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                                                                                                                                Así medió la Iglesia católica para poner fin a la “Guerra Verde” en Boyacá

                                                                                                                                Este relato hace parte del libro Huellas de paz y reconciliación: iniciativas de la iglesia católica (1853-2017) en el que se relata la participación de sacerdotes en proceso de paz entre esmeralderos. La firma de un pacto de paz aun deja lecciones para otros procesos de pacificación.

                                                                                                                                Libro Huellas de paz y reconciliación: iniciativas de la iglesia católica (1853-2017)

                                                                                                                                Este conflicto, conocido como la Guerra Verde, tuvo sus inicios en la década de 1960.
                                                                                                                                Foto: Agencia Bloomberg
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Como relatan el profesor Jerónimo Gil Otálora (presidente de la Academia de Histórica Eclesiástica de Tunja) y los sacerdotes Carlos Prías y Víctor Mendieta, en el documento analítico del proceso de recuperación colectiva de la memoria histórica de la Arquidiócesis de Tunja: “Los pueblos, en el pasado, apenas recibían como presencia del Estado el envío, desde la capital del departamento, de alcaldes, jueces y algunos policías. Cuando se hizo necesario, enviaron unos pocos soldados como refuerzos militares”.

                                                                                                                                En parte, esto contribuyó a que el conflicto entre esmeralderos escalara. También incidieron otros factores: por una parte, los funcionarios públicos aprovechaban la ausencia estatal para sacar provecho para sí mismos; y por otra, las regalías obtenidas por la explotación esmeraldera no beneficiaban a la región, por lo cual los municipios mantenían bajos niveles de desarrollo social y económico que se manifestaban en su deficiente infraestructura vial, agrícola, industrial y educativa.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Nosotros hicimos lo que pudimos para atraer la paz, para alejar la muerte y para disuadir a los feligreses que evitaran el crimen y vivieran en sana convivencia, pero la avaricia por las piedras verdes era tan intensa que pareciera que nuestras oraciones, homilías, servicios religiosos y consejos no tuvieran eco”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Aunque desde la década de 1970 ya se trabajaba por conquistar la paz y la reconciliación en la región, fue después de 1985 cuando la Guerra Verde alcanzó sus peores índices. Según Gil, Mendieta y Prías, alrededor de 3.200 muertos fueron contabilizados en los sectores de San Pablo de Borbur, Santa Bárbara, Otanche, Muzo, Pauna, Briceño y Maripi por los enfrentamientos entre los bandos esmeralderos. En ese momento –ya se dijo–, el gobierno Barco estaba implementando el PNR (Plan Nacional de Rehabilitación), pero San Pablo de Borbur no se encontraba entre los municipios por intervenir, aun cuando era la localidad más afectada por la Guerra Verde.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Al respecto, relata monseñor Forero: “El Seminario Mayor envió a sus seminaristas a los pueblos de Occidente a hacer una ‘misión por la paz’ en campos, veredas y municipios. Esto ayudó mucho a aclimatar los espíritus, en los albores del año 1990.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Monseñor Jarro Tobos resalta el proceso de paz alcanzado de la siguiente manera: “Ellos se dieron cuenta que era mejor la paz y que había que hacer todos los sacrificios necesarios para obtenerla y obtuvieron la paz. Y lo más interesante es que tienen la paz, con un perdón absoluto y total. De tal manera, que ninguno está resentido por lo que sus amigos, antes enemigos, hubieran hecho contra ellos o contra sus familiares. Mientras no estemos dispuestos al perdón no hay paz en ninguna parte del mundo. De modo pues que ese ha sido un ejemplo excelente muy bueno para toda otra clase de proceso de paz, guardando las diferencias que hay que guardar, pero ha sido un ejemplo excelente para todo el país que posiblemente no se ha aprovechado y que debiera aprovecharse mejor.

