¿Cómo afectaría la apertura de Hidroituango la búsqueda de personas desaparecidas?
La posible reapertura de la represa podría afectar la búsqueda de 2.094 personas desaparecidas en ese lugar. La JEP tiene medidas cautelares en nueve municipios de la zona de influencia del megaproyecto y el próximo 15 de diciembre realizarán una audiencia pública para determinar una hoja de ruta.
Silvia Corredor Rodríguez
La posibilidad de encender dos de las ocho turbinas de Hidroituango, desde el anuncio de Empresas Públicas de Medellín (EPM) el pasado 15 de noviembre, ha generado una serie de expectativas, temores y pronunciamientos. En medio de las afectaciones sociales, económicas y ambientales, muchas de ellas acompañadas con simulacros de evacuación de las poblaciones a orillas del río Cauca, todavía no está resuelto cómo se realizará la búsqueda de personas desaparecidas por el conflicto en esas aguas.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) determinó que al menos 2.094 personas fueron víctimas de desaparición forzada en los municipios antioqueños de Briceño, Cáceres, Ituango, Nechí, Peque, Sabanalarga, Tarazá, Toledo y Valdivia. Por ello, en 2020 la JEP ordenó medidas cautelares en estas zonas, es decir, protegió temporalmente algunos puntos a orillas del río para evitar que fueran intervenidos.
El próximo 15 de diciembre esa justicia realizará una audiencia pública en Bogotá para dar a conocer el informe de los peritos de la organización forense Equitas, encargados de la búsqueda de desaparecidos. Allí determinarán las posibilidades “objetivas de hallazgo y recuperación de cuerpos en la zona colindante a las obras de Hidroituango”, explicó la JEP en un comunicado. Ante la solicitud de una entrevista, Equitas manifestó que entregará declaraciones oficiales luego de la audiencia.
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Rudy Estela Posada, coordinadora de la Asociación de Mujeres Defensoras del Agua y la Vida (Amarú), articulada al Movimiento Ríos Vivos, es una de las mujeres que retrata la problemática: “Yo llevo en el proceso de búsqueda de mi esposo 31 años y en el movimiento llevo 14 años esperando encontrar la verdad sobre por qué lo desaparecieron, quién lo hizo, dónde está. La lucha por el río también es porque tenemos la esperanza de que allí podemos encontrarlos”.
Su relato y el de otras mujeres buscadoras en el río Cauca los escuchamos en la visita de Colombia+20 a la sede del Movimiento Ríos Vivos, ubicado en la zona rural del municipio de Toledo (Antioquia) a finales de octubre. Este lugar ha sido centro de reuniones pero también refugio para los integrantes de las 15 organizaciones de las subregiones del Occidente, Norte y Bajo Cauca antioqueño, que conforman este colectivo que denuncia y se opone a las afectaciones sociales y ambientales de megaproyectos a orillas del río Cauca.
Hidroituango hace parte de los 16 lugares solicitados por el Movice para tener medidas cautelares con el fin de avanzar en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el país.
Jurisdicción Especial para la Paz
Incertidumbre, temor y duda es lo que rodea la reactivación de la hidroeléctrica porque para muchas mujeres buscadoras la empresa les quitó la esperanza de encontrar a los desaparecidos. “Se incrementa la duda sobre que tan posible será la búsqueda de cuerpos en puntos que puedan resultar afectados con la puesta en marcha de las turbinas. No sabemos si con el encendido va a haber remoción de los suelos en las zonas inundadas donde se puedan realizar prospecciones”, explicó la abogada Rosa María Mateus en entrevista con Colombia+20.
Mateus es coordinadora del eje defensa del territorio y lucha contra la crisis climática del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar) que ha acompañado al Movimiento Ríos Vivos y a las organizaciones asociadas en acciones jurídicas sobre la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
Para la abogada del Cajar, el afán por continuar las labores de este proyecto está primando sobre el derecho de las víctimas a la verdad. “La puesta en funcionamiento de esta represa ha sido en demérito del derecho de las víctimas a encontrar y exigir el levantamiento e identificación de las personas desaparecidas en el cañón del río Cauca”, explicó.
En medio de tanta incertidumbre, la esperanza no deja de ser un motor para las mujeres. “Aún no perdemos la esperanza pero la vemos muy difícil porque no sabemos qué va a pasar ahora en adelante cuando pongan las turbinas a trabajar”, resaltó Rudy Posada.
La dirección ambiental, social y de sostenibilidad de Hidroituango, a finales de octubre, le afirmó a esta redacción que la empresa ha estado dispuesta a brindar toda la información y ha facilitado la logística en las visitas que la JEP ha realizado al megaproyecto.
