Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El Teatro Colón, donde hace siete años se firmó el Acuerdo de Paz con las FARC, será el escenario al que llegarán cientos de indígenas del país para realizar el Primer Encuentro de Pueblos Originarios, con el que se conmemorará el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Cerca de 16 pueblos indígenas como los wayuú, arhuacos, muiscas, embera, nasa y muruy presentarán del 9 al 13 de agosto diferentes obras, conciertos, instalaciones y performances en el evento “Abya Yala - Sanar el Territorio” en Bogotá. Las actividades se realizarán con entrada gratuita en el Teatro Colón y en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella (Calle 11 # 5 – 60).
A nivel internacional estará la Orquesta de Instrumentos Andinos del Ecuador, que dará un concierto el jueves 10 de agosto a las 7:30 p.m. en el Teatro Colón.
En Colombia existen más de 115 pueblos indígenas que suman cerca de 2 millones de personas, es decir, el 4% de la población del país. Esta población representa el 29% de las víctimas étnicas del país y aún padecen violencias como el desplazamiento forzado, las desapariciones forzadas, el reclutamiento y los homicidios.
Colombia +20 habló con Iván Benavides, director del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, del que hace parte el Teatro Colón, sobre el proceso de creación, las co-construcción con los pueblos indígenas y el funcionamiento del evento.
¿Cómo nace este festival?
Queremos que el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella sea un espacio de encuentro y creación en diálogo con los territorios y el mundo. Le hemos dado prioridad a los pueblos étnicos, a las diversidades y a los territorios.
Esto tiene relación con la historia del Teatro Colón que se fundó en 1892 pero pasaron 62 años antes de que una artista negra pisara su escenario, que fue la gran Delia Zapata Olivella.
La participación de las comunidades y de los pueblos originarios en el teatro ha sido todavía muy marginal y en este momento comenzamos a darle énfasis a este diálogo de manera tal que fue prioritario sembrar en el pensamiento este proyecto, como nos han enseñado los pueblos originarios, conversar y hacerlo con ellos y desde las voces de los territorios.
¿Cuántas personas llegarán a Bogotá para el encuentro?
Son más de 100 personas de 16 pueblos indígenas que estarán tanto en los escenarios como en los talleres. Vienen de diferentes zonas del país como La Guajira, el Amazonas, el Darién, Cauca, de la Sierra Nevada de Santa Marta, del centro y región Pacífico.
Vea: Patricia Tobón: ¿De dónde van a sacar la plata para reparar a las víctimas?
Los pueblos originarios se toman el Teatro Colón para descolonizarlo, en el sentido más grande del teatro. Para ellos, el Centro Nacional de las Artes es como una gran maloca que se conectará con las de sus pueblos a partir de la danza. Tendremos talleres, páneles, exposiciones, performance con artistas como Julieth Morales del pueblo misak, Edison Quiñones del pueblo nasa, Alex Tisoy Jacanamijo del pueblo inga.
Los talleres serán de sanación porque el tema central de nuestro encuentro es la sanación del territorio y ellos nos enseñan que el primer territorio es el cuerpo. Queremos escucharlos y será a través de talleres con sabedores y sabedoras de 16 pueblos. También tendremos a grandes lideresas mujeres que han trabajado la sanación de los cuerpos porque los pueblos indígenas han sido los que más han sufrido la guerra en este país.
Consulte la programación completa aquí:
¿Cómo fue el proceso de construcción de la programación con los pueblos indígenas?
Todo inició el 21 de marzo de este año cuando abrimos las puertas del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella y lo primero que hicimos fue armonizar el espacio, vinieron maloqueros, taitas, mamos y líderes espirituales. Ahí comenzamos a construir una relación que llevó a desarrollar los laboratorios de arte en los territorios, bajo la escucha de los pueblos.
Los laboratorios se hicieron para danzantes del viento directamente por estas cuatro comunidades que son wayuú, guna dule, arhuaca, muruy y muisca. En el caso de los muruy que son del Amazonas, estamos trabajando con una comunidad de desplazados que se encuentran en Usme (Bogotá) y que han conservado su tejido social, a partir de sus prácticas culturales y era muy importante también porque los indígenas perviven en la ciudad y tienen otra manera de estar.
