Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      EE ADS

                                                                                                        Cursos y programas

                                                                                                          Más

                                                                                                          Blogs

                                                                                                            Especiales

                                                                                                              Descarga la App

                                                                                                                Edición Impresa

                                                                                                                  Suscripción

                                                                                                                    Eventos

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                16 de enero de 2022 - 07:00 a. m.

                                                                                                                                El primer caso de afectación por glifosato que llegaría a la JEP

                                                                                                                                Un grupo de campesinos del sur de Bolívar, afectados por las fumigaciones aéreas, busca que su caso sea admitido por la Justicia Especial para la Paz. Sería el primero de su tipo en ser investigado por esa Jurisdicción y podría hacer historia.

                                                                                                                                Al menos 40 familias que no tenían coca fueron afectadas por las aspersiones aéreas con glifosato, entre 2001 y 2015, en el sur de Bolívar. / AP
                                                                                                                                Foto: ASSOCIATED PRESS - SCOTT DALTON

                                                                                                                                Los niños de Aldemar Granada le pusieron un nombre a la avioneta que asperjaba el glifosato: le decían “La quitaorgullo”. Cuando el aparato aparecía en el horizonte, significaba que iban a sufrir todos: los finqueros ricos y los pobres, los comerciantes y los transportistas, los que tenían coca y los que no. Las aspersiones en el sur de Bolívar no respetaron a nadie.

                                                                                                                                Aldemar Granada es uno de los 146 campesinos cultivadores de cacao de la Asociación de Productores Agropecuarios de la Zona Alta de San Pablo (Asocazul), una organización que intentó entre 2005 y 2013 ofrecer a los habitantes de San Pablo, Cantagallo y Simití proyectos productivos que les permitieran abandonar la coca y las economías ilegales, de la mano del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Todo lo hicieron con apoyos de la cooperación internacional y un crédito colectivo con Bancolombia, que fue gestionado por ellos.

                                                                                                                                “Estábamos cansados con el conflicto armado que se genera con todo este tema de la coca”, asegura Manuel Durango, uno de los afiliados. “Lo que queríamos era salir en un proceso que nos permitiera criar a nuestros hijos de forma legal, garantizar el estudio, la alimentación de nuestros hijos”, añade.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Asocazul gestionó créditos y recursos con el compromiso de que quien tuviera matas de coca tendría que arrancarlas. Pero, como dice Manuel Durango, “de quien no esperábamos el daño fue de quien nos lo hizo, el mismo Estado”.

                                                                                                                                (Lea también: ‘Esperamos que la JEP reconozca los daños del reclutamiento sobre pueblos étnicos’)

                                                                                                                                Al menos 40 de estas familias que ya no tenían coca en sus fincas fueron afectadas por las aspersiones aéreas con glifosato, realizadas de manera ininterrumpida entre 2001 y 2015 en el sur de Bolívar.

                                                                                                                                En algunos casos, como el de Rosa Pineda, “fumigaron” sus cacaoteras hasta en tres oportunidades en años diferentes, con pérdidas totales para ella y su familia. En otros, como el de Diomedes Páez Tarazona, la fumigación ocurrió una sola vez y destruyó 5.500 colinos de cacao recién arriados hasta su finca “con cinco mulas”, cuando apenas llevaban una semana de haberse sembrado. Tras el paso de la avioneta “no quedaba nada”, explica Diomedes, quien finalmente abandonó la tierra.

                                                                                                                                En total, 118 hectáreas de cacao fueron arrasadas por las aspersiones con glifosato, afectando directamente a 42 familias, aunque a la postre todas las 146 familias terminaron pagando las consecuencias, pues la asociación no tuvo cómo afrontar el crédito con Bancolombia y el proyecto se vino abajo, según explica Esther Julia Cruz Celis, fundadora de Asocazul.

                                                                                                                                Por este caso cursa una demanda contra la nación desde 2013, que espera un fallo del Consejo de Estado en última instancia, con pretensiones que alcanzan los $3.246 millones por daños a los afectados. No obstante, los campesinos esperan mucho más que una reparación económica.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                “Nuestra intención va más allá: queremos el reconocimiento de la verdad y la no repetición”, explica Andrés Santiago Mejía, vocero de Asocazul. “Que nos respondan de dónde estaban recibiendo la georreferenciación de los predios, por qué asperjaron sobre esas coordenadas donde había proyectos de cacao”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Asocazul quiere que su caso sea juzgado además por la Justicia Especial para la Paz, y esta solicitud se hizo a la Sala de Reconocimiento, encargada de evaluar si lo acepta como parte de algún macrocaso.

