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                                                                                                                                Contenido Patrocinado
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                                                                                                                                La larga espera de 17 años para recuperar los cuerpos de los hermanos Hincapié

                                                                                                                                Ricardo Antonio y Luz Enith Hincapié fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales, también llamados ‘falsos positivos’ en Samaná, Caldas. La semana pasada sus cuerpos fueron entregados dignamente a sus familiares. Su hermana Aracelly cuenta la historia.

                                                                                                                                Camilo Pardo Quintero

                                                                                                                                Periodista Proyectos especiales
                                                                                                                                Los cuerpos de los hermanos Ricardo Antonio y Luz Enith Hincapié fueron entregados dignamente a sus familiares.
                                                                                                                                Foto: Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desa
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Su hermana Aracelly habla de él con orgullo. Como una persona que no se le dio el tema de los estudios y que, pese al amor tan grande que tenía por el fútbol, prefirió dedicarle su vida a trabajarle a la finca de sus papás. Ricardo Antonio o ‘Toñito’ para sus cinco hermanos mayores, recogía café y cargaba caña para hacer panela en Samaná (Caldas). Era el más chico de los Hincapié Ospina, pero eso no le quitaba responsabilidades; Ricardo trabajaba o trabajaba, ese era el ejemplo de sus mayores, a quienes la disciplina férrea de talante paisa jamás les hizo opacar un amor tan grande como el que él le tenía al balón y a sus cultivos.

                                                                                                                                Le puede interesar: En Samaná arman el rompecabezas del conflicto armado

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                                                                                                                                Ricardo y Luz Enith tenían que ir con Aracelly, una de sus hermanas mayores, pero ella estaba ocupada en otros asuntos de la finca junto a su esposo y no los pudo acompañar. Eso fue para ella un golpe del destino, que ahora le permite contar la historia de sus dos hermanitos a los que una guerra maldita, cruel e injusta les arrebató. Por poco y sin dejar rastro.

                                                                                                                                En contexto: Las tumbas que guardan la verdad de los desaparecidos en Samaná, Caldas

                                                                                                                                El consentido de Luz Enith era ‘Toñito’, andaban de arriba para abajo en los cafetales y a pesar de los 10 años que los separaban, eran compinches. “Se querían mucho, eran el orgullo para mis papás y para nosotros y a pesar de que mi hermana ya había formado una familia, nunca se olvidó de nadie en la casa”.

                                                                                                                                ----

                                                                                                                                En 2005 había una guerra sin cuartel en el nororiente de Caldas, entre el frente 47 de las Farc y el Ejército Nacional. Elda Neyis Mosquera, histórica comandante de esa guerrilla, conocida como Karina, fue una de las personas que con su poder militar convirtió a Samaná en lo que algunos pobladores recuerdan para ese momento como un “pequeño Caguán”. Había guerrilla por doquier: milicianos en el casco urbano, incontables filas de guerreros rasos en las veredas del municipio y amenazas a la orden del día para ganar control territorial.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El Ejército llegó con órdenes de contraguerrilla asumidos por la Tercera División. Para muchos, el remedio fue peor que la enfermedad, porque lo que era un secreto a voces pasó a ser realidad testimoniada que incluso fue recopilada por el Informe Final de la Comisión de la Verdad: decenas de narraciones decían que los militares llegaban casi que puerta por puerta para preguntar por los jóvenes en Samaná (y otros lugares del Eje Cafetero) y crear imaginarios falsos que los vincularan con la guerrilla. La campaña de “todo sea por entregar resultados” hizo de esa guerra algo deshumanizante. A los jóvenes se les vinculaba con la guerrilla, sin defensa o inocencia que valiera.

                                                                                                                                Lea: Samaná: el río que la guerra tenía escondido

                                                                                                                                Sin amenazas previas, pero sí siendo receptores de insultos o señalamientos falsos, el 2 de noviembre de 2005 los dos hermanos menores de los Hincapié Ospina salieron de su finca para planear el cumpleaños de su madre, María del Rosario Ospina.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Con el corazón en la mano, María del Rosario comenzó una lucha (casi en solitario) para encontrar la verdad de lo que les sucedió a sus hijos. Eso le costó amenazas en contra de su vida y la de su familia. Lo intentó hasta que más pudo, pero si seguía, su historia y el legado de su búsqueda habrían sido diferentes.

                                                                                                                                El sueño de María del Rosario

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2012 se reanudó la búsqueda de Ricardo y Luz Enith, porque en el pueblo se juntó la naciente Asociación Renacer, colectivo de víctimas de desaparición forzada y homicidios de Samaná con la Fundación para el Desarrollo Comunitario de Samaná (Fundecos).

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Llegó la firma del Acuerdo de Paz y al rompecabezas de los Hincapié se sumó la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). El caso de Ricardo y de Luz Enith era uno más dentro de los folios de la institución humanitaria, pero una enfermedad terminal que le detectaron a María del Rosario hizo que priorizaran la búsqueda de sus hijos.

