Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“En abril de 1993, una patota de señores a nombre de Víctor Carranza llegó hasta la casa de mi hermana y preguntaron por Agustín*. Él era pescador, se encontraba trabajando en el río Metica y desde esa misma tarde no volvimos a saber nada de él. Con los años llegaron versiones que nos confundían como familia. Siempre estuvimos solos. ‘Que se fue para la Macarena’, ‘que agarró por la vía hacia Agua Clara’, ‘que se fue a buscar oportunidades a Bogotá', decían algunos. Nada era cierto y nos privamos por años de encontrarlo. Él hubiera llamado, seguro buscaba la forma, pero en nuestro corazón supimos que lo habían matado. Rezamos y nos queda la posibilidad de que esté allí entre uno de los cuerpos que están encontrando en el cementerio de Puerto López”.
Este es el relato de Nora*, familiar de una víctima de desaparición -judicialmente no se ha comprobado si fue forzada- en Puerto López. En el camposanto de ese municipio, la Unidad de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, encontraron 25 lugares de interés forense en los que podrían dar con al menos 30 personas desaparecidas durante el conflicto armado.
Le puede interesar: En cementerio de Puerto López podrían estar 30 desaparecidos: Unidad de Búsqueda
El común denominador de las familias de Puerto López que hicieron un llamado de auxilio a estas entidades extrajudiciales y humanitarias es que tienen miedo. Perdieron a sus seres queridos hace años, pero grupos armados paramilitares siguen al acecho en su territorio, lo que deja al silencio como una de las pocas alternativas para no ser amedrentados.
La UBPD maneja políticas de confidencialidad irrompibles para cuidar la integridad de las personas que acuden a ellos. A Nora, este diario la ubicó por medio de otras fuentes en el territorio, pero por respeto a ella y los suyos, su identidad es también salvaguardada.
Un universo impreciso
Entre la carretera que conecta a Puerto López con Puerto Gaitán se presentaron escenarios de terror grotescos durante el conflicto. Entre las Farc, paramilitares, narcos y crimen organizado al servicio de Víctor Carranza y Pedro Orejas llevaron a cabo una “guerra verde” por el control esmeraldero de la región, que arrasó con inocentes a su paso y sembró temores que perviven después de tanta violencia.
El contexto del conflicto, con ocupación de tierras, despojos y comandancias de frentes históricos de las Auc, fue lo que alimentó la comisión de crímenes, que se manifestaron mediante desplazamientos masivos, asesinatos selectivos y claro, desapariciones forzadas.
Lea: Para una sociedad democrática, hay que redoblar la búsqueda de desaparecidos: UBPD
De acuerdo con César Santoyo, director del Colectivo Orlando Fals Borda, entidad que lleva más de 13 años buscando desaparecidos en los Llanos, los procesos forenses en Puerto López han estado mediados por una carga emocional muy alta, pues se han encontrado con historias que dan muestra de la infamia con la que la guerra azotó a decenas de familias, que no han podido sanar con el paso de los años.
“Allí hay relatos muy dolorosos. En Puerto López hay grandes fosas en las que inhumaban cadáveres sin ningún control. Deshumanizaban y arrojaban cuerpos como si nada. Hay violencias presentes en el territorio, por lo que debemos tener mucho cuidado con el contexto. Existe preocupación entre las familias sobre la presencia actual de actores paramilitares y estatales que continúan con los agravios”, narró Santoyo.
El universo de desaparecidos en el Meta es un enigma. Como en otras partes del país, entre subregistros e informaciones imprecisas previas a procesos forenses, difícilmente se pueden unificar cifras sobre este flagelo. Sin embargo, uniendo estimaciones y estudios de la UBPD, se sabe que en Puerto López hay menos de 300 personas dadas por desaparecidas.
