitó un estudio de medidas cautelares para 16 lugares donde las víctimas y organizaciones defensoras de derechos humanos aseguran, a partir de sus investigaciones, que hay personas dadas por desaparecidas con ocasión del conflicto armado. Dentro de ellos están cuatro puntos en San Onofre: el Cementerio Central y el cementerio del corregimiento de Rincón del Mar, y las fincas La Alemania y El Palmar.
La JEP, después de acoger el estudio, conformó una mesa técnica para buscar a los desaparecidos y arrancó con audiencias públicas para recolectar información. En el caso de San Onofre, la diligencia se adelantó en Cartagena, por temas de seguridad, el 20 y 21 de noviembre de 2019. Fue en ese espacio que las víctimas le pidieron a esta nueva justicia que, como una manera de reparación, les ayudaran a reconstruir el monumento en homenaje a las víctimas de desaparición forzada, según cuenta Lina Hurtado Valero, abogada del Comité de Presos Políticos, organización que está dentro del Movice.
La Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP atendió la solicitud y emitió el Auto AI 11 de 2019, en el que ordenó a la Alcaldía de San Onofre buscar presupuesto y en tres meses reconstruir el espacio. “Resulta fundamental la reconstrucción y protección del monumento de memoria en la entrada de la finca El Palmar como acción restaurativa de protección, toda vez que su vandalización constituye una violación al derecho a la memoria y un daño al colectivo que alrededor de este lugar reconstruía tejido social”, señaló a la magistratura.
“Esto es muy significativo para nosotros. Que magistrados como Hugo Escobar y Ana Cristina Portilla nos escuchen y no sólo tomen nota sino que también hagan todo para que se cumpla lo que las víctimas pedimos es muestra de que las cosas se pueden hacer bien. Es una reparación que busca recuperar nuestra memoria y dignidad. Y no será solo para los habitantes de San Onofre sino para todo Sucre que ha vivido esta violencia”, agrega Candelaria. El movice reporta 259 casos de desaparición en el departamento.
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Sin embargo, la orden no fue acatada y la JEP abrió un incidente de medidas correccionales contra el alcalde del municipio. En ese entonces el encargado era Eloy Berrío. Dos años después no han construido el monumento. “Al principio hubo muchos problemas con la Alcaldía. Primero no querían acatar la orden. Luego dijeron que habían hablado con unas víctimas y que se construiría, pero a nombre de Ludvian Pérez, un alcalde que tuvimos en San Onofre y fue asesinado. Por supuesto nos opusimos porque a las víctimas no hay que ponerles nombre. Eso no nos representaba”, explica Carmelo. Luego llegó la pandemia y todo el proceso se detuvo.
En enero de este año la JEP emitió un nuevo auto, en el que convocó a la Alcaldía, la Gobernación de Sucre, el Movice, la Mesa de Víctimas, la Red Colombiana de Lugares de Memoria y a la Procuraduría para darle forma a ese compromiso con las víctimas. Y así fue. “Ya hemos trabajado de manera articulada, hemos hecho la visita técnica y estamos esperando la propuesta de las víctimas de cómo se imaginan el espacio. La Gobernación entregará $30 millones para su reconstrucción”, señala Víctor Hernández, secretario de Gobierno de Sucre. La Alcaldía, por su parte, entregará otros $20 millones.
Hace dos semanas, alrededor de 40 víctimas se reunieron para pensar cómo querían el monumento. Aunque quieren conservar la vasija, también sueñan con un espacio más grande donde la gente pueda interactuar y hablar de memoria. Con plastilina y dibujos mostraron cómo se imaginan el lugar para recordar los hechos que vivieron y a sus familiares desaparecidos. “Queremos que también se tengan en cuenta los elementos de los campesinos desaparecidos, como las bicicletas y los burros en los que andaban”, cuenta Candelaria.
Finalmente llegaron a un acuerdo y el monumento será un árbol de caucho de cuatro metros de altura, cuyas ramas y hojas tendrán los nombres de las víctimas de desaparición forzada en Sucre. Se construirá en la entrada de la finca El Palmar y será de libre acceso al público.
“El árbol de caucho es representativo, porque en el interior de la finca había uno y fue testigo de todas las atrocidades que cometió el paramilitarismo: asesinatos, violencia sexual, masacres, desapariciones”, explica Lina Valero, quien estuvo en el encuentro. Para su construcción, el Movice ya se reunió con el artista Aldo Hollmann, quien trabaja con material resistente para que no vuelva a ser fácilmente vandalizado. “Aunque con la JEP hemos hablado de alguna vigilancia, la verdad es que el sitio es aislado y es difícil dejar a una persona ahí. La solución es que se haga como con un tipo de cemento para que no lo destruyan”, agrega la abogada.
El problema ahora es que el espacio disponible para el monumento toca terreno privado que, según el certificado de libertad y tradición, está a nombre de la Sociedad de Activos Especiales. Además, una familia reclama la propiedad. Las autoridades esperan reunirse con ambas partes para encontrar una ruta y así conseguir el espacio de 900 metros que reclaman las víctimas.
Para Carmelo es una deuda que tienen el Estado y los dueños de la finca: “La memoria es lo más importante para que los pueblos no permitan que se repitan las historias. No queremos que se olviden de nuestro pasado. Hoy mucha gente no sabe qué pasó en esa finca ni en San Onofre en la década de los noventa y comienzos de 2000, y para eso nos hemos dado a la lucha de construir este espacio, que esperamos ganar”.
Los voceros del Movice hacen un llamado al Gobierno Nacional para que este 9 de abril, en el que se conmemora el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, demuestre que está comprometido con la implementación del Acuerdo de Paz que, según ellos, busca la dignidad de las víctimas y la verdad que hoy está enterrada en centenares de lugares como El Palmar. Una muestra de ello, señalan, es este monumento que ordenó una entidad creada después de lo pactado en La Habana (Cuba).