Unidad de Búsqueda entrega cuerpo de joven reclutado hace 16 años
Néstor fue reclutado de manera forzada por un grupo armado en Guaviare. La Fiscalía exhumó su cuerpo en 2017 y en marzo de este año la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos lo entregó de manera digna a su madre.
Luego de 16 años de incertidumbre, Rosario Parra Martínez* pudo enterrar y despedir de manera digna a su tercer hijo, Néstor*. A pesar de preguntar por él en todas las entidades del Guaviare, región que la acogió a ella y sus hijos luego del desplazamiento forzado, ninguna autoridad le dio razón. Incluso, diez años después de su desaparición, le notificaron que la investigación no avanzaría más pues se consideró que su hijo se había vinculado voluntariamente al grupo armado.
(Le puede interesar: Diego Chica: el primer cuerpo que entrega la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos)
Rosario recuerda ese día de 2004: “Yo estaba trabajando cuando en ese momento llegó mi compañero. Me dijo que él estaba en la casa con los niños y que llegó un hombre en una moto roja y se puso a hablar con Néstor. Ahí fue cuando se lo llevaron”, le contó a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos (UBPD). Él tenía 17 años.
Para ese momento, ella ya estaba buscando a dos familiares más, su hermano y su hijo mayor, desaparecidos también en medio de la violencia, luego de que fueron desplazados de su territorio a finales de los noventa.
“Yo empecé por los lugares a los que a Néstor le gustaba irse a bañar, luego fui al hospital, a las morgues y finalmente empecé a acercarme a los grupos armados como si fuera conocida para tratar de sacar información. Pero luego me di cuenta de que ellos sabían quién era yo y antes hablaban conmigo para ver qué tanto estaba preguntando”, agregó.
Ella pudo asumir la búsqueda de sus tres familiares directamente por el apoyo de su familia y compañero, a pesar de que el sostenimiento de la casa era difícil solo a través de la venta ambulante. Tres años después de la desaparición de su tercer hijo, luego de no tener resultados, decidió reportarlo a las autoridades. También se vinculó a la Asociación de Víctimas del Guaviare (Asovig), un colectivo con el que pudo adelantar su proceso de búsqueda y apoyar el de otras mujeres.
(Lea también: El sufrimiento de quienes han vivido la desaparición forzada)
Solo hasta 2017 tuvo las primeras respuestas. La Fiscalía le informó que el cuerpo de Néstor había sido hallado como no identificado en un cementerio de Soacha, que estaba allí enterrado desde 2009. Con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) se coordinó la entrega del cuerpo de Néstor para el 14 de marzo de 2020. A esa entrega pudieron asistir todos los integrantes de la familia y cerrar el duelo que los mantenía en el dolor desde hace 16 años.
El proceso de entrega digna duró tres días y durante este tiempo la UBPD llevó a cabo una actividad de fortalecimiento mediante la cual los familiares y los integrantes de Asovig pudieron resolver sus inquietudes acerca del proceso de identificación humana.
(Vea: Víctimas invitan a columnistas a rechazar la desaparición forzada en Colombia)
Para ella, la búsqueda no se detiene, pues aunque recuperó a Nestor, aún está a la espera de conocer qué les ocurrió a su hermano y a su primer hijo. La entrega digna de Nestor, sin embargo, la llena de esperanza para continuar con su búsqueda y apoyar a las demás personas que a la fecha no han tenido respuesta.
*Los nombres fueron modificados por motivos de seguridad.
Luego de 16 años de incertidumbre, Rosario Parra Martínez* pudo enterrar y despedir de manera digna a su tercer hijo, Néstor*. A pesar de preguntar por él en todas las entidades del Guaviare, región que la acogió a ella y sus hijos luego del desplazamiento forzado, ninguna autoridad le dio razón. Incluso, diez años después de su desaparición, le notificaron que la investigación no avanzaría más pues se consideró que su hijo se había vinculado voluntariamente al grupo armado.
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Rosario recuerda ese día de 2004: “Yo estaba trabajando cuando en ese momento llegó mi compañero. Me dijo que él estaba en la casa con los niños y que llegó un hombre en una moto roja y se puso a hablar con Néstor. Ahí fue cuando se lo llevaron”, le contó a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos (UBPD). Él tenía 17 años.
Para ese momento, ella ya estaba buscando a dos familiares más, su hermano y su hijo mayor, desaparecidos también en medio de la violencia, luego de que fueron desplazados de su territorio a finales de los noventa.
“Yo empecé por los lugares a los que a Néstor le gustaba irse a bañar, luego fui al hospital, a las morgues y finalmente empecé a acercarme a los grupos armados como si fuera conocida para tratar de sacar información. Pero luego me di cuenta de que ellos sabían quién era yo y antes hablaban conmigo para ver qué tanto estaba preguntando”, agregó.
Ella pudo asumir la búsqueda de sus tres familiares directamente por el apoyo de su familia y compañero, a pesar de que el sostenimiento de la casa era difícil solo a través de la venta ambulante. Tres años después de la desaparición de su tercer hijo, luego de no tener resultados, decidió reportarlo a las autoridades. También se vinculó a la Asociación de Víctimas del Guaviare (Asovig), un colectivo con el que pudo adelantar su proceso de búsqueda y apoyar el de otras mujeres.
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Solo hasta 2017 tuvo las primeras respuestas. La Fiscalía le informó que el cuerpo de Néstor había sido hallado como no identificado en un cementerio de Soacha, que estaba allí enterrado desde 2009. Con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) se coordinó la entrega del cuerpo de Néstor para el 14 de marzo de 2020. A esa entrega pudieron asistir todos los integrantes de la familia y cerrar el duelo que los mantenía en el dolor desde hace 16 años.
El proceso de entrega digna duró tres días y durante este tiempo la UBPD llevó a cabo una actividad de fortalecimiento mediante la cual los familiares y los integrantes de Asovig pudieron resolver sus inquietudes acerca del proceso de identificación humana.
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Para ella, la búsqueda no se detiene, pues aunque recuperó a Nestor, aún está a la espera de conocer qué les ocurrió a su hermano y a su primer hijo. La entrega digna de Nestor, sin embargo, la llena de esperanza para continuar con su búsqueda y apoyar a las demás personas que a la fecha no han tenido respuesta.
*Los nombres fueron modificados por motivos de seguridad.