“Salvador Arana no va a decir la verdad”: hijo del exalcalde de El Roble
Juan David Díaz, hijo de Eudaldo Díaz, asesinado y desaparecido por orden del exgobernador de Sucre, rechaza el sometimiento de Arana a la Jurisdicción Especial para la Paz. Dice que en 17 años se ha negado a contar todo lo que sabe, y que ir a la JEP es una burla a las víctimas.
Beatriz Valdés Correa - @beatrijelena
Después de que la Jurisdicción Especial para la Paz aceptara el sometimiento del exgobernador de Sucre Salvador Arana Sus, condenado a 40 años de cárcel por la Corte Suprema de Justicia por la desaparición forzada y el asesinato de Eudaldo Díaz, exalcalde de El Roble (Sucre), la familia Díaz sintió que regresaba al 10 de abril de 2003, cuando encontraron el cuerpo del exmandatario.
Para entonces, Juan David Díaz, hijo del exmandatario y defensor de derechos humanos, era un joven estudiante de medicina que regresó a El Roble para acompañar a su madre en la incertidumbre. Díaz dice que vuelven a ese momento porque no se sienten seguros, a pesar de que la Corte Suprema de Justicia declaró que hay un conflicto de competencias con la JEP y solo la Corte Constitucional dirá quién va a juzgar a Arana. En entrevista con este medio, Díaz dijo que llevan 17 años esperando que Arana reconozca su responsabilidad en el crimen de su padre y que pida perdón. Sin embargo, creen que esto no sucederá y que su ingreso a la JEP lo hace para ganar beneficios y regresar a la política.
(Lea también: Corte Suprema se opone a entrada de un “paramilitar puro” a la JEP y advierte de posible “fraude”)
¿Cómo vivieron el asesinato de su padre?
Fue terrible. Mi papá duró cinco días desaparecido, desde el 5 de abril al 10 de abril de 2003, por eso el delito de desaparición forzada. Cuando encontraron el cadáver, inmediatamente llamaron a la casa, al teléfono fijo, y dijeron que si me ponía a investigar, me iban a asesinar. Que me daban 24 horas para irme del departamento. Mis tías se fueron para el exilio. Y nos han hecho todo tipo de persecuciones jurídicas. Cuando no lograron asesinarme y pudimos tener esquema de seguridad, procedieron a hacer justificaciones. Al principio, los paramilitares negaron el crimen, después cuando entraron a Justicia y Paz empezaron a decir que sí lo habían matado, pero que mi papá era miembro de la organización, que nosotros los familiares también teníamos relación con ellos, para mostrar el caso como si hubiera sido un ajuste de cuentas. Antes habían dicho que mi papá era guerrillero, pero ellos no podían probarlo.
¿En qué momento empezaron sus denuncias contra Salvador Arana?
Empezamos desde el mismo momento en que mataron a mi papá. Mis tías se exiliaron y desde allá comenzaron a hacer las denuncias. A mis tías se les acabó la vida. Son 17 años y esta decisión nos devuelve a cero.
¿Cómo fue para ustedes el proceso cuando a Salvador Arana lo vincularon judicialmente al caso?
Él siempre lo negó todo. Yo no he visto la carta a la JEP, no sé qué está aceptando, lo que sé es que dijo que va a decir algo sobre el crimen del alcalde de El Roble que no se conocía, pero no ha dicho que es responsable. Nada de raro tendría que si lo aceptan, vaya a decir que se enteró por terceras personas y que no tiene nada que ver. Siempre lo ha dicho. La JEP a nosotros no nos consultó, tomaron la decisión sin tener en cuenta a las víctimas. Muchas víctimas de Salvador Arana son campesinos por su acción y por su omisión en las masacres, por ejemplo.
(Le puede interesar: JEP confirma en segunda instancia el sometimiento de exsenador Musa Besaile)
Ustedes han dicho que lo que esperan es que diga la verdad, pero dice que son 17 años negándola. ¿Cree que esto cambie?
Cuando Salvador Arana dijo: "voy a decir la verdad", nosotros nos alegramos y dijimos: “aceptemos que entre, porque va a decir la verdad y por fin la van a saber tantas víctimas”. Pero a los pocos días de eso él dijo: “no tengo cómo reparar a las víctimas”. ¿Qué piensas tú? Lo que piensas es que esta familia está detrás de la plata, pero no. Nosotros conocemos a Salvador Arana. ¿Por qué en Justicia y Paz, si tuvo la oportunidad de hablar, no lo hizo? Porque sabía que si entraba a Justicia y Paz tenía que hablar de sus nexos y entregar los recursos que obtuvo con eso, que fueron muchos. Él prefirió comerse esa condena porque confiaba en que todos los paramilitares, que eran sus subalternos, declararan que él no tuvo nada que ver y al final fallaran a favor de él. Pero lo condenan y se queda en la misma posición por no entregar el dinero. Ahora, cuando él dice que no tiene cómo, entendemos que va por el mismo camino, es decir, que no va a decir ninguna verdad porque lo hubiera dicho en Justicia y Paz para salir libre. Se va a burlar de las víctimas.
¿Para usted cómo podría haber justicia en el caso de su padre?
Salvador Arana tiene 10 años detenido y cárcel es cárcel, eso no es fácil. Si él hubiera dicho la verdad, si tuviera el deseo de contarles a las víctimas del departamento lo que pasó, para nosotros esa hubiera sido la justicia.
¿Qué consecuencias ha traído para ustedes que no haya aceptado ese crimen?
Nosotros nos hemos sentido revictimizados porque pasamos a ser los malos. Él empleó mucha gente aquí, y estos, a su vez, a otros, entonces hay mucha gente agradecida por el puesto. Nos estigmatizaban, nos señalaban, nos decían que éramos los culpables de que el doctor Arana estuviera preso, porque él era un buen hombre. Pasamos a salir debiendo. Y si él dijera toda la verdad, eso no pasaría más. Pero lo que quiere es recuperar el poder político. Y nos tocará irnos.
Habría justicia si reparara a las víctimas, a la gente humilde que él con sus acciones y omisiones dejó sin padres, a las mujeres viudas, esa gente perdió sus tierritas y tendría que recuperar lo que le quitaron, y tener una vida digna. Una reparación integral, que requiere pedir perdón con el corazón, actos simbólicos, que muestre que está arrepentido y lo que quiere es dedicarse a sus hijos y a su familia, que es que lo nosotros pensábamos que quería.
En caso de que Salvador Arana quede en la JEP, ¿se acreditarán cómo víctimas ante la jurisdicción?
Vamos a esperar la respuesta de la Corte Constitucional. Y si la Corte no deja el caso en la Corte Suprema de Justicia, buscaríamos la manera de irnos a una instancia internacional antes que acreditarnos como víctimas. Pero tememos por nuestras vidas, porque esta situación nos confronta con Salvador Arana, que ya no tiene nada que perder.
Después de que la Jurisdicción Especial para la Paz aceptara el sometimiento del exgobernador de Sucre Salvador Arana Sus, condenado a 40 años de cárcel por la Corte Suprema de Justicia por la desaparición forzada y el asesinato de Eudaldo Díaz, exalcalde de El Roble (Sucre), la familia Díaz sintió que regresaba al 10 de abril de 2003, cuando encontraron el cuerpo del exmandatario.
Para entonces, Juan David Díaz, hijo del exmandatario y defensor de derechos humanos, era un joven estudiante de medicina que regresó a El Roble para acompañar a su madre en la incertidumbre. Díaz dice que vuelven a ese momento porque no se sienten seguros, a pesar de que la Corte Suprema de Justicia declaró que hay un conflicto de competencias con la JEP y solo la Corte Constitucional dirá quién va a juzgar a Arana. En entrevista con este medio, Díaz dijo que llevan 17 años esperando que Arana reconozca su responsabilidad en el crimen de su padre y que pida perdón. Sin embargo, creen que esto no sucederá y que su ingreso a la JEP lo hace para ganar beneficios y regresar a la política.
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¿Cómo vivieron el asesinato de su padre?
Fue terrible. Mi papá duró cinco días desaparecido, desde el 5 de abril al 10 de abril de 2003, por eso el delito de desaparición forzada. Cuando encontraron el cadáver, inmediatamente llamaron a la casa, al teléfono fijo, y dijeron que si me ponía a investigar, me iban a asesinar. Que me daban 24 horas para irme del departamento. Mis tías se fueron para el exilio. Y nos han hecho todo tipo de persecuciones jurídicas. Cuando no lograron asesinarme y pudimos tener esquema de seguridad, procedieron a hacer justificaciones. Al principio, los paramilitares negaron el crimen, después cuando entraron a Justicia y Paz empezaron a decir que sí lo habían matado, pero que mi papá era miembro de la organización, que nosotros los familiares también teníamos relación con ellos, para mostrar el caso como si hubiera sido un ajuste de cuentas. Antes habían dicho que mi papá era guerrillero, pero ellos no podían probarlo.
¿En qué momento empezaron sus denuncias contra Salvador Arana?
Empezamos desde el mismo momento en que mataron a mi papá. Mis tías se exiliaron y desde allá comenzaron a hacer las denuncias. A mis tías se les acabó la vida. Son 17 años y esta decisión nos devuelve a cero.
¿Cómo fue para ustedes el proceso cuando a Salvador Arana lo vincularon judicialmente al caso?
Él siempre lo negó todo. Yo no he visto la carta a la JEP, no sé qué está aceptando, lo que sé es que dijo que va a decir algo sobre el crimen del alcalde de El Roble que no se conocía, pero no ha dicho que es responsable. Nada de raro tendría que si lo aceptan, vaya a decir que se enteró por terceras personas y que no tiene nada que ver. Siempre lo ha dicho. La JEP a nosotros no nos consultó, tomaron la decisión sin tener en cuenta a las víctimas. Muchas víctimas de Salvador Arana son campesinos por su acción y por su omisión en las masacres, por ejemplo.
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Ustedes han dicho que lo que esperan es que diga la verdad, pero dice que son 17 años negándola. ¿Cree que esto cambie?
Cuando Salvador Arana dijo: "voy a decir la verdad", nosotros nos alegramos y dijimos: “aceptemos que entre, porque va a decir la verdad y por fin la van a saber tantas víctimas”. Pero a los pocos días de eso él dijo: “no tengo cómo reparar a las víctimas”. ¿Qué piensas tú? Lo que piensas es que esta familia está detrás de la plata, pero no. Nosotros conocemos a Salvador Arana. ¿Por qué en Justicia y Paz, si tuvo la oportunidad de hablar, no lo hizo? Porque sabía que si entraba a Justicia y Paz tenía que hablar de sus nexos y entregar los recursos que obtuvo con eso, que fueron muchos. Él prefirió comerse esa condena porque confiaba en que todos los paramilitares, que eran sus subalternos, declararan que él no tuvo nada que ver y al final fallaran a favor de él. Pero lo condenan y se queda en la misma posición por no entregar el dinero. Ahora, cuando él dice que no tiene cómo, entendemos que va por el mismo camino, es decir, que no va a decir ninguna verdad porque lo hubiera dicho en Justicia y Paz para salir libre. Se va a burlar de las víctimas.
¿Para usted cómo podría haber justicia en el caso de su padre?
Salvador Arana tiene 10 años detenido y cárcel es cárcel, eso no es fácil. Si él hubiera dicho la verdad, si tuviera el deseo de contarles a las víctimas del departamento lo que pasó, para nosotros esa hubiera sido la justicia.
¿Qué consecuencias ha traído para ustedes que no haya aceptado ese crimen?
Nosotros nos hemos sentido revictimizados porque pasamos a ser los malos. Él empleó mucha gente aquí, y estos, a su vez, a otros, entonces hay mucha gente agradecida por el puesto. Nos estigmatizaban, nos señalaban, nos decían que éramos los culpables de que el doctor Arana estuviera preso, porque él era un buen hombre. Pasamos a salir debiendo. Y si él dijera toda la verdad, eso no pasaría más. Pero lo que quiere es recuperar el poder político. Y nos tocará irnos.
Habría justicia si reparara a las víctimas, a la gente humilde que él con sus acciones y omisiones dejó sin padres, a las mujeres viudas, esa gente perdió sus tierritas y tendría que recuperar lo que le quitaron, y tener una vida digna. Una reparación integral, que requiere pedir perdón con el corazón, actos simbólicos, que muestre que está arrepentido y lo que quiere es dedicarse a sus hijos y a su familia, que es que lo nosotros pensábamos que quería.
En caso de que Salvador Arana quede en la JEP, ¿se acreditarán cómo víctimas ante la jurisdicción?
Vamos a esperar la respuesta de la Corte Constitucional. Y si la Corte no deja el caso en la Corte Suprema de Justicia, buscaríamos la manera de irnos a una instancia internacional antes que acreditarnos como víctimas. Pero tememos por nuestras vidas, porque esta situación nos confronta con Salvador Arana, que ya no tiene nada que perder.