Los baldíos que la Agencia de Tierras le pide al empresario Efromovich devolver
Se trata de la antigua hacienda Bellacruz, en el Cesar, que fue despojada a campesinos en la década de los noventa y que años después fue adquirida por un grupo de inversionistas representado por Germán Efromovich para sembrarla en palma de aceite.
Sebastián Forero Rueda
El pasado lunes 5 de diciembre, el empresario Germán Efromovich publicó un inusual mensaje en su cuenta de LinkedIn. En el texto, arremetió contra Gerardo Vega, director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT). “Debo haberle hecho un daño muy grande a usted o a la organización que usted representa, porque para que usted se exprese y se dirija a mi persona de la forma que lo hizo, inclusive tratándome como un supuesto maleante, realmente debí hacer algo malo. Si usted me cuenta cuál fue el pecado que cometí, le juró por el creador que no lo vuelvo a repetir”, escribió el empresario.
El mensaje era una respuesta a la petición que Vega le había hecho públicamente días atrás para que se comprometiera con la reforma agraria y formalizara su intención de poner a disposición del Gobierno tierras en poder de inversionistas que Efromovich representa. “El empresario Germán Efromovich ha manifestado que tiene disposición a entregar 1.200 hectáreas ubicadas en el Cesar, la finca La Gloria o Bellacruz; la ANT lo invita a formalizar esa propuesta, tierras que servirían para compensar a campesinos o que nos sirven para efectos de la reforma agraria”, fue el mensaje del director de la entidad.
El origen de los mensajes cruzados está en una rueda de prensa que el empresario convocó el pasado 30 de noviembre, en Bogotá, que varios medios titularon como la reaparición de Efromovich. Dicha rueda de prensa fue convocada, según él mismo explicó, a raíz del reportaje de Colombia+20 y Noticias Caracol que reconstruyó la historia de la antigua hacienda Bellacruz, hoy llamada La Gloria y propiedad de un grupo inversionista que Efromovich representa.
Lea: Los baldíos que el Estado no recupera en la hacienda Bellacruz
La antigua hacienda Bellacruz
El reportaje documentó el despojo del que fue víctima en 1996 la comunidad que habitaba la hacienda Bellacruz, a manos de los entonces dueños, la familia Marulanda Ramírez. Los hermanos Carlos Arturo y Francisco Alberto se valieron del frente paramilitar Héctor Julio Peinado Ramírez, al mando de Juancho Prada, para desplazar a sangre y fuego a los campesinos que se habían asentado en Bellacruz con la premisa de que eran, en realidad, tierras baldías.
Años después de ese despojo, en 2008, la familia Marulanda le vendió la finca al grupo de inversionistas nacionales y extranjeros representado por Germán Efromovich, que la adquirió para levantar allí un proyecto agroindustrial de palma de aceite. El grupo logró que le concedieran una zona franca y hoy, más de una década después, tiene 5.500 hectáreas sembradas en palma y una planta extractora de aceite.
Vea el reportaje:
En la rueda de prensa, Efromovich dijo que hablaba “como empresario preocupado por la situación que vivimos en donde elementos, personas y hasta “oenegés” pretenden deslegitimar la actividad de los inversionistas que hemos creído, creemos y queremos seguir creyendo en nuestra Colombia”.
El empresario proyectó varios de los testimonios recogidos en el reportaje para desacreditarlos, entre ellos los de campesinos víctimas del despojo – a quienes tachó de mentirosos – y el del abogado de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) que representa a las víctimas, a quien sugirió “volver a la universidad”.
La tesis que defiende Efromovich es que en Bellacruz – hoy hacienda La Gloria – no existen baldíos de la Nación. Y así lo sostuvo en sus declaraciones: “No aceptamos la posición de la ANT en sentido de reconocer la existencia de 1.200 hectáreas de terrenos baldíos en la Hacienda La Gloria”.
Le recomendamos: El caso de la hacienda Bellacruz, en manos de la Comisión de la Verdad
Pero el origen de esos baldíos es la resolución 1551 de 1994 expedida por el antiguo Incora, en la que declaró que siete predios ubicados dentro de la finca eran baldíos. Luego, en 2013, el Incoder expidió la resolución 481, con la que declaró la indebida ocupación de los baldíos por parte de la empresa y decretó la recuperación material de esos predios. Y, finalmente, en mayo de 2016, la Corte Constitucional emitió la sentencia SU 235 en la que ordenó recuperar definitivamente esos baldíos y adjudicarlos a los campesinos.
