Construir país desde las aulas de clase: una apuesta para la paz
Jóvenes y docentes de tres colegios de Bogotá se reunieron en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación para sostener un diálogo sobre el papel del arte en la construcción de paz, donde intervinieron excombatientes y personas que apoyan el proceso de paz.
¿Qué se arrepiente de haber hecho en la guerra? ¿Cuál fue la experiencia más dura de haber vivido en la guerrilla? ¿Alguna vez disparó un fusil o le hizo daño a alguna persona? ¿Alguna vez le hicieron daño? ¿Mató a alguien? ¿Cómo es acercarse a las víctimas? ¿Cómo narrar su dolor y sus historias? ¿Qué esperan del cambio de gobierno?
Estas fueron algunas de las preguntas que jóvenes de tres colegios de Bogotá lanzaron, sin prevenciones y sin filtros, directas, precisas, llenas de curiosidad y ansiosas de respuestas, a un ex combatiente de las Farc y varios artistas y activistas dedicados a la construcción de paz.
Ocurrió mientras se desarrollaba el evento “Construyendo país desde las aulas”, el 1° de septiembre en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, realizado por Colombia+20 de El Espectador con apoyo de la Embajada de Alemania y en alianza con el Instituto Colombo Alemán para la Paz (CAPAZ), la Universidad Pedagógica Nacional y el Centro de Memoria. El evento contó con la participación del Colectivo Quinta con Quinta Crew, un grupo de artistas de Cúcuta que se dedica al trabajo comunitario con jóvenes en zonas marginales de Norte de Santander, y con varios integrantes del Colectivo Miradas, que reúne a excombatientes de las Farc y personas ajenas a esa guerrilla dedicadas a la fotografía.
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“Ustedes se preguntarán por qué esto interesa a personas en Europa y otras partes del mundo”, les comentó Stefan Peters a los jóvenes. Peters es director del instituto CAPAZ y él mismo ofreció una explicación a su pregunta, recalcando la importancia del Acuerdo de Paz: “Lo que ustedes están haciendo en Colombia es algo que no vemos muchas veces, miren las noticias en Europa en este momento”, insistiendo en que son las nuevas generaciones las abanderadas en que el Acuerdo de Paz garantice un futuro que venga libre de violencia: “Ustedes son quienes van a construir el país”.
Fidel Cano, director de El Espectador, también intervino ante los jóvenes para explicar que desde el nacimiento del proyecto Colombia+20 “estábamos muy conscientes de que la paz no llegaba con unos acuerdos”. Cano fue enfático en afirmar que la paz es un proceso que hay que narrar y construir cada día, y para eso es fundamental esta que él llamó la “generación de la esperanza: ustedes”, aquellos niños y niñas que por fin aspiran a crecer en un país donde la confrontación violenta no sea la manera de resolver los conflictos.
Johanna Huepa, coordinadora de la licenciatura en educación comunitaria de la Universidad Pedagógica Nacional, es una de las gestoras y aliadas de este proceso, que viene desde 2020, según explicó en diálogo con Colombia+20.
Un proyecto que nació de la “preocupación de los maestros por entender el conflicto armado, por qué ocurrió, quiénes fueron sus actores”, y que se justificó cuando quedó en evidencia esa “necesidad de la sociedad en su conjunto” de hablar de paz. Según Huepa, era crucial reconocer el pasado histórico con los estudiantes, por ello la Universidad Pedagógica, que forma a los futuros docentes, decidió involucrarse.
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Estos encuentros tuvieron su primera fase en 2020 y se llamaron “Hablemos de verdad en los colegios”. En esa oportunidad, y en plena pandemia, 300 estudiantes y 20 docentes de colegios de Bogotá, Norte de Santander y el Meta se encontraron con excombatientes de las Farc, de las Auc y representantes de víctimas del conflicto armado, para dialogar sobre lo ocurrido durante el conflicto y encontrar maneras para construir un país diferente, buscando “humanizar y darles un reconocimiento a esas personas que están detrás de esas etiquetas, tan complejas en un país tan polarizado”, etiquetas que, en el caso de los victimarios, suelen pasar de la indiferencia al prejuicio, sin términos medios, asegura Huepa.