Así ha sido el proceso de búsqueda
“Nosotros éramos custodios de algunos puntos sagrados en el cañón del río Cauca, que eran como calvarios. Cuando se entierra a una persona, se le coloca una cruz y toda persona que pasa por ahí le reza una oración y le tira una piedrita; esos son calvarios, pero nos los desaparecieron”, narró Rudy Posada con tinto en mano, desde la sede del Movimiento Ríos Vivos.
Posada recordó la labor que hacía junto a sus compañeros barequeros, actividad artesanal de extraer el oro de la arena de los ríos, cuando encontraban cuerpos que bajaban por el río Cauca. “También éramos enterradores y le dimos las coordenadas a la JEP para que exhumen esos cuerpos que hay allá porque debe haber una mamá, un hermano, una hermana que están buscándolos”, explicó.
Con estos aportes de la comunidad y los hallazgos en el Laboratorio de Osteología Antropológica de la Universidad de Antioquia se priorizaron las labores de búsqueda y prospección en el cementerio de Orobajo (Sabanalarga); el cementerio de Barbacoa (Peque) y el puente de Pescadero (Ituango), los cuales fueron inundados en 2018, evento provocado por el taponamiento de túneles de Hidroituango, en su primer intento de entrar en operaciones.
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Mauricio Madrigal, vicepresidente del Movimiento Ríos Vivos, le explicó a este diario el caso del Puente Pescadero, un lugar emblemático para la conectividad del municipio de Ituango pero también por la carga de violencia. “Ese puente era un cementerio porque cuando querían entrar los paramilitares, la guerrilla ya los esperaba y eran dos, tres días de combate y los muertos los tiraban al río”.
Las labores de búsqueda en este megaproyecto tienen una particularidad y es que deben ser subacuáticas, dado que los cementerios y zonas donde fueron enterrados los cuerpos que bajaban por el río Cauca fueron inundados. La dirección ambiental, social y de sostenibilidad de Hidroituango le dijo a El Espectador que “se han solicitado trabajos subacuáticos para verificar esas zonas para saber qué hay, qué se puede rescatar”.
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Para la abogada del Cajar el proceso más importante será conocer los resultados forenses de la audiencia del próximo 15 de diciembre porque les permitirá determinar la ruta a seguir en la búsqueda de desaparecidos. “Hay una expectativa gigante frente al resultado de esa prueba por la necesidad que tienen los familiares de poder saber si va a ser posible la búsqueda de los cuerpos en la zona inundada. Dependiendo del resultado, se irá estableciendo el resto de resultados y decisiones del cuándo, cómo, dónde”, señaló Mateus.
La posibilidad de encender dos de las ocho turbinas de Hidroituango, desde el anuncio de Empresas Públicas de Medellín (EPM) el pasado 15 de noviembre, ha generado una serie de expectativas, temores y pronunciamientos. En medio de las afectaciones sociales, económicas y ambientales, muchas de ellas acompañadas con simulacros de evacuación de las poblaciones a orillas del río Cauca, todavía no está resuelto cómo se realizará la búsqueda de personas desaparecidas por el conflicto en esas aguas.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) determinó que al menos 2.094 personas fueron víctimas de desaparición forzada en los municipios antioqueños de Briceño, Cáceres, Ituango, Nechí, Peque, Sabanalarga, Tarazá, Toledo y Valdivia. Por ello, en 2020 la JEP ordenó medidas cautelares en estas zonas, es decir, protegió temporalmente algunos puntos a orillas del río para evitar que fueran intervenidos.
El próximo 15 de diciembre esa justicia realizará una audiencia pública en Bogotá para dar a conocer el informe de los peritos de la organización forense Equitas, encargados de la búsqueda de desaparecidos. Allí determinarán las posibilidades “objetivas de hallazgo y recuperación de cuerpos en la zona colindante a las obras de Hidroituango”, explicó la JEP en un comunicado. Ante la solicitud de una entrevista, Equitas manifestó que entregará declaraciones oficiales luego de la audiencia.
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Rudy Estela Posada, coordinadora de la Asociación de Mujeres Defensoras del Agua y la Vida (Amarú), articulada al Movimiento Ríos Vivos, es una de las mujeres que retrata la problemática: “Yo llevo en el proceso de búsqueda de mi esposo 31 años y en el movimiento llevo 14 años esperando encontrar la verdad sobre por qué lo desaparecieron, quién lo hizo, dónde está. La lucha por el río también es porque tenemos la esperanza de que allí podemos encontrarlos”.
