"Que devuelvan lo que les dieron por asesinar a nuestros hijos": Madres de Soacha
Este jueves las Madres de Soacha hacen observaciones sobre las versiones de militares involucrados en "falsos positivos" que se han dado en la Jurisdicción Especial para la Paz. Pidieron a la JEP que llame a otros 52 implicados civiles y militares, a los expresidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos y el general Fredy Padilla de León.
Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08
Por primera vez, desde que empezó a funcionar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se hará una audiencia dedicada solamente a escuchar a las víctimas de los llamados “falsos positivos”, el asesinato de civiles presentados como "bajas en combate" por integrantes del Ejército. Sin la presencia de los militares que están en el caso 003, que investiga estas ejecuciones extrajudiciales, los magistrados de la Sala de Reconocimiento escucharán este 17 de octubre, desde las 8 a.m., a las mujeres que conforman el colectivo Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá.
(Le puede interesar: Madres de Soacha escucharon a los militares implicados en Falsos Positivos)
Ellas no estarán frente a los magistrados para rendir una indagatoria o responder a sus preguntas. Al contrario, después de escuchar durante un mes las versiones voluntarias de los militares implicados en las muertes de sus familiares, estas mujeres les dirán a los magistrados sus observaciones. Es decir, les dirán si consideran que hay plena verdad en los testimonios que hasta ahora ha recibido la JEP, si hay contradicciones, si falta precisar hechos o información, si hay información nueva o si necesitan que se amplíe algún testimonio.
En esta audiencia, le pedirán a los magistrados que cite a comparecer al menos a otros 52 implicados civiles y militares que han sido mencionados en las versiones rendidas hasta hoy. Y adicionalmente que sean llamados los expresidentes Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos y el general Fredy Padilla de León, en razón de los cargos que ostentaban en el
momento de ocurridos estos crímenes, en 2007 y 2008.
Su participación se logró por la solicitud que hicieron en mayo de este año organizaciones defensoras de derechos humanos, para que las víctimas tuvieran la oportunidad de expresar sus dudas y participar en todas las fases del proceso en esta jurisdicción.
Las víctimas son el centro
De acuerdo con Jacqueline Castillo, representante de las Madres de Soacha, por fin se sienten escuchadas dentro de un proceso de investigación que durante once años estuvo en la justicia ordinaria. “En esas audiencias nos tocaba limitarnos a ir y respirar, no más. No podíamos decir nada porque ahí mismo nos sacaban. Y era de entender que nos saliéramos de nuestros cabales al ver a los tipos diciendo barbaridades y cómo mataron a nuestros familiares”, afirmó.
Ahora sienten que tienen un papel protagónico en la justicia transicional. “Además, le están dando importancia a lo que nosotros decimos para contrastarlo con los testimonios de los militares”, agregó Jaqueline.
Según Catalina Díaz, magistrada de la Sala de Reconocimiento, la secretaría ejecutiva de la JEP ha acompañado a estas mujeres con asistencia psicosocial en la revisión de las versiones voluntarias de los militares. Un equipo las ha apoyado en casos de quiebre emocional antes, durante y después de ver los videos. También hubo asesorías sobre qué es la JEP y las etapas del proceso.
La magistrada aseguró que esta audiencia está pensada para “honrar la centralidad de las víctimas que definió el acuerdo de paz con las Farc y que, de alguna manera, haya una retroalimentación a la JEP sobre esa garantía de participación”.
Hasta el momento, al caso 003 se han presentado 131 uniformados y se han dado 162 versiones voluntarias. La JEP les dio a las Madres de Soacha copias de las versiones que tuvieran relación con los casos de sus familiares. “Ellas tienen el derecho a ver el material completo, pero dado que las versiones duran entre 6 a 8 horas, hicimos una suerte de resúmenes de más o menos una hora por versión, sobre los asuntos que se consideraron más relevantes respecto a los hechos de Soacha”, explicó la magistrada Díaz.
Este proceso duró alrededor de un mes. Algunas de las mujeres iban a la JEP durante todo el día para escuchar las diligencias de los miembros de la Fuerza Pública. O, en la mayoría de los casos, se reunían dos días a la semana para revisar los videos junto con sus abogados.
(Lea: Así le hablaron las madres de Soacha al coronel Rincón Amado)
Además de las observaciones que presentarán las Madres de Soacha, según la magistrada Díaz, también podrán manifestar sus expectativas con respecto a las medidas de reparación y las penas alternativas que puedan recibir los militares que aporten con la verdad plena.
Al respecto, Jaqueline precisó que pedirán en la audiencia que los militares hagan un acto público donde les pidan perdón. “El coronel Jesús Amado Rincón aseguró en una de las versiones que su manera de reparar a las víctimas era dictando cátedras de derechos humanos. Eso es ridículo. Si tienen algo de arrepentimiento que entreguen las medallas y la plata que recibieron por los asesinatos. ¿No hay tristeza en ellos al pensar que con ese dinero alimentaron y educaron a su familia?”, sostuvo.
