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La desaparición sigue dejando víctimas a lo largo del territorio colombiano y día a día suma retos en los procesos de búsqueda y en el acompañamiento psicosocial a los familiares que siguen sin respuestas. Desde la firma del Acuerdo de Paz (diciembre de 2016) a agosto de este año, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha documentado 959 casos de desaparición, de los cuales 95 han ocurrido en lo que va de 2022.
A partir de las lecciones aprendidas desde 2017 por el equipo de equipo del Programa de Salud Mental y Apoyo Psicosocial de la Unidad de Salud y la experiencia forense, el CICR creó la Guía para acompañar y orientar en momentos específicos de la búsqueda: experiencia de trabajo en salud mental y apoyo psicosocial con familiares de personas desaparecidas.
“Acompañar a quienes buscan a sus familias, compañeros de vida o a un grupo de personas desaparecidas significa transitar junto a ellos por distintos caminos. Acompañar también implica dar voz a quienes buscan y promover su involucramiento de manera permanente. Acompañar es cuidar”, se lee al inicio de la cartilla creada por la delegación de Colombia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
En 52 páginas abordan los tres momentos del proceso de búsqueda que se deben acompañar desde la acción sin daño: el proceso de identificación de una personas desaparecida, la recuperación humanitaria y la entrega digna del cuerpo. En la conmemoración del día del detenido desaparecido este 30 de agosto, el CICR hizo pública esta guía y, a su vez, alertó sobre los avances de este hecho en el país.
Lea aquí la guía completa:
Colombia +20 habló con Adder Samayoa, responsable del programa de Salud Mental y Apoyo Psicosocial del CICR y Édgar Portilla, psicólogo de esta entidad sobre la importancia de esta guía, los vacíos a los que apunta solventar, los enfoques diferenciales y los retos que invita a asumir este documento.
¿Qué trae esta guía y cuál es el mensaje que quiere dejar?
Adder Samayoa (AS): Esta guía recoge la experiencia de más de tres años del Comité Internacional de la Cruz Roja, específicamente en una actividad donde los protagonistas son los familiares de las personas desaparecidas. Como CICR el proceso de búsqueda es un poco más largo que inicia desde la solicitud y avanza por resultados propios donde las familias tienen información de que no se puede seguir buscando o que su familiar está vivo o no se puede recuperar. Después viene otro momento muy importante que es la identificación, posteriormente lo que nosotros como CICR llamamos recuperaciones humanitarias o exhumaciones, y por último, las entregas.
Para nosotros, la búsqueda es un proceso. Es importante que los familiares participen en todo desde los momentos previos. De esta forma, van transitando sobre lo que significa buscar, lo que significa tomar decisiones en esos primeros resultados y cómo también van a elaborando al interior de su familia y con otros esta experiencia.
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Hay personas que llegan con mucha incertidumbre, mucha ansiedad pero mientras se desarrolla el proceso de búsqueda, se puede encontrar a las familias transitando por el derecho a saber y también se van transformando.
¿Qué actividades o acciones han realizado en los momentos previos a la búsqueda para iniciar el acompañamiento?
AS: Hacemos un ejercicio de preparación muy fuerte a nivel psicológico y psicosocial para poder hacer esto, por ejemplo, en momentos previos a una recuperación humanitaria o una entrega de cuerpo. Muchos de los lugares son de difícil acceso y donde se corre un riesgo alto, pero les entregamos la información para que haya un consentimiento informado. En su mayoría mujeres, han sido las que nos han acompañado hasta esos lugares para que puedan verificar qué se está haciendo o por qué no se puede seguir buscando. Para muchas de ellas, solo el hecho de estar en el lugar por donde transitó por última vez su familiar es muy importante.
Con el equipo de salud mental también preparamos a los familiares de lo que va a significar hablar, entregar una toma o hacer una muestra de ADN, y mostrarles que todo el proceso se hace respetando la dignidad, la decisión de detenerse, por decirte algunos ejemplos.
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Todo este acompañamiento en los momentos previos nos permite seguir caminando y si se acerca un momento como la recuperación o la entrega. Cuando haces partícipe al familiar desde el principio, logras que lleguen a este momento de la entrega como un acto de conmemoración y reivindicación de derechos, y que todo sea producto de un proceso integral.
¿A quiénes se les está apuntando con esta guía? ¿Qué vacíos se podrían llenar?