                                                                                                                                A pesar de que el proceso de paz realizado, entonces, en el occidente de Boyacá, ayudó a sosegar los ánimos y las pugnas, estas han continuado en algunos casos –como puede constatarse en la noticia publicada por El Espectador el 14 de septiembre de 2014–, propiciadas por las mismas familias esmeralderas que han querido hacerse al control de la producción de esmeraldas desde mediados de la década de 1960, lo cual constituye una permanente amenaza a dicho proceso.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La acción no violenta para enfrentar la violencia

                                                                                                                                Otro escenario en el cual la Iglesia desplegó esfuerzos para ayudar a dirimir un conflicto fue el de Sabana Grande (Santander), correspondiente a la Diócesis de Socorro-San Gil. Allí se presentaba un conflicto entre dos familias que había acarreado víctimas mortales y heridos como consecuencia del intercambio frecuente de disparos entre los contrincantes.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Incluso, una de las familias había buscado la intervención de actores armados para solucionar el conflicto en su favor, según lo testimoniado por el sacerdote Gerardo Calderón, quien en 1991 era el párroco de Sabana Grande. Él se propuso entonces realizar un ayuno por la paz y no llevar a cabo el entierro de la última víctima asesinada. También decidió cerrar el templo, mantenerse en oración (en completo ayuno) y aislarse como estrategia no violenta para presionar a los actores del conflicto a buscar una solución. Solo se comunicaba por medio de mensajes dirigidos a la opinión pública, en los que proponía que “hasta que esas dos familias no llegaran al templo a reconciliarse, uno, pues no iba a haber el entierro de ese muerto [que estaba] ahí en el templo [y dos] no levantaría el ayuno”.

                                                                                                                                En respuesta a esta acción, un grupo de defensores de derechos humanos buscó a las dos familias y gestionó para que se reconciliaran: “… el ayuno duró cinco días: al quinto día, llegaron las dos familias al templo […], se logró que esas dos familias se reconciliaran, se dieran la mano [y] se celebrara la eucaristía”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar:

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                                                                                                                                *Iglesia católica convoca a candidatos presidenciales a pacto por la no violencia.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Este conflicto, conocido como la Guerra Verde, tuvo sus inicios en la década de 1960.
                                                                                                                                Foto: Agencia Bloomberg
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Como relatan el profesor Jerónimo Gil Otálora (presidente de la Academia de Histórica Eclesiástica de Tunja) y los sacerdotes Carlos Prías y Víctor Mendieta, en el documento analítico del proceso de recuperación colectiva de la memoria histórica de la Arquidiócesis de Tunja: “Los pueblos, en el pasado, apenas recibían como presencia del Estado el envío, desde la capital del departamento, de alcaldes, jueces y algunos policías. Cuando se hizo necesario, enviaron unos pocos soldados como refuerzos militares”.

                                                                                                                                En parte, esto contribuyó a que el conflicto entre esmeralderos escalara. También incidieron otros factores: por una parte, los funcionarios públicos aprovechaban la ausencia estatal para sacar provecho para sí mismos; y por otra, las regalías obtenidas por la explotación esmeraldera no beneficiaban a la región, por lo cual los municipios mantenían bajos niveles de desarrollo social y económico que se manifestaban en su deficiente infraestructura vial, agrícola, industrial y educativa.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “Nosotros hicimos lo que pudimos para atraer la paz, para alejar la muerte y para disuadir a los feligreses que evitaran el crimen y vivieran en sana convivencia, pero la avaricia por las piedras verdes era tan intensa que pareciera que nuestras oraciones, homilías, servicios religiosos y consejos no tuvieran eco”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Aunque desde la década de 1970 ya se trabajaba por conquistar la paz y la reconciliación en la región, fue después de 1985 cuando la Guerra Verde alcanzó sus peores índices. Según Gil, Mendieta y Prías, alrededor de 3.200 muertos fueron contabilizados en los sectores de San Pablo de Borbur, Santa Bárbara, Otanche, Muzo, Pauna, Briceño y Maripi por los enfrentamientos entre los bandos esmeralderos. En ese momento –ya se dijo–, el gobierno Barco estaba implementando el PNR (Plan Nacional de Rehabilitación), pero San Pablo de Borbur no se encontraba entre los municipios por intervenir, aun cuando era la localidad más afectada por la Guerra Verde.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Al respecto, relata monseñor Forero: “El Seminario Mayor envió a sus seminaristas a los pueblos de Occidente a hacer una ‘misión por la paz’ en campos, veredas y municipios. Esto ayudó mucho a aclimatar los espíritus, en los albores del año 1990.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Monseñor Jarro Tobos resalta el proceso de paz alcanzado de la siguiente manera: “Ellos se dieron cuenta que era mejor la paz y que había que hacer todos los sacrificios necesarios para obtenerla y obtuvieron la paz. Y lo más interesante es que tienen la paz, con un perdón absoluto y total. De tal manera, que ninguno está resentido por lo que sus amigos, antes enemigos, hubieran hecho contra ellos o contra sus familiares. Mientras no estemos dispuestos al perdón no hay paz en ninguna parte del mundo. De modo pues que ese ha sido un ejemplo excelente muy bueno para toda otra clase de proceso de paz, guardando las diferencias que hay que guardar, pero ha sido un ejemplo excelente para todo el país que posiblemente no se ha aprovechado y que debiera aprovecharse mejor.