                                                                                                                                Fuentes de la JEP explican que en 2022 se abrirá un macrocaso sobre la responsabilidad de paramilitares, terceros y agentes del Estado en el conflicto, ahí cabría la denuncia de Asocazul, toda vez que las aspersiones fueron realizadas por la Policía Antinarcóticos, en el marco de la estrategia contrainsurgente del Plan Colombia. “Se debe reconocer que la responsabilidad fue del Estado, con ese precedente nosotros quedaríamos satisfechos, porque se sabría la verdad”, dice Mejía.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Esther Julia Cruz Celis, promotora e impulsora del proyecto, ha sido una firme opositora al glifosato en su región. “Cuando empezaron las fumigaciones de pronto el Gobierno creyó que los campesinos nunca iban a despertar”, señala Cruz Celis. “Hoy los campesinos reclaman sus derechos y tienen conocimiento del tema ambiental”.

                                                                                                                                “Lo que se pretende es la descampesinización del campo en el marco de una política de Estado: limpiar los territorios”, asegura la abogada Rosa Mateus. “Son políticas para atacar y sacar a los campesinos, la política contra las drogas siempre ha sido perseguir al eslabón más débil de la cadena”.

                                                                                                                                Foto: El Espectador
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                (Vea: Masacre San José de Apartadó: un crimen de guerra y de lesa humanidad)

                                                                                                                                Una nube de veneno

                                                                                                                                Aldemar Granada dice que el glifosato es como una neblina o “un vapor que quema”. Cuando cae, aparecen unas gotas aceitosas muy finas que lo impregnan todo, también a los animales y a las personas: “Después viene la rasquiña”, asegura. Él sufre una dermatitis crónica después de las fumigaciones, su padre Eleázar recibió el chorro de veneno en el cuerpo mientras trabajaba en un cultivo de cacao y murió de cáncer años después.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El testimonio de Granada es clave, porque la Policía Antinarcóticos reconoció que había destruido sus cultivos legales de yuca y cacao, incluso lo citó a conciliar en Cartagena, aunque nunca hubo acuerdo sobre el valor de los perjuicios.

                                                                                                                                “No nos quedó sino mirar la avioneta tirándoles veneno a nuestros cultivos”, se queja Manuel Durango.

                                                                                                                                Hasta 2020 había un total de 263 demandas contra la nación por hechos similares, 41 a favor de campesinos y comunidades víctimas de las aspersiones, mientras que 57 favorecieron al Estado. Siguen 156 procesos sin resolverse, y uno corresponde a Asocazul.

                                                                                                                                Foto: El Espectador
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Según un informe de la Oficina en Washington para Asuntos de América Latina (WOLA), la propia Dirección Antinarcóticos admitió que en menos del 6 % de quejas recibidas se habían realizado visitas en campo y las compensaciones por daños no llegaban ni al 1 %.

                                                                                                                                “Este caso puede marcar un hito muy importante de cara a nuevas fumigaciones”, sostiene la abogada Rosa María Mateus. Si el fallo es favorable a los campesinos, en el Consejo de Estado y la JEP aquello podría “suspender o cancelar todos los planes que se tengan con aspersiones aéreas e incluso terrestres”, puntualiza la abogada.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Para Daniel Ortiz, investigador del Centro de Alternativas al Desarrollo, las aspersiones con glifosato buscan “combatir un problema agrario con métodos de guerra”. “Han pasado tres décadas desde que comenzaron las fumigaciones, y se insiste en ellas”, explica Ortiz añadiendo que lo único que han generado es algo que se conoce como efecto mercurio: “La lógica es que se extiende la coca a todo el país y, por lo tanto, el glifosato”.

                                                                                                                                (Le puede interesar: ¿Qué hizo el Sistema Integral para la Paz en 2021?)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rafael Antonio Galvis es un colono santandereano que también forma parte de Asocazul. No olvida la mañana en que la avioneta arrojó glifosato a los potreros que quedaron “amarillos”, al platanal de cuatrocientas matas y a su cultivo de cacao. Él y los hijos pequeños salieron al patio de la finca para agitar banderitas blancas que no disuadieron a los policías.

                                                                                                                                Hasta su finca, en el corazón de la serranía de San Lucas, llegó el sacerdote Francisco de Roux cuando acompañaba el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio para escuchar su testimonio. “Yo estoy de acuerdo en que acaben la coca”, concluye Rafael Antonio, “pero que el Gobierno invierta”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Su reclamo condensa bien el brutal círculo vicioso de las aspersiones, que atacan a los campesinos, pero nunca resuelven el problema del narcotráfico: “Es un rencor grande, hay mucha gente que a través de esos atropellos del Gobierno han cogido las armas, cualquier grupo les echó mano”.