“Eso implicaba una mediación”, prosigue Johanna Huepa, “ese es el papel que ha jugado la Universidad Pedagógica Nacional: construir ambientes pedagógicos que sean seguros, tranquilos y que posibiliten el diálogo franco y profundo con ellos”.
Esta segunda fase se ha desarrollado en tres colegios de Bogotá y la Escuela Normal Superior de San Juan Nepomuceno, en el departamento de Bolívar, una institución que tiene especial significado pues allí se forman muchos de los futuros maestros del Caribe.
En Bogotá los colegios involucrados son el Instituto Pedagógico Nacional, donde han participado 90 personas entre estudiantes y docentes, muchos de ellos miembros de los grupos de mediadores escolares, una estrategia que la institución ha aplicado para atenuar los conflictos dentro de las aulas; el Colegio Cafam con 35 estudiantes y la Institución Educativa Juana Escobar de San Cristóbal Sur, en donde existe un semillero de Derechos Humanos al que pertenecen 40 personas entre estudiantes y docentes.
De acuerdo con Luz Dary Gómez, profesora de ciencias sociales en el Instituto Pedagógico Nacional, “en el contexto actual estas actividades fortalecen el trabajo que nosotras venimos desarrollando en las instituciones con iniciativas de paz, por ejemplo, la resolución de conflictos en la escuela. Es necesario encontrarnos con otras prácticas que nos ayudan a resignificar lo que hacemos en el aula y reformular las didácticas. El hecho de que nuestros estudiantes tengan la oportunidad de estos encuentros para aprender y reconocer es algo muy potente en este momento histórico”.
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Ivonne Caicedo dicta clases de música y también ha participado en los talleres y encuentros del proyecto. Según ella, “es importante dar prioridad a las manifestaciones artísticas, a través del arte podemos transformar la cultura y construir país desde la diversidad cultural, a través del arte podemos sanar las heridas y proyectar un futuro en el que seamos todos, desde el respeto, pero todos”.
Ambas docentes coinciden en que hay un cambio en el país, pues la paz como centro de la escuela se ha ganado un lugar que no tenía antes: “Yo considero que la sociedad está más abierta a hablar de ciertos temas, y la juventud se está movilizando, eso abre las puertas para que nuestra sociedad comience a reconocer y a hacer las transformaciones”, segura Gómez.
Este cambio se inscribe en lo que Johanna Huepa llama la “pedagogía del nunca más”, es decir, llevar a las aulas la discusión sobre lo que ocurrió durante la guerra para “que esos contextos de violencia no se repitan, pero para eso hay que conocerlos. Darles un lugar en la escuela”, asegura.
No es una experiencia nueva, pues lleva décadas aplicándose en países del cono sur como Argentina, Chile o Paraguay, donde hubo dictaduras y graves violaciones a los derechos humanos, también en los países centroamericanos como Nicaragua y El Salvador después de los procesos de paz de los años ochenta y noventa: “Son procesos muy anclados a la reconstrucción de la memoria histórica”, apunta Huepa.
Antes del evento realizado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hubo múltiples encuentros previos en las instituciones educativas con talleres y proyecciones del documental No odiarás, una producción de Colombia+20 de El Espectador.
¿“Mataste a alguien”?
Jorge Botello “Ahiman”, del Colectivo Quinta con Quinta, tomó el micrófono para contestar a varias de las preguntas de los jóvenes rapeando. ¿Por qué muchos jóvenes de su ciudad y su región se han salvado de la guerra?: “porque están haciendo arte, porque están pensando en el arte”.
