Esposa de político uribista y cantante cercano a gamonales aspiran a curul de paz
La esposa de un político del Centro Democrático que hizo oposición al Acuerdo de Paz y un cantante cercano a varios caciques políticos de la región, son dos de las candidaturas polémicas que aspiran a quedarse con la curul para las víctimas en el sur de Bolívar.
La señora Alicia Monroy oficializó su candidatura para la curul de paz del sur de Bolívar en llave con César González, un líder comunitario de la región.
Monroy es víctima del conflicto armado porque su familia fue atacada en múltiples oportunidades por los grupos guerrilleros y por ende está facultada para aspirar a esa curul. Sin embargo, su candidatura genera dudas dado el apoyo de su esposo, José Melecio Cendales, un reconocido político del sur de Bolívar. Una fuente de la región que prefirió no ser identificada aseguró que la familia Cendales intervino dentro del conflicto armado con una oposición férrea contra los grupos subversivos y que esta oposición los llevó incluso a tomar las armas.
Miembros de la familia Cendales solían enfrentarse a tiros con guerrilleros y paramilitares en Los Canelos, el corregimiento de Santa Rosa del Sur (Bolívar) donde tenían propiedades, hechos que fueron registrados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, en la página 314 del segundo tomo de su informe “Arrasamiento y control paramilitar en el Sur de Bolívar y Santander”. “De acuerdo con testimonios recopilados por esa entidad, un hito en la historia antisubversiva de esa región ocurrió a comienzos de los años noventa cuando José Cendales, padre del político, “apuntó su revólver” contra un jefe guerrillero “y le obligó a irse bajo amenaza de muerte” después de que el subversivo intentara pintar un grafiti en una de sus fincas.
Años más tarde, en 2004, José Melecio Cendales asesinó a un miembro del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas en medio de un atentado en su contra por parte de ese grupo armado. El hecho le trajo nuevas amenazas y atentados contra su vida, que también fueron documentados por el informe ya citado en la página 321.
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La trayectoria de Cendales en la política es bastante amplia: fue alcalde de Santa Rosa del Sur en el periodo 2008 y 2012. En 2013 aspiró a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático y en 2015 se presentó nuevamente a la Alcaldía de ese municipio de Bolívar. Siguiendo la línea de su partido fue un férreo opositor al gobierno de Juan Manuel Santos y al Acuerdo Final firmado en La Habana, en el que justamente se pactó la creación de las curules especiales de paz para las víctimas.
Paradójicamente, hoy su esposa Alicia Monroy busca una de esas curules que en su momento fueron rechazadas en el Congreso por el partido de su esposo. Alicia Monroy es candidata avalada por la Asociación de Productores Agroindustriales de Monterrey Sur, una organización de cultivadores de palma aceitera en el sur de Bolívar.
“Nosotros nunca nos hemos opuesto al proceso de paz, hemos pedido que sea un proceso con justicia”, aseguró Monroy a Colombia+20 y agregó: “estábamos opuestos a un proceso injusto que no tenga en cuenta a las víctimas, para la muestra un botón: a los victimarios los tienen arriba, en la cúpula del gobierno y las víctimas estamos abajo”.
Aunque reconoce que su esposo José Cendales, miembro activo del Centro Democrático, la apoya en su aspiración “hasta el final”, Monroy asegura que no tiene el respaldo de ningún partido político tradicional.
Dionisio Maury juega de local con el equipo los caciques
Otro candidato sobre el que pesan algunas dudas es el cantante vallenato Dioniso Enrique Maury Tapias. Oriundo de Simití, en el sur de Bolívar, Maury ha hecho su carrera musical en Bucaramanga, donde vive hace varios años, aunque frecuenta la región Caribe por los lazos familiares que tiene allí. Su llave para la curul de paz es Anacelis Pallares, líder social del municipio de Morales.
El artista es famoso en la zona por apoyar al Partido Conservador en sus campañas políticas y algunas fuentes aseguran que es cercano al gobernador de Bolívar, Vicente Antonio Blel, hijo del parapolítico condenado Vicente Blel.
Maury aseguró que no tiene el apoyo del gobernador Blel porque “no puede apoyar a nadie”, aunque al tiempo sostuvo que “el gobernador es amigo de todos los alcaldes del sur, es amigo de todos los presidentes de junta, de todas las comunidades de los seis municipios del sur. Yo decir que él es enemigo mío, no. Él es amigo de todos, usted no puede impedirle un saludo o decirle ‘no me salude porque estoy en esto’”, afirmó.
