“Vemos con optimismo la paz total del presidente Petro”: ONU
El jefe de la Misión de Verificación de la ONU, Carlos Ruiz Massieu, se muestra optimista porque entre las prioridades del gobierno de Gustavo Petro están la implementación del Acuerdo de Paz, la negociación con el Eln y el sometimiento de otros grupos armados. Le pide paciencia al pueblo colombiano porque los cambios toman tiempo.
Gloria Castrillón Pulido
El enviado especial del secretario general de Naciones Unidas y jefe de la Misión de Verificación, Carlos Ruiz Massieu, asegura que ese organismo está listo a participar, según le indiquen las partes, en una posible negociación con el Eln. Ve con buenos ojos la posibilidad de un sometimiento de otros grupos armados ilegales en la búsqueda de la paz total que ha planteado Gustavo Petro y señala las ventajas que tiene para ambos países la regularización de las relaciones entre Colombia y Venezuela.
En esta entrevista reconoce que hay un diálogo fluido con el nuevo gobierno sobre la implementación del Acuerdo de Paz y señala entre las prioridades adoptar medidas para garantizar seguridad en los territorios para que las comunidades puedan palpar los avances del proceso de paz.
Lea: Dolió mucho la situación de Cuba después de los diálogos con el Eln
¿Cómo recibe la ONU los mensajes del nuevo gobierno en torno a la paz total?
Muy positivo, con optimismo. Si uno piensa en el acuerdo de paz de 2016 como una hoja de ruta que trazó el gobierno Santos al llegar al Acuerdo con las antiguas Farc, pues la paz total que plantea el presidente Petro es su hoja de ruta que incluye la aceleración de la implementación del Acuerdo de Paz, pero que incluye otros elementos dentro de su visión para los próximos cuatro años.
¿Ve un cambio drástico en este nuevo gobierno?
Es un cambio importante, particularmente en temas de paz, de rescatar y acelerar la implementación del Acuerdo en las áreas que son transformadoras y que necesitan mayor empuje como la reforma rural, la reforma política, la seguridad en los territorios, la presencia del Estado, el combate a la desigualdad, que son comunes en áreas afectadas por el conflicto, en donde las comunidades siguen esperando que las promesas del Acuerdo se cumplan de manera sostenida.
Vea también: ¿Es posible negociar con disidentes sin meter a la JEP?
¿Cómo leyó los primeros mensajes del canciller y del alto comisionado?
Mandaron mensajes muy claros sobre las acciones próximas en materia de paz, los diálogos y posibles negociaciones con el Eln y la búsqueda de otras vías dialogadas más orientadas al sometimiento o acogimiento, como lo señaló el canciller, para otorgar beneficios a otros grupos armados.
¿Cómo ve la ONU la posibilidad de ofrecer beneficios a este tipo de grupos?
Estas son decisiones soberanas del gobierno de turno para ver qué tipo de figura jurídica les aplica a los diferentes grupos armados activos en el país. El sometimiento tiene elementos particulares, aunque no son parte del ordenamiento actual, tendría que haber algún tipo de adecuación jurídica. Vemos de manera positiva la posibilidad de una paz más amplia, dada la dinámica del conflicto en territorio. El Consejo de Seguridad de la ONU en su sesión anterior le reconoció al presidente electo esa intención de tener una paz más amplia. Le corresponde al gobierno determinar cuáles son las figuras a utilizar, si va a dialogar o vencer a los grupos para su inactividad futura. Lo que urgimos es que haya beneficios a las comunidades, que haya oportunidades de desarrollo, presencia estatal, que se cumplan las aspiraciones del Acuerdo.
Lea: Encuentro en Bogotá abordará posible negociación con el Eln
¿Cómo ve Naciones Unidas que unas personas que no firmaron el Acuerdo o que lo firmaron y lo traicionaron quieran ahora una nueva negociación?
En el caso de los grupos que no tienen un objetivo político reconocido, el Estado tiene que definir que vías les va a dar para su desmovilización. No nos corresponde hacer esa valoración.
¿Ha ocurrido en otras partes del mundo que personas que se marginan de un proceso de paz luego quieran otra negociación?