Su relato y el de otras mujeres buscadoras en el río Cauca los escuchamos en la visita de Colombia+20 a la sede del Movimiento Ríos Vivos, ubicado en la zona rural del municipio de Toledo (Antioquia) a finales de octubre. Este lugar ha sido centro de reuniones pero también refugio para los integrantes de las 15 organizaciones de las subregiones del Occidente, Norte y Bajo Cauca antioqueño, que conforman este colectivo que denuncia y se opone a las afectaciones sociales y ambientales de megaproyectos a orillas del río Cauca.
Hidroituango hace parte de los 16 lugares solicitados por el Movice para tener medidas cautelares con el fin de avanzar en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el país.
Jurisdicción Especial para la Paz
Incertidumbre, temor y duda es lo que rodea la reactivación de la hidroeléctrica porque para muchas mujeres buscadoras la empresa les quitó la esperanza de encontrar a los desaparecidos. “Se incrementa la duda sobre que tan posible será la búsqueda de cuerpos en puntos que puedan resultar afectados con la puesta en marcha de las turbinas. No sabemos si con el encendido va a haber remoción de los suelos en las zonas inundadas donde se puedan realizar prospecciones”, explicó la abogada Rosa María Mateus en entrevista con Colombia+20.
Mateus es coordinadora del eje defensa del territorio y lucha contra la crisis climática del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar) que ha acompañado al Movimiento Ríos Vivos y a las organizaciones asociadas en acciones jurídicas sobre la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
Para la abogada del Cajar, el afán por continuar las labores de este proyecto está primando sobre el derecho de las víctimas a la verdad. “La puesta en funcionamiento de esta represa ha sido en demérito del derecho de las víctimas a encontrar y exigir el levantamiento e identificación de las personas desaparecidas en el cañón del río Cauca”, explicó.
En medio de tanta incertidumbre, la esperanza no deja de ser un motor para las mujeres. “Aún no perdemos la esperanza pero la vemos muy difícil porque no sabemos qué va a pasar ahora en adelante cuando pongan las turbinas a trabajar”, resaltó Rudy Posada.
La dirección ambiental, social y de sostenibilidad de Hidroituango, a finales de octubre, le afirmó a esta redacción que la empresa ha estado dispuesta a brindar toda la información y ha facilitado la logística en las visitas que la JEP ha realizado al megaproyecto.
Así ha sido el proceso de búsqueda
“Nosotros éramos custodios de algunos puntos sagrados en el cañón del río Cauca, que eran como calvarios. Cuando se entierra a una persona, se le coloca una cruz y toda persona que pasa por ahí le reza una oración y le tira una piedrita; esos son calvarios, pero nos los desaparecieron”, narró Rudy Posada con tinto en mano, desde la sede del Movimiento Ríos Vivos.
Posada recordó la labor que hacía junto a sus compañeros barequeros, actividad artesanal de extraer el oro de la arena de los ríos, cuando encontraban cuerpos que bajaban por el río Cauca. “También éramos enterradores y le dimos las coordenadas a la JEP para que exhumen esos cuerpos que hay allá porque debe haber una mamá, un hermano, una hermana que están buscándolos”, explicó.
Con estos aportes de la comunidad y los hallazgos en el Laboratorio de Osteología Antropológica de la Universidad de Antioquia se priorizaron las labores de búsqueda y prospección en el cementerio de Orobajo (Sabanalarga); el cementerio de Barbacoa (Peque) y el puente de Pescadero (Ituango), los cuales fueron inundados en 2018, evento provocado por el taponamiento de túneles de Hidroituango, en su primer intento de entrar en operaciones.
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Mauricio Madrigal, vicepresidente del Movimiento Ríos Vivos, le explicó a este diario el caso del Puente Pescadero, un lugar emblemático para la conectividad del municipio de Ituango pero también por la carga de violencia. “Ese puente era un cementerio porque cuando querían entrar los paramilitares, la guerrilla ya los esperaba y eran dos, tres días de combate y los muertos los tiraban al río”.
Las labores de búsqueda en este megaproyecto tienen una particularidad y es que deben ser subacuáticas, dado que los cementerios y zonas donde fueron enterrados los cuerpos que bajaban por el río Cauca fueron inundados. La dirección ambiental, social y de sostenibilidad de Hidroituango le dijo a El Espectador que “se han solicitado trabajos subacuáticos para verificar esas zonas para saber qué hay, qué se puede rescatar”.
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Para la abogada del Cajar el proceso más importante será conocer los resultados forenses de la audiencia del próximo 15 de diciembre porque les permitirá determinar la ruta a seguir en la búsqueda de desaparecidos. “Hay una expectativa gigante frente al resultado de esa prueba por la necesidad que tienen los familiares de poder saber si va a ser posible la búsqueda de los cuerpos en la zona inundada. Dependiendo del resultado, se irá estableciendo el resto de resultados y decisiones del cuándo, cómo, dónde”, señaló Mateus.