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El Acuerdo Final de Paz fue firmado el 24 de noviembre de 2016 por el Gobierno de Colombia y las antiguas Farc-EP, tras más de 50 años de conflicto armado. Ese mismo año se aprobó por parte del Consejo de Seguridad de la ONU una misión política especial para Colombia.
Esa misión, hoy Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, verifica cinco puntos del Acuerdo de Paz y apoya otros esfuerzos de ampliación de la paz en el país. Al cumplirse 8 años de la firma del Acuerdo de Paz, es importante resaltar 8 hitos que han marcado su implementación y hacen de Colombia un ejemplo para el mundo en la búsqueda de la paz.
Hito 1: La dejación 8.994 de armas
Después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las antiguas Farc-EP, se creó el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) del cese al fuego entre el Gobierno y las Farc- EP, que culminó con la dejación de armas de estas últimas. El MMV, en el que participaron las partes y observadores internacionales de la ONU, es considerado un ejemplo en el mundo. Un total de 187 mujeres observadoras participaron en la verificación del cese al fuego; el mayor número de mujeres que ha participado en procesos de esta naturaleza.
La Misión de la ONU recibió 8.994 armas de las antiguas FARC–EP; todas operativas. Según el número de acreditados, se estimó la tasa hombre-arma en 0.64, la más importante relación en procesos de paz en Colombia y una de las más importantes del mundo.
Con 37 toneladas de este armamento se construyó el monumento ‘Fragmentos’, de la escultora Doris Salcedo, instalado en Bogotá; y con 7 toneladas de las municiones se construyó ‘Kusikawsay’, del artista chileno Mario Opazo, instalado en la sede de la ONU en Nueva York.
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“La dejación de las armas cerró una de las páginas más difíciles de la historia de Colombia y al mismo tiempo abrió la posibilidad de construir conjuntamente el proyecto de país que queremos. Creó un sistema de gobernanza para la paz, que permite articular a las comunidades y sus procesos organizativos, la institucionalidad en todos los niveles, así como a la población firmante y la comunidad internacional en una misma apuesta: la implementación integral del Acuerdo Final de Paz”, afirma Diego Tovar, firmante de paz.
Hito 2: La reincorporación económica y social
Este porcentaje ejemplifica el compromiso y la resiliencia de los excombatientes, quienes, a pesar de los retos, se mantienen firmes en el proceso. A nivel internacional, este Acuerdo es uno de los más ambiciosos y de mayor alcance temporal. Por ello se considera un hito que el país, y los gobiernos que lo han implementado hasta ahora, siga comprometido con la reincorporación. El actual Gobierno ha avanzado con la puesta en marcha del Programa de Reincorporación Integral y en promulgar una política pública para afianzar la reincorporación.
13.829 personas entraron en el proceso de reincorporación; 25% de ellas mujeres. La seguridad ha sido una de las mayores amenazas; han sido asesinados 436 firmantes. No obstante, en 2024 se registra una reducción del 44% de asesinatos respecto al 2023.
El 80% de firmantes participa en proyectos productivos - más de 10.900 personas – 26% mujeres. Los beneficios del proceso también llegan a comunidades. El proyecto Arando la Educación, por ejemplo, ha beneficiado a 16.705 personas; 13.145 de comunidades aledañas. 5.397 excombatientes han obtenido título de bachiller.
“A mí me contaron del programa Arando la Educación, pero pensé que era solo para excombatientes. Yo había hecho solo hasta octavo y quería tener una nueva oportunidad y lo logré. En noviembre del 2023 me gradué. Yo no soy firmante de paz y creo que el Acuerdo de Paz ha traído beneficios a las comunidades alejadas, como donde yo vivo”, cuenta Alba Jacinta Quiñonez, habitante de Tumaco, Nariño.
Hito 3: Participación política:
En agosto de 2017 las Farc-EP se convierten en partido político, hoy Partido Comunes. En 2018, participó por primera vez en la historia en unas elecciones legislativas, obteniendo, según lo acordado, cinco escaños en Cámara y cinco en el Senado, con representación política por dos periodos. Los y las firmantes han participado en dos elecciones presidenciales y otros dos procesos electorales de autoridades departamentales y municipales, con varios de ellos y ellas resultando elegidos para cargos públicos.