Sí se dan situaciones en las cuales personas que entraron al proceso y luego salieron o que nunca entraron, estén buscando una nueva negociación. Hay países que los siguen combatiendo a través de la fuerza del Estado y hay otros que le abren posibilidades para la negociación.
¿La ONU jugaría algún papel en ese posible diálogo con esas estructuras?
Tenemos en el mandato, en la razón de ser como organización, la misión de buscar siempre la vía del diálogo para la solución de los conflictos. Por eso le dimos acogida a la idea de la paz total, entendiendo que hay diferentes vías bien sea para el diálogo o para el sometimiento. Para otros procesos tendríamos que evaluar las circunstancias, cuál es el valor agregado de Naciones Unidas. En el pasado, cuando se hizo desmovilización de las Auc, quien estuvo a cargo fue la MAPP OEA. Así que las organizaciones internacionales siempre estamos listas para ver en qué podemos ayudar y qué valor agregado ofrecemos.
En contexto: Este es el protocolo que firmaron Colombia, Eln y los países garantes
¿Qué opina la ONU frente a las críticas que surgen de que estas posibles negociaciones implicarían impunidad?
Nosotros consideramos que no debe haber impunidad en ningún caso. En el caso del proceso de paz con las Farc no se generó impunidad. En este caso, no entendemos que los posibles acercamientos para los acogimientos sean negociaciones propiamente dichas ni entendemos que generen impunidad. Entendemos que habría una serie de penas de acuerdo a los delitos que se hayan cometido. Hay que esperar a que esto se decante.
Usted participó, a pedido del gobierno saliente, en contactos secretos con la delegación del Eln en Cuba, ¿cómo evalúa hoy esos contactos con miras a las posibles negociaciones con el nuevo gobierno?
Fueron visitas exploratorias que hicimos con la Iglesia, con la participación de países garantes, a petición y aprobadas por el gobierno Duque y contaron con anuencia de delegación de paz del Eln en La Habana. Fueron confidenciales hasta que el anterior alto comisionado para la paz las dio a conocer públicamente. La idea era ver qué posibilidades habría durante ese gobierno de un posible diálogo. Vimos que había una expresión de voluntad de paz, de sentarse a la mesa de dialogar, pero las expectativas de las partes estaban muy distantes, no se logró llegar a nada concreto. Desde ese momento la delegación de paz del Eln manifestó que mantenía su voluntad de paz.
Vea: Álvaro Leyva dice que ya hay un camino abierto con el Eln
En el proceso durante el gobierno de Juan Manuel Santos ustedes estuvieron verificando el cese al fuego bilateral, ¿jugarían el mismo papel en esta nueva posible negociación?
Cualquier participación de la ONU depende de las partes. Ya hubo una expresión pública de voluntad de diálogo y de iniciar negociación, esperamos que se traduzca en pasos concretos, que se vayan definiendo cosas, saber qué funciones le pueden pedir a Naciones Unidas, si de acompañamiento, de mediación, facilitación o ya en algo más operacional como fue en aquel caso.
Fue muy significativo que la primera reunión del canciller designado Álvaro Leyva fuera con usted y que al día siguiente fuera con el presidente electo, ¿hablaron de estos temas?
Creo que esa reunión se da por la función que realizamos en el país, por la función que hemos realizado a petición del gobierno actual y de la delegación del Eln y por el mandato que personalmente me da el Secretario General de prestar mis buenos oficios para ayudar al país en lo que pueda en estos esfuerzos de consolidación de paz. Esa reunión es parte del compromiso y prioridad que da el gobierno electo al tema de paz, a la valoración del papel que ha jugado el Sistema de Naciones Unidas y la comunidad internacional en general en apoyar la implementación de los acuerdos. Nosotros lo que hicimos fue ponerlos al día de los esfuerzos que hemos hecho en temas del acuerdo de paz, en las áreas que están pendientes, otra vez reiterando el beneplácito de que las prioridades del presidente coinciden en temas como la reforma rural y en general temas pendientes en la agenda colombiana.
¿También hablaron de Venezuela?
En esa conversación no.
Pero el representante adjunto, su segundo a bordo, estuvo en la reunión de Álvaro Leyva con el canciller venezolano, ¿por qué estuvo allí si eso no está en su mandato?
