Antes solo había 8.000 policías inscritos como víctimas, hoy son 62.000: directora Unipep
La directora de la Unipep, la coronel Alba Patricia Lancheros Silva, habla de la estrategia de vincular a policías a la Unidad Nacional de Víctimas. También resaltó los desafíos que tienen en la implementación del acuerdo de paz y resaltó la confianza y credibilidad que tienen en ellos los excombatientes de las Farc que permanecen en los espacios de reincorporación del país.
Colombia2020 / @EEColombia2020
En abril de 2016, meses antes de que se firmara el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, se creó la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP), una unidad de la Policía creada específicamente para la implementación del pacto de paz. Su actual directora, la coronel Alba Patricia Lancheros Silva, habla del desafío que sigue teniendo la entidad y resalta la confianza y credibilidad que depositaron en ellos los excombatientes de las Farc que permanecen en los espacios de reincorporación del país.
Este viernes se inauguró un monumento para las víctimas de la Policía en Neiva, ¿cuál es la intención de esas obras que están llevando por todo el país?
Dentro de esas grandes tareas que tiene la Unipep hay una que hace referencia a la historia y memoria de las víctimas. Primero, se realizó un monumento que se denomina Edificadores de paz y simboliza todo el honor que se le hace a nuestros policías víctimas del conflicto. Hablamos de los policías vivos, muertos o de sus familias que formaron parte del conflicto armado. Cuando ese trabajo inició eran 8.000 policías registrados en la Unidad Nacional de Víctimas. Pero con el trabajo que ha hecho la Unipep, hoy tenemos más de 62.000 policías víctimas del conflicto armado.
(Le puede interesar: La difícil tarea de reconstruir la memoria histórica desde la Policía Nacional)
Con el monumento se quiere rendir un homenaje a estas víctimas del conflicto en diferentes partes del país. Se han instalado varios, uno en Mitú, otro en Bogotá. Otro en Medellín y otro en Neiva. Lo que queremos decirles a las víctimas es que aunque los policías ya no están, nosotros estamos acá y queremos recordarlos con cariño y no permitir que nadie se olvide de ellos.
Entiendo por lo que dice que hubo en tiempo en que el discurso dentro de la Policía durante el conflicto era considerar a los afectados de acciones de guerra como héroes y no víctimas y muchos de ellos nunca se registraron como víctimas. ¿Por qué?
Sí, señora. Resulta que cuando se habla de víctimas, cuando esa norma nació, a la Policía Nacional y las Fuerzas Militares nos dejaron de lado porque nosotros decíamos que no éramos víctimas. Entonces cuando ya se empieza el trabajo en Unipep, se sientan aquellas personas responsables a contar la historia, a decirles ustedes también han sido víctima. Y es así como la Unidad de Víctimas hoy trabaja de la mano con la Policía Nacional. Entonces hay un convenio donde nosotros buscamos capacitación, ellos nos acompañan en cada una de nuestras actividades. Nosotros hacemos acompañamiento en los departamentos, entonces se hacen visitas de 4 o 5 días y se citan a esos policías que nosotros ya tenemos en nuestro listado que fueron víctimas y se les recuerda a qué tienen derecho.
¿En ese mismo proceso se han acercado o llevan algún proceso con las víctimas también de algunas acciones de la Policía en tantos años de conflicto armado?
Permítame preguntar si se ha dado, pero creo que no. Hablamos de perdón y reconciliación, de cómo nuestros policías trabajan de la mano con los antiguos Espacio Territoriales de Capacitación y Reincorporación donde estás los exguerrilleros de las Farc.
Eso, se han enfocado más en llevar esos procesos de reincorporación y de reconciliación en esos espacios.
Es decir, ¿todavía no han avanzado en esos procesos con víctimas civiles de ustedes?
Como me lo nombra, no señora.
¿Cómo es el trabajo de la Unipep en los espacios de reincorporación?
En los ETCR nuestros policías han tenido la posibilidad, aunque no haciéndolo público, de cambiar la mentalidad. Por ejemplo, están enseñando a los hijos de los excombatientes a leer y a escribir o tienen escuelas de fútbol con ellos. Hablan con las esposas de los excombatientes de temas como género, por qué se habla de las nuevas masculinidades, y se comparte el nuevo Código de Policía, o el Código de infancia y adolescencia.
¿Cuál es la participación de la Unipep allí, a tres años de la firma del Acuerdo de Paz?