                                                                                                                                Al menos 40 familias que no tenían coca fueron afectadas por las aspersiones aéreas con glifosato, entre 2001 y 2015, en el sur de Bolívar. / AP
                                                                                                                                Foto: ASSOCIATED PRESS - SCOTT DALTON

                                                                                                                                Los niños de Aldemar Granada le pusieron un nombre a la avioneta que asperjaba el glifosato: le decían “La quitaorgullo”. Cuando el aparato aparecía en el horizonte, significaba que iban a sufrir todos: los finqueros ricos y los pobres, los comerciantes y los transportistas, los que tenían coca y los que no. Las aspersiones en el sur de Bolívar no respetaron a nadie.

                                                                                                                                Aldemar Granada es uno de los 146 campesinos cultivadores de cacao de la Asociación de Productores Agropecuarios de la Zona Alta de San Pablo (Asocazul), una organización que intentó entre 2005 y 2013 ofrecer a los habitantes de San Pablo, Cantagallo y Simití proyectos productivos que les permitieran abandonar la coca y las economías ilegales, de la mano del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Todo lo hicieron con apoyos de la cooperación internacional y un crédito colectivo con Bancolombia, que fue gestionado por ellos.

                                                                                                                                “Estábamos cansados con el conflicto armado que se genera con todo este tema de la coca”, asegura Manuel Durango, uno de los afiliados. “Lo que queríamos era salir en un proceso que nos permitiera criar a nuestros hijos de forma legal, garantizar el estudio, la alimentación de nuestros hijos”, añade.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Asocazul gestionó créditos y recursos con el compromiso de que quien tuviera matas de coca tendría que arrancarlas. Pero, como dice Manuel Durango, “de quien no esperábamos el daño fue de quien nos lo hizo, el mismo Estado”.

                                                                                                                                (Lea también: ‘Esperamos que la JEP reconozca los daños del reclutamiento sobre pueblos étnicos’)

                                                                                                                                Al menos 40 de estas familias que ya no tenían coca en sus fincas fueron afectadas por las aspersiones aéreas con glifosato, realizadas de manera ininterrumpida entre 2001 y 2015 en el sur de Bolívar.

                                                                                                                                En algunos casos, como el de Rosa Pineda, “fumigaron” sus cacaoteras hasta en tres oportunidades en años diferentes, con pérdidas totales para ella y su familia. En otros, como el de Diomedes Páez Tarazona, la fumigación ocurrió una sola vez y destruyó 5.500 colinos de cacao recién arriados hasta su finca “con cinco mulas”, cuando apenas llevaban una semana de haberse sembrado. Tras el paso de la avioneta “no quedaba nada”, explica Diomedes, quien finalmente abandonó la tierra.

                                                                                                                                En total, 118 hectáreas de cacao fueron arrasadas por las aspersiones con glifosato, afectando directamente a 42 familias, aunque a la postre todas las 146 familias terminaron pagando las consecuencias, pues la asociación no tuvo cómo afrontar el crédito con Bancolombia y el proyecto se vino abajo, según explica Esther Julia Cruz Celis, fundadora de Asocazul.

                                                                                                                                Por este caso cursa una demanda contra la nación desde 2013, que espera un fallo del Consejo de Estado en última instancia, con pretensiones que alcanzan los $3.246 millones por daños a los afectados. No obstante, los campesinos esperan mucho más que una reparación económica.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                “Nuestra intención va más allá: queremos el reconocimiento de la verdad y la no repetición”, explica Andrés Santiago Mejía, vocero de Asocazul. “Que nos respondan de dónde estaban recibiendo la georreferenciación de los predios, por qué asperjaron sobre esas coordenadas donde había proyectos de cacao”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Asocazul quiere que su caso sea juzgado además por la Justicia Especial para la Paz, y esta solicitud se hizo a la Sala de Reconocimiento, encargada de evaluar si lo acepta como parte de algún macrocaso.

