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Este miércoles, a través de un comunicado, la banda urbana conocida como Espartanos y que opera en Buenaventura, anunció que se retirará de los diálogos de paz que venía adelantando con el Gobierno y junto al grupo los Shottas desde julio del año pasado.
Según el texto difundido, la decisión se tomó porque “no se ha logrado ningún acuerdo contundente para darle definitivamente fin a la guerra” , por el “tiempo que se ha perdido” y la falta de compromiso de la otra banda denominada como Los Shottas. El grupo también hizo referencia a que han esperado tener un marco jurídico con el Gobierno, pero que hasta ahora no se ha dado.
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En efecto, el gran problema de este tipo de procesos de paz urbanos en los que se busca un sometimiento de las bandas -hay otro en Quibdó y uno más en el Valle de Aburrá-, es que aún no se concreta un marco jurídico que permita que el proceso no sea solo un acuerdo de voluntades. Para ello, el Gobierno tramitó la ley de Paz Total, que incluía ese tipo de diálogos con esas estructuras criminales. El 30 de noviembre pasado, la Corte Constitucional se pronunció sobre dicha ley, pero le puso límites. Según el alto tribunal, el Gobierno no puede negociar un sometimiento a la justicia sin consultar con las otras ramas del poder, bajo su criterio.
Es decir, aunque los acercamientos y conversaciones pueden continuar, solo se podrá llegar al punto del sometimiento una vez el Legislativo reglamente bajo qué condiciones se hará.
La decisión de los Espartanos se da a conocer apenas unos días después de la visita de representantes de la Unión Europea a Buenaventura, donde se anunció una partida de 2,5 millones de euros (casi 10.650 millones de pesos) para un programa de ‘consolidación de paz’ en Colombia que se centrará en apoyo a negociaciones de paz, entre ellas el proceso que se lleva en el puerto.
Además, hace un mes Shottas y Espartanos anunciaron que se extendería hasta el próximo 5 de mayo la tregua entre las dos grandes bandas criminales de Buenaventura, que empezó en agosto de 2023. Además, de este cese al fuego, las partes también habían logrado otros tres acuerdos. Por un lado se aprobó un protocolo de funcionamiento para la participación de la comunidad; los ejes temáticos para la conversación: la protección de la vida; las condiciones del tránsito al Estado Social de Derecho de los miembros de las estructuras y la superación de las causas de la violencia y las garantías de no repetición. Por último, se acordó la implementación, mecanismo de verificación y atención permanente.
Alejandro Ocampo, Jefe de la delegación del Gobierno en ese proceso, se pronunció sobre este anuncio y dijo que se está evaluando la situación. “Nos estamos poniendo en contacto con los diversos actores de los grupos para esclarecer a qué se debe esta situación y poder llegar a unos acuerdos”, indicó.
Aunque el proceso no ha tenido más avances, solo la tregua le ha significado a Buenaventura una reducción de al menos el 30%, especialmente en los homicidios. Además, también se han disminuido los hurtos y las agresiones. Así mismo, logró sacar al puerto de la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo.
Buenaventura fue el primer laboratorio de la paz urbana, como lo llamó el mismo presidente Gustavo Petro. A lo que se sumaron después los diálogos con bandas del Valle de Aburrá y de Chocó.
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