Hoy lo importante es la confianza y la credibilidad que existe por parte de nuestros excombatientes, el núcleo familiar y las familias aledañas a los espacios territoriales en la Unipep. Es importante recordar que no solamente se trabaja por la seguridad de ellos. Esa era la misión inicial, pero al pasar del tiempo nuestros policías se han dedicado también a otras tareas de convivencia, porque cada uno de estos lugares están alejados de cabeceras municipales, se han organizado porque antes no había escuelas o había escuelas lejanas, entonces les enseñan a los pequeños a sumar, a restar, a leer, a escribir, por ejemplo.
¿Cómo ve el caso de Alexander Parra, el guerrillero asesinado dentro del espacio de reincorporación de Mesetas?
Pues mire solo se ha presentado un caso de homicidio dentro de un espacio de reincorporación, como bien lo sabe usted, en el ETCR del Meta, en el cual se han capturado a unas personas que se hacen responsables de la muerte del excombatiente Alexander Parra. Es el único hecho que se ha presentado en estos casi cuatro años que llevan estas personas viviendo allí.
¿Cómo ve usted los otros homicidios de excombatientes que se han presentado en todo el país y que ya casi llegan a 200 casos?
El año pasado el trabajo que se realizó fue organizar grupos de esos excombatientes que están por fuera de los ETCR para poderles contar, hablarles de esa cultura de seguridad. Eso significa que no es solamente lo que le pueda brindar la Policía y el Ejército, si no que ellos también deben formar parte de esa cultura. Hablamos de las medidas de autoprotección, como, por ejemplo, no salga en la noche, si va a coger carretera, cuéntele a su familia, no les cuente a extraños su situación personal. Y son talleres que se dictan de la mano de Agencia de Reincorporación Nacional (ARN) y de la Consejería para la Estabilización. Entonces, mire usted, por ejemplo, cómo trabajó la Unipep, la ARN, la Unidad Nacional de Protección, con la seguridad de los candidatos de las Farc el año pasado durante la época electoral, y no asesinaron a ningún candidato de las Farc, y había 308 candidatos.
¿Tiene la Unipep el presupuesto necesario para operar en este tiempo de posacuerdo?
Quiero contarle que hemos sido favorecidos o hemos hecho un gran trabajo con cooperación internacional y es así como con ellos hoy dentro del modelo de construcción de paz que tiene la Policía Nacional, hemos desarrollado tres de los 18 procesos que tenemos.
Se desarrolló un modelo de construcción de paz que es el que nos brinda los lineamientos para poder desplegar una mejor tarea dentro del cumplimiento de nuestra labor. Tenemos, por ejemplo, el proyecto Ema. Este se desarrolló en siete municipios, el socio fue Interpeace y quien brindó los recursos fue el fondo multidonante de las Naciones Unidas para el posconflicto.
¿Se refiere a los Equipos Móviles de Atención?
Sí que atienden casos por lo general de violencia intrafamiliar. En muchos lugares a las mujeres les da miedo denunciar. Cuando comenzamos vimos que muchas mujeres no sabían que cuando el marido las gritaba, las humillaba, eso era violencia de género, pensaban que era solo cuando les pegaban. Ahora, a través de ese programa de prevención tenemos propagandas y atención con formación de género.
¿Qué ha significado para usted ser mujer y estar en la cabeza de esta unidad dentro de una institución tan machista como es la Policía?
Yo quiero contarle que me siento orgullosa de ser policía. Yo ingresé a la institución en el año 93 y que desde el momento en que salí como subteniente en el año 95 siempre he evidenciado que la Policía Nacional tiene la posibilidad de ubicar mujeres en todos los cargos, en todos. Uno puede encontrar mujeres que son pilotos o técnicos en el servicio aéreo, que no es nada sencillo. Tenemos los casos, por ejemplo, de mi general Luz Marina, subdirectora general de la Policía Nacional. O mi general Mirella, comandante de región, directora nacional de escuelas. Hoy tenemos a mi general Yolanda que maneja todo el presupuesto de la Policía Nacional.
Pero no nos hablemos mentiras, esos cargos también son contados con las manos pero son la expresión de un avance en esa transformación de la institución. ¿Qué significa para usted ser parte de ese avance que se está dando y que también pisa callos?