El Acuerdo también creó el Estatuto de la Oposición (Ley 1909 de 2018), que consagró el derecho fundamental de la oposición. El Acuerdo dio vida a 16 circunscripciones especiales de paz, con el objetivo de garantizar una mejor integración de los territorios más afectados por el conflicto y la participación de las víctimas.
Las alcaldías obtenidas con el voto popular, su rol en el Congreso, así como los cientos de casos de liderazgos en procesos sociales son ejemplos de lo que ha sido su reincorporación política.
Guillermo Torres, firmante del Acuerdo de paz y exalcalde de Turbaco, Bolívar, asegura: “El Acuerdo de Paz es un acontecimiento histórico y la participación política fue algo que buscamos por décadas. Gracias al Acuerdo yo pude participar en las elecciones de Turbaco y resultar ganador, doblando a candidatos de partidos tradicionales. Esto fue histórico, haber conquistado esta Alcaldía y haber podido ser un buen gobierno”.
Hito 4: El enfoque de género
Colombia y su Acuerdo de Paz son un ejemplo global en la inclusión del enfoque de género y participación de las mujeres en su negociación. Gracias a la incidencia de las organizaciones de mujeres de la sociedad civil, se estableció la Subcomisión de Género el 7 de septiembre de 2014, con 10 integrantes (5 por la delegación de Gobierno y 5 por la delegación de FARC).
Esta Subcomisión permitió que se incluyeran 128 medidas específicas de género en los 6 capítulos del Acuerdo. Hay 54 indicadores de género en el Plan Marco de Implementación que permiten al Gobierno dar cuenta de su avance.
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Las medidas de género no solo visibilizan las necesidades de las mujeres y personas LGTBIQ+ afectadas por el conflicto y de las mujeres firmantes de paz, sino que también promueven su empoderamiento y participación en la construcción de paz. Con estas se busca reducir desigualdades históricas y fortalecer el tejido social, sentando precedentes para otros procesos. Sigue siendo fundamental su plena implementación.
La fundadora de la Red Nacional de Mujeres, Beatriz Quintero, dijo: “Como organizaciones de mujeres y feministas, consideramos un hito la inclusión de medidas específicas de género en el Acuerdo de Paz. Estamos comprometidas y convencidas de la importancia de cumplir con lo pactado e incorporar el enfoque de género en todos los acuerdos futuros. Además, creemos esencial visibilizar los hechos que afectan a las mujeres en el contexto del conflicto”.
Hito 5: el capítulo étnico
El Capítulo Étnico hace referencia a las implicaciones étnicas de cada uno de los puntos del Acuerdo. Establece salvaguardas de sus derechos, asegurando su cumplimiento y fortaleciendo su autonomía, y reconoce el impacto desproporcionado que sufrieron los pueblos étnicos durante el conflicto.
La existencia misma del capítulo es un hito en el mundo, y es producto del esfuerzo de los propios pueblos étnicos. Aunque es uno de los más rezagados, se reconocen avances positivos como la inclusión de perspectivas étnicas en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET; la adjudicación y formalización de tierras y el reconocimiento de las autoridades étnicas como autoridades ambientales. Se destaca también que el 98% de las víctimas acreditadas por la JEP pertenecen a pueblos étnicos, lo que es un claro indicador del nivel de afectación que han sufrido en el marco del conflicto armado. 21% de personas en proceso de reincorporación pertenecen a pueblos étnicos.
“La implementación del Capítulo Étnico es un paso muy importante hacia la reconciliación y convivencia pacífica en Colombia. Su implementación es crucial para garantizar los derechos y la dignidad de los pueblos étnicos, las víctimas del conflicto armado y el abandono institucional”, dice Elizabeth Moreno, defensora de derechos humanos del Pacífico y Premio Nacional de Derechos Humanos.
Hito 6: el Sistema Integral para la Paz
El Sistema Integral para la Paz de Colombia es un modelo de justicia transicional histórico, sin precedentes en el mundo. Creado en el quinto punto del Acuerdo, está conformado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).
La JEP trabaja en 11 macro-casos en los que investiga, juzga y sanciona a los máximos responsables de los crímenes más graves del conflicto. 14,346 personas están bajo su jurisdicción. 12.354 víctimas individuales han sido representadas en los procesos judiciales. Los máximos responsables están a la espera de sus primeras sanciones.