“Ya no tenemos ningún factor de sorpresa con la recolección de datos para precisar el número de víctimas, lo que sabemos es que este número es relativamente bajo a pesar de los agentes (grupos armados) que estuvieron en la región. No podemos olvidar que Puerto López fue escenario recurrente del conflicto en los que se presentaron miles de relatos de humillaciones por la guerra”, agregó Santoyo Santos.
En el manejo de otras cifras, dentro de un mapeo general del departamento, y de acuerdo con cifras del Registro Único de Víctimas, se muestra que en Meta hay 278.491 personas afectadas y reconocidas durante la guerra, de las cuales 15.112 fueron desaparecidas por grupos armados.
La lucha por la acreditación
En este rincón de los Llanos hay otro problema silencioso. Las familias de los desaparecidos en el cementerio de Puerto López no están al día, en su totalidad, con los procesos de acreditación frente a las instituciones del Sistema Integral para la Paz.
Otro contexto: : Recuperan 46 cuerpos de posibles víctimas de reclutamiento forzado en Caquetá
Al momento de publicación de esta nota periodística, se están tramitando 85 casos individuales de acreditación, cuestión que permitiría una protección formal de entidades como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la UBPD a las víctimas en Puerto López, siendo esta última un acompañante permanente en los procesos de los familiares de las personas que están siendo buscadas en el cementerio local.
Derly* es la madre de uno de los muchachos desaparecidos, que están evaluando si su cuerpo se encuentra en el camposanto de Puerto López. No está acreditada como víctima y le preocupa que eso sea un obstáculo a la hora de obtener una reparación. A su hijo se lo llevaron las Farc a sus filas hace 20 años y desde hace 18 no tiene pistas sobre su paradero.
“Más o menos 140 personas están iniciando en el municipio su trámite de acreditación. No somos muchos, pero nos han dicho que esos procesos se tienden a saturar y demorar por quién sabe cuántos meses más. A las instituciones que han venido acá les hemos dado toda nuestra confianza, entonces queremos que eso también se retribuya con un acompañamiento constante en nuestra oficialización como víctimas directas de esa guerra que nos fulminó todo”, lamentó la madre.
A la Mesa Departamental de Víctimas le inquieta una situación similar a la de doña Derly. Dicen que no han tenido una visibilidad suficiente, para que se les cumplan procesos de reparación individual o colectiva.
“Hay casos de desaparecidos que datan de hace más de 40 años y existen familiares de esas personas que después de tanto tiempo no cuentan con una acreditación. Las amenazas y el desplazamiento forzado fueron crímenes conexos a los de la desaparición y son pocas las garantías que se han brindado para acompañar a quienes padecieron eso, bien sea en Puerto López o en otros municipios”, manifestaron.
El 11 de julio de 2022, cuando fueron halladas las 25 zonas con interés forense en el cementerio de Puerto López, fue un día que cerró con un acto conmemorativo en memoria de quienes podrían estar allí y por los que se trabajará por un último adiós digno por parte de sus familias. La esperanza nunca se ha desvanecido y las familias de ese municipio que clamaron ayuda para encontrar a los suyos saben que ese lugar es un camino que abrirá paso a un universo más amplio de personas a quienes la guerra esfumó.
El caso de Puerto López es el más reciente capítulo de las misiones del Plan Regional Centro Oriente Meta, brazo de la UBPD en el oriente colombiano, que desde que entró en funciones ya ha dado con 742 personas dadas por desaparecidas en Meta, a lo largo de municipios como San Carlos de Guaroa, Barranca de Upía y San Martín.
“Nuestra felicidad ya nunca será completa. Pero llenarán un vacío que tenemos por dentro cuando por fin podamos darle una despedida con Dios y por lo alto a nuestros muchachos. Hemos llevado también estas solicitudes a encargados del macrocaso 07 de la JEP, pues varios de quienes nos quitaron eran niños al momento de irse para más no volver”, concluyó Nora.
*Cambio en el nombre de la fuente, por seguridad del entrevistado