El café de exFarc y víctimas del Tolima que quiere conquistar el mercado mundial
Luego de seis meses de trabajo, la asociación Esperanza y Paz de Icononzo (Tolima) consiguió el registro Invima con el que podrán comercializar y exportar su café. Excombatientes de la antigua guerrilla de las Farc y víctimas del conflicto armado de la zona conforman esta asociación.
Silvia Corredor Rodríguez
Un grupo de 20 excombatientes y 16 habitantes de la vereda Los Balcones en Icononzo (Tolima) se juntaron en 2019 para crear la asociación ‘Esperanza y Paz’, enfocada en sacar adelante un proyecto productivo de café, en las montañas del Tolima, que lleva su mismo nombre.
Tres años después de crear su proyecto lograron obtener registro sanitario del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para comercializarlo a nivel nacional e internacional con una calidad premium y con sabores como vainilla, limón, frambuesa y coco.
Alfredo Lombana, presidente de ‘Esperanza y Paz’, también habló con este diario y explicó lo que para él y sus compañeros de la asociación significa este registro Invima. “Es una satisfacción muy grande porque unidos podremos gestionar proyectos, crear un negocio más grande de café no de un solo campesino sino de toda la región”.
Navegue el especial: Las excombatientes que lideran la reincorporación
Lombana hace parte del grupo de 20 firmantes de paz que se establecieron en la nueva área de reincirporación (NAR) de esta vereda, luego de salir al antiguo ETCR La Fila en el mismo municipio de Icononzo. Junto a 26 familias cafeteras de las veredas, muchas de ellas víctimas del conflicto, han logrado consolidar no solo un proyecto sostenible económicamente sino también una unión.
“Somos una asociación muy unida, las 36 personas que la conformamos. Más que compañeros de trabajo, de lucha, todos somos como una familia que andamos trabajando juntos”, resaltó el firmante de paz.
Este paso de conseguir el registro lo lograron tras seis meses de trabajo en conjunto entre la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), el Sena, la Universidad del Tolima y el respaldo económico de la Concesión Vía 40 Express, encargada del proyecto Tercer Carril Bogotá-Girardot, reconocida por la ARN como un gran aliado en la reincorporación desde el 2020.
“Desde Vía 40 Express deseamos continuar con el respaldo y apoyo a la implementación del Acuerdo de Paz, por lo que seguiremos identificando e impulsando proyectos productivos que le apuesten a un fortalecimiento del tejido social y empresarial del territorio”, dijo esa concesión a Colombia+20.
Aunque en 2019 los ex-Farc se constituyeron legalmente como asociación, luego de la firma del Acuerdo de Paz en 2016, los excombatientes empezaron a perfilar el café como una alternativa económica que se alineaba a sus raíces campesinas y a lo que sabían hacer.
Lea también: Petro y Santos se reunieron para acelerar la implementación del Acuerdo del Paz
“Cogimos predios de nuestras familias que están ubicados aquí en la zona, nos las dejaron voluntariamente con documentos de arrendamiento y sana posesión e iniciamos con 13 unidades productivas, con una hectárea de café cada una”, explicó uno de los integrantes de la Asociación.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue de una de las organizaciones que desde el primer momento apoyó a estos firmantes de paz caficultores a través de maquinaria y capacitaciones, impulsaron la iniciativa. Posteriormente, la ARN llegó construyendo alianzas con entidades privadas e internacionales para fortalecer el proyecto, a nivel administrativo y comercial, y en la sostenibilidad económica, que es el principal reto.
“La garantía de sostenibilidad económica como parte del proceso de reincorporación tiene este propósito: contribuir a que la población, sus familias y comunidad, logren una estabilidad productiva y económica. Así es como aportamos a la paz total”, señaló la ARN.
El sueño de los integrantes de ‘Esperanza y Paz’ es tener un mejor precio del café que les permita ser autosostenibles y que su café esté al alcance de todos, a través de los grandes supermercados. Actualmente, este producto se puede comprar en Icononzo, Melgar y la Casa Cultural La Roja en Bogotá.
Un grupo de 20 excombatientes y 16 habitantes de la vereda Los Balcones en Icononzo (Tolima) se juntaron en 2019 para crear la asociación ‘Esperanza y Paz’, enfocada en sacar adelante un proyecto productivo de café, en las montañas del Tolima, que lleva su mismo nombre.
Tres años después de crear su proyecto lograron obtener registro sanitario del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para comercializarlo a nivel nacional e internacional con una calidad premium y con sabores como vainilla, limón, frambuesa y coco.
Alfredo Lombana, presidente de ‘Esperanza y Paz’, también habló con este diario y explicó lo que para él y sus compañeros de la asociación significa este registro Invima. “Es una satisfacción muy grande porque unidos podremos gestionar proyectos, crear un negocio más grande de café no de un solo campesino sino de toda la región”.
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Lombana hace parte del grupo de 20 firmantes de paz que se establecieron en la nueva área de reincirporación (NAR) de esta vereda, luego de salir al antiguo ETCR La Fila en el mismo municipio de Icononzo. Junto a 26 familias cafeteras de las veredas, muchas de ellas víctimas del conflicto, han logrado consolidar no solo un proyecto sostenible económicamente sino también una unión.
“Somos una asociación muy unida, las 36 personas que la conformamos. Más que compañeros de trabajo, de lucha, todos somos como una familia que andamos trabajando juntos”, resaltó el firmante de paz.
Este paso de conseguir el registro lo lograron tras seis meses de trabajo en conjunto entre la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), el Sena, la Universidad del Tolima y el respaldo económico de la Concesión Vía 40 Express, encargada del proyecto Tercer Carril Bogotá-Girardot, reconocida por la ARN como un gran aliado en la reincorporación desde el 2020.
“Desde Vía 40 Express deseamos continuar con el respaldo y apoyo a la implementación del Acuerdo de Paz, por lo que seguiremos identificando e impulsando proyectos productivos que le apuesten a un fortalecimiento del tejido social y empresarial del territorio”, dijo esa concesión a Colombia+20.
Aunque en 2019 los ex-Farc se constituyeron legalmente como asociación, luego de la firma del Acuerdo de Paz en 2016, los excombatientes empezaron a perfilar el café como una alternativa económica que se alineaba a sus raíces campesinas y a lo que sabían hacer.
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“Cogimos predios de nuestras familias que están ubicados aquí en la zona, nos las dejaron voluntariamente con documentos de arrendamiento y sana posesión e iniciamos con 13 unidades productivas, con una hectárea de café cada una”, explicó uno de los integrantes de la Asociación.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue de una de las organizaciones que desde el primer momento apoyó a estos firmantes de paz caficultores a través de maquinaria y capacitaciones, impulsaron la iniciativa. Posteriormente, la ARN llegó construyendo alianzas con entidades privadas e internacionales para fortalecer el proyecto, a nivel administrativo y comercial, y en la sostenibilidad económica, que es el principal reto.
“La garantía de sostenibilidad económica como parte del proceso de reincorporación tiene este propósito: contribuir a que la población, sus familias y comunidad, logren una estabilidad productiva y económica. Así es como aportamos a la paz total”, señaló la ARN.
El sueño de los integrantes de ‘Esperanza y Paz’ es tener un mejor precio del café que les permita ser autosostenibles y que su café esté al alcance de todos, a través de los grandes supermercados. Actualmente, este producto se puede comprar en Icononzo, Melgar y la Casa Cultural La Roja en Bogotá.