                                                                                                                                La vida se le iba a una mujer que no supo más que amar con todas sus fuerzas a los suyos y quien más allá de la vida dio respuestas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Cuando su caso fue priorizado, su salud no le permitió seguir al pie de cañón, pero alcanzó a darle testimonios al Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas), que sirvieron para atar cabos y buscar en lugares precisos. Poco a poco las pistas iban mostrando que los cuerpos de Ricardo y Luz Enith nunca salieron de Samaná.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La UBPD nos dijo como a mitad de 2021 que lo último que faltaba por hacer era exhumar a mi madre, extraerle una muestra dental y así cotejar información. Fue una decisión y un hecho tortuoso para nosotros, pero debíamos hacerlo. Era parte del sueño de mi mamita y ella, estando bajo tierra, nos siguió dando respuestas. Con eso encontramos a Ricardo Antonio”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: El detrás de la prórroga a las medidas cautelares de la JEP al cementerio Universal

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                                                                                                                                El domingo 20 de noviembre de 2022 se cumplió el sueño de María del Rosario, en una jornada triste, pero esperanzadora por encontrar a los dos que les faltaban. El amor de los Hincapié ha vencido la muerte con creces y para ellos, este apenas es un capítulo para encontrar toda la verdad de lo que les sucedió a los suyos. Ahora, en paz y dignamente, descansan en el cementerio San Agustín, en su natal Samaná -tan cafetera como ellos.

                                                                                                                                “Seguimos en la tarea, sabremos el nombre de los responsables de estos “falsos positivos”, le cumpliré a mi mamá, acompañaré el dolor de mis sobrinos que vieron a su mamá volver en un cofre y manejaré la frustración… Dios mío, ellos sólo iban por un pastel”, dijo Aracelly.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los cuerpos de los hermanos Ricardo Antonio y Luz Enith Hincapié fueron entregados dignamente a sus familiares.
                                                                                                                                Foto: Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desa
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Su hermana Aracelly habla de él con orgullo. Como una persona que no se le dio el tema de los estudios y que, pese al amor tan grande que tenía por el fútbol, prefirió dedicarle su vida a trabajarle a la finca de sus papás. Ricardo Antonio o ‘Toñito’ para sus cinco hermanos mayores, recogía café y cargaba caña para hacer panela en Samaná (Caldas). Era el más chico de los Hincapié Ospina, pero eso no le quitaba responsabilidades; Ricardo trabajaba o trabajaba, ese era el ejemplo de sus mayores, a quienes la disciplina férrea de talante paisa jamás les hizo opacar un amor tan grande como el que él le tenía al balón y a sus cultivos.

                                                                                                                                Le puede interesar: En Samaná arman el rompecabezas del conflicto armado

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                                                                                                                                Ricardo y Luz Enith tenían que ir con Aracelly, una de sus hermanas mayores, pero ella estaba ocupada en otros asuntos de la finca junto a su esposo y no los pudo acompañar. Eso fue para ella un golpe del destino, que ahora le permite contar la historia de sus dos hermanitos a los que una guerra maldita, cruel e injusta les arrebató. Por poco y sin dejar rastro.

                                                                                                                                En contexto: Las tumbas que guardan la verdad de los desaparecidos en Samaná, Caldas

                                                                                                                                El consentido de Luz Enith era ‘Toñito’, andaban de arriba para abajo en los cafetales y a pesar de los 10 años que los separaban, eran compinches. “Se querían mucho, eran el orgullo para mis papás y para nosotros y a pesar de que mi hermana ya había formado una familia, nunca se olvidó de nadie en la casa”.

                                                                                                                                ----

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El Ejército llegó con órdenes de contraguerrilla asumidos por la Tercera División. Para muchos, el remedio fue peor que la enfermedad, porque lo que era un secreto a voces pasó a ser realidad testimoniada que incluso fue recopilada por el Informe Final de la Comisión de la Verdad: decenas de narraciones decían que los militares llegaban casi que puerta por puerta para preguntar por los jóvenes en Samaná (y otros lugares del Eje Cafetero) y crear imaginarios falsos que los vincularan con la guerrilla. La campaña de “todo sea por entregar resultados” hizo de esa guerra algo deshumanizante. A los jóvenes se les vinculaba con la guerrilla, sin defensa o inocencia que valiera.

                                                                                                                                Lea: Samaná: el río que la guerra tenía escondido

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Con el corazón en la mano, María del Rosario comenzó una lucha (casi en solitario) para encontrar la verdad de lo que les sucedió a sus hijos. Eso le costó amenazas en contra de su vida y la de su familia. Lo intentó hasta que más pudo, pero si seguía, su historia y el legado de su búsqueda habrían sido diferentes.

                                                                                                                                El sueño de María del Rosario

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Llegó la firma del Acuerdo de Paz y al rompecabezas de los Hincapié se sumó la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). El caso de Ricardo y de Luz Enith era uno más dentro de los folios de la institución humanitaria, pero una enfermedad terminal que le detectaron a María del Rosario hizo que priorizaran la búsqueda de sus hijos.

                                                                                                                                La vida se le iba a una mujer que no supo más que amar con todas sus fuerzas a los suyos y quien más allá de la vida dio respuestas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Cuando su caso fue priorizado, su salud no le permitió seguir al pie de cañón, pero alcanzó a darle testimonios al Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas), que sirvieron para atar cabos y buscar en lugares precisos. Poco a poco las pistas iban mostrando que los cuerpos de Ricardo y Luz Enith nunca salieron de Samaná.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La UBPD nos dijo como a mitad de 2021 que lo último que faltaba por hacer era exhumar a mi madre, extraerle una muestra dental y así cotejar información. Fue una decisión y un hecho tortuoso para nosotros, pero debíamos hacerlo. Era parte del sueño de mi mamita y ella, estando bajo tierra, nos siguió dando respuestas. Con eso encontramos a Ricardo Antonio”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: El detrás de la prórroga a las medidas cautelares de la JEP al cementerio Universal

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                                                                                                                                “Seguimos en la tarea, sabremos el nombre de los responsables de estos “falsos positivos”, le cumpliré a mi mamá, acompañaré el dolor de mis sobrinos que vieron a su mamá volver en un cofre y manejaré la frustración… Dios mío, ellos sólo iban por un pastel”, dijo Aracelly.

                                                                                                                                No ad for you

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