El empresario, sin embargo, aseguró: “La definición de los linderos por parte del Incoder fue caprichosa y antiética, puesto que iba en total contravía de conceptos técnicos emitidos por las autoridades competentes, y en numerosas ocasiones vulneró el derecho al debido proceso de los involucrados”.
Hoy el proceso de los baldíos de Bellacruz está congelado en la ANT. Si bien la Corte Constitucional emitió su sentencia en 2016, el Consejo de Estado emitió en 2019 un auto en el que aceptaba una demanda de la empresa contra las resoluciones que declaraban la existencia de los baldíos y le concedió la medida cautelar de suspenderlas. Con base en ese auto, la ANT afirma que no puede realizar ninguna actuación para recuperar esos predios.
Ahora bien, en sus declaraciones, Efromovich abrió una puerta para una solución conciliada: “Sin reconocer la existencia de baldíos, con el ánimo de colaborar para una solución en la cual la empresa Hacienda La Gloria no tenía ninguna responsabilidad, La Gloria hizo numerosas propuestas que buscaron facilitar el acceso a tierras a aquellas personas que a juicio de la ANT cumplieran los requisitos legales, con el cuidado de no desmembrar el proyecto de producción de La Gloria; infortunadamente nunca entendimos por qué la resistencia de la entidad a considerar estas opciones de solución”.
Además, agregó que seguirán adelante con su proyecto en esas tierras, con una inversión de entre 50 y 100 millones de dólares para una fábrica de alimentos a base de palma y una refinería para biocombustibles.
Sin embargo, ahora que la ANT anunció su disposición de recibirle esas tierras que Efromovich ofreció, el empresario volvió a congelar el diálogo en el mensaje en su cuenta de LinkedIn. “Perdóneme, pero por favor dígame cuál fue el error para que no lo cometa más, le garantizo que el error nunca fue apropiarse de predios baldíos, porque, conforme a los certificados de los organismos representantes del Estado colombiano para este tipo de temas durante la debida diligencia que fue efectuada, no existen baldíos en la Hacienda La Gloria”.
El pasado lunes 5 de diciembre, el empresario Germán Efromovich publicó un inusual mensaje en su cuenta de LinkedIn. En el texto, arremetió contra Gerardo Vega, director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT). “Debo haberle hecho un daño muy grande a usted o a la organización que usted representa, porque para que usted se exprese y se dirija a mi persona de la forma que lo hizo, inclusive tratándome como un supuesto maleante, realmente debí hacer algo malo. Si usted me cuenta cuál fue el pecado que cometí, le juró por el creador que no lo vuelvo a repetir”, escribió el empresario.
El mensaje era una respuesta a la petición que Vega le había hecho públicamente días atrás para que se comprometiera con la reforma agraria y formalizara su intención de poner a disposición del Gobierno tierras en poder de inversionistas que Efromovich representa. “El empresario Germán Efromovich ha manifestado que tiene disposición a entregar 1.200 hectáreas ubicadas en el Cesar, la finca La Gloria o Bellacruz; la ANT lo invita a formalizar esa propuesta, tierras que servirían para compensar a campesinos o que nos sirven para efectos de la reforma agraria”, fue el mensaje del director de la entidad.
El origen de los mensajes cruzados está en una rueda de prensa que el empresario convocó el pasado 30 de noviembre, en Bogotá, que varios medios titularon como la reaparición de Efromovich. Dicha rueda de prensa fue convocada, según él mismo explicó, a raíz del reportaje de Colombia+20 y Noticias Caracol que reconstruyó la historia de la antigua hacienda Bellacruz, hoy llamada La Gloria y propiedad de un grupo inversionista que Efromovich representa.