Varios exalcaldes de los partidos tradicionales están apoyando públicamente a Dionisio Maury y él no lo niega. Al contrario, asegura que su candidatura es “la única que lleva una estructura política en cada municipio”, ya que realizaron una convención de líderes en Simití el 27 de diciembre. El apoyo de los caciques políticos incluye a Marcelo Rincones Díaz, exacalde de Morales por el Partido Liberal, quien fue capturado en 2010 acusado de ser el autor intelectual del asesinato del juez Roberto David Carballo, integrante del sindicato de Asonal Judicial. El crimen fue cometido por hombres de las autodefensas del Bloque Central Bolívar. El exfuncionario fue absuelto por este delito, pero fue condenado por concierto para delinquir por su apoyo económico a los paramilitares mientras fue alcalde.
También cuenta con el apoyo de Rodolfo Díaz Díaz, exalcalde de Morales por el Partido Liberal, a quien la Contraloría departamental de Bolívar le abrió un proceso sancionatorio de responsabilidad fiscal que aún está en curso. Lo investigan por el desfalco de 2.000 millones de pesos en la construcción de un acueducto rural que nunca se terminó.
Además, en un acto público de la campaña de Maury, realizado a finales de diciembre en Simití, hubo presencia de los concejales Jair Acevedo de Colombia Justa Libres y Ferley Mauricio Tarazona de Cambio Radical. Este acto fue reseñado por el medio local El Original, que publicó una foto del evento.
“Nosotros las víctimas no somos cobardes, no vamos a permitir que nos sigan maltratando”, dijo a este diario. Un hermano de Maury fue asesinado durante el conflicto armado y el propio cantante recibió un disparo que le cruzó el cuello.
“Esto es política, aunque el gobierno haya tratado de impedirlo, esto es política, y al momento que a ti te lancen a una cancha para ser elegido por elección popular se constituye la palabra política y de ahí no la saca nadie”, dijo Maury en diálogo con El Espectador, “en ese lado nosotros estamos bastante constituidos a nivel regional, somos la única candidatura que tiene una estructura política en cada municipio”.
El decreto que revivió las curules para las víctimas es claro al establecer que los aspirantes no pueden ser inscritos por los partidos tradicionales, además deben acreditar haber vivido de manera permanente en el territorio al cual van a representar, al menos durante tres años antes de la elección. No obstante, expertos como Armando Novoa, profesor de la Universidad Nacional y ex magistrado del Consejo Nacional Electoral, consideran que el decreto distorsiona el sentido original de lo que se pensó en el Acuerdo de La Habana.
“Las curules fueron pensadas en el sentido de integrar al orden político e institucional a zonas históricamente discriminadas, con altos índices de violencia, de pobreza, de ausencia de Estado”, asegura. “Eso fue migrando poco a poco a lo que se llamó después Circunscripciones Especiales para las Víctimas, distorsiona la idea original, que era incluir a los territorios, convierten las curules en un tema que gira alrededor del concepto de víctimas individualmente consideradas y abre un boquete para que entremos en la disputa de que hay víctimas de la guerrilla, del paramilitarismo, del Estado. Puede que esos candidatos no se encuentren en inhabilidad, pero entramos en una discusión de carácter más político”.
Vea también: “Las denuncias a la campaña de Jorge Tovar, hijo de Jorge 40″
El Acuerdo de Paz estableció en su capítulo de participación política que para “garantizar una mejor integración de zonas especialmente afectadas por el conflicto, el abandono y la débil presencia institucional, y una mayor inclusión y representación política de estas poblaciones” se crearían 16 circunscripciones especiales transitorias. Bajo ninguna circunstancia estas curules serían para partidos tradicionales, los candidatos pueden ser inscritos por “grupos significativos de ciudadanos y ciudadanas u organizaciones de la Circunscripción, tales como organizaciones campesinas, de víctimas (incluyendo desplazados y desplazadas), mujeres y sectores sociales que trabajen en pro de la construcción de la paz y el mejoramiento de las condiciones sociales en la región”.