Cuando comenzamos a hablar con ellos hay algo claro y es que no podemos llamarlo obras de teatro porque es algo que nace de ellos y decidimos ponerle poema en movimiento, donde está la palabra, la danza y la música. A partir de esto, tejimos el guión con los poetas y las comunidades, buscando que su palabra nos llevara a su cosmología y resistencia, a sus deseos de paz y también a la denuncia de la violencia de la que han sido víctimas.
Nosotros no dirigimos en el sentido de decir qué hacer sino que somos unos puentes para que ellos tengan la palabra. Muchas veces pensamos que la cultura es llevar cultura a las comunidades y a los territorios acá es al revés.
¿Quiénes más participarán de este primer encuentro?
Varios de los procesos que se eligieron son semilleros de niños y de jóvenes porque de esa manera estamos empoderando el futuro. Fortalecemos sus prácticas culturales y de alguna manera nos acercamos a la ritualidad, a un teatro ritual donde la gente no representa sino que es, eso es muy importante.
Tendremos la participación de la Orquesta de Instrumentos Andinos del Ecuador que tienen su origen en las músicas indígenas. Fue un obsequio de la embajada del pueblo ecuatoriano.
Le recomendamos: ¿Cómo avanza la búsqueda de población indígena desaparecida en Colombia?
Participan artistas occidentales en la parte de iluminación, del mapping, la técnica y hay una mediación porque estas prácticas no están hechas para el escenario pero sí la idea es que fortalezcamos tanto los procesos al interior de ellos, cómo los proyectemos hacia los públicos occidentales para llevar su palabras, saberes y prácticas.
Muchas de las presentaciones rituales de los pueblos indígenas están cargadas de elementos simbólicos, ¿cómo transmitir de forma clara a los espectadores los mensajes que los protagonistas quieren entregar?
Lo interesante de las prácticas colectivas y rituales es que están llenas de forma, no es un mensaje evidente sino la forma de entregarlo. Estamos en una sociedad donde estamos privilegiando lo que llaman la comunicación, los datos o la información pero en estos casos, lo ritual se basa en la comunidad sin necesidad de estar dando información.
En las experiencias artísticas iremos entendiendo sus cosmogonías, que su tiempo no es lineal sino en espiral, que responden a sus formas de danzar y musical.
¿Cómo se realizará el montaje de las presentaciones?
En nuestra plaza principal tenemos dibujada una gran espiral desde la que abriremos el espacio con una ceremonia de consagración del fuego. Estará prendido durante todo el encuentro, pues el uego es un elemento común para todos los pueblos y en el caso de los Muiscas, al ser los anfitriones, solicitaron estar como cuidadores del fuego. La audiencia podrá asistir a la ceremonia y desde ahí arrancamos.
Lea también: Diana Arias: “En Colombia, humanizamos la guerra cuando la contamos desde el cine”
Hicimos un tejido en los territorios y ahora los laboratorios los haremos en los escenarios donde las comunidades estarán presentándose. Los talleres también serán como ofrendas, obsequios para pedir permiso, perdón y agradecer.
La parte audiovisual del evento está producida completamente por realizadores indígenas.
¿Este Primer Encuentro de los Pueblos Originarios responde a un proceso de reparación, ya que la mayoría de los participantes indígenas fueron víctimas del conflicto armado?
Sí, es necesaria la reparación simbólica, trabajé con la Comisión de la Verdad y fui uno de los directores de “Develaciones, un canto a los cuatro vientos”. Para el fin de semana tendremos unas adaptaciones con “Danzantes al viento” de las escenas donde participaron los wayuú en “Develaciones” con consentimiento de los pueblos.
En contexto: “Develaciones”: la antesala del informe final de la Comisión
Hacer estos procesos ha significado trabajo en los territorios, fortalecimiento de relaciones y la continuación. Los laboratorios y todo lo que estamos haciendo estará en movimiento, es decir, no es algo que se acabe este fin de semana. La idea es que todos los años hagamos un encuentro de pueblos originarios con potencia, continuidad y en la medida de lo posible, con participación de pueblos no solamente colombianos sino de América y el mundo.
¿Cómo se logra realizar este encuentro a nivel económico?
El Centro Nacional de las Artes hace parte del Ministerio de Cultura y es con el presupuesto asignado que tenemos que se realizará este encuentro. Con ese presupuesto, nosotros diseñamos toda la programación del año.