                                                                                                                                A pesar de que el proceso de paz realizado, entonces, en el occidente de Boyacá, ayudó a sosegar los ánimos y las pugnas, estas han continuado en algunos casos –como puede constatarse en la noticia publicada por El Espectador el 14 de septiembre de 2014–, propiciadas por las mismas familias esmeralderas que han querido hacerse al control de la producción de esmeraldas desde mediados de la década de 1960, lo cual constituye una permanente amenaza a dicho proceso.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                (Lea también: Esmeraldas, coca y cacao: una serie documental sobre historias de paz en Boyacá)

                                                                                                                                La acción no violenta para enfrentar la violencia

                                                                                                                                Otro escenario en el cual la Iglesia desplegó esfuerzos para ayudar a dirimir un conflicto fue el de Sabana Grande (Santander), correspondiente a la Diócesis de Socorro-San Gil. Allí se presentaba un conflicto entre dos familias que había acarreado víctimas mortales y heridos como consecuencia del intercambio frecuente de disparos entre los contrincantes.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Incluso, una de las familias había buscado la intervención de actores armados para solucionar el conflicto en su favor, según lo testimoniado por el sacerdote Gerardo Calderón, quien en 1991 era el párroco de Sabana Grande. Él se propuso entonces realizar un ayuno por la paz y no llevar a cabo el entierro de la última víctima asesinada. También decidió cerrar el templo, mantenerse en oración (en completo ayuno) y aislarse como estrategia no violenta para presionar a los actores del conflicto a buscar una solución. Solo se comunicaba por medio de mensajes dirigidos a la opinión pública, en los que proponía que “hasta que esas dos familias no llegaran al templo a reconciliarse, uno, pues no iba a haber el entierro de ese muerto [que estaba] ahí en el templo [y dos] no levantaría el ayuno”.

                                                                                                                                En respuesta a esta acción, un grupo de defensores de derechos humanos buscó a las dos familias y gestionó para que se reconciliaran: “… el ayuno duró cinco días: al quinto día, llegaron las dos familias al templo […], se logró que esas dos familias se reconciliaran, se dieran la mano [y] se celebrara la eucaristía”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Iniciativas de este tipo fueron replicadas por otras parroquias de la Diócesis de Socorro-San Gil donde los miembros del pueblo de Dios observaban que la acción no violenta era idónea para enfrentar conflictos como el descrito.

                                                                                                                                Le puede interesar:

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                                                                                                                                *Iglesia católica convoca a candidatos presidenciales a pacto por la no violencia.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                *“Objetos de paz”: Una exposición sobre el Acuerdo de Paz que busca hogar.

                                                                                                                                Por Libro Huellas de paz y reconciliación: iniciativas de la iglesia católica (1853-2017)

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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