                                                                                                                                Fuentes de la JEP explican que en 2022 se abrirá un macrocaso sobre la responsabilidad de paramilitares, terceros y agentes del Estado en el conflicto, ahí cabría la denuncia de Asocazul, toda vez que las aspersiones fueron realizadas por la Policía Antinarcóticos, en el marco de la estrategia contrainsurgente del Plan Colombia. “Se debe reconocer que la responsabilidad fue del Estado, con ese precedente nosotros quedaríamos satisfechos, porque se sabría la verdad”, dice Mejía.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Esther Julia Cruz Celis, promotora e impulsora del proyecto, ha sido una firme opositora al glifosato en su región. “Cuando empezaron las fumigaciones de pronto el Gobierno creyó que los campesinos nunca iban a despertar”, señala Cruz Celis. “Hoy los campesinos reclaman sus derechos y tienen conocimiento del tema ambiental”.

                                                                                                                                “Lo que se pretende es la descampesinización del campo en el marco de una política de Estado: limpiar los territorios”, asegura la abogada Rosa Mateus. “Son políticas para atacar y sacar a los campesinos, la política contra las drogas siempre ha sido perseguir al eslabón más débil de la cadena”.

                                                                                                                                Foto: El Espectador
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                (Vea: Masacre San José de Apartadó: un crimen de guerra y de lesa humanidad)

                                                                                                                                Una nube de veneno

                                                                                                                                Aldemar Granada dice que el glifosato es como una neblina o “un vapor que quema”. Cuando cae, aparecen unas gotas aceitosas muy finas que lo impregnan todo, también a los animales y a las personas: “Después viene la rasquiña”, asegura. Él sufre una dermatitis crónica después de las fumigaciones, su padre Eleázar recibió el chorro de veneno en el cuerpo mientras trabajaba en un cultivo de cacao y murió de cáncer años después.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El testimonio de Granada es clave, porque la Policía Antinarcóticos reconoció que había destruido sus cultivos legales de yuca y cacao, incluso lo citó a conciliar en Cartagena, aunque nunca hubo acuerdo sobre el valor de los perjuicios.

                                                                                                                                “No nos quedó sino mirar la avioneta tirándoles veneno a nuestros cultivos”, se queja Manuel Durango.

                                                                                                                                Hasta 2020 había un total de 263 demandas contra la nación por hechos similares, 41 a favor de campesinos y comunidades víctimas de las aspersiones, mientras que 57 favorecieron al Estado. Siguen 156 procesos sin resolverse, y uno corresponde a Asocazul.

                                                                                                                                Foto: El Espectador
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Según un informe de la Oficina en Washington para Asuntos de América Latina (WOLA), la propia Dirección Antinarcóticos admitió que en menos del 6 % de quejas recibidas se habían realizado visitas en campo y las compensaciones por daños no llegaban ni al 1 %.

                                                                                                                                “Este caso puede marcar un hito muy importante de cara a nuevas fumigaciones”, sostiene la abogada Rosa María Mateus. Si el fallo es favorable a los campesinos, en el Consejo de Estado y la JEP aquello podría “suspender o cancelar todos los planes que se tengan con aspersiones aéreas e incluso terrestres”, puntualiza la abogada.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Para Daniel Ortiz, investigador del Centro de Alternativas al Desarrollo, las aspersiones con glifosato buscan “combatir un problema agrario con métodos de guerra”. “Han pasado tres décadas desde que comenzaron las fumigaciones, y se insiste en ellas”, explica Ortiz añadiendo que lo único que han generado es algo que se conoce como efecto mercurio: “La lógica es que se extiende la coca a todo el país y, por lo tanto, el glifosato”.

                                                                                                                                (Le puede interesar: ¿Qué hizo el Sistema Integral para la Paz en 2021?)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rafael Antonio Galvis es un colono santandereano que también forma parte de Asocazul. No olvida la mañana en que la avioneta arrojó glifosato a los potreros que quedaron “amarillos”, al platanal de cuatrocientas matas y a su cultivo de cacao. Él y los hijos pequeños salieron al patio de la finca para agitar banderitas blancas que no disuadieron a los policías.

                                                                                                                                Hasta su finca, en el corazón de la serranía de San Lucas, llegó el sacerdote Francisco de Roux cuando acompañaba el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio para escuchar su testimonio. “Yo estoy de acuerdo en que acaben la coca”, concluye Rafael Antonio, “pero que el Gobierno invierta”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Su reclamo condensa bien el brutal círculo vicioso de las aspersiones, que atacan a los campesinos, pero nunca resuelven el problema del narcotráfico: “Es un rencor grande, hay mucha gente que a través de esos atropellos del Gobierno han cogido las armas, cualquier grupo les echó mano”.

                                                                                                                                Por Camilo Alzate González

                                                                                                                                Licenciado en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Cubre temas relacionados con paz, derechos humanos y conflicto armado.@camilagrosocalzate@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar