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Este jueves, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) anunció que aceptó el sometimiento ante ese tribunal de justicia transicional del exjefe de la guerrilla de las FARC Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda, conocido en la guerra como Simón Trinidad.
LA JEP reconoció que Trinidad tiene cinco procesos penales en los que se encuentra procesado o acusado en Colombia, pero le solicitó a la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de esa jurisdicción que recabe información adicional sobre otros 116 procesos penales y analice el estado en el que se encuentran las actuaciones en su contra.
Ese tribunal también aclaró no estudiará dos casos en los que el exguerrillero fue absuelto por la justicia ordinaria: el secuestro de la dirigente política Consuelo González de Perdomo, ocurrido en septiembre de 2001, y el ataque a un vehículo perteneciente a la administración municipal de Gigante, Huila.
El exguerrillero está siendo procesado en Colombia por terrorismo, homicidio, desplazamiento y desaparición forzada; narcotráfico, utilización de medios y métodos de guerra ilícitos; destrucción y apropiación de bienes protegidos; apoderamiento de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo, secuestro extorsivo y rebelión, entre otros hechos delictivos cometidos durante el conflicto armado.
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Antes de ingresar a las filas de la guerrilla, Palmera fue un reconocido economista y profesor de la Universidad Popular del Cesar, gerente de banco y miembro de una prestante familia en Valledupar. Durante los más de 20 años de militancia en la guerrilla, participó en operaciones de secuestro contra ganaderos y comerciantes. Rápidamente, ascendió dentro de ese grupo armado, donde llegó a ser uno de los jefes del Bloque Caribe de las extintas FARC.
En esa condición, llegó a formar parte del Comité Temático y luego negociador en los diálogos de paz del Caguán que adelantó el gobierno de Andrés Pastrana entre finales de 1998 y comienzos del 2002. Con el rompimiento de la negociación, Trinidad se desplazó hacia el sur del país. A finales de 2003, fue encargado por el secretariado de las FARC para tener contactos con enviados del gobierno de Álvaro Uribe en Quito (Ecuador), explorando una posibilidad de diálogos.
En desarrollo de esa misión, fue capturado el 2 de enero de 2004 y en noviembre de ese año fue extraditado a Estados Unidos, donde cumple una pena de 60 años de prisión —de los cuales lleva 19— por toma de rehenes en el caso del atentado contra un avión y el secuestro de tres de sus ocupantes: los contratistas estadounidenses Keith Stansell, Thomas Howes y Marc Gonsalves.
Los tres estadounidenses fueron rescatados en julio de 2008 durante la llamada Operación Jaque.
A inicios de los diálogos del Acuerdo de Paz de 2016, la delegación de las antiguas FARC puso el nombre de Trinidad sobre la mesa para que las autoridades gestionaran su regreso a Colombia y, de hecho, fue nombrado como uno de los negociadores de la mesa que se abrió en octubre de 2012 en Oslo, Noruega.
La figura de Trinidad apareció varias veces a la entrada del Palacio de las Convenciones, en La Habana (Cuba) donde se desarrollaron las negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos. Sus compañeros en la mesa de diálogo instalaron un dummie con su figura durante las ruedas de prensa que convocaban al inicio de cada jornada de negociación.
Además: “Simón Trinidad” niega haber participado en el secretariado y siete secuestros
La primera vez que instalaron el dummie fue en noviembre de 2012, cuando los delegados de las FARC leyeron un comunicado en el que pedían al entonces presidente de EE. UU., Barack Obama, que, en el “uso de su facultad para indultar”, le diera la libertad a Simón Trinidad para que pudiera estar presente en los diálogos de paz en la isla.
La petición de la presencia Trinidad en la mesa fue un constante reclamo de la delegación de las FARC y en algún punto estuvo respaldada por el entonces presidente Juan Manuel Santos. “Si es parte importante para que logremos a paz no tengo ningún problema en hacerlo y si Estados Unidos está de acuerdo eso podrá suceder, pero en este momento no tenemos nada adelantado”, dijo Santos en su momento.
Pero eso nunca ocurrió. El Gobierno de Estados Unidos ha rechazado en varias oportunidades las peticiones para que Trinidad vuelva a Colombia y no ha considerado su indulto. “Nosotros no somos parte del proceso (de paz). Solo anotaría que Trinidad está preso y lo seguirá estando”, dijo en 2012 al diario EL TIEMPO Ricardo Zúñiga, entonces asesor para América Latina en la Casa Blanca (hoy subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos).
A pesar de que el proceso de paz con la antigua guerrilla de las FARC terminó con la firma del Acuerdo Final, ello no significó el regreso de Trinidad a Colombia.
Fuentes cercanas a la JEP explicaron a Colombia+20 que las autoridades judiciales de Estados Unidos no consideran la posibilidad de excarcelación o repatriación del jefe guerrillero. “El poder judicial de ese país no asume la juridicidad de la JEP, pero aun con ello esta decisión de ese tribunal si abre una posibilidad enorme para que pueda volver a Colombia”, afirman.
Simón Trinidad fue citado a declarar en la JEP en 2022. La Sala de Reconocimiento de Verdad lo citó junto a 51 ex-Farc más para que rindan versión voluntaria en el macrocaso que busca esclarecer uno de los crímenes cometidos a mayor escala por la extinta guerrilla de las Farc: el secuestro. Este es uno de los macrocasos más adelantados por la jurisdicción.
Trinidad ha pedido varias veces ser acogido por la JEP. La última de sus cartas fechada el pasado 15 de julio de 2023 —pero que solo se conoció el 27 de julio—, y que iba dirigida al canciller Álvaro Leyva donde pidió pista en la política de Paz Total de Gustavo Petro.
En ella, el exjefe guerrillero decía que la JEP garantiza a las víctimas el derecho a la verdad y que su relato podría contribuir a ello. “He buscado comparecer ante La JEP, entendiendo que en nuestro país existe un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”, dice Trinidad en su misiva.
Y agregaba: “Señor Canciller, la celeridad también es necesaria en términos de la justicia, por lo cual considero que usted, como ministro de Relaciones Exteriores y Paz, es la instancia que puede generar los canales entre La JEP y las autoridades de justicia de los Estados Unidos de Norteamérica en torno a mi presencia en la JEP”, dice la carta del exjefe guerrillero.
En contexto: El extraditado Simón Trinidad pide pista en la paz total de Gustavo Petro
Esa solicitud de Simón Trinidad se conoció día después de que el Gobierno anunciara que activará todos los mecanismos necesarios para que el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso sea extraditado a Colombia, después de ser designado como gestor de paz por el propio presidente Gustavo Petro.
A inicio de este mes, la JEP le envió una carta al Departamento de Justicia de los Estados Unidos en la que insiste en interrogar al exjefe guerrillero. “El señor Palmera Pineda es un exintegrante de la estima guerrilla de las FARC y está actualmente recluido en la Penitenciaria Administrativa de Máxima Seguridad en Florence, Colorado. En la carta rogatoria solicité específicamente por asistencia judicial para permitir dar su versión voluntaria a esta jurisdicción a través de medios virtuales (la plataforma Teams usada por esta jurisdicción). Alternativamente, si fuera más fácil, podría ser también presencialmente, como sea determinado por los Estados Unidos”, decía la carta del tribunal.
A inicio de este mes, el nombre de Trinidad volvió a sonar porque la disidencia de las antiguas FARC autodenominadas como Estado Mayor Central (EMC) propuso que el exjefe guerrillero fuera parte de las negociaciones que ese grupo armado adelanta con el Gobierno Petro, y cuya mesa de negociaciones se instalará el próximo 8 de octubre.