Es una transición importante y un reto personal y profesional. De la entidad, como usted lo dice, salen muchos hombres que piensan que con el grado que yo tengo no debo estar aquí liderando esta tarea. Pero creo que son los resultados de ese compromiso, esa dedicación los que hacen que ese trabajo permita que yo pueda continuar con esa tarea que dejó mi general Álvaro Pico. Depende de la mujer policía dejar la tarea bien hecha y que el día de mañana cuando me trasladen, la que me releve sea otra mujer. Para mí sería algo importantísimo. Como usted lo dice, no es sencillo porque la mayoría son hombres.
En abril de 2016, meses antes de que se firmara el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, se creó la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP), una unidad de la Policía creada específicamente para la implementación del pacto de paz. Su actual directora, la coronel Alba Patricia Lancheros Silva, habla del desafío que sigue teniendo la entidad y resalta la confianza y credibilidad que depositaron en ellos los excombatientes de las Farc que permanecen en los espacios de reincorporación del país.
Este viernes se inauguró un monumento para las víctimas de la Policía en Neiva, ¿cuál es la intención de esas obras que están llevando por todo el país?
Dentro de esas grandes tareas que tiene la Unipep hay una que hace referencia a la historia y memoria de las víctimas. Primero, se realizó un monumento que se denomina Edificadores de paz y simboliza todo el honor que se le hace a nuestros policías víctimas del conflicto. Hablamos de los policías vivos, muertos o de sus familias que formaron parte del conflicto armado. Cuando ese trabajo inició eran 8.000 policías registrados en la Unidad Nacional de Víctimas. Pero con el trabajo que ha hecho la Unipep, hoy tenemos más de 62.000 policías víctimas del conflicto armado.
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Con el monumento se quiere rendir un homenaje a estas víctimas del conflicto en diferentes partes del país. Se han instalado varios, uno en Mitú, otro en Bogotá. Otro en Medellín y otro en Neiva. Lo que queremos decirles a las víctimas es que aunque los policías ya no están, nosotros estamos acá y queremos recordarlos con cariño y no permitir que nadie se olvide de ellos.
Entiendo por lo que dice que hubo en tiempo en que el discurso dentro de la Policía durante el conflicto era considerar a los afectados de acciones de guerra como héroes y no víctimas y muchos de ellos nunca se registraron como víctimas. ¿Por qué?
Sí, señora. Resulta que cuando se habla de víctimas, cuando esa norma nació, a la Policía Nacional y las Fuerzas Militares nos dejaron de lado porque nosotros decíamos que no éramos víctimas. Entonces cuando ya se empieza el trabajo en Unipep, se sientan aquellas personas responsables a contar la historia, a decirles ustedes también han sido víctima. Y es así como la Unidad de Víctimas hoy trabaja de la mano con la Policía Nacional. Entonces hay un convenio donde nosotros buscamos capacitación, ellos nos acompañan en cada una de nuestras actividades. Nosotros hacemos acompañamiento en los departamentos, entonces se hacen visitas de 4 o 5 días y se citan a esos policías que nosotros ya tenemos en nuestro listado que fueron víctimas y se les recuerda a qué tienen derecho.
¿En ese mismo proceso se han acercado o llevan algún proceso con las víctimas también de algunas acciones de la Policía en tantos años de conflicto armado?
Permítame preguntar si se ha dado, pero creo que no. Hablamos de perdón y reconciliación, de cómo nuestros policías trabajan de la mano con los antiguos Espacio Territoriales de Capacitación y Reincorporación donde estás los exguerrilleros de las Farc.
Eso, se han enfocado más en llevar esos procesos de reincorporación y de reconciliación en esos espacios.
Es decir, ¿todavía no han avanzado en esos procesos con víctimas civiles de ustedes?
Como me lo nombra, no señora.
¿Cómo es el trabajo de la Unipep en los espacios de reincorporación?
En los ETCR nuestros policías han tenido la posibilidad, aunque no haciéndolo público, de cambiar la mentalidad. Por ejemplo, están enseñando a los hijos de los excombatientes a leer y a escribir o tienen escuelas de fútbol con ellos. Hablan con las esposas de los excombatientes de temas como género, por qué se habla de las nuevas masculinidades, y se comparte el nuevo Código de Policía, o el Código de infancia y adolescencia.
¿Cuál es la participación de la Unipep allí, a tres años de la firma del Acuerdo de Paz?
Hoy lo importante es la confianza y la credibilidad que existe por parte de nuestros excombatientes, el núcleo familiar y las familias aledañas a los espacios territoriales en la Unipep. Es importante recordar que no solamente se trabaja por la seguridad de ellos. Esa era la misión inicial, pero al pasar del tiempo nuestros policías se han dedicado también a otras tareas de convivencia, porque cada uno de estos lugares están alejados de cabeceras municipales, se han organizado porque antes no había escuelas o había escuelas lejanas, entonces les enseñan a los pequeños a sumar, a restar, a leer, a escribir, por ejemplo.