La Comisión de la Verdad publicó un informe final con hallazgos sobre las causas del conflicto. Reveló, por ejemplo, que 450.664 personas perdieron la vida a causa del conflicto armado entre 1985 y 2018. Su informe incluyó recomendaciones para la no repetición.
La UBPD registra 111.640 personas dadas por desaparecidas en el conflicto, de ellas 29.554 cuentan con solicitud de búsqueda por parte de familiares o allegados. A corte de 30 de octubre, la UBPD registra 1.996 cuerpos recuperados, 354 cuerpos entregados dignamente, 69 personas encontradas con vida.
Al respecto, Amparo Cano Correa, víctima del conflicto, asegura: “Yo soy la mamá de Jhon Harvy Cañas Cano, un joven que se llevaron de la terminal del norte de Medellín y al que encontré gracias a la Unidad de Búsqueda. La JEP fue la única entidad que nos escuchó. Ha sido un proceso duro, pero haber conocido la verdad de boca de los comparecientes, fue liberador”.
Hito 7: La Reforma Rural Integral
No es casual que la Reforma Rural Integral sea el punto uno del Acuerdo de Paz. Sin duda, su inclusión en el Acuerdo es un hito histórico, al considerarse la cuestión de la tierra como una de las causas estructurales del conflicto. Colombia es uno de los países con mayores índices de desigualdad rural, por lo que atender esta problemática con un enfoque de redistribución e inclusión es fundamental. Si bien este punto del Acuerdo de Paz requiere aun mayor impulso para cumplir las metas planteadas, hay cifras que muestran la voluntad política con su implementación.
Desde 2017 hasta julio de 2024 se han formalizado 2.957.235 hectáreas (el 38% durante la administración del presidente Petro), lo que representa el 42% de la meta de 7 millones de hectáreas formalizadas.
Desde 2017 hasta agosto de 2024, se han adjudicado 129.656 hectáreas de tierras (aproximadamente el 86% durante esta administración). Esto representa el 4% de la meta de 3 millones de hectáreas establecida en el Acuerdo de Paz.El 54% de las tierras adjudicadas hasta la fecha (70.284 hectáreas) ha beneficiado al campesinado.
“Gracias a la Reforma Rural Integral tenemos tierra y un proyecto con 18 mujeres más en una granja avícola bio-segura en la finca Costa Azul. Nunca habíamos tenido esta oportunidad”, cuenta Irene Luz Arcia Pacheco, campesina víctima del conflicto armado de Córdoba.
Hito 8: Llegar al octavo año de implementación
El Acuerdo de Paz de Colombia es uno de los más exitosos en los que ha participado Naciones Unidas y posiblemente el último gran acuerdo de paz logrado en el mundo. Es de alcances históricos porque no solo buscó la dejación de armas y reincorporación, sino que creo una ambiciosa hoja de ruta para superar las causas estructurales del conflicto.
Es un acuerdo que contiene la voz de mujeres, de personas LGTBIQ+, de pueblos afrocolombianos e indígenas, de víctimas del conflicto, quienes están en el centro del Acuerdo. Tiene un sistema de justicia transicional novedoso, fundamental para conocer la verdad, buscar justicia, reparación y no repetición, y así avanzar en la reconciliación.
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La Misión de Verificación de la ONU en Colombia verifica y hace incidencia para la implementación de la Reforma Rural Integral; la reincorporación social, económica y política de los excombatientes; las garantías de seguridad; el Capítulo Étnico, las sanciones propias que imponga la JEP, y hace seguimiento a las provisiones de género del Acuerdo. Gracias a este rol, ha sido testigo de la voluntad y compromiso de las partes quienes, pese a los desafíos, continúan en su empeño de construir la paz.
“Este aniversario es una oportunidad para renovar el compromiso colectivo con la implementación del Acuerdo y la construcción de la paz en Colombia. Quiero reconocer al Gobierno y a los miles de firmantes que siguen comprometidos con su reincorporación. Especial reconocimiento a las víctimas, líderes y lideresas sociales, plataformas de mujeres, grupos étnicos y a toda la sociedad colombiana que persiste en la consolidación de la paz”, asegura Carlos Ruiz Massieu, Representante Especial del Secretario General de la ONU en Colombia y Jefe de la Misión de Verificación.