Pero el momento más álgido ocurrió en un punto del diálogo cuando un estudiante tomó la palabra aclarando que iba a hacer una pregunta “fuerte”. Se dirigió a Marcos Guevara, un excombatiente de las extintas Farc que ahora se dedica a la fotografía con el Colectivo Miradas, un grupo que reúne a civiles y exguerrilleros amantes de ese arte, para indagar si tenía recuerdos especialmente duros de la guerra.
Marcos, en cambio, prefirió hablar de cómo ahora se dedica a fotografiar funerales y velorios en la Serranía del Perijá, donde vive desde que comenzó su proceso de reincorporación a la vida civil. Allí, aseguró, tuvo que cubrir el entierro de un pariente que falleció por cáncer y aquello lo confrontó con la muerte: un duelo que “no he podido hacer”.
Otro contexto: “Hablar de salud mental es hablar de recursos emocionales”: representante MinSalud
Diana Martínez, una periodista que decidió acompañar como voluntaria el proceso de reincorporación de los excombatientes en el Meta, contó que ella jamás tuvo la oportunidad de acercarse a los temas del conflicto armado cuando era estudiante y sabía más sobre las dos guerras mundiales que sobre el conflicto que había ocurrido en su propio país. Por eso insistió en que este “es un proceso fundamental para el sueño de tener un país en paz, es maravilloso que se pueda involucrar a los niños y niñas en este proceso de construcción de paz, que se sientan parte, que puedan elegir su futuro”, pues según ella, “esta también es su responsabilidad, ellos y ellas deben construir un país distinto, que es el que les va a quedar”.
Premio “Constructores de país”
Este miércoles 7 de septiembre se llevará a cabo en la Universidad Javeriana una nueva edición del premio “Constructores de país”, realizado por Colombia+20 de El Espectador con apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la dirección técnica de la Universidad Javeriana.
Este premio busca reconocer a los mejores programas o proyectos de las instituciones educativas que promuevan la convivencia, la resolución pacífica de conflictos, el perdón, la reconciliación, la inclusión, bien sea en sus instituciones educativas o en las comunidades cercanas a ellas.
Este evento se realizará desde las 10 a.m. de este miércoles en la Universidad Javeriana y también será transmitido por las plataformas de Colombia+20 y El Espectador.
¿Qué se arrepiente de haber hecho en la guerra? ¿Cuál fue la experiencia más dura de haber vivido en la guerrilla? ¿Alguna vez disparó un fusil o le hizo daño a alguna persona? ¿Alguna vez le hicieron daño? ¿Mató a alguien? ¿Cómo es acercarse a las víctimas? ¿Cómo narrar su dolor y sus historias? ¿Qué esperan del cambio de gobierno?
Estas fueron algunas de las preguntas que jóvenes de tres colegios de Bogotá lanzaron, sin prevenciones y sin filtros, directas, precisas, llenas de curiosidad y ansiosas de respuestas, a un ex combatiente de las Farc y varios artistas y activistas dedicados a la construcción de paz.
Ocurrió mientras se desarrollaba el evento “Construyendo país desde las aulas”, el 1° de septiembre en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, realizado por Colombia+20 de El Espectador con apoyo de la Embajada de Alemania y en alianza con el Instituto Colombo Alemán para la Paz (CAPAZ), la Universidad Pedagógica Nacional y el Centro de Memoria. El evento contó con la participación del Colectivo Quinta con Quinta Crew, un grupo de artistas de Cúcuta que se dedica al trabajo comunitario con jóvenes en zonas marginales de Norte de Santander, y con varios integrantes del Colectivo Miradas, que reúne a excombatientes de las Farc y personas ajenas a esa guerrilla dedicadas a la fotografía.
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“Ustedes se preguntarán por qué esto interesa a personas en Europa y otras partes del mundo”, les comentó Stefan Peters a los jóvenes. Peters es director del instituto CAPAZ y él mismo ofreció una explicación a su pregunta, recalcando la importancia del Acuerdo de Paz: “Lo que ustedes están haciendo en Colombia es algo que no vemos muchas veces, miren las noticias en Europa en este momento”, insistiendo en que son las nuevas generaciones las abanderadas en que el Acuerdo de Paz garantice un futuro que venga libre de violencia: “Ustedes son quienes van a construir el país”.