¿Cómo ve el caso de Alexander Parra, el guerrillero asesinado dentro del espacio de reincorporación de Mesetas?
Pues mire solo se ha presentado un caso de homicidio dentro de un espacio de reincorporación, como bien lo sabe usted, en el ETCR del Meta, en el cual se han capturado a unas personas que se hacen responsables de la muerte del excombatiente Alexander Parra. Es el único hecho que se ha presentado en estos casi cuatro años que llevan estas personas viviendo allí.
¿Cómo ve usted los otros homicidios de excombatientes que se han presentado en todo el país y que ya casi llegan a 200 casos?
El año pasado el trabajo que se realizó fue organizar grupos de esos excombatientes que están por fuera de los ETCR para poderles contar, hablarles de esa cultura de seguridad. Eso significa que no es solamente lo que le pueda brindar la Policía y el Ejército, si no que ellos también deben formar parte de esa cultura. Hablamos de las medidas de autoprotección, como, por ejemplo, no salga en la noche, si va a coger carretera, cuéntele a su familia, no les cuente a extraños su situación personal. Y son talleres que se dictan de la mano de Agencia de Reincorporación Nacional (ARN) y de la Consejería para la Estabilización. Entonces, mire usted, por ejemplo, cómo trabajó la Unipep, la ARN, la Unidad Nacional de Protección, con la seguridad de los candidatos de las Farc el año pasado durante la época electoral, y no asesinaron a ningún candidato de las Farc, y había 308 candidatos.
¿Tiene la Unipep el presupuesto necesario para operar en este tiempo de posacuerdo?
Quiero contarle que hemos sido favorecidos o hemos hecho un gran trabajo con cooperación internacional y es así como con ellos hoy dentro del modelo de construcción de paz que tiene la Policía Nacional, hemos desarrollado tres de los 18 procesos que tenemos.
Se desarrolló un modelo de construcción de paz que es el que nos brinda los lineamientos para poder desplegar una mejor tarea dentro del cumplimiento de nuestra labor. Tenemos, por ejemplo, el proyecto Ema. Este se desarrolló en siete municipios, el socio fue Interpeace y quien brindó los recursos fue el fondo multidonante de las Naciones Unidas para el posconflicto.
¿Se refiere a los Equipos Móviles de Atención?
Sí que atienden casos por lo general de violencia intrafamiliar. En muchos lugares a las mujeres les da miedo denunciar. Cuando comenzamos vimos que muchas mujeres no sabían que cuando el marido las gritaba, las humillaba, eso era violencia de género, pensaban que era solo cuando les pegaban. Ahora, a través de ese programa de prevención tenemos propagandas y atención con formación de género.
¿Qué ha significado para usted ser mujer y estar en la cabeza de esta unidad dentro de una institución tan machista como es la Policía?
Yo quiero contarle que me siento orgullosa de ser policía. Yo ingresé a la institución en el año 93 y que desde el momento en que salí como subteniente en el año 95 siempre he evidenciado que la Policía Nacional tiene la posibilidad de ubicar mujeres en todos los cargos, en todos. Uno puede encontrar mujeres que son pilotos o técnicos en el servicio aéreo, que no es nada sencillo. Tenemos los casos, por ejemplo, de mi general Luz Marina, subdirectora general de la Policía Nacional. O mi general Mirella, comandante de región, directora nacional de escuelas. Hoy tenemos a mi general Yolanda que maneja todo el presupuesto de la Policía Nacional.
Pero no nos hablemos mentiras, esos cargos también son contados con las manos pero son la expresión de un avance en esa transformación de la institución. ¿Qué significa para usted ser parte de ese avance que se está dando y que también pisa callos?
Es una transición importante y un reto personal y profesional. De la entidad, como usted lo dice, salen muchos hombres que piensan que con el grado que yo tengo no debo estar aquí liderando esta tarea. Pero creo que son los resultados de ese compromiso, esa dedicación los que hacen que ese trabajo permita que yo pueda continuar con esa tarea que dejó mi general Álvaro Pico. Depende de la mujer policía dejar la tarea bien hecha y que el día de mañana cuando me trasladen, la que me releve sea otra mujer. Para mí sería algo importantísimo. Como usted lo dice, no es sencillo porque la mayoría son hombres.