También le pedirán a los magistrados, que les exigan a los militares que no usen calificativos como "alias, delincuentes o vuelteros" para referirse a sus familiares, en honor al derecho a su buen nombre y dignidad, y para que dejen de justificar los crímenes con el uso de estas expresiones.
“No hemos visto arrepentimiento en sus caras”
Jacqueline estuvo durante todo un día escuchando las declaraciones del teniente coronel Álvaro Diego Tamayo Hoyos sobre el asesinato de su hermano, Jaime Castillo Peña, el 10 de agosto de 2008 en Bogotá.
Para esa época, Tamayo era el comandante del Batallón de Infantería No. 15. De acuerdo con los expedientes de la justicia ordinaria, el exmilitar habría participado directamente en la desaparición y posterior asesinato de los jóvenes de Soacha y Bogotá. Entre esos, el hermano de Jacqueline. También vio las versiones del coronel (r) Rincón Amado y el sargento Sandro Pérez.
“Algunos están aportando verdad”, señaló, “pero no es completa. Los altos mandos dicen que todo sucedió a sus espaldas, mientras que los rasos dicen que seguían órdenes”.
Jacqueline resaltó que durante las versiones que presenció no vio “ni cinco de arrepentimiento o dolor en sus caras”. Ni la intención de pedir perdón. Ella sostiene que la gran mayoría de los miembros de la Fuerza Pública que ha visto en la JEP hablan con cinismo, sin dar información nueva.
“De cincos casos de Soacha, Tamayo solo acepta uno, y por omisión. Él asegura que los sargentos le decían de los combates cuando ya habían asesinado a los muchachos y que él no hizo nada porque la presión era presentar más bajas en combate. Sin embargo, Tamayo ya estaba condenado, porque él era el que buscaba el dinero para comprar los pasajes de los jóvenes”, afirmó Jacqueline. “Él no está aportando la verdad”.
Jacqueline prefiere solo dar una parte de lo que dirán en la audiencia de la JEP. Sin embargo, en general, nos aseguró que hasta el momento no han visto una verdadera contribución a la verdad sobre las ejecuciones extrajudiciales de las que fueron víctimas sus familiares.
Dice ella que el principal reclamo que lanzarán en el auditorio es que estos crímenes fueron crímenes de Estado, no de guerra: “Ninguno de nuestros hermanos o hijos estaba en algún grupo armado, ni combatían con nadie. No tiene nada que ver con el conflicto armado que ha vivido Colombia”.
Vea acá la transmisión en vivo:
(Vea: "Tallar en madera ha sido una forma de sanar": Madres de Soacha)
Por primera vez, desde que empezó a funcionar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se hará una audiencia dedicada solamente a escuchar a las víctimas de los llamados “falsos positivos”, el asesinato de civiles presentados como "bajas en combate" por integrantes del Ejército. Sin la presencia de los militares que están en el caso 003, que investiga estas ejecuciones extrajudiciales, los magistrados de la Sala de Reconocimiento escucharán este 17 de octubre, desde las 8 a.m., a las mujeres que conforman el colectivo Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá.
(Le puede interesar: Madres de Soacha escucharon a los militares implicados en Falsos Positivos)
Ellas no estarán frente a los magistrados para rendir una indagatoria o responder a sus preguntas. Al contrario, después de escuchar durante un mes las versiones voluntarias de los militares implicados en las muertes de sus familiares, estas mujeres les dirán a los magistrados sus observaciones. Es decir, les dirán si consideran que hay plena verdad en los testimonios que hasta ahora ha recibido la JEP, si hay contradicciones, si falta precisar hechos o información, si hay información nueva o si necesitan que se amplíe algún testimonio.
En esta audiencia, le pedirán a los magistrados que cite a comparecer al menos a otros 52 implicados civiles y militares que han sido mencionados en las versiones rendidas hasta hoy. Y adicionalmente que sean llamados los expresidentes Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos y el general Fredy Padilla de León, en razón de los cargos que ostentaban en el
momento de ocurridos estos crímenes, en 2007 y 2008.
Su participación se logró por la solicitud que hicieron en mayo de este año organizaciones defensoras de derechos humanos, para que las víctimas tuvieran la oportunidad de expresar sus dudas y participar en todas las fases del proceso en esta jurisdicción.
Las víctimas son el centro
De acuerdo con Jacqueline Castillo, representante de las Madres de Soacha, por fin se sienten escuchadas dentro de un proceso de investigación que durante once años estuvo en la justicia ordinaria. “En esas audiencias nos tocaba limitarnos a ir y respirar, no más. No podíamos decir nada porque ahí mismo nos sacaban. Y era de entender que nos saliéramos de nuestros cabales al ver a los tipos diciendo barbaridades y cómo mataron a nuestros familiares”, afirmó.
