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Medellín fue una de las ciudades que le dijo No al proceso de paz con las Farc en el plebiscito que buscaba refrendar ese pacto histórico, el 2 de octubre de 2016. La votación final fue 253.548 votos por el sí y 431.173 por el no. Han pasado casi cuatro años desde aquella jornada y Medellín vuelve, desde su Alcaldía, a tomar acciones para implementar este acuerdo con la creación de la Secretaría de la No Violencia.
La promoción de la justicia restaurativa, la reconciliación entre víctimas y victimarios, y la promoción de la paz en las zonas de la ciudad donde existen conflictos urbanos, serán los dos objetivos más importantes de esta dependencia, según un documento interno, que conoció este diario, y será presentado por el alcalde Quintero al Concejo de Medellín.
La gestora social de esa ciudad, Diana Osorio, señaló que quien sea nombrado en el cargo también tendrá la misión de hacerle seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz en la capital de Antioquia. “Medellín es una ciudad receptora tanto de víctimas como de excombatientes y estaba en mora de crear una política pública de paz que esté muy pendiente de los conflictos urbanos. Atender a las víctimas y a los reincorporados. Atender al llamado de la Comisión de la Verdad también es responsabilidad de nosotros, como lo ha pedido la misma entidad a las regiones”, dijo Osorio.
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Precisamente, el documento que presenta esta administración este martes ante el Concejo Municipal también hace énfasis en la importancia de trabajar con dicha Comisión para ayudar a construir la memoria del conflicto en Medellín. Por eso, una de las metas será coordinar con el Centro Nacional de Memoria Histórica, el Museo Casa de la Memoria y organizaciones de la sociedad civil “acciones específicas para la dignificación de las víctimas y la construcción de memoria colectiva en los territorios del municipio de Medellín”, señala el documento.
Para Osorio “a pesar de que en Medellín ganó el No en el plebiscito, en las elecciones a la Alcaldía ganó un candidato que votó por el Sí. Entonces, esta es una ciudad que evoluciona, que no se queda en el pasado, y ese fue el mensaje con la elección de Daniel Quintero. De hecho, Quintero fue gerente de la campaña por el sí en Medellín. Entonces, a la gente se le ha hablado de frente sobre nuestra identidad y sobre la profunda convicción en la construcción de paz y en evitar a toda costa la guerra. Y lo que no queremos es que la ciudad se siga dividiendo entre los del sí y los del no. Es un llamado a la unión para unir a Medellín para que podamos vivir en una ciudad más pacífica”, puntualizó.
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El hecho de que se llame “Secretaría de No violencia” en vez de paz, en parte obedece a esa división que se dio hace cuatro años entre los que apoyaban y rechazaban el acuerdo de paz entre el Estado y las Farc. Sin embargo, también apuntan a que haya un reconocimiento tácito de la violencia que ha vivido y vive la capital antioqueña, la cual, según reportes oficiales, tiene 407.000 víctimas por causa del conflicto armado y más de 31.000 que denunciaron desapariciones forzadas.
Medellín se suma a Bogotá y Cali, que tienen una alta consejería y una secretaría respectivamente, para acompañar la implementación del acuerdo de paz de La Habana. Igualmente, Neiva, que también tiene esta dependencia, ha dado un paso más allá en la búsqueda de la reconciliación: nombró a una militante del partido de la exguerrilla como la encargada de dirigir la política de paz en una región donde el flagelo del secuestro y los asesinatos selectivos fueron el pan de cada día durante la guerra.
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