Fidel Cano, director de El Espectador, también intervino ante los jóvenes para explicar que desde el nacimiento del proyecto Colombia+20 “estábamos muy conscientes de que la paz no llegaba con unos acuerdos”. Cano fue enfático en afirmar que la paz es un proceso que hay que narrar y construir cada día, y para eso es fundamental esta que él llamó la “generación de la esperanza: ustedes”, aquellos niños y niñas que por fin aspiran a crecer en un país donde la confrontación violenta no sea la manera de resolver los conflictos.
Johanna Huepa, coordinadora de la licenciatura en educación comunitaria de la Universidad Pedagógica Nacional, es una de las gestoras y aliadas de este proceso, que viene desde 2020, según explicó en diálogo con Colombia+20.
Un proyecto que nació de la “preocupación de los maestros por entender el conflicto armado, por qué ocurrió, quiénes fueron sus actores”, y que se justificó cuando quedó en evidencia esa “necesidad de la sociedad en su conjunto” de hablar de paz. Según Huepa, era crucial reconocer el pasado histórico con los estudiantes, por ello la Universidad Pedagógica, que forma a los futuros docentes, decidió involucrarse.
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Estos encuentros tuvieron su primera fase en 2020 y se llamaron “Hablemos de verdad en los colegios”. En esa oportunidad, y en plena pandemia, 300 estudiantes y 20 docentes de colegios de Bogotá, Norte de Santander y el Meta se encontraron con excombatientes de las Farc, de las Auc y representantes de víctimas del conflicto armado, para dialogar sobre lo ocurrido durante el conflicto y encontrar maneras para construir un país diferente, buscando “humanizar y darles un reconocimiento a esas personas que están detrás de esas etiquetas, tan complejas en un país tan polarizado”, etiquetas que, en el caso de los victimarios, suelen pasar de la indiferencia al prejuicio, sin términos medios, asegura Huepa.
“Eso implicaba una mediación”, prosigue Johanna Huepa, “ese es el papel que ha jugado la Universidad Pedagógica Nacional: construir ambientes pedagógicos que sean seguros, tranquilos y que posibiliten el diálogo franco y profundo con ellos”.
Esta segunda fase se ha desarrollado en tres colegios de Bogotá y la Escuela Normal Superior de San Juan Nepomuceno, en el departamento de Bolívar, una institución que tiene especial significado pues allí se forman muchos de los futuros maestros del Caribe.
En Bogotá los colegios involucrados son el Instituto Pedagógico Nacional, donde han participado 90 personas entre estudiantes y docentes, muchos de ellos miembros de los grupos de mediadores escolares, una estrategia que la institución ha aplicado para atenuar los conflictos dentro de las aulas; el Colegio Cafam con 35 estudiantes y la Institución Educativa Juana Escobar de San Cristóbal Sur, en donde existe un semillero de Derechos Humanos al que pertenecen 40 personas entre estudiantes y docentes.
De acuerdo con Luz Dary Gómez, profesora de ciencias sociales en el Instituto Pedagógico Nacional, “en el contexto actual estas actividades fortalecen el trabajo que nosotras venimos desarrollando en las instituciones con iniciativas de paz, por ejemplo, la resolución de conflictos en la escuela. Es necesario encontrarnos con otras prácticas que nos ayudan a resignificar lo que hacemos en el aula y reformular las didácticas. El hecho de que nuestros estudiantes tengan la oportunidad de estos encuentros para aprender y reconocer es algo muy potente en este momento histórico”.
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Ivonne Caicedo dicta clases de música y también ha participado en los talleres y encuentros del proyecto. Según ella, “es importante dar prioridad a las manifestaciones artísticas, a través del arte podemos transformar la cultura y construir país desde la diversidad cultural, a través del arte podemos sanar las heridas y proyectar un futuro en el que seamos todos, desde el respeto, pero todos”.