A nosotros se nos comentó después la idea de normalizar relaciones con Venezuela y el canciller designado nos pidió acompañamiento en esa primera reunión con canciller de Maduro. Es una presencia simbólica.
Lea: Pacto de la paz total, la ambiciosa propuesta del nuevo gobierno
¿Por qué es tan importante para Naciones Unidas la regularización de las relaciones de ambos países?
Respetamos las decisiones de los países en sus relaciones bilaterales, eso corresponde exclusivamente a las decisiones soberanas de los países. En este caso, vemos que la decisión que se ha tomado de normalizar las relaciones con un país vecino, con una frontera tan amplia, con tantos retos comunes, solo trae beneficios para ambas naciones por esa vecindad y esa relación histórica cultural. Es un paso positivo.
¿Qué tanto pesa en esa normalización de relaciones la posibilidad de negociar con el Eln?
Hay que rescatar el papel que jugaron en América Latina los países vecinos como Venezuela, Ecuador y Cuba en el proceso con las Farc. Cualquier acercamiento positivo que se tenga con los países vecinos en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales no puede sino ayudar a un tema que, si bien es muy colombiano, como el conflicto interno, los vecinos juegan un papel positivo. Venezuela ya fue país garante. Si la estructura se mantiene, los países garantes siempre ayudan a empujar el proceso de manera muy positiva.
¿Usted volverá a acompañar este tipo de encuentros para normalizar las relaciones o fue esa única participación?
En este caso como en otros casos depende de valor agregado que pueda tener Naciones Unidas para apoyar cualquier iniciativa. Estamos hablando de normalizar relaciones en zonas muy complejas que han estado cerradas por cuatro años, con poca comunicación, sin actividades consulares. Nosotros como Naciones Unidas tenemos presencia sobre todo para temas humanitarios, migratorios y por eso hay presencia de Acnur, OINM, Ocha. Al normalizar la situación si ambos países requieren apoyo lo pedirían y estaríamos atentos a ayudar.
En el proceso de paz con las Farc fue determinante la presencia de Venezuela, desde apoyar el traslado de los guerrilleros a Cuba, hasta la intervención del presidente Maduro en momentos claves, ¿algo así podría suceder en este caso?
Hay que ir paso a paso. Estamos en el momento de la expresión pública para negociar, las partes tendrán que ir construyendo esa relación, verán cuales son los países garantes, luego verán que papel pueden jugar las organizaciones, hay que ir poco a poco.
Usted habló en la reunión de Defendamos la Paz de un gabinete de paz, ¿por qué?
Es importante que todas las entidades de gobierno actúen de manera coordinada. Por ejemplo, hablando en temas de reforma rural, está involucrado el Alto Comisionado para la Paz, está el Ministro de Relaciones Exteriores y Paz, pero también deben estar el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Hacienda, se debe garantizar que haya los recursos suficientes para implementar los programas. El gabinete de paz es importante y ha estado en el diálogo con el gobierno entrante.
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¿Qué mensaje tiene para el gobierno entrante y para la sociedad colombiana que ha quedado dividida después de las elecciones?
Hay que tener optimismo. Vemos con optimismo las prioridades del nuevo gobierno en implementación del acuerdo de paz, en buscar vías que permitan una consolidación de la paz en todo el territorio. Estamos seguros de que el gobierno está también optimista, pero también hay que ser realistas. El acuerdo de paz tiene un horizonte a 15 años y le tocará una parte importante a este gobierno, estamos seguros de que harán avances relevantes en diferentes temas, pero hay que ser realistas de que estos son problemas históricos. Esperamos que se deje el camino marcado para que los siguientes gobiernos acaben la tarea.
¿Cómo analiza los retos en el tema de seguridad para el nuevo gobierno? ¿Qué hacer para cumplir las expectativas que tienen las comunidades en los territorios?
