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Fremio Sánchez, conocido como Comando Esteban, y Mario Jaimes Mejía, conocido como Panadero, son dos paramilitares condenados hace más de una década por la justicia ordinaria. Ambos son confesos asesinos del político David Núñez Cala en 1991 e incriminadores de David Rabelo Crespo, un defensor de derechos humanos, al que este par de hombres sindicaron de participar en el crimen como miembro de las extintas FARC. Sánchez también participó en otros homicidios y Jaimes Mejía tiene un prontuario extenso, que va desde la masacre del 16 de mayo en Barrancabermeja, en 1998 -que dejó siete muertos y 25 desaparecidos- y su coautoría en el secuestro, tortura y acceso carnal violento contra la periodista Jineth Bedoya Lima.
Rabelo pagó cárcel por el asesinato de Núñez Cala, luego salió en libertad (apoyado por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo) y su caso llegó a la justicia transicional para que le revisaran su sentencia y pudiera limpiar su nombre.
Pero lo novedoso -por si a la novela mediática y jurídica del caso de David Rabelo Crespo le faltaba algo en su llegada a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)- es que las audiencias de testigos y comparecientes ante ese tribunal dejaron mal parados a Fremio Sánchez Carreño y Mario Jaimes Mejía. Incluso a este último lo deja ad portas de la expulsión como compareciente por falta de aportes a la verdad.
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Sánchez, que antes de entrar a las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia era miliciano de las FARC en Barrancabermeja (Santander), tuvo el aval del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) para entregar su versión ante la magistrada Caterina Heyck Puyana.
La Sección de Revisión de Sentencias de la JEP ha sido la instancia encargada de escuchar distintas voces que a lo largo del último mes han reconstruido el homicidio del exsecretario de Planeación de Barranca David Núñez Cala.
Por ese crimen fueron condenados, entre otras personas, David Rabelo y el exparlamentario José Aristides Andrade. Estas dos personas fueron salpicadas en el caso ante la justicia ordinaria por testimonios de Fremio Sánchez y Jaimes Mejía, quienes aceptaron su responsabilidad en el asesinato, pero diciendo que fue en connivencia con Andrade, Rabelo y guerrilleros de las FARC.
La actitud de Fremio Sánchez desconcertó a los asistentes a las audiencias al indicar que solo hasta que la Corte Suprema de Justicia emita un veredicto sobre su caso por falso testimonio aportará verdades ante la JEP. “Llegué a ese acuerdo con mi abogado, entonces no discutiré mi silencio. Vine acá porque tocaba”, le respondió a la magistrada.
Sánchez ha buscado entrar a la JEP (se presentó en 2020), pero no ha sido aceptado. También quiso acogerse a la Ley de Justicia y Paz, hace 18 años, pero fue rechazado por no admitir su responsabilidad en varios asesinatos.
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Verdad, pero con beneficios
El Juzgado Quinto Penal de Bogotá sentenció a Fremio Sánchez por falso testimonio en el caso de David Núñez, un caso que hoy por hoy sigue abierto y a la espera de sentencia por parte de la Corte Suprema de Justicia.
Una de las pruebas reina para que ese proceso de falsedad testimonial se diera llegó en 2009 desde el Juzgado Noveno Penal del Circuito de Bucaramanga, lugar en el que testimoniaron las siguientes personas: Luis Orrego, Jesús Villamizar, Fernando Barbudo, Jorge Rodríguez y Gilberto Niño Pardo. Este último fue compañero de celda de Sánchez Carreño, y dijo bajo juramento que en prisión él recibía llamadas telefónicas de Mario Jaimes Mejía para incriminar a Rabelo y a Andrade en el crimen de Núñez, lo que él habría aceptado a manera de favor personal.
“Mario Jaimes Mejía es mi compadre. Pero nunca le hice favores desde la cárcel para incriminar a nadie. Estaba en justicia ordinaria y él bajo la Ley 975 (Justicia y Paz). Si no me llevaba ningún beneficio entonces para qué le iba a hacer un favor así”, dijo Sánchez en audiencia ante la JEP.
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El testigo fue reprendido por la magistrada Heyck, quien cuestionó si sus relatos y verdades iban a estar sujetos exclusivamente a beneficios y no tenía ánimo de reparar. “Si tuviera beneficios contaría toda la verdad. En la medida que esté acogido a la JEP, habrá mi verdad”, contestó Sánchez.
Sobre las llamadas que supuestamente él hizo desde la cárcel, Sánchez señaló que se trata de un montaje en su contra y que la justicia nunca le dio la oportunidad de defenderse. Sin embargo, esto va en contravía con una sentencia de la Fiscalía, obtenida por Colombia+20, en la que con pruebas testimoniales se deja la constancia de que la justicia le había preguntado por esas llamadas y él tuvo posibilidad de defenderse. “Mario Jaimes confirmó la existencia de esas llamadas ante Justicia y Paz”, se lee.
En el despacho de la magistrada Heyck evaluarán cómo el comportamiento de Fremio Sánchez y de Mario Jaimes Mejía pueden incidir en su futuro ante la JEP.
De hecho, allí sigue llamando la atención cómo Fremio Sánchez fue el único testigo en esas audiencias que siguió vinculando a David Rabelo con la guerrilla. Su versión nunca cambió y el pasado 17 de febrero, el paramilitar condenado afirmó: “Usted estuvo en reuniones para planear el asesinato de David Núñez. Yo reconozco mi responsabilidad, no sé por qué usted no. Acepte que trabajaba con las FARC, usted se reunía con Tomás Lince (hermano de Pastor Alape). David Rabelo mentiroso, acepte su responsabilidad”.
Fremio Sánchez ha dicho relatos a medias que involucran a su amigo Mario Jaimes. Ahora, este último se tendrá que defender y deberá aportar verdades que permitan avanzar en el caso Rabelo.
De hecho, las acusaciones de Sánchez a Rabelo ante la JEP descansan en el Auto 008 de 2020, documento en el que se desestima la entrada del exparamilitar a la justicia transicional, cuestionando la consistencia y aportes de su relato. Lo que consecuentemente también haría que su salida de la JEP en calidad de testigo sea algo inminente.
La otra ficha clave: ¿Las mentiras de ‘El Panadero’?
“Las declaraciones no superan las exigencias de novedad y trascendencia; por ello, no resulta procedente, tampoco, la inspección judicial en tanto no corresponde a prueba nueva o sobreviniente”, muestra el documento. Lo que en otras palabras quiere decir que esas mismas acusaciones fueron las que ya habían sido desestimadas por la justicia ordinaria, uno de los motivos por los cuales Rabelo fue absuelto.