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El dato dado por el Comité de Desaparición Forzada de las Naciones Unidas, de que en Colombia habría por lo menos 20.000 cuerpos que estarían en las instalaciones del aeropuerto El Dorado, en Bogotá, información que ya fue desmentida por la Procuraduría levantó dudas sobre cuál es el procedimiento y protocolos que se adelantan en Colombia para el tratamiento de cuerpos no identificados y cuáles son los protocolos establecidos para los cuerpos de personas sin identificar o de víctimas de quienes sí se conoce su identidad, pero que nunca fueron reclamados por sus familiares.
Registro y sistematización
Carlos Valdés, exdirector de Medicina Legal, aseguró que los cuerpos que llegan a la entidad son entregados por alguna autoridad del Estado y que es desde ese momento cuando se inicia con la cadena de custodia y se implementan las normas de bioseguridad para el tratamiento de los cadáveres.
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En este punto, el instituto de Medicina Legal coloca unos chips en los cuerpos para tener un registro sobre la cantidad de cadáveres que han ingresado en el sistema y justamente evitar que se pierdan o que haya desinformación al respecto.
Además, la entidad también tiene un balance con los perfiles genéticos de los cuerpos en condición de no identificados para poder adelantar los exámenes forenses que son competencia de la entidad.
Según Valdés, todos los cuerpos que son encontrados sin vida en esta condición deben ser reportados en el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (SIRDEC).
Este sistema permite la “recolección, organización y sistematización de la información de las personas desaparecidas y también de las personas sin identificar” para poder avanzar en las investigaciones de su búsqueda o identificación en tiempo real.
De acuerdo con la página del Instituto de Medicina Legal, el correcto uso de esta información “permite cruzar los datos entre los dos grupos de interés y hacer actualizaciones en tiempo real sobre los avances que cada entidad o servidor interviniente hace durante la búsqueda de una persona desaparecida o la identificación de una persona fallecida (...) de modo que se pueda lograr la articulación interdisciplinar e interinstitucional sin la cual la búsqueda no sería posible.”
¿Qué establece la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas para estos casos?
La entidad encargada en Colombia de dirigir, coordinar y contribuir a la implementación de acciones humanitarias que permitan la búsqueda e identificación de personas dadas por desaparecidas establece que los cadáveres no identificados o los que están identificados, pero que no han sido reclamados por nadie deben tener como disposición final un cementerio donde se identifiquen las fosas, las bóvedas y los osarios.
En este espacio, cada cuerpo debe ser inhumado de forma individual y se debe llevar un registro con el número de la bóveda, la fecha de inhumación, el acta de inspección a cadáveres y un número de necropsias que sirva para la identificación del cuerpo en caso de que sea requerido para investigaciones posteriores o por si su familia llega a reclamarlo.
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Así mismo, los lineamientos de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) establecen que los cuerpos no pueden ser exhumados o sacados de las bóvedas sin una autorización judicial.
Es por eso que surge otro de los interrogantes, pues en caso de ser ciertas las afirmaciones hechas por Naciones Unidas, se debe indagar por qué más de 20.000 cadáveres en Colombia, que posiblemente fueron reportados como desaparecidos, estaban en el hangar de un aeropuerto y no en un cementerio como lo establece el protocolo.
La UBPD establece que hay cuerpos no identificados (CNI) y otros no reclamados (CINR). Sobre esto dice que se trata de cuerpos de personas “que proceden de diferentes contextos, principalmente violentos y que acorde a la normativa judicial deben ser sometidos a necropsia médico-legal con el objetivo de establecer las circunstancias en que se dio su muerte y para lograr su identificación”.
Y agrega: “Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), esta entidad ha entregado a los cementerios una cifra aproximada de 25.000 CNI y 18.000 CINR (43.000 en total)”.
Esta cifra no dista de los 20.000 que dijo la ONU, por lo que algunos apuntan a que la confusión pudo haber sido generada no por la cifra, sino por el lugar donde estarían estos cuerpos.
Plan Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Búsqueda inversa
En mayo de este año se lanzó ese plan, que tiene como objetivo articular a todas las instituciones y organizaciones con responsabilidad en la búsqueda, de manera que solo exista una sola puerta para encontrar a sus seres queridos.
“Para ello se diseñarán estrategias regionales, dadas las especificidades de la conducta de los perpetradores en las distintas zonas del país. Los procesos de búsqueda de personas desaparecidas son especialmente complejos, por lo tanto, se requiere de una estrategia integral a corto, mediano y largo plazo que demanda un esfuerzo interinstitucional y multidisciplinario”, dice la UBPD.
La planeación de un proceso de búsqueda debe responder tres preguntas, según la metodología de la Unidad de Búsqueda: ¿Quiénes están desaparecidos? ¿Dónde pueden estar? ¿Qué les sucedió?
“Las respuestas que se obtengan permitirán ahondar en la idea de la desaparición forzada como un fenómeno sistemático y generalizado, ubicar el paradero de los desaparecidos”, explica la Unidad.
Esa entidad tiene otras formas para adelantar sus labores, como la llamada búsqueda inversa, una herramienta que se lanzó en septiembre pasado para intentar ofrecer alivio a los más de 111.000 casos de desaparición forzada que hay registrados en el país.
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Los más de 100.000 desaparecidos en Colombia
Según cifras de UBPD, en Colombia hay más de 100.000 ciudadanos de quienes se desconoce su paradero desde épocas del conflicto armado.
Las cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica son similares y establecen que en el país hay por lo menos 80.000 víctimas de esta práctica que configuró una de las maneras más violentas de tortura y de flagelo a las comunidades que sufrieron el conflicto. Sin embargo, estas cifras son hasta agosto del 2018.
En todo este panorama también hay un subregistro, pues durante el conflicto muchos cuerpos también fueron arrojados en los ríos del país, convirtiendo a estos canales hídricos en una de las fosas comunes más grandes de Colombia.
Pero si se tomara la cifra de la UBPD, los hallazgos de los que habla la ONU en su informe representaría el 20% del número histórico de desaparecidos en Colombia, sobre los cuales se debería entonces poner la lupa para establecer por qué terminaron en El Dorado, en Bogotá.
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