En materia de seguridad muchas de las herramientas están en el Acuerdo. Esperamos que la política de desmantelamiento que tiene que hacer la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad se acelere. El plan de emergencia para protección de excombatientes y lideres sociales es importante, a largo plazo la presencia integral del Estado es la que puede darle mayor solidez a la seguridad. Hay que ser optimistas, Naciones Unidas lo es, pero también sabemos que el gobierno entrante tendrá que priorizar. A la sociedad colombiana le damos un mensaje de optimismo y de paciencia, porque los problemas no se resolverán el 8 de agosto.
El enviado especial del secretario general de Naciones Unidas y jefe de la Misión de Verificación, Carlos Ruiz Massieu, asegura que ese organismo está listo a participar, según le indiquen las partes, en una posible negociación con el Eln. Ve con buenos ojos la posibilidad de un sometimiento de otros grupos armados ilegales en la búsqueda de la paz total que ha planteado Gustavo Petro y señala las ventajas que tiene para ambos países la regularización de las relaciones entre Colombia y Venezuela.
En esta entrevista reconoce que hay un diálogo fluido con el nuevo gobierno sobre la implementación del Acuerdo de Paz y señala entre las prioridades adoptar medidas para garantizar seguridad en los territorios para que las comunidades puedan palpar los avances del proceso de paz.
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¿Cómo recibe la ONU los mensajes del nuevo gobierno en torno a la paz total?
Muy positivo, con optimismo. Si uno piensa en el acuerdo de paz de 2016 como una hoja de ruta que trazó el gobierno Santos al llegar al Acuerdo con las antiguas Farc, pues la paz total que plantea el presidente Petro es su hoja de ruta que incluye la aceleración de la implementación del Acuerdo de Paz, pero que incluye otros elementos dentro de su visión para los próximos cuatro años.
¿Ve un cambio drástico en este nuevo gobierno?
Es un cambio importante, particularmente en temas de paz, de rescatar y acelerar la implementación del Acuerdo en las áreas que son transformadoras y que necesitan mayor empuje como la reforma rural, la reforma política, la seguridad en los territorios, la presencia del Estado, el combate a la desigualdad, que son comunes en áreas afectadas por el conflicto, en donde las comunidades siguen esperando que las promesas del Acuerdo se cumplan de manera sostenida.
Vea también: ¿Es posible negociar con disidentes sin meter a la JEP?
¿Cómo leyó los primeros mensajes del canciller y del alto comisionado?
Mandaron mensajes muy claros sobre las acciones próximas en materia de paz, los diálogos y posibles negociaciones con el Eln y la búsqueda de otras vías dialogadas más orientadas al sometimiento o acogimiento, como lo señaló el canciller, para otorgar beneficios a otros grupos armados.
¿Cómo ve la ONU la posibilidad de ofrecer beneficios a este tipo de grupos?
Estas son decisiones soberanas del gobierno de turno para ver qué tipo de figura jurídica les aplica a los diferentes grupos armados activos en el país. El sometimiento tiene elementos particulares, aunque no son parte del ordenamiento actual, tendría que haber algún tipo de adecuación jurídica. Vemos de manera positiva la posibilidad de una paz más amplia, dada la dinámica del conflicto en territorio. El Consejo de Seguridad de la ONU en su sesión anterior le reconoció al presidente electo esa intención de tener una paz más amplia. Le corresponde al gobierno determinar cuáles son las figuras a utilizar, si va a dialogar o vencer a los grupos para su inactividad futura. Lo que urgimos es que haya beneficios a las comunidades, que haya oportunidades de desarrollo, presencia estatal, que se cumplan las aspiraciones del Acuerdo.
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¿Cómo ve Naciones Unidas que unas personas que no firmaron el Acuerdo o que lo firmaron y lo traicionaron quieran ahora una nueva negociación?
En el caso de los grupos que no tienen un objetivo político reconocido, el Estado tiene que definir que vías les va a dar para su desmovilización. No nos corresponde hacer esa valoración.
¿Ha ocurrido en otras partes del mundo que personas que se marginan de un proceso de paz luego quieran otra negociación?
Sí se dan situaciones en las cuales personas que entraron al proceso y luego salieron o que nunca entraron, estén buscando una nueva negociación. Hay países que los siguen combatiendo a través de la fuerza del Estado y hay otros que le abren posibilidades para la negociación.
¿La ONU jugaría algún papel en ese posible diálogo con esas estructuras?
