Verdad y participación: las peticiones de Pastora Mira
La líder de víctimas recalcó en la importancia de que las víctimas puedan participar en los procesos de la Justicia Especial para la Paz y de atenderlas teniendo en cuenta las particularidades de cada región.
Colombia2020/ @EEColombia2020
Pastora Mira padeció la violencia en San Carlos (Antioquia), un municipio tristemente recordado por ser escenario de 33 masacres, entre otros episodios de barbarie. Mira vio caer asesinados a su padre, un esposo y dos de sus hijos. Aparte del dolor, esos episodios devinieron en el liderazgo de ella como víctima del conflicto armado, por eso, pide de cara a la Justicia Especial para la Paz, que se pactó en La Habana y se modificó en el Congreso, que quienes padecieron directamente la guerra puedan participar y conozcan la verdad.
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“Necesitamos que se nos garantice un escenario de participación a través de diálogos amplios para participar efectivamente en los procesos judiciales”, afirmó. Así como recordó la experiencia de la ley de Justicia y Paz, mediante la cual se llevó a cabo la desmovilización parcial de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en medio de la cual las víctimas tuvieron muchos problemas logísticos y económicos para llegar a las audiencias en las que eran juzgados los comandantes de las AUC. Luego de insistir, lograron que las audiencias de los jefes paramilitares se retransmitieran por medios electrónicos a los que tenían acceso las víctimas.
“La mayoría de las víctimas somos las personas más humildes”, enfatizó Mira con el fin de que al momento de establecer la manera de participar se tengan en cuenta las particularidades de las regiones que fueron más afectadas por el conflicto armado.
A pesar del logro de poder participar en las audiencias de los jefes paramilitares, las víctimas no se sienten satisfechas con los resultados de la ley de Justicia y Paz. “Esos sinsabores, poquitica verdad y un mínimo de justicia, no los debemos repetir”, puntualizó.
Entre las propuestas de Mira está el tratamiento psicológico de las víctimas. Gracias a su trabajo con esta población y a su propia experiencia se atrevió a afirmar que la hoja de ruta para tratar los traumas debe hacerse con enfoque territorial: “hay lugares en los que son efectivos los psicólogos, pero hay otros en los que será más efectivo el componente psicoespiritual”, recalcó.
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En su intervención, en medio del encuentro Lecciones para instalar una Justicia Especial de Colombia2020, Mira enfatizó en la necesidad de verdad para los familiares de los desparecidos. Recordó cómo en algunos lugares se normalizó el hecho de que no aparecieran los cuerpos de las personas que los grupos armados se llevaban. “Todos tenemos derecho a cerrar el ciclo de la vida”, recalcó. Así mismo, recordó a las madres de la Comuna 13 de Medellín que desde casi hace una década buscan a sus hijos desaparecidos durante los años en que la fuerza pública y los paramilitares del Bloque Cacique Nutibara instauraron el terror.
Otro tema al que Mira se refirió para que el país conozca la verdad es a los archivos clasificado. De estos dijo que tenían que ser de público conocimiento para que sirvan también como insumos de la construcción de memoria.
Las palabras de Mira son el pedido de esclarecer quién, cómo, por qué y para qué se hizo la guerra en Colombia. En sus palabras: “Si nunca nos queda claro por dónde entró el ventarrón y cuál era el interés será muy difícil”.
Vea también: ¿Cuáles son los retos que afrontará el sistema de justicia transicional?
Pastora Mira padeció la violencia en San Carlos (Antioquia), un municipio tristemente recordado por ser escenario de 33 masacres, entre otros episodios de barbarie. Mira vio caer asesinados a su padre, un esposo y dos de sus hijos. Aparte del dolor, esos episodios devinieron en el liderazgo de ella como víctima del conflicto armado, por eso, pide de cara a la Justicia Especial para la Paz, que se pactó en La Habana y se modificó en el Congreso, que quienes padecieron directamente la guerra puedan participar y conozcan la verdad.
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“Necesitamos que se nos garantice un escenario de participación a través de diálogos amplios para participar efectivamente en los procesos judiciales”, afirmó. Así como recordó la experiencia de la ley de Justicia y Paz, mediante la cual se llevó a cabo la desmovilización parcial de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en medio de la cual las víctimas tuvieron muchos problemas logísticos y económicos para llegar a las audiencias en las que eran juzgados los comandantes de las AUC. Luego de insistir, lograron que las audiencias de los jefes paramilitares se retransmitieran por medios electrónicos a los que tenían acceso las víctimas.
“La mayoría de las víctimas somos las personas más humildes”, enfatizó Mira con el fin de que al momento de establecer la manera de participar se tengan en cuenta las particularidades de las regiones que fueron más afectadas por el conflicto armado.
A pesar del logro de poder participar en las audiencias de los jefes paramilitares, las víctimas no se sienten satisfechas con los resultados de la ley de Justicia y Paz. “Esos sinsabores, poquitica verdad y un mínimo de justicia, no los debemos repetir”, puntualizó.
Entre las propuestas de Mira está el tratamiento psicológico de las víctimas. Gracias a su trabajo con esta población y a su propia experiencia se atrevió a afirmar que la hoja de ruta para tratar los traumas debe hacerse con enfoque territorial: “hay lugares en los que son efectivos los psicólogos, pero hay otros en los que será más efectivo el componente psicoespiritual”, recalcó.
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