Ahora sienten que tienen un papel protagónico en la justicia transicional. “Además, le están dando importancia a lo que nosotros decimos para contrastarlo con los testimonios de los militares”, agregó Jaqueline.
Según Catalina Díaz, magistrada de la Sala de Reconocimiento, la secretaría ejecutiva de la JEP ha acompañado a estas mujeres con asistencia psicosocial en la revisión de las versiones voluntarias de los militares. Un equipo las ha apoyado en casos de quiebre emocional antes, durante y después de ver los videos. También hubo asesorías sobre qué es la JEP y las etapas del proceso.
La magistrada aseguró que esta audiencia está pensada para “honrar la centralidad de las víctimas que definió el acuerdo de paz con las Farc y que, de alguna manera, haya una retroalimentación a la JEP sobre esa garantía de participación”.
Hasta el momento, al caso 003 se han presentado 131 uniformados y se han dado 162 versiones voluntarias. La JEP les dio a las Madres de Soacha copias de las versiones que tuvieran relación con los casos de sus familiares. “Ellas tienen el derecho a ver el material completo, pero dado que las versiones duran entre 6 a 8 horas, hicimos una suerte de resúmenes de más o menos una hora por versión, sobre los asuntos que se consideraron más relevantes respecto a los hechos de Soacha”, explicó la magistrada Díaz.
Este proceso duró alrededor de un mes. Algunas de las mujeres iban a la JEP durante todo el día para escuchar las diligencias de los miembros de la Fuerza Pública. O, en la mayoría de los casos, se reunían dos días a la semana para revisar los videos junto con sus abogados.
(Lea: Así le hablaron las madres de Soacha al coronel Rincón Amado)
Además de las observaciones que presentarán las Madres de Soacha, según la magistrada Díaz, también podrán manifestar sus expectativas con respecto a las medidas de reparación y las penas alternativas que puedan recibir los militares que aporten con la verdad plena.
Al respecto, Jaqueline precisó que pedirán en la audiencia que los militares hagan un acto público donde les pidan perdón. “El coronel Jesús Amado Rincón aseguró en una de las versiones que su manera de reparar a las víctimas era dictando cátedras de derechos humanos. Eso es ridículo. Si tienen algo de arrepentimiento que entreguen las medallas y la plata que recibieron por los asesinatos. ¿No hay tristeza en ellos al pensar que con ese dinero alimentaron y educaron a su familia?”, sostuvo.
También le pedirán a los magistrados, que les exigan a los militares que no usen calificativos como "alias, delincuentes o vuelteros" para referirse a sus familiares, en honor al derecho a su buen nombre y dignidad, y para que dejen de justificar los crímenes con el uso de estas expresiones.
“No hemos visto arrepentimiento en sus caras”
Jacqueline estuvo durante todo un día escuchando las declaraciones del teniente coronel Álvaro Diego Tamayo Hoyos sobre el asesinato de su hermano, Jaime Castillo Peña, el 10 de agosto de 2008 en Bogotá.
Para esa época, Tamayo era el comandante del Batallón de Infantería No. 15. De acuerdo con los expedientes de la justicia ordinaria, el exmilitar habría participado directamente en la desaparición y posterior asesinato de los jóvenes de Soacha y Bogotá. Entre esos, el hermano de Jacqueline. También vio las versiones del coronel (r) Rincón Amado y el sargento Sandro Pérez.
“Algunos están aportando verdad”, señaló, “pero no es completa. Los altos mandos dicen que todo sucedió a sus espaldas, mientras que los rasos dicen que seguían órdenes”.
Jacqueline resaltó que durante las versiones que presenció no vio “ni cinco de arrepentimiento o dolor en sus caras”. Ni la intención de pedir perdón. Ella sostiene que la gran mayoría de los miembros de la Fuerza Pública que ha visto en la JEP hablan con cinismo, sin dar información nueva.
“De cincos casos de Soacha, Tamayo solo acepta uno, y por omisión. Él asegura que los sargentos le decían de los combates cuando ya habían asesinado a los muchachos y que él no hizo nada porque la presión era presentar más bajas en combate. Sin embargo, Tamayo ya estaba condenado, porque él era el que buscaba el dinero para comprar los pasajes de los jóvenes”, afirmó Jacqueline. “Él no está aportando la verdad”.
Jacqueline prefiere solo dar una parte de lo que dirán en la audiencia de la JEP. Sin embargo, en general, nos aseguró que hasta el momento no han visto una verdadera contribución a la verdad sobre las ejecuciones extrajudiciales de las que fueron víctimas sus familiares.
Dice ella que el principal reclamo que lanzarán en el auditorio es que estos crímenes fueron crímenes de Estado, no de guerra: “Ninguno de nuestros hermanos o hijos estaba en algún grupo armado, ni combatían con nadie. No tiene nada que ver con el conflicto armado que ha vivido Colombia”.
Vea acá la transmisión en vivo:
(Vea: "Tallar en madera ha sido una forma de sanar": Madres de Soacha)