Tenemos en el mandato, en la razón de ser como organización, la misión de buscar siempre la vía del diálogo para la solución de los conflictos. Por eso le dimos acogida a la idea de la paz total, entendiendo que hay diferentes vías bien sea para el diálogo o para el sometimiento. Para otros procesos tendríamos que evaluar las circunstancias, cuál es el valor agregado de Naciones Unidas. En el pasado, cuando se hizo desmovilización de las Auc, quien estuvo a cargo fue la MAPP OEA. Así que las organizaciones internacionales siempre estamos listas para ver en qué podemos ayudar y qué valor agregado ofrecemos.
En contexto: Este es el protocolo que firmaron Colombia, Eln y los países garantes
¿Qué opina la ONU frente a las críticas que surgen de que estas posibles negociaciones implicarían impunidad?
Nosotros consideramos que no debe haber impunidad en ningún caso. En el caso del proceso de paz con las Farc no se generó impunidad. En este caso, no entendemos que los posibles acercamientos para los acogimientos sean negociaciones propiamente dichas ni entendemos que generen impunidad. Entendemos que habría una serie de penas de acuerdo a los delitos que se hayan cometido. Hay que esperar a que esto se decante.
Usted participó, a pedido del gobierno saliente, en contactos secretos con la delegación del Eln en Cuba, ¿cómo evalúa hoy esos contactos con miras a las posibles negociaciones con el nuevo gobierno?
Fueron visitas exploratorias que hicimos con la Iglesia, con la participación de países garantes, a petición y aprobadas por el gobierno Duque y contaron con anuencia de delegación de paz del Eln en La Habana. Fueron confidenciales hasta que el anterior alto comisionado para la paz las dio a conocer públicamente. La idea era ver qué posibilidades habría durante ese gobierno de un posible diálogo. Vimos que había una expresión de voluntad de paz, de sentarse a la mesa de dialogar, pero las expectativas de las partes estaban muy distantes, no se logró llegar a nada concreto. Desde ese momento la delegación de paz del Eln manifestó que mantenía su voluntad de paz.
Vea: Álvaro Leyva dice que ya hay un camino abierto con el Eln
En el proceso durante el gobierno de Juan Manuel Santos ustedes estuvieron verificando el cese al fuego bilateral, ¿jugarían el mismo papel en esta nueva posible negociación?
Cualquier participación de la ONU depende de las partes. Ya hubo una expresión pública de voluntad de diálogo y de iniciar negociación, esperamos que se traduzca en pasos concretos, que se vayan definiendo cosas, saber qué funciones le pueden pedir a Naciones Unidas, si de acompañamiento, de mediación, facilitación o ya en algo más operacional como fue en aquel caso.
Fue muy significativo que la primera reunión del canciller designado Álvaro Leyva fuera con usted y que al día siguiente fuera con el presidente electo, ¿hablaron de estos temas?
Creo que esa reunión se da por la función que realizamos en el país, por la función que hemos realizado a petición del gobierno actual y de la delegación del Eln y por el mandato que personalmente me da el Secretario General de prestar mis buenos oficios para ayudar al país en lo que pueda en estos esfuerzos de consolidación de paz. Esa reunión es parte del compromiso y prioridad que da el gobierno electo al tema de paz, a la valoración del papel que ha jugado el Sistema de Naciones Unidas y la comunidad internacional en general en apoyar la implementación de los acuerdos. Nosotros lo que hicimos fue ponerlos al día de los esfuerzos que hemos hecho en temas del acuerdo de paz, en las áreas que están pendientes, otra vez reiterando el beneplácito de que las prioridades del presidente coinciden en temas como la reforma rural y en general temas pendientes en la agenda colombiana.
¿También hablaron de Venezuela?
En esa conversación no.
Pero el representante adjunto, su segundo a bordo, estuvo en la reunión de Álvaro Leyva con el canciller venezolano, ¿por qué estuvo allí si eso no está en su mandato?
A nosotros se nos comentó después la idea de normalizar relaciones con Venezuela y el canciller designado nos pidió acompañamiento en esa primera reunión con canciller de Maduro. Es una presencia simbólica.
