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Las acusaciones temerarias también podrían socavar la vida de los líderes sociales del país, comenta Neis Lame, consejero del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), y luego hace el recuento de los líderes que fueron asesinados tras ser acusados de terroristas, auxiliadores de la guerrilla y de recibir financiación de la entonces guerrilla de las Farc. El ministro de Defensa, Guillermo Botero, volvió a revivir esta semana el fantasma de la estigmatización de la protesta social: “Con los dineros ilícitos corrompen y financian la protesta social…”, dijo Botero durante el congreso de Confecámaras que se desarrolló en Cartagena.
Lo que le sigue a esa frase es casi una acusación directa a las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes del norte del Cauca, pues son quienes en las últimas dos décadas han protestado en la carretera panamericana: “…cada vez que ustedes ven que cerraron la vía Panamericana, detrás de eso siempre están mafias de verdad, mafias supranacionales de diferentes países que lavan el dinero con habilidad”, reforzó Botero.
El 17 de julio, tras ser nombrado ministro, ya había cuestionando la protesta social: “respetamos la protesta social pero también creemos que esta debe ser ordenada y que verdaderamente represente los intereses de todos los colombianos”. Y propuso una ley estatutaria para regularla.
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En regiones como el norte del Cauca y el sur del Nariño, las declaraciones del ministro de defensa generaron temor. Comentan que en el pasado han sido perseguidos por esas acusaciones y que la antesala han sido este tipo de frases: en 2008, por ejemplo, el entonces expresidente Álvaro Uribe dijo que la minga indígena “estaba infiltrada por la guerrilla” y a renglón seguido varios de sus funcionarios replicaron dicha aseveración.
Por eso, el líder indígena Neis Lame le salió al paso a las recientes declaraciones del ministro Botero, dijo que no están programando una pronta movilización, aunque es posible que eso suceda en octubre, sea por iniciativa de ellos o de otras organizaciones sociales del sur del país.
¿Cómo financian las movilizaciones las comunidades indígenas del Cauca?
Las comunidades indígenas nos reunimos con tres meses de anticipación para socializar con la comunidad una posible movilización. Entonces se reúne la junta directiva del Cric y las 126 autoridades tradicionales del departamento con el fin de planear la estrategia de sobrevivencia. ¿Qué es? Primero, sustentar la movilización de acuerdo con las coyunturas y a los acuerdos incumplidos por el Gobierno, los cuales firmó en años pasados. Segundo, la comunidad localmente se prepara consiguiendo todo lo que produce la comunidad en sus tierras. A este esfuerzo se suman las nueve asociaciones indígenas con sus recursos propios y comunitarios, que son las que organizan el transporte y toda la logística para movilizarnos. Ya en el camino, cuando estamos en la movilización, hay mucha gente que se solidariza y colabora. Desde los pueblos nos envían mercados y comestibles. Desde las plazas de mercado y gente solidaria de los municipios cercanos a la protesta.
¿Qué decirle al ministro Botero, quien aseguró que la protesta social del norte del Cauca estaba financiada por el narcotráfico?
Si las cosas fueran como las afirma el Ministro de Defensa, en el norte del Cauca no existiera el control territorial y no se habría decomisado droga, capturado a guerrilleros y destruido armas. Nosotros no podríamos estar destruyendo por un lado y recibiendo por otro, no. Nosotros somos serios y estamos controlando el territorio. Por eso, es delicada la acusación que hizo el ministro Botero, porque está legitimando que nos sigan matando, que sigan asesinando a los líderes sociales del país.
¿Por qué se movilizan los indígenas del Cauca?
Siempre nos movilizamos por el cumplimiento de los acuerdos que el Estado colombianos ha firmado con el movimiento indígena. Y las movilizaciones que vienen, por ejemplo, serán en contra de la ley que pretende cambiar los parámetros para realizar la consulta previa con las comunidades, la reforma a la restitución de tierras y a la ley de páramos, entre otros. Desafortunadamente en este país, si no es a través de vías de hecho el Gobierno no pone cuidado, esa es la cultura que tiene el Estado. Porque si hubiera otra cultura, solamente nos llama, dialoga, firma y cumple. Pero esto no sucede y por eso las comunidades deciden irse a la panamericana.
¿Cómo logran resistir hasta 20 días en una movilización?
Hay que tener claro que cuando se hace una movilización, no todos los comuneros asisten a ella. A veces sale el 50% de la población de cada territorio y los que se quedan cuidando el territorio nos apoyan con víveres o algún recurso voluntario. De todas maneras, los que se quedan están pendientes de cómo avanza la movilización y si el gobierno nos atiende o no. Entonces, a los 12 días de la movilización sino hay arreglo, llegan los relevos. Algunos traen víveres y otros vienen a quedarse en la minga. De esa manera es como hemos sobrevivido en la minga permanente.
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¿Qué hará el movimiento indígena frente a las declaraciones del Ministro de Defensa?
Hemos dicho que estamos en asamblea permanente. Fuimos claros con el presidente Santos y así mismo con el nuevo gobierno: hasta que no cumplan con los acuerdos no levantaremos la asamblea. Le hemos dicho al nuevo gobierno que tenemos la voluntad de dialogar, escucharnos y conversar. Y en eso estamos en este momento. Ojalá acepte el diálogo.
El Cauca es uno de los departamentos con más líderes sociales asesinados, muchos de ellos indígenas. ¿Quiénes podrían estar detrás de esas amenazas y muertes en el norte del Cauca?
Sin duda, detrás de esto está el paramilitarismo que sigue vivo. Hoy los empresarios contratan a los sicarios para que hagan el trabajo. Luego, corren el rumor de que se trató de un grupo desconocido, pero se sabe que esto es responsabilidad de gente con mucho poder económico.
Un mensaje desde el norte del Cauca para el país y el nuevo gobierno.
Para el país que tanto soñamos, no solamente nosotros, sino también la sociedad en general. Porque hemos dicho que hay que construir paz y para eso tenemos que desarmar las ideas guerreristas. Algunos sectores no pueden insistir en la guerra como un negocio. Pero, a pesar de todo, lo que tiene que saber el pueblo colombiano, es que seguiremos construyendo paz, aunque lo que se avecine sea otro conflicto.
*La foto del líder no fue publicada por seguridad.