JEP le cierra sus puertas, por ahora, al exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez “Macaco”
Aunque la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas rechazó la solicitud de sometimiento en su calidad de excombatiente y dijo que sus delitos de narcotráfico no son competencia, le recordó que por haber financiado y auspiciado grupos armados podría tener cabida dentro de esta justicia en calidad de tercero civil, financiador del conflicto.
Colombia en Transición
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le volvió a cerrar sus puertas a otro exjefe paramilitar. Ya le había negado la solicitud de sometimiento a Rodrigo Tovar Pupo o Jorge 40 y hoy decidió rechazar a Carlos Mario Jiménez, conocido en la guerra como Macaco y quien comandó el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Esta justicia reiteró que el juez natural de los grupos de autodefensas es Justicia y Paz y, además, dijo que los delitos de narcotráfico no son su competencia.
"Si bien los miembros de los grupos paramilitares fueron actores del conflicto armado, no son destinatarios de la JEP. A propósito, la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz, en reiterados pronunciamientos a sostenido que: la falta de competencia de la JEP para conocer de las conductas cometidas en el marco del conflicto armado interno por integrantes de grupos paramilitares", dice la resolución. Entre sus argumentos están que no son grupos rebeldes, pues nunca estuvieron en contra del orden legal vigente, por el contrario, lo respaldaron.
Sin embargo, la Jurisdicción le dejó abierta una ventana: Macaco podría entrar a la JEP en calidad de tercero civil, es decir, como financiador o auspiciador de grupos armados, exclusivamente por las conductas que cometió entre 1990 y el primer semestre de 1996, cuando "conformó un pequeño grupo para su seguridad personal con los hermanos Virgues quienes eran comandantes de estructuras del Magdalena Medio". Por esta razón, la JEP no sólo asumió avocar su caso sino que también le pidió “suscribir un acta de sometimiento a la JEP, sin que esto signifique que será aceptado por la Jurisdicción Especial para la Paz”, reza la resolución de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.
(Lea también: La ventana para que los “paras” entren a la JEP)
De volver a tramitar su solicitud ante la JEP, Jiménez Naranjo tendrá que proponerle a la Sala un compromiso concreto, claro y programado respecto a su voluntad de contribuir a la realización de los derechos de las víctimas a la verdad plena, la reparación integral y la no repetición. Para ello tendrá un término de 20 días, a partir de la notificación.
De todas formas, la magistratura le dejó claro a Macaco, quien fue excluido de Justicia y Paz con el argumento de que habría vuelto a delinquir después de su desmovilización, que la JEP "no es un escenario de justicia transicional que pueda ser utilizado como una estrategia oportunista para evadir los procedimientos y sanciones de la justicia ordinaria".
Macaco llegó al país en julio del año pasado, luego de pagar una condena en Estados Unidos de 33 años de prisión por narcotráfico (de los cuales pasó 11 años privado de la libertad). Desde su arribo a Colombia ha manifestado su intención de someterse a esta justicia transicional con “el compromiso inamovible con la promoción de la reconciliación y la paz entre todos los colombianos, reparar a las víctimas, comparecer ante la Comisión de la Verdad y la Justicia Transicional y cooperar con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas”, según expresó en una carta a la opinión pública.
Apenas pisó suelo colombiano fue recapturado en el Aeropuerto El Dorado por orden de un fiscal especializado de Derechos Humanos, quien le imputará cerca de 100 hechos cometidos bajo su mando por integrantes del Bloque Central Bolivar de las Auc, en Risaralda, Putumayo, Santander, Caquetá y Antioquia.