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La antigua hacienda Bellacruz
El reportaje documentó el despojo del que fue víctima en 1996 la comunidad que habitaba la hacienda Bellacruz, a manos de los entonces dueños, la familia Marulanda Ramírez. Los hermanos Carlos Arturo y Francisco Alberto se valieron del frente paramilitar Héctor Julio Peinado Ramírez, al mando de Juancho Prada, para desplazar a sangre y fuego a los campesinos que se habían asentado en Bellacruz con la premisa de que eran, en realidad, tierras baldías.
Años después de ese despojo, en 2008, la familia Marulanda le vendió la finca al grupo de inversionistas nacionales y extranjeros representado por Germán Efromovich, que la adquirió para levantar allí un proyecto agroindustrial de palma de aceite. El grupo logró que le concedieran una zona franca y hoy, más de una década después, tiene 5.500 hectáreas sembradas en palma y una planta extractora de aceite.
Vea el reportaje:
En la rueda de prensa, Efromovich dijo que hablaba “como empresario preocupado por la situación que vivimos en donde elementos, personas y hasta “oenegés” pretenden deslegitimar la actividad de los inversionistas que hemos creído, creemos y queremos seguir creyendo en nuestra Colombia”.
El empresario proyectó varios de los testimonios recogidos en el reportaje para desacreditarlos, entre ellos los de campesinos víctimas del despojo – a quienes tachó de mentirosos – y el del abogado de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) que representa a las víctimas, a quien sugirió “volver a la universidad”.
La tesis que defiende Efromovich es que en Bellacruz – hoy hacienda La Gloria – no existen baldíos de la Nación. Y así lo sostuvo en sus declaraciones: “No aceptamos la posición de la ANT en sentido de reconocer la existencia de 1.200 hectáreas de terrenos baldíos en la Hacienda La Gloria”.
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Pero el origen de esos baldíos es la resolución 1551 de 1994 expedida por el antiguo Incora, en la que declaró que siete predios ubicados dentro de la finca eran baldíos. Luego, en 2013, el Incoder expidió la resolución 481, con la que declaró la indebida ocupación de los baldíos por parte de la empresa y decretó la recuperación material de esos predios. Y, finalmente, en mayo de 2016, la Corte Constitucional emitió la sentencia SU 235 en la que ordenó recuperar definitivamente esos baldíos y adjudicarlos a los campesinos.
El empresario, sin embargo, aseguró: “La definición de los linderos por parte del Incoder fue caprichosa y antiética, puesto que iba en total contravía de conceptos técnicos emitidos por las autoridades competentes, y en numerosas ocasiones vulneró el derecho al debido proceso de los involucrados”.
Hoy el proceso de los baldíos de Bellacruz está congelado en la ANT. Si bien la Corte Constitucional emitió su sentencia en 2016, el Consejo de Estado emitió en 2019 un auto en el que aceptaba una demanda de la empresa contra las resoluciones que declaraban la existencia de los baldíos y le concedió la medida cautelar de suspenderlas. Con base en ese auto, la ANT afirma que no puede realizar ninguna actuación para recuperar esos predios.
Ahora bien, en sus declaraciones, Efromovich abrió una puerta para una solución conciliada: “Sin reconocer la existencia de baldíos, con el ánimo de colaborar para una solución en la cual la empresa Hacienda La Gloria no tenía ninguna responsabilidad, La Gloria hizo numerosas propuestas que buscaron facilitar el acceso a tierras a aquellas personas que a juicio de la ANT cumplieran los requisitos legales, con el cuidado de no desmembrar el proyecto de producción de La Gloria; infortunadamente nunca entendimos por qué la resistencia de la entidad a considerar estas opciones de solución”.
Además, agregó que seguirán adelante con su proyecto en esas tierras, con una inversión de entre 50 y 100 millones de dólares para una fábrica de alimentos a base de palma y una refinería para biocombustibles.
Sin embargo, ahora que la ANT anunció su disposición de recibirle esas tierras que Efromovich ofreció, el empresario volvió a congelar el diálogo en el mensaje en su cuenta de LinkedIn. “Perdóneme, pero por favor dígame cuál fue el error para que no lo cometa más, le garantizo que el error nunca fue apropiarse de predios baldíos, porque, conforme a los certificados de los organismos representantes del Estado colombiano para este tipo de temas durante la debida diligencia que fue efectuada, no existen baldíos en la Hacienda La Gloria”.