Aunque el decreto que revivió las Circunscripciones Especiales deja claro que los partidos políticos tradicionales no podrán inscribir candidatos, no prohíbe expresamente el respaldo de los caciques políticos, ni establece mecanismos de control específicos que impidan que los clanes tradicionales terminen cooptando las candidaturas a la curul de paz en sus territorios.
“La registraduría debería ser más rigurosa en estos criterios para evitar que los partidos tradicionales le hagan conejo al Acuerdo de Paz” asegura Diego Martínez, del Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos, puesto que según él, ese “no es el espíritu del acuerdo”.
Vea: “La guerra y el clientelismo amenazan los liderazgos en Chocó”
Tensiones en la región
La Circunscripción transitoria especial de Paz del sur de Bolívar abarca las áreas rurales de los municipios de Yondó, en Antioquia, y Arenal, Cantagallo, Morales, San Pablo, Santa Rosa del Sur y Simití, en el departamento de Bolívar, una zona fuertemente afectada por el conflicto armado y con gran presencia de cultivos ilícitos y economías ilegales como la minería.
La tensión en la zona se ha reactivado en los últimos años por cuenta del fracaso del Plan Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito y por la llegada de nuevos grupos armados que han copado el espacio dejado por las Farc. En la región hacen presencia el Ejército de Liberación Nacional, un grupo de la disidencia de Gentil Duarte, y ahora también las Agc, que han incrementado su pie de fuerza. En agosto del 2021 los combates entre estos grupos provocaron el desplazamiento de más de mil personas en Santa Rosa del Sur.
El 8 de enero un comando de 20 hombres que se presentaron como de las Agc irrumpieron armados en motocicletas en la vereda Alto Cañabraval de San Pablo mientras se realizaba una reunión política en relación con la curul de paz. No obstante, varias fuentes señalan que hasta el momento no han prohibido a los candidatos hacer campaña ni han manifestado su apoyo por alguno en especial. Cañabraval es la vereda de donde era oriundo el líder comunitario Wilmar Angarita, quien fue asesinado por sicarios el pasado 23 de diciembre en el centro de San Pablo mientras desayunaba en un restaurante. Angarita había sido también candidato al concejo municipal.
*Nota de la editora: El tercer párrafo de esta nota fue modificado porque el reporte del informe del Centro Nacional de Memoria Histórica no distingue a José Cendales, padre de José Melecio Cendales, cuando habla sobre un enfrentamiento con un jefe guerrillero. Ese hecho fue cometido por el padre.
La señora Alicia Monroy oficializó su candidatura para la curul de paz del sur de Bolívar en llave con César González, un líder comunitario de la región.
Monroy es víctima del conflicto armado porque su familia fue atacada en múltiples oportunidades por los grupos guerrilleros y por ende está facultada para aspirar a esa curul. Sin embargo, su candidatura genera dudas dado el apoyo de su esposo, José Melecio Cendales, un reconocido político del sur de Bolívar. Una fuente de la región que prefirió no ser identificada aseguró que la familia Cendales intervino dentro del conflicto armado con una oposición férrea contra los grupos subversivos y que esta oposición los llevó incluso a tomar las armas.
Miembros de la familia Cendales solían enfrentarse a tiros con guerrilleros y paramilitares en Los Canelos, el corregimiento de Santa Rosa del Sur (Bolívar) donde tenían propiedades, hechos que fueron registrados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, en la página 314 del segundo tomo de su informe “Arrasamiento y control paramilitar en el Sur de Bolívar y Santander”. “De acuerdo con testimonios recopilados por esa entidad, un hito en la historia antisubversiva de esa región ocurrió a comienzos de los años noventa cuando José Cendales, padre del político, “apuntó su revólver” contra un jefe guerrillero “y le obligó a irse bajo amenaza de muerte” después de que el subversivo intentara pintar un grafiti en una de sus fincas.
Años más tarde, en 2004, José Melecio Cendales asesinó a un miembro del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas en medio de un atentado en su contra por parte de ese grupo armado. El hecho le trajo nuevas amenazas y atentados contra su vida, que también fueron documentados por el informe ya citado en la página 321.
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La trayectoria de Cendales en la política es bastante amplia: fue alcalde de Santa Rosa del Sur en el periodo 2008 y 2012. En 2013 aspiró a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático y en 2015 se presentó nuevamente a la Alcaldía de ese municipio de Bolívar. Siguiendo la línea de su partido fue un férreo opositor al gobierno de Juan Manuel Santos y al Acuerdo Final firmado en La Habana, en el que justamente se pactó la creación de las curules especiales de paz para las víctimas.