Ambas docentes coinciden en que hay un cambio en el país, pues la paz como centro de la escuela se ha ganado un lugar que no tenía antes: “Yo considero que la sociedad está más abierta a hablar de ciertos temas, y la juventud se está movilizando, eso abre las puertas para que nuestra sociedad comience a reconocer y a hacer las transformaciones”, segura Gómez.
Este cambio se inscribe en lo que Johanna Huepa llama la “pedagogía del nunca más”, es decir, llevar a las aulas la discusión sobre lo que ocurrió durante la guerra para “que esos contextos de violencia no se repitan, pero para eso hay que conocerlos. Darles un lugar en la escuela”, asegura.
No es una experiencia nueva, pues lleva décadas aplicándose en países del cono sur como Argentina, Chile o Paraguay, donde hubo dictaduras y graves violaciones a los derechos humanos, también en los países centroamericanos como Nicaragua y El Salvador después de los procesos de paz de los años ochenta y noventa: “Son procesos muy anclados a la reconstrucción de la memoria histórica”, apunta Huepa.
Antes del evento realizado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hubo múltiples encuentros previos en las instituciones educativas con talleres y proyecciones del documental No odiarás, una producción de Colombia+20 de El Espectador.
¿“Mataste a alguien”?
Jorge Botello “Ahiman”, del Colectivo Quinta con Quinta, tomó el micrófono para contestar a varias de las preguntas de los jóvenes rapeando. ¿Por qué muchos jóvenes de su ciudad y su región se han salvado de la guerra?: “porque están haciendo arte, porque están pensando en el arte”.
Pero el momento más álgido ocurrió en un punto del diálogo cuando un estudiante tomó la palabra aclarando que iba a hacer una pregunta “fuerte”. Se dirigió a Marcos Guevara, un excombatiente de las extintas Farc que ahora se dedica a la fotografía con el Colectivo Miradas, un grupo que reúne a civiles y exguerrilleros amantes de ese arte, para indagar si tenía recuerdos especialmente duros de la guerra.
Marcos, en cambio, prefirió hablar de cómo ahora se dedica a fotografiar funerales y velorios en la Serranía del Perijá, donde vive desde que comenzó su proceso de reincorporación a la vida civil. Allí, aseguró, tuvo que cubrir el entierro de un pariente que falleció por cáncer y aquello lo confrontó con la muerte: un duelo que “no he podido hacer”.
Otro contexto: “Hablar de salud mental es hablar de recursos emocionales”: representante MinSalud
Diana Martínez, una periodista que decidió acompañar como voluntaria el proceso de reincorporación de los excombatientes en el Meta, contó que ella jamás tuvo la oportunidad de acercarse a los temas del conflicto armado cuando era estudiante y sabía más sobre las dos guerras mundiales que sobre el conflicto que había ocurrido en su propio país. Por eso insistió en que este “es un proceso fundamental para el sueño de tener un país en paz, es maravilloso que se pueda involucrar a los niños y niñas en este proceso de construcción de paz, que se sientan parte, que puedan elegir su futuro”, pues según ella, “esta también es su responsabilidad, ellos y ellas deben construir un país distinto, que es el que les va a quedar”.
Premio “Constructores de país”
Este miércoles 7 de septiembre se llevará a cabo en la Universidad Javeriana una nueva edición del premio “Constructores de país”, realizado por Colombia+20 de El Espectador con apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la dirección técnica de la Universidad Javeriana.
Este premio busca reconocer a los mejores programas o proyectos de las instituciones educativas que promuevan la convivencia, la resolución pacífica de conflictos, el perdón, la reconciliación, la inclusión, bien sea en sus instituciones educativas o en las comunidades cercanas a ellas.
Este evento se realizará desde las 10 a.m. de este miércoles en la Universidad Javeriana y también será transmitido por las plataformas de Colombia+20 y El Espectador.