Édgar Portilla (EP): La guía le apunta a hacer partícipes a las familias de todo el proceso de búsqueda porque ellos no están en un rol pasivo, nunca lo han estado porque siempre están buscando, preguntando e incluso, terminando haciendo el trabajo investigativo en muchos casos.
Entonces lo que pretende esta guía es brindar también la experiencia CICR para decirles a las instituciones: “Miren, si vinculamos a las familias en este proceso de búsqueda, además de que ellas apoyan todo el ejercicio de tratar de encontrar a los desaparecidos, estamos apoyando su proceso de recuperación emocional, porque para ellas eso es bien importante, participar en todos y cada uno de los momentos”.
Desde la academia también es importante que se trabajan estos temas, desde las instituciones de educación superior para que no se centren solo en lo teórico, sino también se acerquen a experiencias prácticas sobre cómo o de qué hablo, si le puede hablar de duelo a un familiar de una persona desaparecida o cómo debo abordarlo. Por eso le apostamos mucho a que esta guía pueda aportar al proceso de formación de psicólogas y psicólogos teniendo en cuenta la realidad del país, que hay miles de personas que siguen desaparecidas, que desafortunadamente continúan las situaciones de desaparición de personas en Colombia y que es necesario empezar a trabajar con los profesionales para que acompañen a las víctimas.
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Esta guía también va para los personeros de los municipios que reciben las declaraciones; a las personas encargadas de las víctimas como enlaces municipales o departamentales; al personal de salud y demás para conocer experiencias reales sobre el problema de la desaparición en Colombia y los efectos psicosociales que genera a nivel individual, familiar y social.
AS: Esta guía se vuelve una herramienta para abordarse desde la academia para reflexionar con entidades con competencias en la búsqueda como la Unidad de Víctimas, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), el Instituto de Medicina Legal y demás. Aunque para nosotros esta guía parte desde el ejercicio de difusión, tiene mucho valor para la academia, para las entidades con competencias pero sobre todo, para que se trabajen en otros escenarios tipo formación y capacitación.
Por ejemplo, es interesante escuchar a jueces que te señalan: “Yo pensaba que al familiar no había que llevarlo porque va a sufrir, cómo va a ver eso, quién soy yo para dejar que vea estos restos que se van a sacar”. Pero cuando tú les explicas que es la única vez y oportunidad que van a poder tener de ver y cerciorarse ellos mismos, que el sufrimiento transite por su cuerpo pero que psicológicamente puedan dejar en ese hueco que se abre aquellos dolores y sufrimientos, entonces se logra un cambio. Cuando logras sensibilizar a través de la guía, se entiende que todos los humanos sufrimos desde que nacemos y que hay que darle un lugar al sentimiento.
En el apartado de “Acompañar una recuperación humanitaria” ustedes señalan la importancia de considerar el enfoque psicosocial étnico. ¿Cómo llegaron a esto?
AS: Aunque la normatividad colombiana específica que se tienen que adelantar estos esfuerzos, a veces las personas desaparecidas en este país están en territorios ancestrales y al estar allí, los equipos intervinientes no pueden llegar como que van a levantar un bulto de papas. Se tiene que hacer un ejercicio de diálogo porque para nosotros el enfoque étnico es el diálogo de gobierno a gobierno pero en este caso, nosotros nos tenemos que color en un rol de respeto a las costumbres propias y la ancestralidad.
Por ejemplo, pasamos por procesos de armonización para ingresar al territorio, que se tenga que hacer un ritual porque el territorio que era ancestral fue ocupado para la muerte y los espíritus del territorio se fueron porque están guardando un cuerpo que no pertenece ahí. Así que no solo vamos a excavar la historia de la persona desaparecida, sino a intentar excavar los dolores que ha dejado en el territorio, porque para los grupos étnicos de este país el territorio es un ser vivo.
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Como CICR los grupos étnicos en algunos momentos nos han dicho: “Yo he cuidado este cuerpo, ha estado aquí por mucho tiempo y sabemos que aquí no puede entrar el Estado y que aquí entra usted porque tiene luz verde de los grupos para ingresar, pero este cuerpo que ustedes vienen a buscar ya es nuestro también. Permítanos que nos despidamos, permítanos que hagamos un pequeño ritual”.