(Puede interesarle: "Macaco" dice que quiere ingresar a la JEP)
Macaco se desmovilizó en 2005, en el proceso de reinserción de los paramilitares liderado por el expresidente Álvaro Uribe, y fue recluido en la cárcel de Itagüí. Sin embargo, en 2008, el Gobierno ordenó su extradición hacia los Estados Unidos y de otros doce jefes paramilitares por supuestamente incumplir sus compromisos con Justicia y Paz. Entre ellos, estaba Salvatore Mancuso; Juan Carlos El Tuso Sierra; Hernán Giraldo; Rodrigo Tovar Pupo o Jorge 40; Ramiro Vanoy Murillo o Cuco Vanoy; y Diego Fernando Murillo o Don Berna.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le volvió a cerrar sus puertas a otro exjefe paramilitar. Ya le había negado la solicitud de sometimiento a Rodrigo Tovar Pupo o Jorge 40 y hoy decidió rechazar a Carlos Mario Jiménez, conocido en la guerra como Macaco y quien comandó el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Esta justicia reiteró que el juez natural de los grupos de autodefensas es Justicia y Paz y, además, dijo que los delitos de narcotráfico no son su competencia.
"Si bien los miembros de los grupos paramilitares fueron actores del conflicto armado, no son destinatarios de la JEP. A propósito, la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz, en reiterados pronunciamientos a sostenido que: la falta de competencia de la JEP para conocer de las conductas cometidas en el marco del conflicto armado interno por integrantes de grupos paramilitares", dice la resolución. Entre sus argumentos están que no son grupos rebeldes, pues nunca estuvieron en contra del orden legal vigente, por el contrario, lo respaldaron.
Sin embargo, la Jurisdicción le dejó abierta una ventana: Macaco podría entrar a la JEP en calidad de tercero civil, es decir, como financiador o auspiciador de grupos armados, exclusivamente por las conductas que cometió entre 1990 y el primer semestre de 1996, cuando "conformó un pequeño grupo para su seguridad personal con los hermanos Virgues quienes eran comandantes de estructuras del Magdalena Medio". Por esta razón, la JEP no sólo asumió avocar su caso sino que también le pidió “suscribir un acta de sometimiento a la JEP, sin que esto signifique que será aceptado por la Jurisdicción Especial para la Paz”, reza la resolución de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.
(Lea también: La ventana para que los “paras” entren a la JEP)
De volver a tramitar su solicitud ante la JEP, Jiménez Naranjo tendrá que proponerle a la Sala un compromiso concreto, claro y programado respecto a su voluntad de contribuir a la realización de los derechos de las víctimas a la verdad plena, la reparación integral y la no repetición. Para ello tendrá un término de 20 días, a partir de la notificación.
De todas formas, la magistratura le dejó claro a Macaco, quien fue excluido de Justicia y Paz con el argumento de que habría vuelto a delinquir después de su desmovilización, que la JEP "no es un escenario de justicia transicional que pueda ser utilizado como una estrategia oportunista para evadir los procedimientos y sanciones de la justicia ordinaria".
Macaco llegó al país en julio del año pasado, luego de pagar una condena en Estados Unidos de 33 años de prisión por narcotráfico (de los cuales pasó 11 años privado de la libertad). Desde su arribo a Colombia ha manifestado su intención de someterse a esta justicia transicional con “el compromiso inamovible con la promoción de la reconciliación y la paz entre todos los colombianos, reparar a las víctimas, comparecer ante la Comisión de la Verdad y la Justicia Transicional y cooperar con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas”, según expresó en una carta a la opinión pública.
Apenas pisó suelo colombiano fue recapturado en el Aeropuerto El Dorado por orden de un fiscal especializado de Derechos Humanos, quien le imputará cerca de 100 hechos cometidos bajo su mando por integrantes del Bloque Central Bolivar de las Auc, en Risaralda, Putumayo, Santander, Caquetá y Antioquia.
(Puede interesarle: "Macaco" dice que quiere ingresar a la JEP)
Macaco se desmovilizó en 2005, en el proceso de reinserción de los paramilitares liderado por el expresidente Álvaro Uribe, y fue recluido en la cárcel de Itagüí. Sin embargo, en 2008, el Gobierno ordenó su extradición hacia los Estados Unidos y de otros doce jefes paramilitares por supuestamente incumplir sus compromisos con Justicia y Paz. Entre ellos, estaba Salvatore Mancuso; Juan Carlos El Tuso Sierra; Hernán Giraldo; Rodrigo Tovar Pupo o Jorge 40; Ramiro Vanoy Murillo o Cuco Vanoy; y Diego Fernando Murillo o Don Berna.