Paradójicamente, hoy su esposa Alicia Monroy busca una de esas curules que en su momento fueron rechazadas en el Congreso por el partido de su esposo. Alicia Monroy es candidata avalada por la Asociación de Productores Agroindustriales de Monterrey Sur, una organización de cultivadores de palma aceitera en el sur de Bolívar.
“Nosotros nunca nos hemos opuesto al proceso de paz, hemos pedido que sea un proceso con justicia”, aseguró Monroy a Colombia+20 y agregó: “estábamos opuestos a un proceso injusto que no tenga en cuenta a las víctimas, para la muestra un botón: a los victimarios los tienen arriba, en la cúpula del gobierno y las víctimas estamos abajo”.
Aunque reconoce que su esposo José Cendales, miembro activo del Centro Democrático, la apoya en su aspiración “hasta el final”, Monroy asegura que no tiene el respaldo de ningún partido político tradicional.
Dionisio Maury juega de local con el equipo los caciques
Otro candidato sobre el que pesan algunas dudas es el cantante vallenato Dioniso Enrique Maury Tapias. Oriundo de Simití, en el sur de Bolívar, Maury ha hecho su carrera musical en Bucaramanga, donde vive hace varios años, aunque frecuenta la región Caribe por los lazos familiares que tiene allí. Su llave para la curul de paz es Anacelis Pallares, líder social del municipio de Morales.
El artista es famoso en la zona por apoyar al Partido Conservador en sus campañas políticas y algunas fuentes aseguran que es cercano al gobernador de Bolívar, Vicente Antonio Blel, hijo del parapolítico condenado Vicente Blel.
Maury aseguró que no tiene el apoyo del gobernador Blel porque “no puede apoyar a nadie”, aunque al tiempo sostuvo que “el gobernador es amigo de todos los alcaldes del sur, es amigo de todos los presidentes de junta, de todas las comunidades de los seis municipios del sur. Yo decir que él es enemigo mío, no. Él es amigo de todos, usted no puede impedirle un saludo o decirle ‘no me salude porque estoy en esto’”, afirmó.
Varios exalcaldes de los partidos tradicionales están apoyando públicamente a Dionisio Maury y él no lo niega. Al contrario, asegura que su candidatura es “la única que lleva una estructura política en cada municipio”, ya que realizaron una convención de líderes en Simití el 27 de diciembre. El apoyo de los caciques políticos incluye a Marcelo Rincones Díaz, exacalde de Morales por el Partido Liberal, quien fue capturado en 2010 acusado de ser el autor intelectual del asesinato del juez Roberto David Carballo, integrante del sindicato de Asonal Judicial. El crimen fue cometido por hombres de las autodefensas del Bloque Central Bolívar. El exfuncionario fue absuelto por este delito, pero fue condenado por concierto para delinquir por su apoyo económico a los paramilitares mientras fue alcalde.
También cuenta con el apoyo de Rodolfo Díaz Díaz, exalcalde de Morales por el Partido Liberal, a quien la Contraloría departamental de Bolívar le abrió un proceso sancionatorio de responsabilidad fiscal que aún está en curso. Lo investigan por el desfalco de 2.000 millones de pesos en la construcción de un acueducto rural que nunca se terminó.
Además, en un acto público de la campaña de Maury, realizado a finales de diciembre en Simití, hubo presencia de los concejales Jair Acevedo de Colombia Justa Libres y Ferley Mauricio Tarazona de Cambio Radical. Este acto fue reseñado por el medio local El Original, que publicó una foto del evento.
“Nosotros las víctimas no somos cobardes, no vamos a permitir que nos sigan maltratando”, dijo a este diario. Un hermano de Maury fue asesinado durante el conflicto armado y el propio cantante recibió un disparo que le cruzó el cuello.
“Esto es política, aunque el gobierno haya tratado de impedirlo, esto es política, y al momento que a ti te lancen a una cancha para ser elegido por elección popular se constituye la palabra política y de ahí no la saca nadie”, dijo Maury en diálogo con El Espectador, “en ese lado nosotros estamos bastante constituidos a nivel regional, somos la única candidatura que tiene una estructura política en cada municipio”.
