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Tres días después de la reanudación de los diálogos de paz entre el Gobierno y la disidencia autodenominada Estado Mayor Central, comandada por Iván Mordisco, se empiezan a conocer los primeros nombres de quienes conformarían la delegación de negociadores del Gobierno.
Según pudo confirmar Colombia+20, el director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González Posso, sería uno de los negociadores, aunque aún está pendiente por firmarse el decreto por parte del presidente Gustavo Petro. González sería, además, el jefe de la delegación.
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En la década de 1980, González Posso acompañó las negociaciones de paz para la desmovilización del M-19, y durante el gobierno de César Gaviria fue ministro de Salud. En los últimos 30 años ha participado en diálogos de paz con distintos grupos, fue fundador y director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación en Bogotá. En la actualidad forma parte de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, una instancia clave para la implementación del Acuerdo de Paz de 2016.
Otro de los nombres que suena es el del Fabio Valencia Cossio, exministro del Interior y de Justicia durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez y miembro del Centro Democrático. Valencia también fue embajador, congresista y ya fue negociador con la extinta guerrilla de las FARC cuando se dieron los diálogos en el Caguán.
En el sonajero también está el exsenador y exconsejero del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Feliciano Valencia. Además, Yezid Arteta, conocido en la guerra como Joaquín Posada y quien fue comandante del frente 29 de las extintas Farc durante 13 años. Entre los nombres también están Carlos Murgas, empresario palmero, y Óscar Salazar, coordinador del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (PUPSOC) en Cauca.
Las negociaciones con el Estado Mayor Central se restablecieron tras dos meses de suspensión por el asesinato de cuatro menores indígenas que habían huido de las filas del frente Carolina Ramírez en Putumayo. De acuerdo con el comunicado dado a conocer el sábado pasado, el Gobierno y el Estado Mayor Central llegaron a “un acuerdo para instalar una mesa de diálogos de paz”, en la que se espera que se apruebe un cese al fuego bilateral.
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El comunicado también estableció que desde ese sábado hasta la instalación de la mesa -que aún no tiene fecha-, delegados de ambas partes iniciaron una fase preliminar con presencia de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, representantes de la comunidad internacional, la Misión de Verificación de la ONU, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA (MAPP-OEA), la Iglesia Católica y el Consejo Mundial de Iglesias.
El documento también precisó que en esa fase se instalará un Equipo Nacional de Generación de Confianzas y Resolución de Contigencias, integrado por esas mismas entidades anteriormente mencionadas, y cuyo objetivo será justamente resolver las tensiones que se generaron a raíz del rompimiento unilateral del cese al fuego.
Esta disidencia tiene cerca de 3.200 personas en armas y es comandada por Iván Mordisco y otros mandos medios de la extinta guerrilla de las FARC que no se acogieron al Acuerdo de Paz con las FARC en 2016. Se estima que están distribuidos en 23 frentes que operan en 16 departamentos del país.
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El otro nombre que ha sonado es el del padre Eliécer Soto, sacerdote de la diócesis de Barrancabermeja y secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal. Sin embargo, el sacerdote ya está en el equipo que hace acompañamiento al proceso, y está involucrado en el mecanismo nacional de monitoreo que se instaló en Bogotá el pasado 24 de abril. Esta instancia será la encargada, entre otras funciones, de emitir conceptos técnicos sobre incidentes que ocurran en el marco del cese bilateral, recomendar y analizar salidas para los posibles incumplimientos y presentar informes de avance cada dos meses.
El obispo Atahualpa Hernández, de la Iglesia Luterana, también estaría en el grupo de acompañamiento.