Lea: Pacto de la paz total, la ambiciosa propuesta del nuevo gobierno
¿Por qué es tan importante para Naciones Unidas la regularización de las relaciones de ambos países?
Respetamos las decisiones de los países en sus relaciones bilaterales, eso corresponde exclusivamente a las decisiones soberanas de los países. En este caso, vemos que la decisión que se ha tomado de normalizar las relaciones con un país vecino, con una frontera tan amplia, con tantos retos comunes, solo trae beneficios para ambas naciones por esa vecindad y esa relación histórica cultural. Es un paso positivo.
¿Qué tanto pesa en esa normalización de relaciones la posibilidad de negociar con el Eln?
Hay que rescatar el papel que jugaron en América Latina los países vecinos como Venezuela, Ecuador y Cuba en el proceso con las Farc. Cualquier acercamiento positivo que se tenga con los países vecinos en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales no puede sino ayudar a un tema que, si bien es muy colombiano, como el conflicto interno, los vecinos juegan un papel positivo. Venezuela ya fue país garante. Si la estructura se mantiene, los países garantes siempre ayudan a empujar el proceso de manera muy positiva.
¿Usted volverá a acompañar este tipo de encuentros para normalizar las relaciones o fue esa única participación?
En este caso como en otros casos depende de valor agregado que pueda tener Naciones Unidas para apoyar cualquier iniciativa. Estamos hablando de normalizar relaciones en zonas muy complejas que han estado cerradas por cuatro años, con poca comunicación, sin actividades consulares. Nosotros como Naciones Unidas tenemos presencia sobre todo para temas humanitarios, migratorios y por eso hay presencia de Acnur, OINM, Ocha. Al normalizar la situación si ambos países requieren apoyo lo pedirían y estaríamos atentos a ayudar.
En el proceso de paz con las Farc fue determinante la presencia de Venezuela, desde apoyar el traslado de los guerrilleros a Cuba, hasta la intervención del presidente Maduro en momentos claves, ¿algo así podría suceder en este caso?
Hay que ir paso a paso. Estamos en el momento de la expresión pública para negociar, las partes tendrán que ir construyendo esa relación, verán cuales son los países garantes, luego verán que papel pueden jugar las organizaciones, hay que ir poco a poco.
Usted habló en la reunión de Defendamos la Paz de un gabinete de paz, ¿por qué?
Es importante que todas las entidades de gobierno actúen de manera coordinada. Por ejemplo, hablando en temas de reforma rural, está involucrado el Alto Comisionado para la Paz, está el Ministro de Relaciones Exteriores y Paz, pero también deben estar el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Hacienda, se debe garantizar que haya los recursos suficientes para implementar los programas. El gabinete de paz es importante y ha estado en el diálogo con el gobierno entrante.
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¿Qué mensaje tiene para el gobierno entrante y para la sociedad colombiana que ha quedado dividida después de las elecciones?
Hay que tener optimismo. Vemos con optimismo las prioridades del nuevo gobierno en implementación del acuerdo de paz, en buscar vías que permitan una consolidación de la paz en todo el territorio. Estamos seguros de que el gobierno está también optimista, pero también hay que ser realistas. El acuerdo de paz tiene un horizonte a 15 años y le tocará una parte importante a este gobierno, estamos seguros de que harán avances relevantes en diferentes temas, pero hay que ser realistas de que estos son problemas históricos. Esperamos que se deje el camino marcado para que los siguientes gobiernos acaben la tarea.
¿Cómo analiza los retos en el tema de seguridad para el nuevo gobierno? ¿Qué hacer para cumplir las expectativas que tienen las comunidades en los territorios?
En materia de seguridad muchas de las herramientas están en el Acuerdo. Esperamos que la política de desmantelamiento que tiene que hacer la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad se acelere. El plan de emergencia para protección de excombatientes y lideres sociales es importante, a largo plazo la presencia integral del Estado es la que puede darle mayor solidez a la seguridad. Hay que ser optimistas, Naciones Unidas lo es, pero también sabemos que el gobierno entrante tendrá que priorizar. A la sociedad colombiana le damos un mensaje de optimismo y de paciencia, porque los problemas no se resolverán el 8 de agosto.