El decreto que revivió las curules para las víctimas es claro al establecer que los aspirantes no pueden ser inscritos por los partidos tradicionales, además deben acreditar haber vivido de manera permanente en el territorio al cual van a representar, al menos durante tres años antes de la elección. No obstante, expertos como Armando Novoa, profesor de la Universidad Nacional y ex magistrado del Consejo Nacional Electoral, consideran que el decreto distorsiona el sentido original de lo que se pensó en el Acuerdo de La Habana.
“Las curules fueron pensadas en el sentido de integrar al orden político e institucional a zonas históricamente discriminadas, con altos índices de violencia, de pobreza, de ausencia de Estado”, asegura. “Eso fue migrando poco a poco a lo que se llamó después Circunscripciones Especiales para las Víctimas, distorsiona la idea original, que era incluir a los territorios, convierten las curules en un tema que gira alrededor del concepto de víctimas individualmente consideradas y abre un boquete para que entremos en la disputa de que hay víctimas de la guerrilla, del paramilitarismo, del Estado. Puede que esos candidatos no se encuentren en inhabilidad, pero entramos en una discusión de carácter más político”.
Vea también: “Las denuncias a la campaña de Jorge Tovar, hijo de Jorge 40″
El Acuerdo de Paz estableció en su capítulo de participación política que para “garantizar una mejor integración de zonas especialmente afectadas por el conflicto, el abandono y la débil presencia institucional, y una mayor inclusión y representación política de estas poblaciones” se crearían 16 circunscripciones especiales transitorias. Bajo ninguna circunstancia estas curules serían para partidos tradicionales, los candidatos pueden ser inscritos por “grupos significativos de ciudadanos y ciudadanas u organizaciones de la Circunscripción, tales como organizaciones campesinas, de víctimas (incluyendo desplazados y desplazadas), mujeres y sectores sociales que trabajen en pro de la construcción de la paz y el mejoramiento de las condiciones sociales en la región”.
Aunque el decreto que revivió las Circunscripciones Especiales deja claro que los partidos políticos tradicionales no podrán inscribir candidatos, no prohíbe expresamente el respaldo de los caciques políticos, ni establece mecanismos de control específicos que impidan que los clanes tradicionales terminen cooptando las candidaturas a la curul de paz en sus territorios.
“La registraduría debería ser más rigurosa en estos criterios para evitar que los partidos tradicionales le hagan conejo al Acuerdo de Paz” asegura Diego Martínez, del Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos, puesto que según él, ese “no es el espíritu del acuerdo”.
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Tensiones en la región
La Circunscripción transitoria especial de Paz del sur de Bolívar abarca las áreas rurales de los municipios de Yondó, en Antioquia, y Arenal, Cantagallo, Morales, San Pablo, Santa Rosa del Sur y Simití, en el departamento de Bolívar, una zona fuertemente afectada por el conflicto armado y con gran presencia de cultivos ilícitos y economías ilegales como la minería.
La tensión en la zona se ha reactivado en los últimos años por cuenta del fracaso del Plan Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito y por la llegada de nuevos grupos armados que han copado el espacio dejado por las Farc. En la región hacen presencia el Ejército de Liberación Nacional, un grupo de la disidencia de Gentil Duarte, y ahora también las Agc, que han incrementado su pie de fuerza. En agosto del 2021 los combates entre estos grupos provocaron el desplazamiento de más de mil personas en Santa Rosa del Sur.
El 8 de enero un comando de 20 hombres que se presentaron como de las Agc irrumpieron armados en motocicletas en la vereda Alto Cañabraval de San Pablo mientras se realizaba una reunión política en relación con la curul de paz. No obstante, varias fuentes señalan que hasta el momento no han prohibido a los candidatos hacer campaña ni han manifestado su apoyo por alguno en especial. Cañabraval es la vereda de donde era oriundo el líder comunitario Wilmar Angarita, quien fue asesinado por sicarios el pasado 23 de diciembre en el centro de San Pablo mientras desayunaba en un restaurante. Angarita había sido también candidato al concejo municipal.
*Nota de la editora: El tercer párrafo de esta nota fue modificado porque el reporte del informe del Centro Nacional de Memoria Histórica no distingue a José Cendales, padre de José Melecio Cendales, cuando habla sobre un enfrentamiento con un jefe guerrillero. Ese hecho fue cometido por el padre.