Aunque la búsqueda convoca lo interdisciplinario también convoca las aristas y las particularidades de un contexto como el colombiano que es pluricultural.
¿Cómo definir hasta qué punto las familias pueden ingresar en cada una de estas etapas y cuáles son las implicaciones psicosociales del nivel de inmersión entre los familiares?
AS: Como CICR somos bastante responsables de definir y tomar decisiones conjuntamente con las familias o las personas que buscan sobre cómo participar, pero antes de hacerlo hacemos una evaluación de necesidades de salud mental y apoyo psicosociales.
¿Qué quiere decir esto? No todos los familiares y las personas que buscan necesitan lo mismo. Tenemos una estrategia en la que hay familiares que tal vez no pueden participar activamente porque en la evaluación surgieron situaciones de cortes psicológicos y no es oportuno o cuidadoso algún tipo de participación específica. Entonces antes de iniciar una diligencia de búsqueda estamos muy coordinados todos los equipos CICR que participan en esta acción humanitaria y definimos qué familias podrían participar activamente, desde el eje de salud y salud mental porque hay ciertas condiciones.
También hay otros criterios que el mismo contexto te dice sí puede participar o no sobre todo porque tienes que tener claro que como CICR llegamos a donde el Estado no está, no podemos sustituirlo y tristemente todavía hay presencia de grupos en algunos lugares. Primero procuramos no cometer una acción con daño haciendo una evaluación de salud y a partir de los resultados de esta evaluación, podemos derivar o referir a nuestra propia estrategia CICR si necesita un acompañamiento psicológico de un nivel avanzado, si necesita un acompañamiento psicosocial y puede participar activamente de las diligencias y con los otros equipos definimos si por temas de seguridad puede estar.
Si como CICR no los preparamos primero y no los acompañamos primero en los momentos previos los familiares, la toma de decisión de su participación a veces puede ser desinformada o puede ser con poco conocimiento de lo que implica participar por eso. Trabajar con ellos previamente implica a veces años previos o meses antes, es lo que te permite que la familia diga: “Sí, yo quiero estar”.
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¿Cuáles son los retos que nacen a partir de esta guía que pueden marcar una futura ruta de trabajo en el área de apoyo psicosocial de la búsqueda de desaparecidos?
AS: El llamado que hacemos como CICR es a la complementariedad y a lo que marca la normatividad colombiana, en qué momento la Unidad de Búsqueda se coordina con la Unidad de Víctimas o el Papsivi (Programa de atención psicosocial y salud integral a víctimas) del Ministerio de Salud para brindar este acompañamiento.
El CICR no tiene un valor agregado si las familias y las personas tienen acceso a estas entidades. Hay algo que nunca va a dar el CICR y nunca va a poder satisfacer, es algo que solo el Estado colombiano da y es la reparación simbólica, la reparación integral.
EP: El reto está en que otras organizaciones se apropien, la hagan suya, la complementen. Esto no es algo que ya esté finalizado completamente, seguramente en el camino cuando aprendamos otras cosas podemos complementar y que bueno que otras organizaciones también lo puedan hacer.
¿Cómo lograr una divulgación efectiva y apropiación del contenido para que haya una mayor conciencia frente al apoyo psicosocial en estos procesos?
EP: Con la conmemoración del día del detenido desaparecido decidimos publicarlo para poder tener mayor incidencia. Por ejemplo, un espacio clave son los procesos de formación con familiares de personas desaparecidas. Una colega en Cali preparó a dos personas para que fueran ellas las que apoyaran a otras personas que tienen familiares desaparecidos.
Es un trabajo bastante complejo, pero también queremos decirle a las organizaciones y a la sociedad civil que se apropien de la guía, que la vean, la lean, la compartan con quienes deseen.
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AS: La guía la llevamos también a procesos propios de la estrategia de salud mental y en cada uno de los lugares donde estamos. Por ejemplo, en Buenaventura se va a hacer un proceso de difusión un poquito más largo, va a ser tipo formación; en en Villavicencio se va a hacer de otra forma con la colega que tenemos de la oficina de San José Guaviare. Es una estrategia, en cada lugar va a ser distinto pero con el equipo de comunicación del CICR nos vamos a asesorando y acompañando.
Hace poco hemos recibido que para el CICR a nivel global, van a hacer publicaciones en otro idioma, en este caso el inglés, para que se conozca en otros lugares donde tenemos presencia como CICR.